La Revista Iberoamericana de Educación es una publicación editada por la OEI 

 ISSN: 1681-5653

Está en: OEI - Revista Iberoamericana de Educación - Columna de opinión

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  Opinión

Políticas educativas: La educación del niño sordo(1)
Algunas reflexiones
Lic. Dora Kweller(2)

Años atrás, las escuelas para niños sordos eran oralistas puras, y si el niño tenía problemas adicionales los padres prácticamente no contaban con demasiadas opciones.
Actualmente, el sistema educativo se ha renovado en la mayoría de los países de Iberoamérica y las opciones son múltiples para los niños sordos: los padres pueden elegir entre escuelas especiales o comunes integradoras, pueden implantar al niño y rehabilitarlo de forma privada; pueden optar entre diversos métodos de enseñanza. Existe más bibliografía, hay más información.
Sin embargo, si bien terminó el feudalismo en la educación del niño sordo y la enseñanza se democratizó, no finalizaron las reyertas exageradas entre docentes que esgrimen sus métodos: oralismo puro, gestual puro, método combinado, ensordeciendo a los padres en el muestreo de sus trabajos como el único, el mejor y el verdadero. Pero el problema no es sólo educativo, familiar y social; lo económico tiene un peso determinante aun en la elección del método.
El modelo y la mirada están puestos en Estados Unidos; pero, ¿podemos pensar en los países subdesarrollados en un modelo educativo que nada tiene que ver con nuestra cultura y con nuestra economía? En nuestros países, las pequeñas instituciones educativas para sordos que llegan a crearse tienen de antemano pocas esperanzas de sobrevivir debido a la falta de recursos económicos. ¿Qué papel debe jugar el estado en este proceso? ¿Podrán los padres, en algún momento, despreocuparse de la problemática económica y elegir filosóficamente lo que ellos consideren lo mejor para la rehabilitación de sus hijos?
Para los padres de chicos sordos que deben empezar con la rehabilitación de sus hijos, la única solución, hoy por hoy, es agruparse en asociaciones de padres y proyectar juntos el futuro educativo de sus hijos, sin olvidar el campo laboral. Pero aun la supervivencia de las asociaciones de padres en países como Argentina es difícil; ¿qué decir entonces del campo laboral, donde el futuro se vislumbra para todos muy negro, y para el hipoacúsico parece ser inexistente?
En los países donde esto ocurre, el futuro educativo y laboral de las personas hipoacúsicas debería comenzar a planificarse desde el seno de las asociaciones de padres, que podrían realizar proyectos y presentarlos ante sus legisladores, en sus respectivos Congresos.
Países como Cuba, a pesar de contar con pocos recursos, han podido lograr que sus sistemas de salud y educación funcionen para atender las necesidades de los niños hipoacúsicos. España también es un buen ejemplo del que se puede aprender.
Los padres de familia, los profesionales en la materia, y los adultos sordos deberían hacer un frente común y echar una mirada a lo que sucede en el resto del mundo, a fin de aprender de otras experiencias.
No obstante, aun en países como Cuba la situación de los sordos no es tampoco la ideal. Hace más de diez años fui invitada a presenciar el funcionamiento de 300 talleres educativos de distintas áreas, en el Palacio de los Pioneros (ciencias, artes y técnicas). Los niños pasaban por todos los talleres desde los primeros grados de la escuela primaria; así se acercaban a la experiencia de lo que significa manejar un avión en desuso, ser empleados de un hotel, trabajar de veterinarios, modistas, pintores, escultores, dentistas, en la armada, etc. Pasaban por todas las profesiones y oficios y, de esta manera, los talleres lograban obtener vocacionalmente de cada niño lo mejor de sí mismo, pudiendo programar su inserción en la escuela secundaria y el bachillerato para una mejor elección laboral.
Y digo que la situación no es la ideal para los sordos porque, aunque se programaba el trabajo del niño desde la escuela primaria, los sordos solamente podían asistir a estos talleres tres veces al año, mientras que los oyentes asistían una vez por semana.
En la actualidad, la concurrencia de los alumnos de todo el país al Palacio de los Pioneros está limitada a los chicos de las inmediaciones, ya que el Estado no cuenta con medios para subsidiar el transporte escolar.
