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La Revista Iberoamericana de Educación es una
publicación monográfica cuatrimestral editada por la
Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) |
Está en:
OEI -
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Revista Iberoamericana de
Educación - Número 22
Número 22
Educación
inicial / Educação inicial
Enero - Abril 2000 / Janeiro - Abril 2000
Foro Mundial sobre la Educación
MARCO DE ACCIÓN DE DAKAR
«La educación para todos: cumplir con
nuestros compromisos colectivos»
- Nosotros, participantes en el Foro Mundial sobre la
Educación, reunidos en Dakar (Senegal), en abril de 2000, nos
comprometemos a garantizar para todos los ciudadanos y todas las sociedades la
realización de las metas y objetivos de la educación para todos.
- El Marco de Dakar es la expresión de nuestra
determinación colectiva para actuar. Los gobiernos tienen el deber de
vigilar que las metas y objetivos de la educación para todos sean
alcanzados y sostenibles. Se trata de una responsabilidad que, para ser llevada
a buen término con eficiencia, requiere amplias alianzas en los
países, apoyados por la cooperación con las instituciones y los
organismos regionales e internacionales.
- Reafirmamos el principio enunciado en la Declaración Mundial
sobre la Educación para Todos (Jomtien, 1990), apoyada por la
Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención de
los Derechos del Niño según las cuales toda persona
niño, adolescente o adulto tiene los derechos humanos de
beneficiarsede una formación concebida para
responder a sus necesidades educativas fundamentales, en el sentido más
amplio y más completo del término, una formación que
incluya aprender para saber, para hacer, para vivir juntos y para ser. Una
educación que pretende explotar los talentos y el potencial de cada
persona y desarrollar la personalidad de los que aprenden, con el fin de
permitirles llevar una vida mejor y de transformar la sociedad en la cual
viven.
- Nos alegramos de los compromisos contraídos por la comunidad
internacional a favor de la educación básica a lo largo de los
años 90, en varias ocasiones: Cumbre Mundial para los Niños
(1990), Conferencia sobre el Medio ambiente y el Desarrollo (1992), Conferencia
Internacional sobre Población y Desarrollo (1994), Conferencia Mundial
sobre los Derechos Humanos (1993), Conferencia Mundial sobre las Necesidades
Educativas Especiales: acceso y calidad (1994), Cumbre Mundial para el
Desarrollo Social (1995), Cuarta Conferencia Mundial sobre las Mujeres (1995),
Reunión a la Mitad de la Década del Foro Consultivo Internacional
sobre la Educación para Todos (1996), Conferencia Internacional sobre la
Educación de Adultos (1997) y la Conferencia Internacional sobre el
Trabajo de los Niños (1997): El reto consiste ahora en cumplir con esos
compromisos.
- La evaluación mundial de la Educación Para Todos en el
año 2000 (EPT) muestra que se han realizado progresos importantes en
muchos países. Sin embargo, es inaceptable que en el año 2000
más de 113 millones de niños no tengan acceso a la
enseñanza básica, que todavía 880 millones de adultos sean
analfabetos, que la discriminación por género siga dejando
lastres en los sistemas educativos, y que la calidad del aprendizaje y la
adquisición de valores humanos y de competencias estén lejos de
atender las aspiraciones y las necesidades de los individuos y de las
sociedades: jóvenes y adultos ven negado el acceso a habilidades y
conocimientos necesarios para encontrar un empleo remunerado y participar
plenamente en sus sociedades. A menos que se produzca un progreso rápido
de la educación para todos, los objetivos nacionales e internacionales
de reducción de la pobreza no serán alcanzados y las
desigualdades entre los países y en el seno mismo de las sociedades
irán en aumento.
- La educación es un derecho fundamental del ser humano. Es una
condición esencial para el desarrollo sostenible así como para la
paz y la estabilidad en el interior de los países y entre ellos, y por
lo tanto el medio indispensable para una participación efectiva en las
sociedades y en las economías del siglo XXI, sometidas a procesos
rápidos de mundialización. El logro de las metas de la
educación para todos no debería ser diferido por más
tiempo. Es posible y necesario responder con urgencia a las necesidades
educativas básicas de todos.
- Por consiguiente, nos comprometemos colectivamente a garantizar la
realización de los objetivos siguientes:
(i) desarrollar y mejorar bajo todos sus aspectos la
protección y la educación de la primera infancia, con
énfasis en los niños más vulnerables y más
desfavorecidos.
