| Sistema de numeración:Consideraciones acerca de su enseñanza1
 Flavia Terigi *Susana Wolman **
  
              SÍNTESIS: La enseñanza de la matemática 
                ocupa un lugar estratégico en la trayectoria escolar diseñada 
                por los currículos de todos los países. En el inicio 
                de la formación matemática escolar, el sistema de 
                numeración es el elemento clave. Este artículo analiza 
                las maneras en que la enseñanza usual del sistema de numeración 
                puede estar contribuyendo a la producción de fracaso escolar, 
                y considera las condiciones que deben reunir las propuestas de 
                enseñanza a fin de colocar a los niños en una posición 
                de creciente dominio en esta herramienta cultural. SÍNTESE: O ensino da matemática ocupa um 
                lugar estratégico na trajetória escolar projetada 
                por currículos de todos os países. No início 
                da formação matemática escolar, o sistema 
                de numeração é o elemento-chave. Este artigo 
                analisa a maneira como o ensino usual do sistema de numeração 
                poderá estar contribuindo para a produção 
                de fracasso escolar, e considera as condições que 
                devem reunir as diversas propostas de ensino, a fim de colocar 
                a criança em uma posição de crescente domínio 
                desta ferramenta cultural. ABSTRACT: Instruction in mathematics plays a strategic 
                role in courses of study designed by all countries' curricula. 
                During the early phases of mathematics training, the number system 
                is the key item. This paper analyzes the different ways in which 
                common number system teaching could be contributing to school 
                failure, and takes into consideration the characteristics that 
                teaching proposals ought to possess in order to put children in 
                a position of growing mastery of this cultural tool. 1. El sistema de numeración en las trayectorias formativas 
              de los sistemas escolares Retrospectivamente, la segunda mitad del siglo XX fue un período 
              excepcionalmente notable en cuanto al crecimiento de la escolarización 
              de masas (Benavot, 2002; Esteve, 2006). Pero ese crecimiento convive 
              con la evidencia de resultados socialmente desiguales, un hecho 
              firmemente establecido en todas partes en el mundo (Connell, 1993; 
              Rodríguez, 2002). Las investigaciones de los especialistas 
              y los análisis de los organismos de cooperación señalan 
              tanto las dificultades persistentes de los sectores pobres para 
              ingresar y permanecer en el sistema, como las diferencias en los 
              aprendizajes a los que pueden acceder. La situación educativa en América 
              Latina no escapa a estas consideraciones. El análisis realizado 
              por SITEAL2 permite constatar que se ha producido un aumento de 
              los años de estudio de los jóvenes entre 18 y 24 años, 
              pero que ese incremento no ha favorecido más a los provenientes 
              de hogares de menor nivel socio-económico sino que, por el 
              contrario, el aumento se muestra dependiente del nivel educativo 
              alcanzado por los adultos, de modo que se verifica la persistencia 
              del proceso de transmisión intergeneracional de las desigualdades 
              educativas (SITEAL, a)2. Aunque los datos muestran 
              avances importantes de los países de la región en 
              el acceso de la población infantil a la enseñanza 
              primaria3, también reflejan su dificultad 
              para permanecer en el sistema y avanzar en su escolaridad; son importantes 
              las cantidades de niños que, a poco de iniciar su escolaridad, 
              ya se encuentran en situación de rezago educativo (ver tabla 
              1),  TABLA 1Porcentaje de alumnos de 9 a 11 años con dos o más 
              años de atraso en la primaria en países de América 
              Latina, años 2000-2001
 (según fechas de mediciones nacionales)
 
 (*) Cifra sin confirmación en la fuente.FUENTE: adaptación de SITEAL (b), Resumen estadístico 
              1. Totales nacionales, cuadro 9.
 y son muy elevados (con picos del 47,4%) los porcentajes de la 
              población de 15 años o más que no ha logrado 
              completar la escuela primaria (ver tabla 2). TABLA 2Porcentaje de población de 15 años y más con 
              nivel educativo hastaprimario incompleto en países de América 
              Latina, años 2000-2001
 (según fechas de mediciones nacionales)
 
 FUENTE: adaptación de SITEAL (b), Resumen 
              estadístico 1. Totales nacionales, cuadro 23. ¿Por qué iniciar un artículo sobre la enseñanza 
              del sistema de numeración con referencias al fracaso escolar? 
              Porque la enseñanza de la matemática (junto con la 
              de la lengua) ocupa un lugar estratégico en la trayectoria 
              escolar diseñada por los currículos de todos los países. 
