Hacia la convergencia de los sistemas de educación superior
en América Latina
Norberto Fernández Lamarra (*)
Síntesis: La convergencia y la articulación
de los sistemas de educación superior en América Latina,
y la construcción y consolidación del Espacio Latinoamericano
de Educación Superior, se plantean en este artículo
como fuertes desafíos y como procesos ineludibles frente
a la actual situación de fragmentación, de diversificación
institucional y de disparidad en los niveles de calidad, en especial
a partir de los años 90.
Por todo lo expuesto, se realiza una caracterización de
la situación actual y de la evolución reciente de
la educación superior en América Latina, planteando
los avances registrados en materia de evaluación y acreditación
de la calidad, y reseñando los principales programas de convergencia
desarrollados en el marco de los procesos de integración
regional. Además, se analizan el Mecanismo Experimental de
Acreditación de Carreras del MERCOSUR (mexa); los programas,
proyectos, trabajos y estudios del iesalc de la UNESCO, de la OEI,
de la riaces, de la Comisión Europea, y de las diversas redes
de universidades existentes. Entre ellas se consideran Columbus,
el Grupo Montevideo, el csuca, el cinda, la Red Latinoamericana
de Cooperación Universitaria y la Asociación de Universidades
de América Latina y del Caribe para la Integración.
Finalmente, se plantean algunas propuestas para responder al desafío
de consolidar el Espacio Latinoamericano de Educación Superior
y su convergencia con el Espacio Europeo, en especial con el Proceso
de Bolonia.
Síntese: A convergência e a articulação
dos sistemas de educação superior na América
Latina, e a construção e a consolidação
do Espaço Latino-americano de Educação Superior
são apresentadas, neste artigo, como fortes desafios e como
processos inevitáveis frente à atual situação
de fragmentação, de diversificação institucional
e de disparidade nos níveis de qualidade, especialmente a
partir dos anos 90.
Com esta exposição, caracteriza-se a situação
atual e a evolução recente da educação
superior na América Latina, apresentam-se os avanços
registrados em matéria de avaliação e acreditação
da qualidade, e resenham-se os principais programas de convergência
desenvolvidos no marco dos processos de integração
regional. Ademais, analisam-se o Mecanismo Experimental de Acreditação
de estudos de graduação do mercosul (mexa); os programas,
projetos, trabalhos e estudos do iesalc da UNESCO, da OEI, da riaces,
da Comissão Européia, e das diversas redes de universidades
existentes. Entre elas estão consideradas Columbus, Grupo
Montevidéu, csuca, cinda, a Rede Latino-americana de Cooperação
Universitária e a Associação de Universidades
da América Latina e do Caribe para a Integração.
Finalmente, apresentam-se algumas propostas para responder ao desafio
de consolidar o Espaço Latino-americano de Educação
Superior e sua convergência com o Espaço Europeu, especialmente
com o Processo de Bolonha.
(*) Vicerrector académico, a cargo del Rectorado,
del Instituto Universitario ISALUD, y catedrático de Administración
de la Educación en las universidades nacionales de Buenos
Aires, La Plata y Tres de Febrero, Argentina.
1. Evolución de la educación superior en América
Latina
Los sistemas de educación superior han registrado en las
dos úl-timas décadas un proceso de fuerte diversificación,
tanto en su organización como en su calidad, con la inclusión
de modelos universitarios diferentes y contradictorios. Tal situación
es muy diferente a la que había existido hasta la década
de los 80, pues la educación superior había sido casi
siempre estatal y con fuerte autonomía institucional y académica
a partir del Movimiento de la Reforma Universitaria originado en
la Universidad Nacional de Córdoba en el año 1918.
El modelo predominante era el napoleónico, en el que las
facultades de carácter profesional se constituían
en el centro de la organización universitaria. En ese modelo
las carreras son largas, de tipo túnel como las denominan
los europeos, en las que los alumnos obtienen el título
después de seis o siete años de estudios, y en las
que no existen ciclos ni títulaciones intermedios.
A lo largo de buena parte del siglo xx el modelo napoleónico
de universidad y las concepciones de autonomía universitaria
y de primacía de la universidad pública se fueron
afianzando en la mayor parte de los países latinoamericanos.
El número de instituciones universitarias por lo general
estatales fue creciendo poco a poco, y los niveles de calidad
se mantuvieron más o menos homogéneos hasta la década
de los 80.
En los años finales de esa década y en los inicios
de la de los 90 se introdujeron en el marco de los procesos de globalización
estrategias de carácter neoliberal que tendieron a reemplazar
las políticas de bienestar impulsadas por el Estado, por
otras en las que predominaron las concepciones de mercado y de privatización
de los servicios públicos, entre ellos la educación.
Las crisis nacionales en materia económica llevaron a una
fuerte restricción del financiamiento público para
los sectores sociales en general, y para la educación y la
universidad en particular.
A pesar de esto creció la demanda de educación superior
por parte de la población, incrementándose en gran
medida las tasas de escolarización y el número de
estudiantes. Para atender dicha demanda se crearon diversos tipos
de instituciones de educación superior universitarias y no
universitarias en su mayoría de carácter privado,
y sin criterios previos en cuanto a niveles de calidad y de pertinencia
institucional. La educación superior en América Latina
registró incrementos a partir de la segunda mitad del siglo
xx. El número de instituciones universitarias pasó
de 75, en 1950, a más de 1.500 en la actualidad, que en su
mayoría son privadas. El número de estudiantes pasó
de 267.000, en 1950, a casi 12 millones, es decir, que la matrícula
se multiplicó en 50 años 45 veces.
Cuadro 1
Instituciones universitarias en América Latina
Cuadro 2
Número de estudiantes de educación superior
en América Latina
La tasa de incremento anual de la matrícula, desde 1990,
ha sido del 6%, y mucho mayor para la universidad privada (8%) que
para la pública (2,5%) Eso ha llevado a que hoy más
del 50% de la matrícula universitaria en la región
concurra a universidades privadas, a diferencia de lo que ocurría
hasta la década de los 80, en los que la universidad latinoamericana
era sobre todo pública, tal como ya fue señalado.
El crecimiento de la matrícula ha llevado a un incremento
importante de la tasa bruta de escolarización terciaria:
del 2% en 1950, al 19% en 2000 (se multiplicó por 10 en 50
años). Sin embargo, esta tasa es muy inferior a la de los
países desarrollados: 51,6% en 1997.
Cuadro 3
Tasa bruta de escolarización terciaria en América
Latina
En síntesis, se registró un fuerte crecimiento de
la matrícula y del número de instituciones de educación
superior, una clara tendencia al incremento de las instituciones
privadas, una gran diversificación institucional, y una alta
disparidad en los niveles de calidad.
Junto con la diversificación institucional y con la disparidad
en relación con la calidad, aparece una gran heterogeneidad
en materia de modelos universitarios, que se constituyen más
como «deformaciones» del modelo napoleónico que
como superadores del mismo. Se podría plantear que, en muchos
casos, se mantienen y se profundizan ciertos aspectos negativos
del modelo profesionalista por facultades, y se introducen algunos
de los aspectos menos deseables de los múltiples modelos
vigentes en Estados Unidos. Así, se crean en muchos países
de América Latina instituciones universitarias privadas que
son denominadas «universidades garajes», por sus dimensiones,
por su baja calidad y por el tipo de infraestructura física
disponible. En algunos países es difícil actualizar
la información sobre el número de instituciones de
educación superior existentes por la falta de registros adecuados.
El propio Instituto Internacional para la Educación Superior
en América Latina y el Caribe (iesalc) de la UNESCO no ha
podido disponer hasta ahora de información regional precisa
sobre el número de instituciones existentes de este nivel.
A esta caótica heterogeneidad institucional
se agrega la gran disparidad en materia de planes de estudio, con
denominación de titulaciones diversa, con objetivos formativos
también diferentes, y, por ende, con duración de los
estudios muy disímiles. Así, se encuentran en un mismo
país designaciones desiguales de las titulaciones de una
misma área profesional, y, a su vez, duraciones igualmente
distintas de una misma carrera1.
Frente a este panorama reseñado brevemente, en América
Latina surgen con énfasis los procesos de aseguramiento de
la calidad a través de la evaluación de las instituciones
y de la acreditación de carreras de grado y de postgrado,
a los que se hará referencia más adelante2.
