En este ensayo me referiré solamente a aquellas instituciones
que trabajan con adolescentes. En especial, haré hincapié
en la etapa que va desde los 12-13 años a los 17-18. Es en
este segmento donde más agudamente se viven los conflictos
educacionales y en el que los choques generacionales y sociales
se manifiestan con más fuerza. Intentaré describir
la institución escolar, el mundo en que está inserta
y el desfasaje entre ambos. Finalmente, analizaremos algunas propuestas
para mejorar la educación de nuestros jóvenes.
¿Cuál es hoy la función de la escuela?
Otrora, la institución que claramente delimitaba el campo
del bien y del mal, de lo permitido y de lo no permitido, de lo
aceptado y de lo repudiado socialmente en la formación de
los jóvenes era la familia. Hoy en día, por razones
que escapan a este ensayo, la familia ha dejado de cumplir, o cumple
muy precariamente, esa función. Una parte de la misma ha
sido traspasada silenciosamente a las instituciones escolares. La
organización y el funcionamiento de las mismas se adaptaron
a las nuevas necesidades de la sociedad de los adultos y, de hecho,
se crearon condiciones negativas para la transmisión de conocimiento
y la formación de hábitos de trabajo y estudio en
los niños y jóvenes. Concretamente, la docencia fue
suplantada por la contención y la asistencia.
Fuera y dentro de la institución escolar
Paralelamente al debilitamiento de la familia y al cambio de función
de las instituciones escolares, el mundo ha adquirido algunas características
que sin duda también afectan la labor docente. La organización
social actual se caracteriza, entre otras cosas, por la distribución
masiva de la información, por el desafío creativo,
por la gran movilidad económica y social, por el vasto uso
de la tecnología, por la facilidad para el intercambio de
ideas y por la necesidad de trabajar en equipos de individualidades
muy sólidamente formadas.
Estos rasgos de la sociedad actual facilitan la consolidación
de un nuevo modo de aprender: sin roles fijos; sin ámbitos
cerrados ni horarios determinados; valorativo de la creatividad
intelectual, del espíritu emprendedor y de la adquisición
de las capacidades cognitivas complejas que aseguren el saber que,
el saber hacer y el ser de los individuos. Una de las particularidades
de este proceso de aprendizaje es que parte casi siempre del interés
del aprendiz y puede ser bastante solitario y diverso, al menos
en una etapa. Esta nueva forma de aprender tiene un importante número
de adeptos, sobre todo entre los jóvenes.
Las instituciones educativas tienen organizadas sus tareas en una
forma diametralmente opuesta. La escuela actual mantiene roles fijos,
espacios y tiempos rígidamente determinados; es rutinaria
y memorística, no es polémica ni creativa ni emprendedora;
sacraliza lo homogéneo y castiga lo heterogéneo; se
desentiende, salvo casos excepcionales, del saber hacer y del ser;
le impone al aprendiz qué debe saber y cuándo y cómo
lo debe aprender; por último, es ruidosa e inútilmente
multitudinaria.
Las consecuencias de esta disparidad son fácilmente observables
con sólo permanecer una mañana en una institución
educativa: el fracaso académico, la violencia en las relaciones
y la insatisfacción institucional resumen una multitud de
conflictos
El perfil del egresado
Hoy en día la educación necesita formar un ciudadano
activo, en condiciones de obtener el dato para convertirlo en información
útil e incidir con él en la transformación
de la realidad. Es un rasgo del perfil de este egresado el uso de
su libertad y criterio propio y la posibilidad de acceder a campos
más amplios que sus mayores en conocimientos y trabajo. En
realidad, es un ser capaz de avizorar y apropiarse de todos aquellos
cambios que sean pertinentes para su desarrollo intelectual y laboral.
De la rapidez de adaptación a estos cambios depende su supervivencia.
El Mundo
La nueva cultura
¿A qué llamo la nueva cultura?
Dicho en una forma simplificada y lisa, la nueva cultura se caracteriza,
en lo pertinente para esta discusión, por la distribución
masiva de la información, por el desafío creativo,
por la gran movilidad económica y social, por el vasto uso
de la tecnología, por la facilidad para el intercambio de
ideas y por la necesidad de trabajar en equipos de individualidades
muy sólidamente formadas. Una sociedad moldeada en tales
términos es compleja y no se deja esquematizar fácilmente.