              En efecto, el peso de esta materia en el proyecto formativo que 
              sostiene la escuela es enorme, tanto por su inclusión universal 
              en el currículo (véase la tabla 3) como por su participación 
              en la carga horaria semanal: según datos aportados recientemente 
              por Benavot, a la matemática se le asigna como promedio cerca 
              de la quinta parte del total de horas lectivas de la escuela primaria 
              (véase Benavot, 2002, cuadro 4). La centralidad de esta asignatura 
              en el diagnóstico del estado de la educación se manifiesta 
              en el hecho de que los sistemas nacionales de evaluación 
              de la calidad educativa que diversos países han establecido 
              recientemente, se restringen habitualmente a ella y al área 
              de lengua como disciplinas centrales del currículo (Terigi, 
              1999). TABLA 3Porcentaje de países del mundo entero que exigen la enseñanza 
              de asignaturas del plan de estudios en el nivel de la escuela primaria
 (cursos 1-6), 1920-1986, según asignatura.
 
  
               
                
                  n = número de países.FUENTE: adaptado de Benavot, 2002, cuadro n.° 4.
 La exclusión de niños y adolescentes 
              de los servicios educativos, así como el fracaso de muchos 
              de quienes logran ingresar al sistema escolar, suscitan desde hace 
              lustros esfuerzos importantes de los países para desarrollar 
              políticas que mejoren la capacidad incluyente de las escuelas. 
              El fracaso escolar provoca la necesidad de un análisis de 
              la enseñanza habitual que permita comprender mejor los factores 
              productivos que puedan estar operando en las situaciones de enseñanza4. 
              En el aprendizaje de la matemática, "muchos estudiantes 
              muestran que no pueden, que no tienen interés, que no quieren 
              [...]. Pero este estado de cosas, que se ha vuelto natural, ha sido 
              provocado por muchísimos factores entre los cuales interviene 
              la naturaleza del proyecto educativo, condicionado no sólo 
              por los factores sociales sino también por una cierta visión 
              de los modos en que circula el conocimiento dentro de las clases. 
              Revisar la matemática que vive en la escuela, interrogarla, 
              analizarla, es imprescindible para concebir otros escenarios" 
              (Sadovsky, 2005, p. 13, cursiva y negrita en el texto fuente). Este artículo se propone aportar al esfuerzo por entender 
              los procesos sociales y educativos que confluyen en la producción 
              del fracaso escolar, centrándose de manera específica 
              en analizar de qué manera la enseñanza usual del sistema 
              de numeración puede estar contribuyendo a la producción 
              de fracaso, y mostrando cómo es posible, bajo ciertas condiciones, 
              generar propuestas de enseñanza que coloquen a los niños 
              en una posición de creciente dominio de esta herramienta 
              cultural, base para los aprendizajes de los conocimientos matemáticos 
              en la escuela. La elección del objeto, el sistema de numeración 
              (en adelante, SN), no es casual. En el inicio de la formación 
              matemática escolar, cuando niños y niñas se 
              incorporan a la educación básica o primaria, el SN 
              es el elemento clave. Según Nunes Carraher y Bryant (1998), 
              el desarrollo del conocimiento y la comprensión matemáticos 
              implica para los niños tres aspectos: aprender las invariantes 
              lógicas, aprender a dominar y utilizar los sistemas matemáticos 
              convencionales y aprender a ver los requerimientos matemáticos 
              de diferentes situaciones. El SN es el primer sistema matemático 
              convencional con que se enfrentan los niños en la escuela, 
              y constituye el instrumento de mediación de otros aprendizajes 
              matemáticos, "el aspecto de la notación matemática 
              más fundamental (el álgebra, por ejemplo, es más 
              compleja y presupone el conocimiento del sistema numérico)" 
              (Martí, 2003, p. 164). En consecuencia, la calidad de los 
              aprendizajes que los niños puedan lograr en relación 
              con este objeto cultural es decisiva para su trayectoria escolar 
              posterior. En este sentido, nos interesa poner a consideración de los 
              lectores que la enseñanza escolar de la matemática 
              puede ser injusta no sólo con quienes no logran aprender 
              los contenidos curriculares, sino también con quienes triunfan 
              en la escuela y logran avanzar con regularidad en su escolaridad. 
              Esto es así cuando los contenidos curriculares o la propia 
              enseñanza no incorporan a los alumnos al mundo de relaciones 
              que constituye la matemática. Si, como sostiene Rodd, la 
              naturaleza de las justificaciones por las que un alumno otorga validez 
              a una proposición matemática es un aspecto central 
              para determinar si posee en verdad conocimiento matemático 
              (Rodd, 2000); si, como sostiene Sadovsky, la actividad matemática 
              es una actividad de modelización por medio de la cual los 
              alumnos aprenden a actuar sobre la realidad valiéndose de 
              un aparato teórico (Sadovsky, 2005), una enseñanza 
              que no trabaje sobre la formulación de razones, o que reduzca 
              la actividad matemática a "aplicar una operación", 
              comprometerá las posibilidades de los alumnos de adquirir 
              dominio sobre el saber matemático, de apropiarse del conocimiento 
              construido y de afirmarse a sí mismo como aprendiz de una 
              cultura. En el campo del SN, limitar el trabajo didáctico 
              a unos pocos números de la serie presentándolos de 
              uno en uno sin avanzar hasta que no se domine el nombre y el correcto 
              trazado de cada uno, o mostrar un único modo -el convencional- 
              de resolver las operaciones, hace imposible que los niños 
              accedan al mundo de relaciones que supone la notación numérica, 
              y pone en riesgo no sólo sus aprendizajes sobre el SN sino 
              sus posibilidades futuras de apropiación de nuevos conocimientos 
              matemáticos. 2. Acerca del sistema de numeración como objeto La pregunta por la enseñanza de la numeración escrita 
              requiere "desnaturalizar" nuestro saber adulto sobre ella. 