1.1 El desarrollo de los postgrados
Durante la década de los 90 se registró en toda América
Latina, y con mayor intensidad en algunos países entre
ellos Argentina, Brasil, Chile y Colombia, una considerable
expansión de los postgrados, en especial de las maestrías.
Eso significó la incorporación de un nuevo ciclo a
los ya heterogéneos modelos el de las maestrías
provenientes sobre todo de Estados Unidos, sin una modificación
sustancial de los objetivos y de la duración del primer ciclo
de carácter profesional. Tal circunstancia ha llevado a algunos
países (entre ellos Argentina) a una duración total
de alrededor de ocho a diez años formales mucho más
reales de los dos ciclos: el de las licenciaturas o equivalentes,
y el de las maestrías; es decir, se registró una superposición
de dos modelos: el napoleónico, profesionalista, de carreras
de grado largas, con el angloamericano, de maestrías posteriores
a un ciclo corto, de cuatro años, como el Bachellor.
Si bien no hay información actualizada sobre el crecimiento
de la matrícula de los postgrados3, se puede afirmar que
han tenido un importante desarrollo cuantitativo en relación
con el número de postgrados y de estudiantes. Así,
en Argentina, el número total de carreras de postgrado pasó
de 792 en 1994, a 1.054 en 1996, a 1.642 en 1999, y a 2.151 en 2003,
es decir, que casi se triplicaron en nueve años (Fernández
Lamarra, 2003).
Este significativo crecimiento de los postgrados en especial
de las maestrías, sin modificar el grado, genera una
confusión entre los objetivos formativos de las carreras
de grado y de postgrado, ya que la mayoría de éstos
tiene una orientación profesionalista más o menos
similar a la mayor parte de las ofertas académicas de grado.
A su vez, el crecimiento de los postgrados en muy pocos años
ha significado una aún mayor heterogeneidad de los niveles
de calidad, como ha ocurrido con el grado, y ha llevado a incluir
su evaluación y su acreditación en los procesos de
aseguramiento de la calidad puestos en marcha últimamente
en casi todos los países de América Latina, tal como
se verá en el próximo punto.
2. El aseguramiento de la calidad: evaluación y acreditación
2.1 La década de la calidad en América Latina
A finales de la década de los 80 y principios de la de los
90, el tema de la calidad comenzó a afirmarse en el escenario
y en la agenda de la educación en diversos países
de América Latina. En décadas anteriores, los enfoques
predominantes en materia de planeamiento y de desarrollo de la educación
pusieron énfasis en los aspectos cuantitativos y en la vinculación
con lo económico y con lo social. Los mayores desafíos
para los sistemas educativos fueron su crecimiento, la ampliación
de su cobertura, la construcción de escuelas, la formación
de docentes, y la escasa atención a los aspectos de la calidad.
Las reformas educativas de los 70 en varios Estados (Chile, Colombia,
Costa Rica, Panamá, Perú, Venezuela, etc.) incluyeron
la temática de la calidad, pero en el marco de las transformaciones
de los sistemas educativos, que, en general, no tuvieron éxito
ni continuidad.
En los años 80, y dentro del marco de las restricciones
políticas impuestas en sus etapas finales por las dictaduras
militares o en el de las recién recuperadas democracias,
según los casos, se produjo en América Latina un proceso
de reflexión, en el que el tema de la calidad, junto con
el de la equidad, se asumieron como prioritarios. Ante todo, en
lo concerniente a los niveles primario y medio, y relacionado en
especial con los operativos de medición de los rendimientos
de los estudiantes. Después, para el ámbito universitario,
a partir de los procesos de evaluación institucional llevados
a cabo desde hace largo tiempo en Estados Unidos y Canadá,
y más recientemente en Europa en el espacio de la constitución
de la Unión Europea.
Todo esto dentro de una nueva concepción del Estado que
reemplazó a la del Estado del Bienestar, en la que
la rendición de cuentas (la accountability) se constituyó
en un componente principal, en particular en la relación
entre Estado y sociedad, y entre Estado, sociedad y universidad
(el Estado Evaluador).
2.2 Concepciones sobre la calidad de la educación
El papel primordial que desempeña la temática de
la calidad y su evaluación lleva también a tener que
discutir acerca de las distintas concepciones que sobre esto se
han llevado a cabo en América Latina, en Estados Unidos y
en Europa. Es conveniente que esa discusión se plantee tanto
a nivel nacional como regional, tal como ocurre en Europa, y como
sin duda lo va a ser en América Latina en el marco de los
procesos de integración regional y de convergencia de sus
sistemas educativos.
En Europa, la European Network for Quality Assurance (ENQA) y la
Joint Quality Initiative han contribuido a dicho debate y a homogeneizar
concepciones, estándares e indicadores de calidad en el ámbito
de la Unión Europea. En Estados Unidos y Canadá con
una más larga tradición sobre esta temática
las concepciones y sus metodologías se revisan de forma periódica
en función de los requerimientos sociales y profesionales.
En América Latina este debate está todavía
pendiente, aunque se han hecho algunos progresos parciales. Incluso
se encuentra sin resolver en cada uno de los países en los
que, muchas veces, se asumen concepciones diferentes en distintos
procesos de evaluación y de acreditación. Hasta el
momento ha sido difícil y complejo alcanzar acuerdos sobre
calidad de la educación, sobre eficiencia y sobre productividad.
Las concepciones sobre calidad varían según los actores.
Para los académicos, se refiere a los saberes; para los empleadores,
a competencias; para los estudiantes, a empleabilidad; para la sociedad,
a ciudadanos respetables y competentes; para el Estado, según
la concepción que asuma, puede variar: de aspectos vinculados
con el desarrollo social y humano, a la eficiencia, a los costos
y a los requerimientos de capital humano. En realidad como
señala Dias Sobrinho, el concepto de calidad es una
construcción social que varía según los intereses
de los grupos de dentro y de fuera de la institución educativa,
que refleja las características de la sociedad que se desea
para hoy y que se proyecta para el futuro. No es un concepto unívoco
y fijo, sino que debe ser construido a través de consensos
y de negociaciones entre los actores (Dias Sobrinho, 1995). Es,
por lo tanto, una concepción de construcción colectiva
y gradual, que integra y articula visiones y demandas diferentes
con los valores y con los propósitos de la institución
educativa.
2.3 La evaluación de la calidad
Así como ha existido y existe un debate sobre concepciones
diferentes acerca de la calidad de la educación, también
se encuentra una diversidad de enfoques sobre su evaluación.
Para algunos, el énfasis en la concepción de la evaluación
se produce en lo valorativo, en la emisión de juicios de
valor; para otros, lo importante es la toma de decisiones; pero
hay también ciertos autores que ponen el acento en la ética,
en una evaluación al servicio de los valores públicos
y de los justos intereses de los actores.
Para Jacques L´Écuyer, de Canadá, se debe evaluar
para mejorar la calidad, descubriendo fortalezas y debilidades y
tomando las decisiones necesarias; también se debe emitir
un juicio de valor sobre la institución y sobre sus programas,
fundamentado en bases sólidas, con criterios y estándares
conocidos y aceptados, y teniendo en cuenta la misión y los
objetivos institucionales.
Para Dilvo Ristoff, de Brasil, evaluar es una forma de restablecer
compromisos con la sociedad; de repensar objetivos, modos de actuación
y resultados; de estudiar, proponer e implementar cambios en las
instituciones y en sus programas; se debe evaluar para poder planificar,
para evolucionar.
Según la Comisión Nacional de Evaluación y
Acreditación Universitaria (CONEAU), de Argentina, la evaluación
debe servir para interpretar, para cambiar y para mejorar las instituciones
y los programas, y realizarse en forma permanente y participativa;
debe ser un proceso abierto, flexible y establecido en el marco
de la misión y de los objetivos de la institución,
y permitir conocer, comprender y explicar cómo funcionan
las universidades para poder interpretarlas y mejorarlas y para
producir innovaciones y cambios; debe contribuir al progreso de
las prácticas institucionales, enriquecer la toma de decisiones,
impulsar la comprensión que los actores tienen de la institución,
y estimular la reflexión sobre el sentido y el significado
de la tarea que realiza (CONEAU).
2.4 La evaluación de la calidad en América del
Norte y en Europa
En América del Norte (Estados Unidos y Canadá) la
evaluación ha constituido desde hace décadas una actividad
permanente, en estrecha relación con la gestión de
las instituciones. En Estados Unidos, la evaluación institucional
en el nivel superior se lleva a cabo a través de agencias
regionales, y la acreditación de carreras la hacen agencias
especializadas. En Canadá, la evaluación mejor
dicho, la metaevaluación está a cargo de los
consejos provinciales de las universidades, y la acreditación
de carreras se hace con criterios similares a los de Estados Unidos.
