Presentación
Los últimos diez o quince años han sido para Iberoamérica
tiempos de reformas educativas. Una larga serie de procesos de ese
tipo ha afectado a casi todos los aspectos que tienen que ver con
la educación en la mayoría de los países de
la región.
Cuestión controvertida de esos procesos, que está
entre los motivos que explican algunos casos en los que no se alcanzaron
los objetivos previstos, se encuentra en los mecanismos de participación
y de consenso con los distintos actores educativos.
Esta circunstancia resulta suficiente, a nuestro entender, para
reconsiderar la necesidad, la posibilidad y la conveniencia de establecer
las condiciones de concertación de aquellas políticas
(de Estado), que, por su trascendencia o por la implicación
en ellas de múltiples actores, superan los marcos institucionales
propios de la gestión y de la administración técnico-burocrática
de los sistemas.
Estaríamos en presencia de lo que se ha dado en llamar acuerdos
o pactos por la educación, que reconocen antecedentes
significativos en algunos países iberoamericanos.
La sección monográfica de este número de la
Revista Iberoamericana de Educación propone la revisión
y la reconsideración de estos mecanismos a partir de las
prácticas desarrolladas, de los elementos conceptuales reconstruidos
desde aquellas experiencias, y de las condiciones que prefiguran
el panorama educativo de cada país. Entre ellos, proponemos
tener en cuenta ciertos elementos que caracterizan, para bien o
para mal, a estos pactos.
Resulta sintomático que los acuerdos educativos y
en general todos los pactos de Estado se formalicen, en el
mejor de los casos, con la participación de las administraciones
públicas (poderes ejecutivos), los partidos políticos,
las centrales sindicales y empresariales, las iglesias, y algún
otro «factor de poder». Al margen de estos procesos quedan,
la mayor parte de las veces, los poderes legislativos, los docentes,
los padres, los alumnos, los medios de comunicación y el
resto de la sociedad.
Un elemento más hace referencia a la conveniencia de tiempo
y de lugar (contexto), es decir, a la oportunidad para recurrir
a este tipo de mecanismos. Eso permite comprender que, en ocasiones,
los pactos sean convocados como soluciones a determinadas circunstancias
político-institucionales que afectan de forma más
o menos grave a la actividad educativa. Otras veces los acuerdos
nacen con vocación de convertirse en instancias permanentes
de definición y de evaluación de las políticas
educativas, sin descartar la posibilidad de que ambas alternativas
remitan a distintos tipos de pactos.
Una cuestión aparentemente significativa es la que se basa
en los elementos estructurales y contextuales en los que se hace
o se puede hacer uso de estos acuerdos. Teniendo en cuenta que los
sistemas educativos muestran muy poca flexibilidad en cuanto a su
dependencia del resto de las estructuras del sistema, cabe cuestionarse
la legitimidad y la eficiencia de los pactos educativos elaborados
de forma aislada, independiente, o al margen de proyectos que, desde
una perspectiva global, consideren e incorporen la mayor cantidad
posible de variables políticas, económicas y sociales
que afecten a las posibilidades de desarrollo de un país.
En todo caso, la recuperación de los pactos como métodos
para la definición de las políticas, deberá
partir de un acuerdo previo sobre su pertinencia para alcanzar los
objetivos motivo de dichos pactos. En ello tanto tendrá que
decir la teoría política como la práctica de
la nego-ciación.
Los autores que nos acompañan en este número representan
una síntesis del pensamiento comprometido y de la experiencia
militante al servicio de una política educativa participativa
y consensuada. La sección monográfica abarca un amplio
espectro de situaciones, desde el planteamiento teórico de
la introducción, pasando por el análisis de las experiencias
nacionales de Colombia, Perú y Portugal, hasta el exhaustivo
tratamiento de un caso paradigmático en torno del cual se
reclama un pacto, el de la enseñanza de la religión
en España.
En la segunda parte del número sección «Otros
Temas» se tratan dos asuntos de particular interés
a través de sendas colaboraciones de nuestros lectores Alejandra
N. Candia y José Luis Ramos Sánchez.
La primera analiza los procesos de descentralización educativa,
mediante el estudio comparado de las razones y de las estrategias
seguidas por Chile y Argentina, que también formaron parte
de las reformas educativas puestas en práctica en la región
durante los últimos tres lustros.
Por su parte, Ramos Sánchez hace una reflexión sobre
la enseñanza de la lectura dirigida a los alumnos con discapacidad
intelectual, partiendo de la premisa de que los métodos de
lectura adecuados para esos alumnos también pueden ser válidos
para los demás.
Las reseñas de libros y de revistas recibidos en nuestra
redacción desde la edición del número anterior
de la rie completan esta entrega, que esperamos resulte de interés
y utilidad para todos los que, con su fidelidad, la hacen posible.
Roberto Martínez Santiago
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