¿Cuándo la educación del discapacitado ocupará un lugar importante en el presupuesto educativo de los países iberoamericanos? ¿Sólo cuando todas las demás necesidades presupuestarias estén satisfechas?
Algo similar ocurre en el acceso a la tecnología. Sería necesario que todas las familias con chicos sordos contaran con un fax y un radio llamado, o una computadora con acceso a Internet. Resulta increíble observar cómo gracias al uso del e-mail y del chat se agiliza la comunicación entre sordos y oyentes, y la comunicación con otros sordos. Se ha observado, por ejemplo, que el fax y el e-mail contribuyen a enriquecer el lenguaje de los niños sordos, a ponerlos más alertas y a independizarlos de su familia.
Cuando estos niños reciben los mensajes por lectura labial siempre hay algo que se les pierde, como se describe en el siguiente testimonio de un sordo profundo: "Leer los labios es como escuchar música con ruidos, siempre hay alguna palabra que se nos pierde y que tratamos de adivinar. A mí me costaba hacer síntesis con lo que quería decir y sólo lo logré cuando comencé a mandar faxes, porque trato de sintetizar para que la llamada no me salga tan cara. Si le escribo a una oyente cuido más mi gramática y mi forma de redacción, y cuando recibo por fax su respuesta es increíble porque aprendo frases nuevas y divertidas".
Lo mismo sucede con el radio llamado: el sordo sabe que debe sintetizar, pues las llamadas no son ilimitadas, sabe que del otro lado de la línea hay un oyente que recibe su mensaje, se regodea con la maravillosa libertad que le produce hacer una llamada directamente a la central del "radio llamado" donde una persona se encarga de enviar su mensaje.
Estos avances tecnológicos han sido una bendición para muchas personas sordas. Sin embargo, surgen muchas preguntas: ¿quiénes pueden acceder a ellos?, ¿cómo pueden hacerlo?, ¿tienen subsidios, precios especiales en las empresas especializadas en comunicaciones? Aunque en estos últimos años los adelantos tecnológicos en la materia han sido importantes, son pocos quienes efectivamente pueden adherirse a ellos.
¿Cómo es posible que los adelantos existentes no estén al alcance de las mayorías, a sabiendas de que tecnologías como el fax o el radio llamado pueden constituir para el sordo un valioso medio de comunicación?
Además, los adelantos son importantes pero no suficientes. ¿Cómo es posible que se hayan descubierto nuevas galaxias, pero en cambio no se haya creado aún un lenguaje común a todos los sordos, o bien, un sistema comunicacional como segundo lenguaje? Cabe preguntarse: ¿existen subvenciones estatales para este tipo de investigaciones?
Pero mis preguntas van aún más allá: ¿por qué no existen fundaciones gubernamentales dispuestas a ayudar a los sordos?, ¿cuándo entenderán los empresarios que los discapacitados no sólo son un medio para desgravar impuestos, sino que pueden ser empleados valiosísimos y fieles a su empresa?
En un mundo donde falta trabajo aun para quienes supuestamente no tienen limitaciones, es absurdo que los padres de familia no cuenten con el espacio para trabajar interdisciplinariamente en los ministerios con políticos, adultos sordos, economistas, psicólogos, con el fin de preparar reformas educacionales para que estos niños tengan un futuro dentro del campo laboral.
Después de la rehabilitación hay un largo camino que los padres deben recorrer: ayudar al niño en la inserción social, ayudar al joven en la inserción educacional, seguir ayudándolo en la inserción laboral... Es importante que los gobiernos asuman que esta tarea les compete, que la inserción del discapacitado debe trabajarse desde las políticas educativas. En este proceso de participación encuentro la clave, la respuesta a todas mis preguntas: sólo cuando asumamos el protagonismo que nos exige la propia historia lograremos los grandes cambios.

(1) El siguiente artículo ha sido adaptado del capítulo "Reflexión Final" de mi libro El Proceso de entender y ser entendido. Guía para padres de chicos y adolescentes con limitaciones auditivas, próximo a ser editado por Editorial Trillas, México. Es inédito y formará parte de este manual de orientación familiar.
(2) La Lic. Dora Kweller es Psicóloga y Familióloga (Universidad de Buenos Aires)
dorakweller@sinectis.com.ar

  Número 36/4
10- 07 - 05

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