La información es tan masiva que cuesta no enredarse en
ella y para ser utilizada requiere de habilidades que no están
presentes en todos los hombres; el desafío creativo lleva
a una competitividad muy despiadada; la movilidad es tanto para
arriba como para abajo; el intercambio intelectual presupone arduos
compromisos y postergaciones; el trabajo en equipo no es nada fácil,
justamente debido a las fuertes individualidades que exige.
El cruce de disciplinas es la fuerza motora de la actividad humana
en el mundo actual. Luego, son de suma importancia en la formación
de los hombres y mujeres:
1) la valoración de puntos de vista distintos para enriquecer
la visión, para crecer en sabiduría;
2) el hábito de realizar los esfuerzos necesarios por
entender y valorar la opinión del otro cuanto más
distinta a la nuestra sea;
3) el hacer hincapié en aprender a escuchar, más
que en hacernos escuchar y
4) el privilegiar a quien refute nuestras creencias porque nos
ayudará a no equivocarnos.
En realidad, el secreto del éxito en las relaciones humanas
parece ser la negociación y el acuerdo mutuamente conveniente.
Los cambios más notables
Trataré de presentar, en forma simplificada, aquellos cambios
que más han afectado a las instituciones escolares.
La información
Uno de los rasgos más salientes de este momento es el libre
acceso a la información. Los datos y la información
que antes permanecían en cotos cerrados hoy se despliegan
entre el común de las gentes.
Creatividad y conocimiento
El problema hoy en día no es acceder a la información
como en otra época. El gran reto es estructurar la información
que nos va llegando sobre aquellos temas que nos interesan. Aunque
seamos muy selectivos según sea nuestra personalidad, cultura,
e intereses, debemos ser capaces, no de memorizar, sino de organizar
toda la información que nos llega, comprenderla y utilizarla
para la acción o para generar nuevos conocimientos.
Nuevas formas de aprender
Hay otro fenómeno que interesa directamente a las instituciones
educativas. Es la forma de abordar los aprendizajes que se está
imponiendo en nuestros jóvenes. Hoy los textos tienen una
característica que podríamos bautizar como navegabilidad.
No es un rasgo menor ya que desde un texto es posible saltar al
universo textual con la conveniente posibilidad de retornar al primero
si hiciera falta. Nada más antirutinario y desordenador que
esta forma de aprender. Es más, tiene el grave problema de
dispersar y disparar hacia no se sabe dónde al aprendiz.
Por eso la labor docente, lejos de desaparecer, es necesaria pero
distinta.
La sociedad
Aceleración en los cambios
Otro de los aspectos destacables de este nuevo mundo es el vertiginoso
cambio en cuanto a conocimientos, tecnología, comunicación
y accesibilidad a la cultura. Es muy difícil mantenerse al
día en cualquier disciplina, sobre todo si se dejó
transcurrir un tiempo sin hacerse cargo de las novedades.
Por otra parte, la revolución tecnológica llevó
al desarrollo de muchas habilidades en las que los adultos, por
edad y formación, difícilmente puedan competir con
los jóvenes.
Lo notable de la situación es que un rasgo, la adaptabilidad
a los cambios, es el que marca una diferenciación cada
vez mayor.
Jerarquización de la sociedad
Estos acelerados cambios produjeron la obsolescencia de relaciones
establecidas que tenían que ver con una jerarquía
de otras épocas.
La transmisión de los conocimientos, con anterioridad a
estos cambios, estaba basada en una estructura jerárquica
y en un protocolo muy institucionalizado; pero en este momento el
que puede enseñar no es sólo el que estaba en el vértice
de la pirámide, sino que cualquier persona se convierte en
poseedor y transmisor de conocimiento, inclusive los alumnos y los
que otrora permanecían en la base de la pirámide.
Movilidad social
Los modos tradicionales con los que los jóvenes se insertaban
en el campo laboral se han hecho trizas. Hoy en día se privilegian
tanto los conocimientos y la creatividad con valor práctico
como las habilidades para conducir equipos de trabajo y resolver
problemas, el empuje y perseverancia para lograr las metas propuestas,
la astucia e inteligencia en las confrontaciones, la capacidad de
análisis y razonamiento.