México como miembro del nafta está incorporando
criterios institucionales similares a los de Estados Unidos y Canadá.
En Europa, la constitución de la Unión Europea puso
en marcha procesos de evaluación con fines académicos
y profesionales en el marco de una tendencia creciente a la accountability
y al control de calidad de productos, de servicios y de procesos
(Total Quality Management) también en la educación
superior. A mediados de la década de los 80 eso formó
parte de mayores exigencias sociales de calidad en el ámbito
de la sociedad del conocimiento y de la tecnología, de más
autonomía para las universidades, de mayores requerimientos
presupuestarios, y, por ende, de la puesta en marcha en Francia
y en otros países de «contratos-programa» entre
gobiernos y universidades.
Dichos procesos se han acelerado en los últimos años
con la Declaración de Bolonia de 1999 y con la puesta en
funcionamiento de agencias acreditadoras en varios países.
La última Conferencia de Ministros de Educación, celebrada
en Berlín en septiembre de 2003, consideró la evaluación
y la acreditación como instrumentos clave para la construcción
del Espacio Europeo de Educación Superior. Para ello se constituyó
en Córdoba (España), en noviembre de 2003, el Consorcio
Europeo de Acreditación.
Los enfoques de evaluación de la calidad utilizados en Europa
han sido, en términos generales, los siguientes: el de Gran
Bretaña, con estándares cuantitativos y cualitativos
muy detallados y vinculando la evaluación con la asignación
presupuestaria; el de Francia, de carácter institucional
y asumiendo a la universidad en su conjunto; y el desarrollado por
Dinamarca, España, Holanda y otros países, con énfasis
en la evaluación de carreras (titulaciones).
2.5 La evaluación de la calidad en América Latina
Como ha sido señalado, la preocupación por la calidad
y por su evaluación se inició en la región
a fines de la década de los 80 y principios de la de los
90. En la educación básica se presentó vinculada
con los operativos nacionales y regionales de medición de
los aprendizajes y de evaluación de la calidad, impulsados
en la mayor parte de los países por la UNESCO y su Proyecto
Principal de Educación. A nivel regional, la UNESCO impulsó
la creación, en 1994, del Laboratorio Latinoamericano de
Evaluación de la Calidad de la Educación, conformado
por trece países, y que constituye una red para la realización
de estudios comparativos, de investigaciones, de generación
de estándares y de asistencia técnica horizontal.
En los últimos años algunos países latinoamericanos
han participado en estudios internacionales ajenos a la región,
como los de la ocde, con resultados poco alentadores en relación
con los de otras regiones del mundo.
En la educación superior la preocupación por la evaluación
se relaciona sobre todo con la situación ya señalada,
en cuanto al gran crecimiento del número de instituciones
y de matriculación y a la diversificación institucional
con niveles muy heterogéneos de calidad. Por descontado que
en eso también ha influido el desarrollo de estas actividades
en Europa, y los procesos de integración regional como el
nafta y el MERCOSUR.
En México se creó, en 1989, la Comisión Nacional
para la Eva-luación de la Educación Superior (conaeva),
en el seno de la Coordinación Nacional para la Planeación
de la Educación Superior (conpes); en Chile se fundó,
en 1990, el Consejo Superior de Educación, destinado a las
instituciones privadas no autónomas (nuevas universidades
privadas); en Colombia se instituyó, en 1992, el Consejo
Nacional de Acreditación (cna); en Brasil se puso en marcha,
en 1993, el Programa de Evaluación Institucional de las Universidades
Brasileñas (paiub), por iniciativa de las propias universidades
en acuerdo con el Ministerio de Educación; en Argentina se
estableció la Comisión Nacional de Evaluación
y Acreditación Universitaria (coneau) en 1995/96. A finales
de la década de los 90 y principios de la actual, surgieron
nuevos organismos y proyectos de evaluación y de acreditación
universitaria en otros países (por ejemplo, en Bolivia, Costa
Rica, Ecuador, El Salvador, Nicaragua y Uruguay), y en subregiones
como Centroamérica (el Sistema Centroamericano de Evaluación
y Acreditación de la Educación Superior, sicevaes,
en 1998) y el MERCOSUR (el Mecanismo Experimental de Acreditación
de Carreras para el Reconocimiento de Grado Universitario, aprobado
en 1998). En enero de 2003 se creó la Agencia Nacional de
Evaluación y Acreditación de la Educación Superior
en Paraguay. En fecha muy reciente, abril de 2004, el Congreso de
Brasil aprobó una Ley Federal creando el Sistema Nacional
de Evaluación de la Educación Superior (sinaes).
En México se organizó, en el año 2000, el
Consejo para la Acre-ditación de la Educación Superior
(copaes), con fines específicos de acreditación de
programas académicos de nivel superior (carreras o titulaciones),
a partir de la experiencia en la década de los 90 de la conaeva,
de los Comités Interinstitucionales para la Evaluación
de la Educación Superior (CIEES) y de diversos consejos,
comisiones o asociaciones profesionales con funciones de acreditación
y de certificación al estilo de las existentes en Estados
Unidos, ya que estos procesos estuvieron enmarcados en la integración
de México al nafta. En Chile fue creada, en marzo de 1999,
la Comisión Nacional de Acreditación de Pre-grado
(cnap). En Argentina, la coneau puso en marcha procesos de acreditación
de carreras de grado y de postgrado y de instituciones.
Esta breve caracterización de la evolución en la
década de los 90, y de la situación actual en materia
de evaluación y de acreditación universitaria en los
países de América Latina, permite extraer algunas
conclusiones preliminares:
- Se ha avanzado en relación con la «cultura de la
evaluación» en la educación superior en la
mayoría de los países, superando en gran medida
las tensiones planteadas en los primeros años de la década
de los 90 en cuanto a autonomía universitaria versus
evaluación.
- El mayor desarrollo se ha registrado en lo referente a la evaluación
diagnóstica para el mejoramiento de la calidad y de la
pertinencia institucional y no en lo que tiene que ver con fines
de acreditación.
- Los procesos tendientes a la acreditación de carreras
de grado, a partir de criterios y de estándares preestablecidos,
comienzan a ser desarrollados en los últimos años
de la década de los 90 como un paso más al de los
procesos de evaluación para el mejoramiento de la calidad,
y en su mayoría se encuentran actualmente en etapa experimental.
- Los procesos de acreditación de los postgrados cuentan
con una amplia trayectoria en Brasil, y han sido aplicados de
forma masiva en Argentina; para programas de carácter regional,
también en Centroamérica a través del sicar
(Sistema de Carreras y Postgrados Regionales); en México
y en otros países, vinculados con la asignación
de recursos financieros del sistema científico-tecnológico.
- Los procesos tendientes a la acreditación institucional,
es decir, para la aprobación de nuevos centros universitarios
privados o para la revisión de su funcionamiento, han posibilitado
en varios países como Argentina, Chile, Colombia
y Uruguay limitar la proliferación excesiva de nuevas
instituciones universitarias, y tender a una mayor homogeneidad
en cuanto a los niveles de calidad. Así, en Argentina,
en la primera mitad de la década de los 90, se aprobaron
23 nuevas universidades privadas, mientras que desde 1995 hasta
este año sólo 10, gracias al funcionamiento de la
coneau. En Chile se crearon, hasta la instalación del Consejo
Superior de Educación, 43 nuevas universidades privadas,
y desde ese momento (entre 1990 y 2000) sólo cinco; la
labor de este Consejo ha llevado también a disponer el
cierre de siete instituciones.
- Como se verá más adelante, han sido muy significativos
los avances producidos en los últimos años en materia
de acreditación de carreras y de títulos para el
reconocimiento regional: en el MERCOSUR, con la puesta en marcha
del Mecanismo Experimental de Acreditación de Carreras
(mexa); en Centroamérica, con la creación del Consejo
Centroamericano de Acreditación y de varias redes de facultades
en las áreas de ingeniería, medicina y agronomía;
en el nafta, con la implementación en México de
procesos de acreditación de carreras con procedimientos
y con criterios similares a los vigentes en Estados Unidos y Canadá.