(ii) Garantizar que, de aquí al 2015, todos los
niños y niñas, los que se encuentren en situaciones
difíciles y los que pertenecen a minorías étnicas, tengan
la posibilidad de acceder a una educación básica obligatoria y
gratuita de calidad, y de completarla;
(iii) Responder a las necesidades educativas de todos
los jóvenes y de todos los adultos, garantizando un acceso equitativo a
programas adecuados de aprendizaje, de habilidades para la vida y de
ciudadanía;
(iv) Mejorar en un 50%, los niveles de
alfabetización de adultos, y especialmente el de las mujeres de
aquí al año 2015, y garantizar a todos los adultos un acceso
equitativo a los programas de educación básica y de
educación permanente;
(v) Eliminar las disparidades de género en la
enseñanza primaria y secundaria de aquí al año 2005 y
lograr la igualdad de género en el año 2015, cuidando de
garantizar a las niñas y adolescentes un acceso equitativo, real y sin
restricciones a una educación de base de calidad;
(vi) Mejorar todos los aspectos de la calidad de la
educación con una meta de excelencia de manera que se obtengan para
todos resultados de aprendizaje reconocidos y cuantificables, resaltando los
referidos a la lectura, la escritura, el cálculo y las competencias
indispensables para la vida cotidiana.
- Para alcanzar esos objetivos, nosotros, los gobiernos,
organizaciones, agencias, grupos y asociaciones representados en el Foro
Mundial sobre la Educación, nos comprometemos a:
(i) Suscitar, a niveles nacionales e internacional, un
poderoso compromiso político a favor de la educación para todos,
definir planes de acción nacionales y aumentar sensiblemente la
inversión en educación básica;
(ii) Promover políticas de educación para
todos en el marco de una acción sectorial sostenible y bien integrada,
claramente articulada con las estrategias de erradicación de la pobreza
y de desarrollo;
(iii) Asegurar el compromiso y la participación
de la sociedad civil en la formulación, puesta en marcha y seguimiento
de las estrategias de desarrollo de la educación;
(iv) Desarrollar sistemas de gestión y de
gobernabilidad educativa que sean reactivos, participativos y responsables;
(v) Responder a las necesidades de los sistemas
educativos que sufren el impacto de conflictos, de catástrofes naturales
y de situaciones de inestabilidad, y dirigir los programas educativos
según métodos cuya naturaleza sea promover la comprensión
mutua, la paz y la tolerancia y ayudar a prevenir la violencia y los
conflictos;
(vi) Poner en marcha estrategias integradas para la
igualdad de los géneros en educación, que reconozcan la necesidad
de un cambio de actitudes, de valores y de prácticas;
(vii) Llevar a cabo, urgentemente, actividades y
programas educativos para luchar contra la pandemia de VIH/sida;
(viii) Crear un entorno educativo saludable y seguro,
incluyente y equitativamente dotado de medios, que favorezca la excelencia del
aprendizaje y conduzca a niveles de logro bien definidos para todos;
(ix) Mejorar la condición, la motivación y
el profesionalismo de los docentes;
(x) Poner las nuevas tecnologías de la
información y de la comunicación al servicio de la
realización de los objetivos de la educación para todos;
(xi) Realizar un seguimiento sistemático de los
progresos y de las estrategias en materia de educación para todos a
niveles nacional, regional e internacional;
(xii) Reforzar los mecanismos existentes para acelerar
el progreso hacia la educación para todos.
- Basándose en datos acumulados en el marco de las evaluaciones
regionales y nacionales de la EPT, así como en estrategias sectoriales
nacionales que ya estén funcionando, todos los Estados serán
invitados a definir planes de acción nacionales o a reforzar aquellos ya
existentes antes del año 2002, como muy tarde. Esos planes
deberían ser insertados en el marco de un esfuerzo más amplio de
desarrollo y de lucha contra la pobreza, y ser elaborados según procesos
más transparentes y más democráticos, con la
implicación de los actores sociales, como los representantes del pueblo,
los líderes comunitarios, padres, personas que aprenden, de las ONGs y
de la sociedad civil. Esos planes se preocuparán de los problemas
relacionados con la habitual financiación escasa de la educación
básica, definiendo prioridades presupuestarias que expresen la voluntad
de alcanzar las metas y los objetivos de la Educación para Todos lo
antes posible y a más tardar en el año 2015. Dichos planes
definirán, además, estrategias inequívocas para responder
a los problemas específicos de aquellos que en la actualidad han sido
dejados de lado de las oportunidades de la educación, privilegiando
claramente la educación de las niñas y la igualdad de
género. Los planes darán forma y realidad concreta a los
objetivos y estrategias definidos en este documento, así como a los
compromisos adquiridos con ocasión de las conferencias internacionales
que se han ido sucediendo desde 1990. Las actividades regionales de apoyo a las
estrategias nacionales estarán basadas en la consolidación de las
organizaciones, de las redes y de las iniciativas en los niveles regionales y
subregionales.