Aceptación de la heterogeneidad
Una vieja tendencia educativa nos ha llevado a valorar la homogeneidad
antes que la disparidad de actitudes, valores, creencias, modas
y métodos. Justamente esa búsqueda de homogeneidad
es lo que se ha revelado como carente de riqueza y poco propicia
para el desarrollo de las personas. Lo cierto es que cada vez más
la sociedad es proclive a aceptar, sin juzgar demasiado, lo distinto
y a partir del estudio tratar de aprender de lo nuevo.
Las nuevas generaciones pronto aprendieron que de la diversidad
nace la riqueza y el conocimiento.
El trabajo
Equipo
Dada la riqueza y sutileza de las cuestiones planteadas en las
diversas ciencias y actividades económicas no es posible
pensar en un individuo que conozca todo y encare la solución
de los problemas cual dios griego. El intercambio de puntos de vista
enriquece la visión de cada integrante de los equipos de
trabajo; con ello se aprende y se cometen menos errores en las hipótesis
de trabajo. Esta necesidad de trabajar en equipos hace que el estudioso
valore la opinión disidente, aprenda a escuchar y realice
esfuerzos para entender.
Individual y solitario
Todo lo dicho no contradice la formación de sólidas
individualidades acostumbradas al estudio solitario y esforzado.
La adquisición de ciertas habilidades intelectuales y manuales
necesarias para participar productivamente en un equipo requiere
del entrenamiento intensivo. Y éste suele ser individual.
Recién una vez adquiridos importantes conocimientos y capacidades
la persona está en condiciones de formar parte de los equipos
de trabajo.
La Institución
Desprestigio
Si bien algunas encuestas la reconocían hasta hace poco
como una de las instituciones con más credibilidad y los
discursos de políticos y sindicalistas de todos los colores
incluyen su defensa, a la hora de las verdades nos encontramos con
una sociedad que actúa como si la escuela fuera la más
desprestigiada de las instituciones.
Y esta última afirmación no se refiere a gobernantes
y políticos solamente. Involucra a los padres, a los alumnos
y a los propios docentes.
Padres
Los padres aceptan de buen grado una actitud flexible en lo que
se refiere a su trabajo, relación de pareja y amistades;
pero exigen una escuela que mantenga el rigor y la obediencia en
sus hijos. Lo que sobre todo agradecen a la escuela es la contención
que ésta realiza del joven manteniéndolo entre
cuatro paredes protegido de enemigos tenebrosos. También
es notable el desprecio que manifiestan por los conocimientos a
la hora de defender a sus hijos ante un aplazo o cuando repiten
el curso. En esos casos no vacilan en desautorizar a quien sea con
tal de evitar la pérdida
Jóvenes
Por otra parte, los jóvenes toman a manos llenas toda la
libertad que les posibilita esta nueva visión del mundo fuera
de la institución educativa. Adquieren destrezas importantes
en aquellos terrenos que resultan de su interés y no es raro
verlos realizar ingentes esfuerzos para lograr ciertos éxitos
valorados entre sus pares. Sin embargo, en sus conductas escolares
aparecen la falta de interés, el facilismo, las actividades
lúdicas escapistas, el abandono personal, la falta de contracción
al trabajo, la irresponsabilidad, la mentira.
Hay, y no son pocos, los que rápidamente descubren, y así
lo manifiestan, que no hace falta concurrir a una institución
educativa para aprender lo que ellos quieren saber. En lo que respecta
a la valoración de las instituciones educativas basta con
recordar las técnicas de copiado en exámenes, la poca
inquietud por aprobar las materias, las faltas de respeto al personal
y a las instituciones escolares, los desmanes en sus fiestas, los
daños ocasionados a los pupitres y edificios escolares.
Desgraciadamente muchos jóvenes utilizan las instituciones
educativas para pasarla bien sin tener que asumir responsabilidades
ni compromisos que por otra parte el sistema educativo no le plantea
con coherencia.
Docentes
Por último veamos a los docentes. Cada vez se exige menos
saber académico en la formación del docente.