3. Los procesos de convergencia en América Latina
3.1 La necesidad de la convergencia
Como ya ha sido señalado, hay falta de convergencia en las
políticas de educación superior en América
Latina por la influencia de modelos muy distintos, muy puntuales,
muy heterogéneos. Se registra una importante divergencia
en cuanto a lo institucional: existen desde emblemáticas
y tradicionales universidades hasta muy pequeños centros,
que, en algunos países, se conocen como «universidades
garajes». También se dan situaciones diversas en materia
de calidad de la educación superior y de su evaluación.
Justamente ahora me encuentro elaborando el estudio regional para
el iesalc de la UNESCO sobre los procesos de aseguramiento de la
calidad de la educación superior en América Latina
y el Caribe, tanto de evaluación como de acreditación.
Uno de los puntos esenciales en este análisis es la falta
de coherencia sobre tales temas: influencias múltiples en
materia de diseños, de organización de los postgrados,
de educación a distancia y virtual. También en dicho
marco aparece la educación transnacional, sin regulaciones
ni controles adecuados, y, así mismo, con modelos muy disímiles.
En cuanto al diseño de los modelos académicos, se
han producido cambios sustantivos: hasta las décadas de los
años 70 y 80 existía un predominio de carreras profesionales
de modelo napoleónico. A partir de esa etapa se registró
una ampliación y una diversificación de la oferta
con criterios académicos distintos y a veces contradictorios:
por ejemplo, la supervivencia de las carreras tradicionales largas
«carreras túneles» en términos del
lenguaje europeo con seis años formales y ocho reales,
frente a carreras más cortas y de dudosa «profesionalidad».
En otras áreas se definieron los títulos de manera
poco tradicional. En Argentina, v. gr., en el área de Ingeniería,
hay más de 100 títulos diferentes. Se observa así
la supervivencia de distintos modelos. En general, las carreras
se conforman por adiciones, por agregados o por parches que provienen
de tan diversos orígenes y que muestran influencias disímiles
y contrapuestas, lo que causa dificultades para la compatibilidad,
para la convergencia, y, también, para la movilidad de los
estudiantes ante un panorama tan fragmentado. De ahí la necesidad
de debatir sobre objetivos académicos, sobre alcance de los
títulos y sobre articulación institucional.
Como ya se dijo, en tiempos más recientes se han desarrollado
las carreras de postgrado con fuerte influencia del modelo master
norteamericano, pero sin que se haya modificado sustancialmente
el grado. Por lo tanto, se produce cierta incompatibilidad y cierta
confusión de roles entre el grado y el postgrado, y una presencia
cada vez más significativa de ofertas extranjeras como producto
de la educación transnacional, sin regulaciones adecuadas
en varios países. Por ejemplo, en Argentina, las carreras
de grado son largas y también lo son los postgrados. Se ha
estimado que los ocho o nueve años formales para el grado
y la maestría, se transforman en diez, en doce o en más
reales. De ahí la necesidad de replantear la articulación
del grado y del postgrado en cuanto al alcance de los títulos,
a los niveles de formación, a la habilitación profesional,
y a la diferenciación o no entre carreras académicas
y profesionales. En Argentina y en algunos otros países de
América Latina por fortuna no se trata de una situación
general en la región hay un escaso crecimiento en el
nivel de doctorado, lo que afecta el desarrollo académico
deseable.
3.2 Algunos procesos de integración regional en marcha
Los procesos de integración regional que se vienen registrando
en el área en las últimas décadas han planteado
la necesidad de atender a la articulación y a la convergencia
de los sistemas, y, particularmente, al reconocimiento de títulos
y de estudios a fin de posibilitar la movilidad de las personas
en el marco de cada región.
Uno de estos procesos ha sido el de la integración del MERCOSUR,
con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay como fundadores, y la
posterior incorporación de Bolivia y de Chile como asociados.
Recientemente han solicitado su incorporación México,
Perú y Venezuela. Otro de los procesos es el del nafta, con
la integración de México con Estados Unidos y Canadá.
En Centroamérica se han registrado avances, a pesar de los
problemas políticos que dificultaron en décadas anteriores
la consolidación de la región. Los países andinos
también tuvieron complicaciones para consolidar el Pacto
Andino, que funcionó más o menos bien hasta finales
de la década de los 70 y comienzos de la de los 80; en estos
países hay que destacar la organización y el funcionamiento
del Convenio Andrés Bello para atender los aspectos de articulación
en materia de educación y de cultura.
Los procesos de integración regional son indicadores muy
positivos dirigidos hacia una meta deseable y necesaria, que fue
un muy loable ideal del Libertador Simón Bolívar al
comienzo de los procesos de independencia de los países latinoamericanos:
lograr su unidad. Transcurridos casi dos siglos, es de esperar que
los procesos de integración regional coadyuven a estos propósitos,
ahora casi imprescindibles frente a la globalización y a
la internacionalización de los aspectos políticos,
sociales, económico-productivos, culturales y educativos
a nivel mundial.
En el punto 4 de este artículo se desarrollará lo
referente a los procesos de convergencia y de articulación
en educación en el ámbito del MERCOSUR, sobre todo
en cuanto a acreditación de carreras universitarias. Los
avances en dicha área pueden ser de utilidad para otras de
la región.
3.3 Otros programas y proyectos de convergencia
En los últimos años diversos organismos de cooperación
internacional, regional o bilateral, han iniciado programas y proyectos
que han promovido la convergencia y la articulación entre
los sistemas de educación superior. Entre ellos se pueden
citar la UNESCO (en particular a través del iesalc); la OEI;
la Organización Universitaria Interamericana (oui), sobre
todo por medio del Instituto de Gestión y Liderazgo Universitario
(iglu); la Comisión Europea (mediante los proyectos alfa
y alßan); los organismos de cooperación de países
como Canadá, España, Estados Unidos, Francia...; el
programa Columbus, etcétera.
También se organizaron redes interuniversitarias o interagen-ciales
que han coadyuvado a estos propósitos de convergencia: el
Grupo Montevideo, el csuca, el cinda, la Red Latinoamericana de
Cooperación Universitaria, la Asociación de Universidades
de América Latina y el Caribe para la Integración
(aualcpi), la Red Iberoamericana para la Acreditación de
la Calidad de la Educación Superior (riaces), etcétera.
En el punto 5 se caracterizarán estos programas y proyectos
de convergencia y articulación.
4. Convergencia y articulación en el ámbito del
MERCOSUR
4.1 El Mecanismo Experimental de Acreditación de Carreras
(mexa). Antecedentes
El MERCOSUR incluyó desde sus comienzos el Área Educación
como uno de sus aspectos prioritarios, e instituyó la Reunión
de Ministros de Educación (rme) como ámbito de decisiones
sobre dicha temática. Desde su primer Plan Trienal de Educación
se planteó el reconocimiento y la acreditación de
estudios y de títulos entre sus objetivos principales, para
posibilitar la movilidad de las personas dentro de la región.
Esta característica de «precocidad» en cuanto a
la consideración de los aspectos educativos en el proceso
de integración regional ha sido reconocida por múltiples
especialistas, incluso europeos (Fernández Lamarra y Pulfer,
1992; Lémez, 2002).
En tal sentido, avanzó más rápidamente en
relación con el reconocimiento de títulos y de estudios
para la educación primaria o básica y para la enseñanza
media general y técnica, ya que estos procesos de reconocimiento
eran más sencillos. Como señala Lémez, se adoptó
un criterio de construcción de carácter gradual, de
abajo hacia arriba, de planteamiento y solución de problemáticas
de complejidad creciente. Al mismo tiempo, con la aprobación
de los protocolos de títulos y de estudios para los niveles
primario y medio, se establecieron paradigmas compatibles en temas
significativos para el proceso de integración, como son los
referidos a la enseñanza de la historia y de la geografía4.
Las dificultades para el reconocimiento de los títulos y
de los estudios de nivel superior derivan de las estrechas y complejas
vinculaciones existentes entre la validación de los títulos
profesionales y el ejercicio de las respectivas profesiones, ya
que como señala Lémez responden a lógicas
diferentes, muchas veces opuestas al espíritu aperturista
del sector educación, y que involucran a actores nacionales
de muy diversa índole, con representaciones y con intereses
muy disímiles. En un estudio llevado a cabo para la Organización
Internacional para las Migraciones (oim) se han analizado los mecanismos
y las diferentes situaciones existentes en Argentina, Brasil, Paraguay
y Uruguay con respecto a las habilitaciones para el ejercicio profesional,
con el funcionamiento de consejos profesionales de muy diversa estructuración
en Argentina y Brasil, y con la no existencia de los mismos en Paraguay
y Uruguay (Fernández Lamarra, 1999). Por otra parte, lo referido
a estos temas de servicios personales en la región depende
de un grupo de trabajo del Consejo del Mercado Común, y la
rme no tiene incumbencias en ellos.