              En efecto, los adultos, usuarios habituales del SN, tendemos a pensar 
              en él como una técnica de traducción de las 
              cantidades a una forma gráfica, y solemos creer que para 
              su conocimiento alcanza con conocer la regla que rige esta traducción. 
              Este modo de entender al SN oscurece la comprensión de los 
              problemas involucrados en el aprendizaje de este objeto y, desde 
              luego, en su enseñanza. A lo largo de este trabajo, propondremos 
              a los lectores otras perspectivas sobre el SN que permitirán 
              problematizar la manera en que se desarrolla usualmente su enseñanza. 
              En este apartado nos centraremos en dos perspectivas de análisis 
              del SN: en cuanto objeto matemático, y en cuanto instrumento 
              cultural disponible en la cultura. En cuanto objeto matemático, el SN no es 
              un artilugio de mera traducción de cantidades en formas gráficas, 
              sino un sistema de representación de las cantidades. La construcción 
              de cualquier sistema de representación involucra un proceso 
              de diferenciación de los elementos y relaciones reconocidos 
              en el objeto a ser representado (en nuestro caso, en las cantidades 
              y en el proceso de cuantificación) y una selección 
              de aquellos elementos y relaciones que serán retenidos en 
              la representación (en nuestro caso, las reglas del SN)5. 
              Para poder representar las cantidades, el sistema de numeración 
              posee ciertas reglas que permiten organizar la cuantificación 
              para hacerla económica, y estas reglas, lejos de ser "naturales", 
              son producto de la elaboración histórica de ciertas 
              convenciones. La elaboración histórica del SN puede entenderse 
              como una búsqueda sostenida de economía en la representación, 
              que ha desembocado en la elaboración de un sistema por el 
              cual con un pequeño número de símbolos es posible 
              representar infinidad de cosas y realizar complejas operaciones. 
              En orden a esta economía de la representación, quienes 
              han rastreado la génesis del sistema de numeración 
              en la historia humana consideran que tres han sido las innovaciones 
              más poderosas (Guitel, 1975; Ifrah, 1987): 
              La utilización de agrupamientos, que permitió 
                superar la mera notación por correspondencia uno-a-uno, 
                que es sólo la traducción de una enumeración 
                que anuncia un grupo de objetos sin implicar para ello el desarrollo 
                de la noción de cuantificación. La idea de agrupar 
                las cantidades constituyó un primer paso en la economía 
                de la representación. 
              La utilización del principio de la base, que convirtió 
                los agrupamientos en regulares. Este principio permitió 
                superar la dificultad de tener que recordar, para comprender cada 
                nivel de agrupamiento, el principio de agrupamiento utilizado. 
                Los sistemas de base son sistemas de agrupamientos regulares, 
                donde el número de elementos que se agrupa es igual al 
                número de símbolos utilizados en la escritura. Pero al escribir posicionalmente, evitamos escribir los exponentes 
              de las potencias de la base (3, 2, 1, 0), sobreentendidos en la 
              posición otorgada a cada coeficiente (4, 6, 2, 7). Todo esto está presente en algo tan simple como el número 
              "50" que puede figurar en un billete al que los niños 
              tienen acceso, o como el precio de $179 que ven en un electrodoméstico 
              que se exhibe en el anaquel de un supermercado. Pero, junto con 
              estos números, los niños ven otros (como el 179 de 
              un ómnibus o el 49253442 de un teléfono), donde los 
              numerales no cumplen las mismas funciones de representación 
              que en los casos del billete o el precio. Esto nos coloca frente 
              a una segunda dimensión de análisis del sistema de 
              numeración, como instrumento de uso social: esto es, en cuanto 
              objeto que está presente en la vida cotidiana de todos nosotros 
              -también de los niños-, ofreciendo informaciones muy 
              diversas, de acuerdo con sus diferentes contextos de utilización 
              (Sinclair y Sinclair, 1984). Desde el punto de vista infantil, el sistema de numeración 
              ofrece numerosas oportunidades de interacción, porque es 
              un objeto cultural que tiene la particularidad de estar sumamente 
              presente en el mundo social. Para corroborarlo basta con pensar 
              en algunas de las situaciones cotidianas en las que aparecen numerales: 
              en los casos ya citados del dinero, los ómnibus, los precios 
              y los teléfonos, pero también en el modo de señalar 
              las fechas, en avisos de pago de servicios y recibos de cobro; en 
              la identificación de las casas y los automóviles; 
              en los relojes, las páginas de los libros y revistas, los 
              talles de la ropa, las medidas del calzado, la documentación 
              de las personas, las indicaciones de contenido y precio de las mercaderías, 
              el control remoto de la televisión, etcétera. Pero ocurre que, en muchos de los casos que hemos mencionado, los 
              números no funcionan como lo hacen en el sistema de numeración, 
              sino con reglas específicas de la situación en cuestión. 
