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Revista
Iberoamericana de Educación Número 18 - Ciencia, Tecnología y Sociedad ante la Educación |
Las siglas CTS, universalmente aceptadas hoy, hacen referencia a las interrelaciones entre los avances de la Ciencia, las aplicaciones de la Tecnología y las respectivas implicaciones, positivas y negativas, que todo ello supone para la Sociedad. Los estudios e investigaciones sobre CTS, aparecidos después de la segunda guerra mundial, se caracterizaron pronto por poner de relieve la falsedad de un pretendido carácter aséptico, puro, del conocimiento científico-tecnológico, puesto al servicio de la sociedad por no se sabe bien qué instancias supuestamente neutrales. Conforme avanzaba la década de los sesenta creció también el carácter aleatorio del cambio científico-tecnológico, y su problematicidad esencial respecto de sus beneficios sociales se puso de manifiesto de una manera evidente: residuos tóxicos, pérdidas radiactivas de las centrales nucleares, contaminación atmosférica, degradación ambiental En los setenta, los estudios CTS pusieron el énfasis en la ciencia y la tecnología como un producto social que implica valores y alberga intereses, no todos legítimos: la conflictividad subyacente a las relaciones CTS indicaban ya que en ningún momento esas relaciones habían dejado de ser fenómenos ajenos a la política. Por otra parte, a partir de esos años los estudios CTS han ido adquiriendo carta de naturaleza no sólo en los institutos especializados o agencias oficiales, sino también en las propias universidades. De ahí que analizar las complejas relaciones entre Ciencia, Tecnología y Sociedad, desde la perspectiva de la Educación, sea hoy el tema monográfico de este número de la Revista Iberoamericana de Educación.
Para ello, nada mejor que abrir el número con el trabajo que realiza el profesor Vaccarezza sobre el estado de la cuestión en América Latina. Aunque, obviamente, el análisis de las relaciones CTS en América Latina revela la existencia de elementos comunes respecto de la tradición europea y estadounidense, presenta, no obstante, características propias. Desde esta perspectiva, Leonardo S. Vaccarezza nos hace una pequeña pero interesante historia de la investigación científica y técnica en América Latina desde los años 50 y de los cambios que se van operando en las relaciones CTS, especialmente el paso de la CTS como movimiento a su consideración como campo propio de conocimiento. La situación actual, caracterizada por el énfasis en los aspectos de gestión y administración, los análisis micro, el olvido de la ética, está indicando, en palabras del autor, «una carencia que probablemente se explique por la escasa atención brindada a los problemas de la ciencia y la tecnología a lo largo del proceso educacional del individuo».
El profesor López Cerezo se ocupa también del estado de la cuestión de las relaciones entre Ciencia, Tecnología y Sociedad, pero desde la perspectiva europea y estadounidense, haciendo hincapié especialmente en sus conexiones con la educación. Analiza, por tanto, las dos grandes tradiciones de la CTS: la de origen europeo, centrada en los condicionantes sociales de la ciencia, con predominio claro de las ciencias sociales, y la de origen estadounidense, focalizada en las consecuencias sociales del conocimiento científico-tecnológico, con predominio ostensible de las humanidades y de la reflexión política. En este contexto de fondo, con los problemas subsiguientes, el profesor López Cerezo analiza el papel de la educación formal en la enseñanza de la ciencia y la tecnología, sirviéndose de un caso que conoce bien, el de la incorporación de la educación CTS al currículo español en el marco específico de la reforma de la educación secundaria.
El trabajo del profesor Gil se centra principalmente en el papel de la educación ante las transformaciones científico-tecnológicas de nuestro tiempo, y lo hace abordándolo con amplitud desde una triple perspectiva: en primer lugar, la aportación de la educación al desarrollo económico y social de los pueblos mediante la incorporación del conocimiento científico-técnico actual al currículo; en segundo lugar, la aportación de la educación al fortalecimiento de la democracia por medio de «la educación científico-tecnológica para todos»; finalmente, la aportación de la educación a los procesos de integración favoreciendo lo que el autor denomina «la integración planetaria».
El estudio de Aldo González ocupa un lugar intermedio dentro de este número. Analizados los grandes problemas y consideradas las grandes cuestiones que el desarrollo de la ciencia presenta en la actualidad, resulta preciso atender a lo que hoy supone el cambio tecnológico. Dicho con palabras del autor, se trata del tránsito de la ciencia básica a la tecnología, utilizando como modelo esa ciencia que ocupa ya un lugar estelar en el conocimiento humano: la biología. Para Aldo González la biología es un buen ejemplo de la creación de conocimiento y de su transformación en tecnología, permitiendo con ello elevar los índices de calidad de vida.
A la educación tecnológica, dentro del conjunto CTS y desde consideraciones en buena parte novedosas, dedica Rodríguez Acevedo su trabajo. Se parte de una concepción más amplia de la tecnología que la convencional, dando entrada a un nuevo actor, lo que el autor llama la «educación en tecnología», es decir, una educación que atiende tanto los aspectos técnicos del conocimiento como los aspectos culturales que están ínsitos en la propia tecnología. Para ello se parte de la necesidad de una nueva relación entre ciencia y tecnología, del estudio de los diversos enfoques de la educación en tecnología y de lo que para el autor constituye la clave de esta modalidad, el ambiente escolar.
Si el profesor López Cerezo nos planteaba la incorporación de CTS al currículo de la educación secundaria, la profesora Judith Sutz, partiendo de la penetración de CTS en los currículos universitarios, nos presenta un caso concreto de innovación curricular: un curso de pregrado en una licenciatura de sociología. Los objetivos de un curso de esta naturaleza, su enfoque, los problemas que suscita, la metodología, son aspectos todos ellos tratados aquí desde la perspectiva CTS.
Finalmente, el número se cierra con una bibliografía básica de Ciencia, Tecnología y Sociedad, acompañada de unos breves pero sugestivos comentarios del profesor López Cerezo.
Manuel de Puelles Benítez
Número 18. Septiembre-Diciembre 1998
Programa Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación | ||
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