La discusión enrareció los debates y en un principio
dificultó su análisis, hasta que, poco a poco, partiendo
de acuerdos tácitos y luego en forma explícita, se
decidió abocarse a su resolución desde distintos ángulos
y perspectivas y desde diferentes niveles de especificidad (Lémez,
2002).
Se asumió que el reconocimiento de títulos y de estudios
universitarios tenía dos objetivos principales: uno era de
carácter académico, para posibilitar la continuación
de estudios, para cursar el postgrado y para desempeñar actividades
académicas; el otro consistía en habilitar para el
ejercicio profesional en país diferente al que había
otorgado el título. El primero era más simple y se
pudo desarrollar en forma concreta; el segundo más complejo,
porque se relaciona con el rol del Estado y con su obligación
de asegurar la formación recibida con el fin de habilitar
para el desempeño profesional, aún más cuando
se trata de profesiones que se vinculan con la salud, con los bienes
de los habitantes y con la seguridad. En relación con este
segundo objetivo, se debe articular con las regulaciones vigentes
para el desempeño profesional específico, con situaciones
disímiles según los casos, tal como ya fue expuesto.
El reconocimiento para el desempeño de actividades académicas
tuvo un rápido avance, ya que se firmaron dos protocolos:
el de Integración educativa para la prosecución de
estudios de postgrado en las universidades de los países
miembros del MERCOSUR, aprobado en Montevideo en noviembre de 1995,
y el de Admisión de títulos y grados universitarios
para el ejercicio de actividades académicas en los países
del MERCOSUR, firmado en Asunción en junio de 1997. También
en noviembre de 1995 se aprobó el Protocolo de Integración
educativa para la formación de recursos humanos a nivel de
postgrado, tendiendo a una formación comparable y equivalente
y a la adaptación de los ya existentes en los países
del MERCOSUR. En este Protocolo se establecen los criterios para
definir los títulos de postgrado (especialización,
maestría y doctorado) para la acreditación de los
respectivos programas, tanto de orientación profesional como
académica, y los referidos a la acreditación de postgrados
interinstitucionales.
La situación más compleja y difícil se presentó
cuando se trató el tema del reconocimiento destinado a habilitar
para el desempeño profesional. En el ámbito de la
Comisión Técnica Regional de Educación Superior
(ctr-es) se planteó, en primer lugar, un proceso basado en
tablas de equivalencias, ya ensayado en convenios anteriores. Se
acordó el establecimiento de grupos de trabajo por cada carrera,
de las que se seleccionaron inicialmente Abogacía y Contaduría
Pública, y, más tarde, Ingeniería. Tras las
primeras reuniones de trabajo, pudo comprobarse que este régimen
era de muy difícil instrumentación.
En noviembre de 1996, en la xi Reunión de Ministros realizada
en Gramado, Brasil, se resolvió dejar de lado el proceso
basado en tablas de equivalencias, y considerar la posibilidad de
instrumentar otro fundado en la acreditación de carreras
de grado. Para ello se creó, en junio de 1997, el Grupo de
Trabajo de Especialistas en Evaluación y Acreditación
de la Educación Superior, encomendándosele la elaboración
de una propuesta de organización de un sistema de acreditación
de instituciones y de carreras que permitiese facilitar el reconocimiento
de títulos de grado.
En junio de 1998 los Ministros de Educación de los países
del MERCOSUR, más los de Bolivia y Chile, aprobaron un Memorando
de Entendimiento para la Implementación de un Mecanismo Experimental
para la Acreditación de Carreras de Grado. Ese Memorando
plantea los principios generales, los criterios para la determinación
experimental de las carreras, y los procedimientos para la acreditación,
sus alcances e implicaciones.
4.2 El Mecanismo de Acreditación MERCOSUR (mexa).
Normas generales
El Memorando de Entendimiento aprobado por la rme, planteó,
entre otros, los siguientes puntos:
- Otorgar validez a los títulos de aquellas carreras que
lo requieran para el ejercicio de la profesión.
- Adoptar un sistema de libre adhesión, periódico,
de aplicación gradual y experimental.
- Incluir un paso previo de autoevaluación.
- Establecer un proceso de evaluación por pares, de acuerdo
con los requisitos establecidos a nivel regional.
- Los requisitos se referirán a la carrera en su integridad
(planes de estudio, cuerpo docente, infraestructura y equipamiento,
etc.).
- Los organismos competentes a nivel nacional serán las
Agencias Nacionales de Acreditación, que deberán
cumplir los siguientes requisitos:
Ser personas de derecho público debidamente reconocidas
por las autoridades nacionales.
Tener carácter pluripersonal.
El procedimiento para su integración deberá
garantizar la idoneidad de sus miembros y la autonomía
de sus decisiones.
- Se establece la Reunión de Agencias de Acreditación
del MERCOSUR como instancia de monitoreo y de cooperación
regional.
En octubre de 1998 se reunió en Brasilia el Grupo de Trabajo
de Especialistas en Evaluación y Acreditación (gteea)
para elaborar una propuesta destinada a la implementación
del Memorando de Entendimiento. En dicha reunión se analizaron
los mecanismos de acreditación utilizados por cada país
con el fin de establecer si respondían o no a los criterios
y a las características planteadas en el Memorando, y para
saber cuál era la situación de los países que
no tenían organismos o procedimientos creados con tal propósito.
A partir de este análisis y a pesar de situaciones
aún no definidas a nivel nacional se establecieron
criterios para la constitución de Comisiones Consultivas
Regionales de especialistas por carrera, a través de un documento
de Directrices Generales de Operación de dichas comisiones.
En el documento se establecieron, entre otros aspectos, los referentes
a los criterios de selección de los expertos que participarían
por cada país en la elaboración de criterios de evaluación
y de estándares para la acreditación de las carreras
seleccionadas; al respecto, tendrían que ser docentes universitarios,
con título de postgrado o reconocimiento equivalente, y con
experiencia profesional y académica. También se determinó
acerca de la composición de las comisiones consultivas y
sobre la elaboración de los términos de referencia.
Con respecto a las categorías de evaluación, se sugirió
incluir por lo menos las siguientes: proyecto del curso, estructura
curricular, administración académica, cuerpo docente,
biblioteca, infraestructura, equipamiento, materiales, componentes
de autoevaluación, y cooperación interinstitucional.
En cuanto a los Comités de Pares, se acordó que deberían
tener en cuenta los criterios y los parámetros de calidad
que se hubieran fijado para cada carrera. En su integración
se determinó, inicialmente, que debería participar
al menos un especialista de cada uno de los países del MERCOSUR.
Más tarde, en junio de 2001, se redujo a dos pares de otros
países en cada comité, que tendrían que ser
convocados por la respectiva Agencia Nacional.
Así mismo, se estableció que el mecanismo se aplicaría
de forma experimental y gradual en carreras en las que el título
universitario fuera requisito o condición para el ejercicio
de la profesión, aunque con la aclaración de que el
reconocimiento académico del título «no conferirá
de por sí el derecho al ejercicio de la profesión»,
para distinguir el proceso de acreditación de las regulaciones
que se adopten en materia de desempeño profesional. Se determinó
que el lapso máximo para la primera acreditación sería
de cinco años, y que se extendería hasta que se llevara
a cabo el segundo proceso si la solicitud para el nuevo plazo fuera
presentada en tiempo y en forma.
La rme realizada en Brasilia en noviembre de 1998, resolvió
que el Mecanismo Experimental se iniciara para las carreras de Medicina,
de Ingeniería y de Agricultura, según lo propuesto
por las Comisiones Técnicas Regionales de Educación
Superior y de Postgrado, y por el Grupo de Trabajo de Especialistas
en Evaluación y Acreditación (gteea).
4.3 Reglamentaciones sobre el proceso de acreditación
MERCOSUR
El Memorando de Entendimiento se complementa con un Anexo, que
contiene las Normas Generales de Operación y los Procedimientos
del mexa. Este Anexo, compuesto de ocho capítulos, detalla,
entre otros aspectos, los siguientes:
- Solicitud de acreditación, en la que la institución
solicitante debe declarar explícitamente que cumple con
los requisitos y que acepta los criterios y las normas establecidos,
y presentar el informe de autoevaluación accediendo a la
visita del Comité de Pares y al dictamen que corresponda.