              Así, por ejemplo, si en el SN cifras distintas representan 
              cantidades diferentes, hay usos de los grafismos numéricos 
              en que cifras diferentes no representan cantidades diferentes, sino 
              clases cuyas diferencias son cualitativas: lo que indica el 179 
              de un colectivo con respecto al 21 de otro no es una cantidad mayor 
              (colectivos más grandes, mayor número de colectivos, 
              etc.), sino que ese colectivo realiza un recorrido diferente al 
              otro, el numeral funciona aquí como una etiqueta. Por lo 
              tanto, las reglas construidas históricamente para representar 
              variaciones en la cantidad no estarán funcionando en estos 
              usos diferentes (Terigi, 1992). La consideración del SN como instrumento social implica 
              que el análisis de este objeto que se requiere para diseñar 
              su enseñanza no se agota en el conocimiento de sus aspectos 
              matemáticos; requiere poner en juego otros saberes que no 
              son los del especialista en el campo matemático. En la dimensión 
              de análisis en que nos estamos moviendo, se requiere un análisis 
              de las prácticas sociales que involucran la numeración 
              escrita y de los intercambios que tienen lugar a propósito 
              de esas prácticas. Ese análisis nos pone frente a 
              la posibilidad de comprender la clase de problemas que tiene que 
              resolver un niño para llegar a comprender la naturaleza y 
              funcionamiento del SN como objeto matemático, apoyándose 
              en la información sobre él con la que cuenta a través 
              de los usos muy diversos que se dan a la numeración escrita 
              en su entorno social. Puede decirse que el uso de los números 
              en el medio social es diverso y poco "respetuoso" de las 
              características del sistema como objeto matemático; 
              pero son precisamente estos usos los que ponen a los niños 
              tempranamente en contacto con la numeración escrita. 3. Las conceptualizaciones infantiles sobre el sistema de numeración Desde hace tiempo, la literatura internacional viene reportando 
              resultados de investigaciones sobre los procesos por medio de los 
              cuales los niños construyen conocimientos acerca del SN, 
              este objeto de conocimiento que es, a la vez, una herramienta presente 
              en la vida social y un contenido curricular principal de la enseñanza 
              escolarizada. Las investigaciones han avanzado desde los primeros estudios centrados 
              en la representación gráfica de cantidades inferiores 
              a diez (Sastre y Moreno, 1976; Hughes, 1986; Sinclair, Siegrist 
              y Sinclair, 1983) y en la diferenciación de notaciones numéricas 
              y alfabéticas (Pontecorvo, 1985) a los estudios que focalizan 
              en la producción, la interpretación o la comparación 
              de notaciones representativas de números mayores, en las 
              que intervienen las reglas que rigen el sistema posicional (Sinclair 
              y otros, 1994, replicada en nuestro medio por Scheuer y otros, 1996, 
              2000; Seron y otros, 1995; Nunes Carraher, 1989; Higino da Silva, 
              1990; Seron y otros, 1991; Martínez Ruiz y Tolchinsky Landsmann, 
              1993). Entre estas últimas, algunas se ocupan sólo 
              de la producción y otras sólo de la interpretación-comparación 
              entre escrituras convencionales, en tanto que otras (Terigi, 1992; 
              Lerner, Sadovsky y Wolman, 1994) interrelacionan los dos aspectos. Mucho más recientemente se han desarrollado investigaciones 
              destinadas a estudiar las producciones numéricas en niños 
              más pequeños (Alvarado y Ferreiro, 2000; Alvarado 
              2002; Brizuela 1997, 2001). Alvarado estudia la adquisición 
              del sistema gráfico alfabético y numérico y 
              presenta las razones que conducen a niños de 4 y 5 años 
              a emplear variantes gráficas originales al escribir al dictado 
              números de dos cifras: rotaciones o el empleo de números 
              "comodines". Brizuela, por su parte, aborda las ideas 
              infantiles sobre los números escritos y también encuentra 
              el uso de "comodines" para los elementos de los números 
              que los niños no conocen. Ambas investigaciones documentan 
              la vinculación de la producción numérica de 
              los niños con las pistas lingüísticas que ofrecen 
              las designaciones orales de los numerales y señalan que la 
              mayoría de los niños escriben los números de 
              dos dígitos con dos dígitos, si bien Alvarado aclara 
              que la producción de números bidígitos con 
              dos cifras se presenta en niños con poco conocimiento de 
              los nudos escritos. Los estudios citados coinciden en evidenciar la elaboración 
              temprana por parte de los niños de conceptualizaciones originales 
              sobre el SN, entre las cuales se destacan la construcción 
              de criterios de comparación de números y la producción 
              de notaciones numéricas basadas en la correspondencia con 
              la numeración hablada. Se ha establecido igualmente (Lerner 
              y otros, op. cit.) que la escritura de los nudos -de los números 
              "redondos"- constituye un punto de apoyo para la apropiación 
              de otras notaciones, que los niños enfrentan conflictos como 
              producto de la elaboración simultánea de reglas basadas 
              en la posicionalidad (criterios de comparación) y en la correspondencia 
              con la numeración hablada, y que el esfuerzo por superar 
              estos conflictos permite avanzar hacia la escritura convencional. Hace más de una década que la investigación 
              ha hecho evidente que se requieren situaciones específicas 
              para que ciertos aspectos conceptuales del SN se pongan en juego 
              (Lerner, Sadovsky y Wolman, 1994), por lo cual los estudios que 
              procuraron avanzar en la comprensión de los procesos cognoscitivos 
              ligados a la construcción del sistema de numeración 
              han comenzado a ubicarse en el contexto de la enseñanza escolarizada. 