- Son necesarios una voluntad política y un impulso nacional
más firme para garantizar la efectiva y exitosa puesta en marcha de los
planes nacionales en cada uno de los países involucrados. Sin embargo,
la voluntad política no es nada sin los medios necesarios. La comunidad
internacional no ignora que muchos países se encuentran en la actualidad
desprovistos de los medios necesarios para alcanzar los objetivos de la
educación para todos en unos plazos aceptables. Es preciso, por tanto,
movilizar nuevas fuentes financieras, preferentemente bajo la forma de
préstamos y de ayudas con condiciones preferentes, a través de
instituciones de financiación bilaterales y multilaterales, como el
Banco Mundial y los bancos regionales de desarrollo, pero también del
sector privado. Nosotros afirmamos que ningún país que haya
tomado en serio su compromiso a favor de la educación básica
verá sus esfuerzos contrariados por la falta de recursos.
- La comunidad internacional dará a conocer este compromiso
colectivo desarrollando, con efecto inmediato, una iniciativa global con el
propósito de elaborar estrategias y movilizar los recursos necesarios
para aportar un apoyo efectivo a los esfuerzos nacionales. Las opciones a
considerar en el marco de esta iniciativa contemplarán:
aumentar la financiación externa de la
educación, en especial la de la educación básica;
mejorar la previsibilidad de los flujos de la
ayuda externa;
facilitar una coordinación más
eficiente de los donantes;
consolidar los planteamientos sectoriales;
intensificar, ampliar y diligenciar el alivio o
la cancelación de la deuda para luchar contra la pobreza, con un
compromiso firme a favor de la educación básica;
Prever un seguimiento más eficaz y
más regular de los progresos realizados en la búsqueda de las
metas y de los objetivos de la EPT, bajo la forma de evaluaciones
periódicas.
Numerosos países ya han dado muestras de lo que
pueden conseguir estrategias nacionales firmes y que se apoyan en una
cooperación al desarrollo eficaz. Los progresos realizados en el marco
de esas estrategias pueden y deben ser acelerados gracias al incremento de la
ayuda internacional. Al mismo tiempo, los países con estrategias menos
desarrolladas como los países que son presa de conflictos, los
países en transición o aquellos que salen de una crisis
deben recibir todo el apoyo necesario para progresar más
rápidamente hacia los objetivos de la educación para todos.
- Nosotros consolidaremos mecanismos regionales e internacionales
fiables que permitan dar cuenta de la acción llevada a cabo para que
esos compromisos puedan expresarse claramente y asegurar que el Marco de
Acción de Dakar esté en la agenda de todas las organizaciones
regionales e internacionales, de todo cuerpo legislativo nacional y de toda
instancia de decisión local.
- El Balance mundial de la educación para todos en el año
2000 muestra que es en el África subsahariana, en Asia del Sur y en los
países menos desarrollados donde la situación es más
preocupante. En consecuencia, si la ayuda internacional no debe faltar en
ningún país, la prioridad debe ser concedida a esas regiones y a
esos países. Los países en conflicto o en proceso de
reconstrucción deben beneficiarse también de una atención
especial, con el fin de poder consolidar sistemas educativos que respondan a
las necesidades de todas las personas que aprenden.
- Consolidar mecanismos existentes para acelerar el progreso de la
Educación para Todos.
Implementar los objetivos y las estrategias
mencionados requerirá que mecanismos nacionales, regionales e
internacionales sean puestos en marcha inmediatamente. Para ser más
efectivos, esos mecanismos serán participativos y, siempre que sea
posible, sumados a los que ya existen. Incluirán a representantes de
todas las partes implicadas así como a los socios, y operarán de
manera transparente y responsable. Darán una respuesta global al texto y
al espíritu de la Declaración de Jomtien y a este Marco de
Acción de Dakar. Las funciones de estos mecanismos incluirán, en
diversos grados, apoyo, movilización de recursos, seguimiento y
generación de conocimientos sobre la Educación para Todos y la
tarea de compartirlos.