- La estructura general del informe de autoevaluación.
Según sus normas, este informe es el resultado de «un
proceso mediante el cual la carrera o programa que busca la acreditación
da cuenta del grado en que se ajusta a los criterios y parámetros
de calidad establecidos y concordados para ella, así como
de la forma en que cumple con sus propias metas y propósitos».
Según estas pautas, el informe debe contener, entre otra
infor-mación y documentación, lo referido al desempeño
de la carrera en relación con los estándares establecidos,
la descripción de fortalezas y debilidades, el contexto institucional,
el proyecto académico, la autoevaluación acerca del
cumplimiento de los criterios y parámetros de calidad fijados
para la carrera por el MERCOSUR, y el respaldo documental con la
información cuantitativa y cualitativa necesaria, los reglamentos
y los convenios pertinentes, etcétera.
4.4 Constitución de los Comités de Pares
Cada Agencia Nacional de Acreditación (ANA) designará
al Co-mité de Pares, que entenderá en cada carrera
que solicite acreditación al MERCOSUR; deberá estar
integrado, como mínimo, por tres representantes, e incluir
no menos de dos delegados de países distintos al que pertenece
la carrera, que serán convocados por la Agencia de su país
a partir del registro de evaluadores.
Las principales tareas de los Comités de Pares son
las siguientes:
- Validar el informe de autoevaluación.
- Evaluar el grado en el que la carrera se ajusta a los criterios
y a los parámetros establecidos.
- Evaluar el grado de cumplimiento de las metas y de los objetivos
que se han definido.
4.5 Elaboración de los criterios y de los indicadores
para la acreditación de las carreras
De acuerdo con lo expuesto más arriba, se dispuso que el
mexa se iniciara con las carreras de Medicina, de Ingeniería
y de Agronomía. Para ello se constituyeron las respectivas
comisiones consultivas de expertos, con representantes de las universidades
y de las asociaciones profesionales de cada uno de los países.
Como criterio general, se adopto el de organizar los documentos
de cada una de las tres carreras en componentes, y para cada uno
de ellos se establecieron los criterios, los indicadores y las respectivas
fuentes de información. Los componentes adoptados fueron:
contexto institucional, proyecto académico, población
universitaria, e infraestructura.
4.6 Puesta en marcha
La rme dispuso en el año 2002 la puesta en marcha del Mecanismo
Experimental en las carreras de Agronomía, de Ingeniería
y de Medicina, en ese orden. Ya se llevaron a cabo las respectivas
convocatorias, y se evaluarán cinco carreras de cada especialidad
en cada país, que se hayan presentado voluntariamente. En
los casos en los que el número de solicitudes sea superior
a cinco, se seleccionarán por la antigüedad institucional
de cada una de ellas.
El mexa está concluyendo las acreditaciones para Agronomía,
y se están iniciando para Medicina y para Ingeniería.
Se responsabilizan como anas de esta tarea la coneau en Argentina,
la cnap en Chile, el Consejo Superior de Educación en Brasil,
la recientemente creada Agencia Nacional de Evaluación y
Acreditación en Paraguay, y los respectivos Ministerios de
Educación en Bolivia y Uruguay.
5. Otros programas y proyectos
5.1 los estudios del iesalc de la UNESCO
El Instituto Internacional para la Educación Superior en
América Latina y el Caribe (iesalc) de la UNESCO, con sede
en Caracas, está desarrollando en los últimos años
una serie de trabajos y de estudios nacionales y regionales sobre
la educación superior, que contribuyen con vigor a la convergencia
de los sistemas nacionales y a la articulación de sus políticas.
Para ello, desde junio de 2001 ha puesto en marcha el Observatorio
de la Educación Superior en América Latina y el Caribe,
con el que pretende generar un ámbito de reflexión
al más alto nivel sobre la problemática universitaria
y su transformación, abrir un espacio de sensibilización
y de intercambio de información digitalizada especializada,
dar acceso regular al acervo de informaciones y de datos de dominio
público sobre educación superior, y facilitar la socialización
del conocimiento y la convergencia de los sistemas.
Por todo eso, el iesalc ha generado una importante colección
de estudios nacionales sobre educación superior, tanto de
sus aspectos generales como sobre facetas específicas. En
los estudios nacionales se han concluido alrededor de diez, en su
mayoría ya editados. Antes de su versión definitiva,
el iesalc organiza talleres nacionales para que autoridades educativas
y universitarias y expertos puedan brindar sus aportes al estudio
elaborado por un especialista destacado del país. Estos estudios
abarcan la evolución y el contexto histórico de la
educación superior en cada país; su relación
con el contexto nacional e internacional; la descripción
detallada del sistema; el gobierno y la gestión; los actores
de la educación superior (estudiantes, docentes, egresados,
no docentes, etc.); las estructuras académicas vigentes de
grado y de posgrado; la educación a distancia; los procesos
de evaluación y de acreditación; la investigación
científico-tecnológica; el financiamiento, y los principales
avances en materia de innovaciones y de reformas. Tales trabajos
constituyen una buena base para promover estrategias de convergencia
y de articulación entre los países de América
Latina.
Además de estos estudios, el iesalc ha promovido la realización
de análisis por países sobre otros temas, que permiten
una mayor profundización del conocimiento sobre la educación
superior en la región. La mayor parte de ellos ya está
disponible en Internet. Para cada tema el iesalc promueve la elaboración
de un estudio comparativo regional, que se discute en un seminario
regional específico. Las temáticas abarcadas hasta
ahora han sido las siguientes: evaluación y acreditación
de la calidad, reformas en la educación superior, legislación
vigente y su evolución, internacionalización y nuevos
proveedores y modalidades, universidades indígenas, universidades
religiosas, macrouni-versidades y universidades pedagógicas.
También ha realizado exámenes que profundizan otros
temas, como los de género en la educación superior.
5.2 Los trabajos y proyectos de la Organización de estados
Iberoamericanos (OEI)
La OEI también desarrolla una tarea contributiva a la convergencia
y la articulación entre los sistemas educativos y a la educación
superior del espacio iberoamericano. La Revista Iberoamericana
de Educación, las colecciones de libros en especial
Cuadernos de Iberoamérica y la serie «Educación
Comparada» de Cuadernos de la OEI, así como otras
publicaciones y trabajos, facilitan el conocimiento mutuo entre
los países y sus sistemas educativos, favoreciendo el desarrollo
de políticas y de proyectos compartidos.
En el ámbito de la educación superior, la OEI está
promoviendo estrategias de cooperación interuniversitaria
entre los países de la región, que están contribuyendo
de forma paulatina a su articulación. Entre los programas
que desarrolla se puede mencionar el pima (Proyecto de Intercambio
y Movilidad Académica), que consiste en el intercambio de
estudiantes de universidades del área en un cada vez mayor
número de dominios. Como ha demostrado la experiencia europea,
el intercambio de estudiantes es una estrategia muy eficiente para
promover los procesos de integración regional, la convergencia
de los sistemas de educación superior, y la articulación
entre las instituciones universitarias, como es el caso del programa
Sócrates-Erasmus.
El pima iniciado por la OEI en 1999 es un programa
multilateral organizado en redes temáticas con participación
de universidades españolas, portuguesas y de América
Latina. Está dirigido a estudiantes de grado (pregrado para
otros países), y se basa en los siguientes puntos: la significación
de la movilidad de los estudiantes, el trabajo en red, la fo-calización
en áreas temáticas, y el reconocimiento de los estudios.
5.3 Los programas y acciones de la Organización Universitaria
Interamericana (OUI)
La OUI fue fundada en 1979 en Quebec, Canadá, donde se encuentra
su sede. Es una organización internacional dedicada a la
cooperación entre las instituciones universitarias, y al
desarrollo y articulación de la educación superior
en toda América, desde Canadá en el norte, hasta Argentina
y Chile en el sur. Está integrada por más de 400 afiliados:
universidades públicas y privadas, centros de investigación,
asociaciones universitarias nacionales o regionales, consejos de
rectores, etcétera.