              Pese a ello, las investigaciones sobre la enseñanza del SN 
              son aún escasas, pudiendo citarse, además del trabajo 
              referido, los de Bednarz y Janvier (1992), Bednarz (1991), DeBlois 
              (1996) y Lerner (2005). En nuestro caso, la investigación 
              didáctica ha permitido estudiar la relación entre 
              el aprendizaje de las operaciones aritméticas y la comprensión 
              de los aspectos multiplicativos subyacentes a la notación 
              numérica; el diseño y aplicación de situaciones 
              didácticas que apuntan a la comprensión de la agrupación 
              decimal por parte de los niños nos permitió estudiar 
              el pasaje de una concepción estrictamente aditiva de la notación 
              numérica a una concepción caracterizada por la progresiva 
              consideración de los aspectos multiplicativos involucrados 
              en la organización del sistema posicional (Lerner y otros, 
              2003). 4. La enseñanza usual del sistema de numeración En la enseñanza usual, el SN es objeto de un tratamiento 
              didáctico que fue analizado por diversos autores (entre ellos, 
              Lerner y otros, 1994; Wolman, 2000; Quaranta, Tarasow y Wolman, 
              2003). En lo que sigue analizaremos sintéticamente la enseñanza 
              usual del sistema de numeración y los presupuestos que la 
              orientan, señalando los problemas que presenta tanto desde 
              el punto de vista del objeto de enseñanza (el SN) como de 
              su relación con las ideas de los sujetos. 
              En la enseñanza usual del SN, se considera ineludible 
                enseñar los números de a uno por vez, comenzando 
                por los dígitos y respetando el orden de la serie. Se establecen 
                cortes en el SN para secuenciar su enseñanza según 
                los años de la escolaridad: de 1 a 100 en primero, hasta 
                1.000 en segundo y así sucesivamente. Desde el inicio y 
                junto con la presentación del número diez, se incorporan 
                las nociones de unidades y decenas. El orden de presentación 
                de los números y la correspondiente explicitación 
                del valor posicional son considerados requisitos necesarios para 
                la enseñanza de los algoritmos convencionales. 
                Esta manera de presentar los números dosifica de tal 
                  modo al objeto de conocimiento que su comprensión se 
                  ve dificultada: no es posible detectar regularidades y descubrir 
                  la recursividad del agrupamiento, precisamente porque lo que 
                  no se permite es la interacción con el sistema en cuanto 
                  tal.Se emplean diferentes recursos materiales para concretar el 
                principio de agrupamiento de base diez, a partir del cual todos 
                los números que se presentan se traducen a concreciones 
                realizadas con objetos y/o dibujos (ataditos de palitos, dibujos 
                geométricos para indicar los diferentes órdenes 
                surgidos del agrupamiento, etc.). 
                Estos recursos presentan varios inconvenientes cuando se intenta 
                  enseñar con ellos la posicionalidad que caracteriza nuestro 
                  SN. En efecto, al utilizarlos, lo que se pierde es justamente 
                  la posicionalidad, dado que es posible interpretar el número 
                  independientemente de cuál sea la posición en 
                  que estén ubicados: un atadito de diez y dos palitos 
                  siempre formarán doce sin importar que se coloque el 
                  atadito delante o detrás de los dos palitos. Estos recursos 
                  hacen que el SN se asemeje más a los sistemas aditivos 
                  -en los que se reitera la potencia de la base- que a los sistemas 
                  posicionales -en los que las potencias de la base se representan 
                  exclusivamente a través de la posición que ocupan 
                  los números-. Lerner señala al respecto: "Estos 
                  procedimientos para concretar el sistema de numeración 
                  tienen dos grandes inconvenientes desde el punto de vista de 
                  una didáctica constructivista: el primer gran inconveniente 
                  es que se deforma el objeto de conocimiento transformándolo 
                  en algo muy diferente de lo que él es; el segundo gran 
                  inconveniente es que se impide que los chicos utilicen los conocimientos 
                  que ya han construido en relación con el sistema de numeración" 
                  (Lerner, 1992b, p. 13).El modo en que se enseña el SN sintetizado en los puntos 
                precedentes se concibe como necesario para la enseñanza 
                y el aprendizaje de los algoritmos convencionales, ya que también 
                se presupone que los alumnos no podrán resolver ninguna 
                operación aritmética si no se les explica previamente 
                cuáles son los pasos a seguir. Para ello, la conceptualización 
                en unidades y decenas es necesaria. 