Muy poco efectivo puede ser el trabajo realizado en el aula con
una carga horaria de cuarenta y tantas horas semanales y con una
población de más de treinta y cinco alumnos por curso
por atender. Es sabido que el porcentaje de inasistencia docente
ronda el 30% de las horas a dictarse y que en un porcentaje muy
significativo los docentes aceptan dictar cátedras para las
que no están preparados académicamente.
Este panorama refleja, más que ninguna declaración,
la opinión de los docentes sobre la función de la
escuela.
Organización
Docentes y alumnos supeditados rígidamente a la organización
En realidad las estrategias administrativas y legales de las instituciones
educativas están orientadas a satisfacer el cumplimiento
de las rutinas superficiales que tienden a asegurar la escolaridad
más que a crear las condiciones adecuadas para que los alumnos
aprendan.
La organización es tal que asegura el horario de entrada
y de salida, los recambios de profesores, dar la cantidad de horas
asignadas a cada disciplina, que los docentes puedan trabajar en
varias instituciones, cumplir con la responsabilidad administrativa
de informar quiénes aprueban y quiénes no y otras
semejantes. De ninguna forma se busca crear las condiciones óptimas
para el proceso de enseñanza-aprendizaje ya que la estructuración
es rígida e inamovible.
Relaciones de aprendizaje
Homogeneidad vs. heterogeneidad
La amplitud, la permisividad social no se instaló en las
instituciones educativas que, si bien resultan tolerantes con peinados
raros, cabellos verdes o respuestas insolentes, para nada lo son
en lo que respecta a su función pedagógica. El modo
de establecer las relaciones pedagógicas es rígido,
esquemático, con jerarquías que no condicen con la
realidad, con metas que no son del interés de nadie, sin
espacios para la creatividad ni para la manifestación de
las distintas personalidades.
Desinterés por las individualidades
Consecuencia de la homogeneización es la anulación
de las individualidades: ni docentes ni alumnos tienen individualidad.
Así es como se pierde la posibilidad de movilizar al alumno
con la presentación de una diversidad que lo obligue a elegir,
a componer, a asociar, a disentir, a opinar, a proponer. No se establece
una relación con cada alumno, sino que se da clase al montón.
Tampoco la institución escolar se preocupa por qué
quiere, qué busca, qué necesita el docente. Esto es,
la institución y las autoridades tratan a los docentes como
si fueran un cuerpo monolítico.
Ausencia de diálogo, ausencia de proceso
No hay creatividad, la actividad está fosilizada, falta
libertad, se valora casi excluyentemente la homogeneización,
se ignoran las individualidades. Todo esto lleva inevitablemente
a la falta de diálogo y, por lo tanto, a la ausencia de proceso.
Lo que se ha matado es el proceso de aprendizaje. El docente está
solo detrás del escritorio y el alumno solo delante del escritorio.
Líderes y equipos de trabajo
Una de las carencias más pronunciadas de nuestras escuelas
es la falta de líderes estudiantiles y de equipos de trabajo.
Al cercenar las posibilidades de mostrarse como diferentes a los
demás, los líderes sólo se desarrollan en la
parte no oficial de las instituciones. Están los jóvenes
que lideran las barritas que se concentran en desmanes
o perturbaciones de clases y en enfrentamientos con otras barritas.
Pero no hay mecanismos para encauzar algunas naturales dotes de
dirigentes hacia el trabajo en equipo de los alumnos.
Imaginemos
¿Cómo debiera ser el lugar para enseñar y aprender?
Imaginemos en primer lugar, un espacio amplio y cálido,
colmado de libros, películas, música, revistas, enciclopedias
digitales, software de todo tipo, pinturas, esculturas, instrumentos
musicales, elementos para deportes. No nos olvidemos de una buena
cantidad de computadoras conectadas a Internet. Es decir, un espacio
que forme parte del mundo, aunque se halle acotado para un fin específico:
la enseñanza. En ese espacio los docentes y los alumnos deben
poder disponer de todo el tiempo necesario para hacer uso de estos
materiales y para construir un diálogo fecundo de transmisión
y adquisición de conocimientos, habilidades y experiencias.
Los momentos y los tiempos se darán según la necesidad
del trabajo.
Pero lo más importante del lugar es que pueda construirse
en él un clima de trabajo serio y gratificante. Sobre todo,
es necesario construir una relación exenta de violencia,
de imposiciones y de enfrentamiento. Es muy importante eliminar
los encajonamientos externos; sí es positivo y deseable establecer
mediante acuerdos los límites, las obligaciones y los derechos
de los docentes, los alumnos, los padres y los funcionarios.