Sus actividades se llevan a cabo a través del Instituto
de Gestión y Liderazgo Universitario (IGLU) y del Colegio
de las Américas (COLAM). Las acciones de ambos organismos
han influido con fuerza en los procesos de convergencia y articulación
de la educación superior en América Latina, en especial
mediante los cursos que imparte y otras actividades de formación
y de cooperación.
Desde su creación en 1983, el iglu ha capacitado a alrededor
de 1.300 dirigentes universitarios, valiéndose de sus cursos
de carácter subregional. Entre los objetivos de estos cursos
están además de los de capacitación para
el liderazgo y la habilitación en gestión universitaria
los de favorecer el intercambio entre los participantes de diversos
países e instituciones, los de promover los estudios comparados,
los de difundir los resultados de estudios e investigaciones llevados
a cabo en las tres Américas y en Europa, etcétera.
Con independencia de sus cursos, el iglu organiza seminarios y
talleres sobre temas específicos, ya sea por propia iniciativa
o por las propuestas que pueda recibir de establecimientos miembros.
En estas actividades se profundizan tanto los aspectos de carácter
político y estratégico, como los vinculados con lo
metodológico de la gestión institucional, académica
y administrativa.
El Colegio de las Américas (colam) fue creado en 1997, y
sus actividades se refieren a aspectos relacionados con la cooperación
universitaria sobre temas de interés hemisférico y
de integración continental, favoreciendo la comprensión
intercultural, el uso pedagógico de las nuevas tic, la interdisciplinariedad
y las conexiones interamericanas. Sus labores las desarrolla a través
de los denominados Seminarios Interamérica, destinados a
estudiantes de diversos países y de distintas disciplinas,
y de las Redes Interamericanas de Formación (rif). Actualmente
funcionan alrededor de diez redes sobre temáticas muy diversas
de interés continental.
Hasta el año 2003 se habían llevado a cabo 17 Seminarios
Interamérica, con más de 700 estudiantes; 62 universidades
habían integrado las rif, con la participación en
sus programas de formación de más de 1.200 estudiantes.
5.4 La Red Iberoamericana para la Acreditación de la
Calidad de la Educación Superior (riaces)
Esta Red se constituyó en mayo de 2003 por las agencias
de evaluación y acreditación de la calidad de diversos
países de América Latina, por la aneca de España,
y por ministerios de educación de la región, con el
apoyo de organismos internacionales como la OEI. Sus objetivos se
centran en contribuir a la convergencia y a la articulación
de la educación superior en el espacio iberoamericano, ya
que se propone el desarrollo de proyectos y de acciones de intercambio,
de conocimiento mutuo y de trabajo conjunto.
La Red está organizada por comisiones de trabajo sobre temas
específicos: estudios comparados; gestión y mantenimiento
de un portal propio (http://www.riaces.org); diseño de un software para
autoevaluación; talleres de formación para evaluadores;
glosario de términos de evaluación y de acreditación;
buenas prácticas en evaluación y acreditación;
y estudio comparativo de títulos.
5.5 Los Programas alfa y alßan de la Comisión Europea
Estos programas se han constituido en los últimos años
como instrumentos muy significativos para la articulación
y la convergencia en materia de educación entre los países
de la Comisión Europea y los de América Latina.
Los proyectos alfa (América Latina-Formación Académica)
son propuestas de trabajo en red entre instituciones universitarias
europeas y latinoamericanas. Dichas redes temáticas están
constituidas, al menos, por seis universidades de países
diferentes: tres europeas y tres de los 18 países de América
Latina, coordinadas por una de ellas.
Desde el año 2000 se han llevado a cabo ocho rondas, en
las que se han aprobado 197 proyectos. Por el momento, están
programadas otras cuatro hasta octubre de 2005. El análisis
de los proyectos aprobados ya ejecutados o en vías
de ejecución muestra una interesante diversidad temática,
de instituciones coordinadoras, de países y de universidades
participantes. Estas redes han producido una valiosa documentación,
a la que puede accederse a través de las respectivas páginas
web y de trabajos editados. La nómina completa de
proyectos y una síntesis de los mismos puede consultarse
en http://europa.eu.int/comm/europeaid/proyects/alfa/information/compendium_es.pdf.
Entre los proyectos llevados a cabo puede señalarse el de
Acreditación y Reconocimientos Oficiales entre Universidades
del MERCOSUR y la ue (acro), iniciado en febrero de 2002, que está
finalizando en la actualidad. Sus objetivos han sido: desarrollar
marcos conceptuales de acreditación en los contextos europeo
y latinoamericano (sobre todo en el MERCOSUR), establecer criterios
comunes para el reconocimiento de títulos entre las universidades
participantes, y proponer el establecimiento de mecanismos estables
y generalizables a otras universidades de ambas regiones para la
acreditación y el reconocimiento de títulos.
El Proyecto acro fue coordinado por la Universidad española
de Valencia a través de José-Ginés Mora, y
estuvo integrado por universidades de Argentina, Brasil, España,
Holanda, Italia, Portugal y Uruguay. Ha producido una importante
documentación sobre los procesos de evaluación y de
acreditación en la educación superior en Europa y
en América Latina, y en cada uno de los países miembros
(http://www.uv.es/alfa-acro) Este Proyecto tuvo como actividad
de cierre la realización del Congreso Internacional América
Latina y Europa ante los procesos de convergencia de la Educación
Superior, que se llevó a cabo en la Universidad Nacional
de Tres de Febrero (coordinadora para América Latina del
Proyecto acro) en Buenos Aires, en junio de 2004. En dicho Congreso
participaron más de 400 especialistas de países latinoamericanos
en especial de Argentina y de otros países del MERCOSUR
y de Europa, y se presentaron alrededor de veinte importantes ponencias.
Sus conclusiones constituyeron un aporte decisivo para la consolidación
del Espacio Latinoamericano de Educación Superior y para
su convergencia con el Europeo.
El alßan es un programa de becas de alto nivel para estudiantes
y para profesionales de América Latina que deseen realizar
estudios de postgrado (maestrías y doctorados) o de formación
superior especializada en universidades de los países de
la Unión Europea. Se inició en el año académico
2003-2004, en el que se asignaron 251 becas. En el curso 2004-2005
se han otorgado 779 becas: 317 para maestrías, 430 para doctorados,
y 32 para especializaciones. Las áreas de estudio que han
recibido mayor cantidad de becas han sido Ingeniería y Tecnología
con 132, y Ciencias Sociales con 117. Del total de beneficiarios
fueron a España 324, al Reino Unido 149, y a Francia 107.
La nómina completa de becas otorgadas se puede consultar
en http://www.programalban.org/statis/estadisticas.
5.6 Redes de universidades
En las últimas décadas se han constituido diversas
redes de uni-versidades, tanto entre las de América Latina
como entre éstas y las universidades europeas. Tales redes
son factores que contribuyen al trabajo en común entre instituciones
de ambas regiones y de diversos países, por lo que favorecen
los procesos de articulación y de convergencia en materia
de educación superior.
Una de ellas es Columbus (con sede en París), que es una
asociación de 64 universidades europeas y latinoamericanas
creada en 1987. Columbus promueve la constitución de redes
de instituciones universitarias que actúan conjuntamente,
y que ofrecen servicios de formación, de evaluación,
de auditoria y de consultoría a universidades y a gobiernos.
Su actual programa de trabajo incluye proyectos de con-vergencia
de los sistemas de educación superior, de nuevas TIC, de
internacionalización de la educación superior, de
educación continua, de evaluación de las ingenierías,
etc. (http://www.columbus-web.com.es).
La Asociación de Universidades del Grupo Montevideo fue
creada en 1991, y está integrada por universidades
públicas y privadas de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay
y Uruguay. Entre sus objetivos están: desarrollar conjuntamente
una masa crítica de alto nivel entre sus miembros, promover
la investigación científica y tecnológica y
la formación continua, mejorar las estructuras de gestión
de las universidades que la integran, y fomentar la interacción
entre las instituciones miembros. En su seno funcionan cinco cátedras
UNESCO sobre cultura de la paz, sobre libertad de expresión,
sobre derechos humanos, sobre nuevas técnicas de enseñanza
e innovación pedagógica en la educación superior,
y sobre microelectrónica. Por lo demás, en su ámbito
funcionan diez comités académicos sobre distintos
temas científico-tecnológicos, mientras en su página
web (http://www.grupo_montevideo.edu.uy) se informa sobre las actividades
académicas desarrolladas desde el año 1991.