                Frente a esta caracterización, un amplio 
                  abanico de investigaciones señalan -y lo reconocen también 
                  quienes están vinculados a la práctica escolar- 
                  que la enseñanza habitual del SN y de los algoritmos 
                  convencionales correspondientes a las operaciones aritméticas 
                  en los primeros grados no facilita que los alumnos comprendan 
                  las razones de los pasos que se siguen para obtener el resultado. 
                  En efecto, los errores que cometen los niños al resolver 
                  algoritmos6 o las explicaciones que brindan 
                  acerca de los procedimientos empleados, incluso cuando obtienen 
                  el resultado correcto7 -fundamentalmente en 
                  las famosas cuentas de "llevarse o pedir prestado"-, 
                  testimonian la dificultad de los alumnos para comprender que 
                  dichas reglas están íntimamente relacionadas con 
                  los principios de nuestro sistema de numeración. (Lerner 
                  1992a; Lerner, Sadovsky y Wolman 1994; Wolman, 1999). Se reconoce 
                  así un serio problema de la enseñanza usual: la 
                  dificultad de lograr que los alumnos comprendan realmente el 
                  principio que rige la numeración escrita. En efecto, 
                  cuando se enseña el algoritmo convencional de "sumar 
                  en columnas" los alumnos no necesitan poner en acción 
                  en todo momento los conocimientos sobre el SN. Si se tiene que 
                  calcular la suma de las unidades y las decenas, esto puede llevarse 
                  a cabo sin pensar lo que estas cifras representan. Cuando la enseñanza se basa sólo en la transmisión 
              de reglas, se impide a los alumnos utilizar y vincular los conocimientos 
              que han construido y continuar construyéndolos, y, sobre 
              todo, se les deja comprender que los procedimientos con los que 
              se resuelven todas las operaciones están íntimamente 
              vinculados con este sistema. En síntesis: la enseñanza usual 
              se diseña sobre el supuesto de que los niños tienen 
              que comprender el sistema de numeración antes de comenzar 
              a utilizarlo, pues el uso deviene de la correcta aplicación 
              de los principios conceptuales que rigen al sistema. Se establece, 
              entonces, un proceso didáctico que comienza con la explicación 
              por parte del docente del principio de agrupamiento en base diez 
              que rige al sistema, y que promueve luego la aplicación de 
              ese principio a diversas situaciones de uso, como la resolución 
              de pequeñas cuentas, el dictado de números, etcétera8. 5. Una enseñanza enfocada a la construcción infantil 
              de conocimientos sobre el SN El análisis de la enseñanza usual del SN nos ha permitido 
              señalar cuán difícil es que los niños 
              y niñas tengan oportunidad de comprender la naturaleza del 
              sistema en virtud de las restricciones en el tratamiento didáctico 
              del objeto. En este apartado plantearemos algunas características 
              que asume la enseñanza cuando se enfoca a promover la construcción 
              por parte de los alumnos de las razones que hacen al funcionamiento 
              de los números, y cuando les permite así llegar a 
              comprender los principios que rigen el sistema y las operaciones 
              subyacentes a la notación numérica.  5.1 El tratamiento didáctico del objeto de conocimiento Uno de los componentes fundamentales de la propuesta 
              didáctica radica en que las situaciones que se diseñen 
              propongan la interacción de los niños con el objeto 
              de conocimiento, el SN, en toda su complejidad9. En la perspectiva de nuestros estudios, estas preocupaciones se 
              traducen en un principio didáctico que ha sido formulado 
              como del uso a la conceptualización: el punto de partida 
              del trabajo que se propone a los alumnos es el uso de la numeración 
              escrita sin dosificaciones y sin utilizar recursos mediatizadores 
              de los distintos agrupamientos. Usar la numeración escrita 
              significa proponer situaciones donde los alumnos tengan que producir 
              e interpretar escrituras numéricas (aunque no logren hacerlo 
              convencionalmente), así como compararlas, ordenarlas y operar 
              con ellas para resolver diferentes problemas. "Considerar lo 
              que los niños ya saben acerca del objeto de conocimiento, 
              diseñar situaciones didácticas que les permitan poner 
              en juego sus conceptualizaciones y les planteen desafíos 
              que los inciten a producir nuevos conocimientos son condiciones 
              esenciales para un proyecto didáctico que aspira a engarzar 
              los conocimientos infantiles con los saberes culturalmente producidos" 
              (Lerner, 2005, p. 148). Esto involucra otro posicionamiento frente a las operaciones. En 
              Lerner y otros (1994) ya se afirmaba que los chicos generan pro-cedimientos 
              numéricos originales para encontrar sus resultados. Los procedimientos 
              que los alumnos emplean difieren de los convencionales, aunque, 
              sin embargo, están vinculados a la organización del 