Las escuelas deben ir perdiendo el aspecto de lugar de encierro
que han ido adquiriendo con los años. Simplemente porque
hay que lograr que el alumno esté en la institución
porque quiera estar no porque esté obligado.
Cuatro Instrumentos
Ahora bien, si tuviéramos el lugar apropiado, ¿qué
más podríamos hacer? Necesitamos cuatro instrumentos
transformadores:
1) determinar una única función de la escuela:
favorecer el proceso de enseñanza-aprendizaje;
2) flexibilizar la organización institucional otorgando
mayor libertad a sus miembros para ir consolidando la autogestión;
3) consolidar las autonomías de las instituciones permitiéndoles
diferenciarse entre sí;
4) propugnar una relación docente-alumno más abierta
y sincera; más exigente ya que expone a ambos a las consecuencias
de sus errores; más de persona a persona y no de persona
a grupo y que favorezca la recuperación de la autoridad
pedagógica.
Entonces, ya estamos en condiciones de realizar la tarea para la
que hemos sido formados y los docentes podemos revertir la situación
justamente tomando los conflictos y dándolos vuelta a nuestro
favor.
Revertir los conflictos
Abundancia de información: aprovechar su democratización
Los datos al alcance de todos le quitan al docente el papel privilegiado
de poseedor y transmisor de conocimientos que hasta
hace poco ostentaba. Sin embargo, desde la escuela desperdiciamos
la posibilidad de que todos se responsabilicen de la tarea de aportar
la información, no sólo el dato,que ayude a consolidar
el conocimiento.
Libertad del aprendiz: explotarla en favor del aprendizaje
Gracias a la posibilidad de estudiar solo por Internet, en revistas,
en libros, por cable, etc., el joven retoma la oportunidad y dirección
de su formación. No depende de lo que le quieran enseñar
en la escuela, busca movido por su interés. Lo notable es
que ese interés suele autoalimentarse por su propia satisfacción.
También es una oportunidad para el docente valerse de esta
automotivación para lograr, partiendo de ella, llegar al
conocimiento institucionalizado.
Nuevas habilidades informáticas: intercambiar roles
Internet es la mayor base de datos conocida hasta ahora. En este
terreno los jóvenes han adquirido una capacidad mayor que
sus docentes. Si los docentes se decidieran a tomar el papel de
alumnos e incitar a sus alumnos a que tomen el de docentes
en la enseñanza de estas nuevas habilidades podrían
dar lugar a una inédita experiencia docente que seguramente
los enriquecería a todos. El desafío es utilizar al
máximo todos los recursos informáticos como instrumentos
idóneos para la adquisición de conocimientos.
Valores generacionales distintos: lograr que convivan
El estudio, el respeto a las reglas, el espíritu de grupo,
pero también el individualismo y la fe en un mañana
mejor son particularidades detectadas en los jóvenes que
no siempre se manifiestan en las instituciones educativas. Esto
ocurre porque en esos ambientes no se permite la exposición
de las individualidades ni se admiten los criterios propios de los
jóvenes.
Revertir esta situación, darle un espacio ordenado al joven,
hacerlo sentir partícipe de la tarea pedagógica puede
hacer que la relación se enriquezca y cambie de confrontación
a trabajo en común.
Post Scriptum
Cuando hayamos caminado, aunque sea un poco, por estos senderos,
seguramente tendremos que sentarnos a pensar qué está
mal, qué debemos cuidar, qué no debemos volver a hacer,
qué nos atrevemos a hacer, qué tendríamos que
haber hecho. Nos guste o no las instituciones escolares son como
los buques en alta mar. Hay que solucionar los problemas mientras
navegamos. Yo diría que, por suerte ocurre así; si
no fuera así algún trasnochado funcionario cerraría
las escuelas por un año y elaboraría un pormenorizado
plan de reestructuración para poner en marcha al año
siguiente.
* Profesora de Castellano y Literatura por la Universidad Nacional
del Comahue; ex Directora de la Escuela de Educación Técnica
nº 1 de General Roca, Río Negro, Argentina.
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