En 1948 se creó en Centroamérica el Consejo Superior
Universitario Centroamericano (CSUCA), organismo precursor
de la integración subregional y del funcionamiento de redes
interuniversitarias. En estas cinco décadas largas de existencia
el csuca ha pasado por etapas muy importantes en cuanto a promover
la integración universitaria en la región y en contribuir
a su mejoramiento. Sus publicaciones y trabajos han sido muchas
veces de gran interés tanto en Centroamérica como
en el conjunto de América Latina. Hoy funciona dentro del
marco del Sistema de Integración Centroamericano (SICA).
El csuca está integrado por 16 universidades públicas
de Centroamérica y Panamá (http://www.csuca.edu.gt).
Por otra parte, creó el Sistema Centroamericano de Evaluación
y Acreditación de la Educación Superior (sicevaes),
que, junto con el mexa del MERCOSUR, constituyen los dos mecanismos
subregionales de mayor significación en materia de aseguramiento
y acreditación de la calidad de la educación superior
en América Latina.
El csuca cuenta, además, con el Consejo Regional de Vida
Estudiantil (conreve), y con una Red de Sistemas de Información
Documental de Universidades Centroamericanas (Red siid), que garantizan
la interconexión telemática de los 16 sistemas de
información documental de las universidades miembros. Tanto
el sicevaes como estos dos programas, contribuyen eficazmente a
la convergencia y a la articulación de los sistemas universitarios
de Centroamérica y Panamá.
En la década de los 70 se creó el Centro Interuniversitario
de Desarrollo (CINDA), con sede en Santiago de Chile. Está
integrado por 28 universidades latinoamericanas y tres europeas
(de España y de Italia). Su objetivo es el de articular esta
red con el desarrollo regional y con el de cada uno de los países.
Ha llevado a cabo numerosos estudios y trabajos de consultoría
y de asesoramiento vinculados con el mejoramiento de la gestión
y de la calidad en la educación superior (http://www.cinda.cl).
En 1997 se constituyó en Buenos Aires la Red Latinoamericana
de Cooperación Universitaria, integrada por universidades
de 14 países. Dicha Red promueve la integración regional,
la cooperación y la excelencia académica, así
como la generación y la difusión del pensamiento en
el área. Sus principales campos de trabajo están concentrados
en la organización y gestión universitaria, en la
movilidad y la homologación de estudios, en la acreditación
institucional y por programas, y en las nuevas tecnologías
para la educación superior.
Con objetivos similares se creó en 1993 la Asociación
de Universidades de América Latina y del Caribe para la Integración
(http://www.aualcpi.org),
que está compuesta por universidades de 20 países,
y que promueve acciones de intercambio y de integración en
materia universitaria entre sus miembros con la consigna «La
Comunidad Latinoamericana de Naciones es el nuevo lema de la integración».
6. Hacia la consolidación del Espacio Latinoamericano
de Educación Superior
En los puntos anteriores hemos pasado revista a los trabajos, a
los estudios y a las acciones llevadas a cabo por los países
latinoamericanos, por sus universidades y por los organismos multilaterales
para hacer frente a la fragmentación, y, en muchos casos,
a la dispersión de los sistemas nacionales de educación
superior, así como a la superposición de modelos y
de tendencias en materia universitaria, sobre todo en las últimas
décadas.
Se trataba de una situación similar agudizada quizás
por la trayectoria de siglos de los sistemas universitarios
a la que se enfrentaron los ministros de educación de 29
países europeos en 1999, en Bolonia, cuando decidieron poner
en marcha el proceso de convergencia y de articulación denominado
Proceso de Bolonia. Los avances registrados en Europa en estos años
son muy significativos, aunque las dificultades y los problemas
sean también importantes. La transformación de los
sistemas europeos de educación superior, históricamente
diferenciados, hacia un modelo común, es un desafío
que América Latina debe conocer y discutir. No para copiarlos
ni para reproducirlos de manera mecánica, sino para partir
de la experiencia europea de convergencia y de creación de
su propio espacio común de educación superior.
Se podrá tomar o no la estructura bachillerato-maestría-doctorado,
y se podrán asumir o no criterios análogos con el
sistema europeo de créditos transferibles. Lo importante
es trabajar para la articulación y la convergencia de los
sistemas nacionales de educación superior con marcos y con
criterios comunes. Quizás, en una primera etapa, en el contexto
de las subregiones con proyectos comunes en ejecución: MERCOSUR
y Centroamérica y Panamá. Luego, explorando la convergencia
a nivel continental.
Es preciso realizar estudios y debates sobre la educación
superior para buscar marcos y criterios comunes, con el fin de poder
hacer frente a la actual fragmentación de los sistemas nacionales.
Los aportes y las conclusiones del reciente Congreso Internacional
América Latina y Europa ante los procesos de convergencia
de la Educación Superior pueden ser muy útiles
para esto.
Habría que pensar en la creación de organismos latinoamericanos
del tipo de los europeos, como enqa (European Net for Quality Assurance)
o como Joint Quality Initiative para diseñar y para concertar
criterios comunes en asuntos de calidad y de su aseguramiento. Esto,
tanto con el fin de acreditar carreras, como, tal vez, de plantear
acuerdos regionales acerca del reconocimiento, a niveles nacionales,
de nuevas instituciones de educación superior que permitan
hacer frente a la caótica situación actual en esta
materia. Las experiencias recientes en tales procesos de países
como Argentina, Chile y Colombia, pueden ser de mucha utilidad.
En cuestión de acreditación de carreras, los avances
ya realizados en el MERCOSUR con el mexa, en Centroamérica
con el sicevaes, y en México con su integración en
el nafta, constituyen una base muy importante para construir un
sistema que llegue a abarcar a toda América Latina. Por su
parte, los trabajos del Proyecto alfa-acro también pueden
ser de gran provecho para que el sistema latinoamericano de aseguramiento
de la calidad se desarrolle con criterios convergentes y compatibles
con los avances de los países europeos en el marco del Proceso
de Bolonia. El funcionamiento de la riaces constituye un antecedente
interesante en esta tarea.
La consolidación del Espacio Latinoamericano de Educación
Superior y su convergencia con el Europeo, requerirán un
trabajo concertado y con proyectos en común entre los organismos
multilaterales de cooperación y las redes interuniversitarias
existentes. Esto será posible si se superan los criterios
tradicionales de trabajo aislado «cada uno en su chacra»,
como se dice en Argentina, y se piensan estrategias, programas
y proyectos conjuntos. Es un desafío difícil, pero
hay que intentar superarlo.
La convergencia del Espacio Latinoamericano con el Europeo necesitará
intensificar los trabajos en común entre organismos multilaterales,
entre redes universitarias y entre instituciones de educación
superior de América Latina y de Europa, para lo que el Proyecto
alfa-acro constituye un antecedente significativo. Actualmente se
está diseñando un proyecto de convergencia entre Columbus
y ceneval de México con participación de universidades
de América Latina denominado 6 x 4, por el que se propone
desarrollar en seis carreras cuatro ejes comunes con los planteados
por el Proceso de Bolonia.
Para el proceso de convergencia América Latina-Europa será
muy importante el apoyo de organismos multilaterales, interuniversitarios
y nacionales de cooperación europeos, en especial la Comisión
Europea, a través de nuevos proyectos alfa. La Comisión
deberá tener un rol significativo en el desarrollo de esta
idea estratégica de consolidar el Es-pacio Latinoamericano
de Educación Superior en convergencia con el Europeo, de
manera que se haga realidad el fortalecimiento del nuevo Espacio
Común Unión Europea-América Latina de Educación
Superior, creado por los Jefes de Estado de ambas regiones.
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princípios», en N. C. Balzan y Dias Sobrinho (org.),
op. cit.
Notas
1 En Argentina, en el año
2002, las 92 universidades oficiales y privadas existentes otorgaron
4.219 títulos (muchos de ellos similares) entre los de grado
y los de pregrado. La educación superior terciaria o
no universitaria ofreció otros 6.965 títulos,
por lo que el total de los ofrecidos por la educación superior
fue de 11.184. Fuente: Norberto Fernández Lamarra, La educación
superior argentina en debate, Eudeba/IESALCUNESCO, Buenos Aires,
mayo de 2003.
2 En este artículo se
utilizarán los términos vigentes en Argentina: las
carreras de primer título (undergraduate) se denominan de
grado (en otros países de América Latina de pregrado),
y los posteriores al primer título, de postgrado (postgraduate).
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