              sistema de numeración decimal, y manifiestan el conocimiento 
              que los alumnos están construyendo acerca del SN. La organización de la numeración escrita y las operaciones 
              guardan estrechas interrelaciones: por una parte comprender la notación 
              numérica supone desentrañar cuáles son las 
              operaciones subyacentes a ella; por otra parte, la resolución 
              de operaciones constituye un terreno fecundo para profundizar la 
              comprensión del SN. Ambos aprendizajes -del SN y de las operaciones- 
              se influyen recíprocamente. Por este motivo se propone que los alumnos resuelvan situaciones 
              problemáticas sin haberles mostrado previamente algún 
              método de resolución. Desde el punto de vista de la 
              enseñanza, no introducir en el inicio de la escolaridad los 
              algoritmos canónicos facilita que los niños elaboren 
              otros procedimientos para resolver y representar operaciones, relacionados 
              con sus concepciones sobre la numeración y las propiedades 
              de las operaciones, aunque éstas funcionen frecuentemente 
              de manera implícita. Cuando los niños usan la numeración escrita en el 
              sentido que mencionamos antes, van elaborando algunas regularidades 
              en la organización de los números. Las elaboran cuando 
              comparan números y establecen criterios como "a mayor 
              cantidad de cifras, mayor es el número" -que les permite 
              comparar números de diferente cantidad de cifras-, y "el 
              primero es el que manda" -que les permite la comparación 
              de los de la misma cantidad de cifras-. Este último criterio 
              indica que el valor de una cifra no es siempre el mismo sino que 
              está vinculado con su posición respecto a las otras 
              que forman el número, criterio que los niños elaboran 
              y utilizan sin saber aún las razones de este cambio de valor. 
              Trabajar con amplios sectores de la serie les permite afirmar, por 
              ejemplo, "primero vienen los que tienen uno solo, después 
              vienen un montón con dos y después con tres" 
              o "los de tres [cifras] son los de los cien". O al operar 
              desplegando sus propios procedimientos descubren que cuando se suma 
              diez a un número de dos cifras, cambia en uno más 
              el de adelante y el de atrás queda igual: "si le sumas 
              diez al veintiocho, te va a dar treinta y ocho porque sólo 
              cambia el de adelante"; y cuando se resta diez "me fijo 
              en el número que le sigue para atrás del primero". Las regularidades constituyen conocimientos importantes en el camino 
              de aproximación al SN, y son el producto de reflexiones sobre 
              aquello que sucede en el uso del SN y sus resultados. A su vez, 
              son parte del camino previo que lleva a introducirse en la búsqueda 
              de las razones que hacen al funcionamiento de dichas regularidades. 
              En efecto, sólo tiene valor preguntarse por las razones de 
              las regularidades una vez que éstas han sido elaboradas por 
              los alumnos. Las razones explican las regularidades porque dependen, 
              precisamente, de las operaciones que subyacen a la organización 
              del SN, y su comprensión supone para el niño la construcción 
              de una red de conocimientos a lo largo de un tiempo prolongado de 
              aprendizaje. 5.2 El tipo de situación Una de las ideas vigentes en el plano didáctico 
              es tomar como eje la producción del conocimiento por parte 
              de los alumnos. Las situaciones que favorecen la construcción 
              de nuevos conocimientos son aquéllas que plantean un problema, 
              un desafío10. Desafíar a un alumno supone proponerle situaciones que él 
              visualice como complejas pero al mismo tiempo posibles, que le generen 
              una cierta tensión, que lo animen a atreverse, que lo inviten 
              a pensar, a explorar, a poner en juego conocimientos que tiene y 
              probar si son o no útiles para la tarea que tienen entre 
              manos, que lo lleven a conectarse con sus compañeros, a plantear 
              preguntas que le permitan avanzar [...] (Sadovsky, 2005, p. 13). La situación requiere que sea asimilable y, al mismo tiempo, 
              que presente alguna dificultad para que los alumnos logren elaborar 
              un conocimiento del cual no disponían. Los intentos de solución 
              harán posible la construcción de un conocimiento por 
              los alumnos si se les ofrece la posibilidad de establecer nuevas 
              relaciones con los conocimientos conque ya disponen. Por eso cobran especial relevancia los problemas que se plantean, 
              el trabajo que se propone en torno a ellos, las reflexiones que 
              se promueven en relación con las distintas soluciones; los 
              procedimientos empleados, la validez de los mismos, la manera de 
              registrarlos; el conocimiento que circula en la clase; las intervenciones 
              docentes que generan y que sostienen esta actividad. De esta manera, 
              se logra que los alumnos avancen, ampliando, modificado o cambiando 
              sus conocimientos previos. 5.3 La intervención docente Debido a las características de las situaciones planteadas, 