El núcleo de actividad de la Educación
para Todos reside en el nivel nacional. Los foros nacionales sobre la
Educación para Todos serán reforzados o establecidos para apoyar
los logros de la EPT. Todos los ministerios involucrados y las organizaciones
nacionales de la sociedad civil serán representados
sistemáticamente en esos foros. Deberían ser transparentes y
democráticos y constituir un marco de acción para la
implementación a niveles subnacionales. Los países
prepararán Planes nacionales globales sobre la EPT a más tardar
para el año 2002. A aquellos países que se enfrenten a retos
significativos, como crisis complejas o desastres naturales, la comunidad
internacional les facilitará un apoyo técnico especial. Cada Plan
Nacional de la EPT deberá:
ser desarrollado bajo dirección
gubernamental, en consulta directa y sistemática con la sociedad civil
nacional;
atraer apoyo coordinado de todos los socios
de la cooperación;
especificar reformas que respondan a los seis
objetivos de la EPT;
establecer un marco de acción
sostenible financieramente;
definir plazos y estar orientado a la
realización de acciones concretas;
incluir indicadores de logros intermedios;
y
lograr una sinergia de todos los esfuerzos
enfocados al desarrollo humano a través de su incorporación al
Plan de desarrollo nacional y a su proceso.
Allá donde estos
procesos se hayan iniciado en el marco de un plan verosímil, los socios
de la comunidad internacional se comprometen a trabajar de manera consecuente,
coordinada y coherente. Cada socio aportará su contribución en
función de sus ventajas comparativas para apoyar los planes nacionales
de la EPT con el fin de garantizar que el déficit de recursos sea
colmado.
Las actividades regionales de apoyo a los esfuerzos nacionales
estarán basadas en las organizaciones, redes e iniciativas ya existentes
a los niveles regional y subregional, reforzándolas cuando fuere
necesario. Las regiones y las subregiones decidirán sobre una red
regional de apoyo llamada a convertirse en el foro regional o subregional,
sobre la EPT con un mandato explícito en ese ámbito. Es esencial
la participación sistemática de todas las organizaciones
competentes que representan a la sociedad civil o que tienen carácter
regional o subregional así como la coordinación de sus esfuerzos.
Los foros regionales y subregionales sobre la EPT estarán vinculados
orgánicamente a los foros nacionales y serán responsables ante
ellos. Sus funciones serán las siguientes: coordinarse con todas las
redes relacionadas con el tema, definir los objetivos regionales y
subregionales y hacer el seguimiento de su puesta en funcionamiento;
sensibilizar a la opinión; favorecer el diálogo sobre las
políticas; promover las asociaciones y la cooperación
técnica; compartir las mejores prácticas y las enseñanzas
aprendidas; garantizar el seguimiento de las actividades e informar sobre sus
avances; y, por fin, promover la movilización de recursos. Se
preverá apoyo regional e internacional para reforzar los foros
regionales y subregionales así como las capacidades propias en materia
de EPT, especialmente en África y en Asia del Sur.
La UNESCO
proseguirá el papel que le ha sido asignado de coordinar a los socios de
EPT y de mantener la dinámica de su cooperación. En ese marco, el
Director General de la UNESCO reunirá cada año a un grupo de alto
nivel a la vez reducido y flexible. Ese grupo contribuirá a reforzar el
compromiso político y la movilización de medios técnicos y
financieros. Puestos al corriente de los informes de seguimiento de los
diferentes institutos de la UNESCO (IIPE, BIE, IUE) y en particular por el
Instituto de Estadística de la UNESCO así como por los datos
facilitados por los foros regionales y subregionales sobre la EPT, será
también una oportunidad para que la comunidad mundial dé cuenta
de los avances logrados con respecto a los compromisos asumidos en Dakar.
Estará compuesto por líderes del más alto nivel de los
gobiernos y de la sociedad civil de los países en desarrollo y
desarrollados, así como por los organismos de desarrollo.
La UNESCO
adoptará funciones de secretaría. Volverá a enfocar su
programa de educación de manera que se pongan los resultados y las
prioridades de Dakar en el núcleo de su labor. Ello implicará
grupos de trabajo sobre cada uno de los seis objetivos adoptados en Dakar. Esta
secretaría colaborará estrechamente con las demás
organizaciones y podrá incluir personal respaldado por ellas.
La
realización de los objetivos de la educación para todos
necesitará un esfuerzo financiero adicional por parte de los
países, así como una ayuda al desarrollo mayor y un alivio de la
deuda a cambio de educación por parte de los donantes bilaterales y
multilaterales, cuyo coste estimado es del orden de ocho mil millones de
dólares por año. Es esencial, por lo tanto, que nuevos
compromisos concretos sean asumidos a nivel financiero tanto por los gobiernos
nacionales como por los donantes bilaterales y multilaterales, incluido el
Banco Mundial, así como los bancos regionales de desarrollo, la sociedad
civil y las fundaciones.
Dakar, Senegal, 26 al 28 de abril de 2000
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