              se hacen necesarias ciertas propiedades de la intervención 
              docente. Estamos a tanta distancia de la práctica de explicitar 
              la regla de agrupamiento -práctica que es propia de la enseñanza 
              tradicional del SN- como de las posiciones que tienden a identificar 
              el papel del docente con el de un simple facilitador, cuya tarea 
              principal se juega en el diseño de una situación que 
              favorezca la libre exploración de los sujetos. Hay aquí, como hemos visto, un modo peculiar de construir 
              las situaciones, pero también un modo peculiar de intervenir 
              en el curso de su desarrollo. Una suerte de regla de oro es que 
              el docente no interviene formulando directamente el saber que espera 
              ver aparecer en sus alumnos a partir de la interacción con 
              la situación, sino que las intervenciones son pensadas como 
              generadoras de condiciones para que el saber que se requiere poner 
              en juego en cada situación aparezca, se analice y se explicite. En las situaciones didácticas que hemos 
              estudiado se anticipan intervenciones posibles, sugiriendo un abanico 
              de posibilidades. En nuestros estudios, el análisis de las 
              intervenciones que se desplegaron reveló un hecho que reviste 
              particular interés: cada maestro hace una versión 
              propia de las intervenciones propuestas y las utiliza de maneras 
              diferentes en distintos momentos de la clase11. Para interpretar el sentido de estas variaciones, para comprender 
              de qué modo los maestros asimilan las intervenciones propuestas, 
              en qué circunstancias las utilizan y cuáles son las 
              nuevas intervenciones que producen, es necesario hacer intervenir 
              en el análisis, hipótesis o inferencias acerca de 
              la manera en que cada docente conceptualiza el contenido que está 
              intentando enseñar y acerca de la concepción del proceso 
              de aprendizaje de ese contenido que está poniendo en acto 
              (Lerner y otros, 2000). Cuando se afirma que la manera en que el docente conceptualiza 
              el objeto a enseñar, en un sentido general, incide en el 
              desarrollo de la secuencia, nos estamos refiriendo a modos específicos 
              de poner en juego ese conocimiento en la situación. Como 
              se ha señalado, las intervenciones docentes no son de carácter 
              general, sino específicas para este objeto en cuestión. 
              Cuando un maestro interpreta una respuesta de un alumno, lo hace 
              en referencia a qué aspecto o aspectos del funcionamiento 
              numérico pueden estar sosteniendo esa respuesta. Supongamos la siguiente situación. En la tarea de interpretación 
              de números, frente a un grupo de alumnos que no consigue 
              leer el 74, el maestro pregunta a todos si el nombre de alguno de 
              los números escritos hasta ese momento sirve para leer éste. 
              Ante una intervención como ésta, los alumnos pueden 
              señalar diversos números presentes: el que comparte 
              el nudo con el número a interpretar, la serie de nudos o 
              un número que sea el que resulta de invertir las cifras del 
              74. El modo en que el maestro entiende cada una de estas posibles 
              respuestas de los alumnos depende de su conocimiento del objeto 
              de conocimiento y de las reglas de funcionamiento de este objeto 
              que hacen que, mientras que las dos primeras respuestas de los alumnos 
              pueden plantearse como ayudas genuinas, en el sentido de ser pertinentes 
              al objeto, la última no lo sea. El análisis didáctico sobre el objeto es el que permite 
              a los maestros interpretar una respuesta o una pista formulada por 
              un alumno en términos de los aspectos conceptuales del sistema. 
              Es este mismo saber sobre el objeto lo que permite interpretar un 
              error de los alumnos no sólo en términos de lo que 
              "falta" para una interpretación convencional de 
              los números sino en términos de aquellos aspectos 
              del objeto que sí están siendo considerados por el 
              alumno. De forma recíproca, ocurre durante la secuencia que 
              los esfuerzos de los maestros por encontrar sentido a las intervenciones 
              de los alumnos les permiten una mayor complejidad en la comprensión 
              de los aspectos conceptuales del objeto de conocimiento. Dadas las características de la enseñanza que se 
              postulan, la intervención docente no está completamente 
              predeterminada sino que se decide cada vez como producto de la evaluación 
              que el maestro hace de las dificultades que están teniendo 
              los alumnos y de los saberes que están poniendo en juego 
              con sus preguntas, sus pistas y sus errores. Estas intervenciones 
              tienen el propósito de generar condiciones para que los alumnos 
              avancen en la interpretación numérica, sin reemplazarlos 
              en la tarea de encontrar las claves que permiten resolver los desafíos, 
              sino ayudándolos de modos cuya adecuación tiene que 
              ser calibrada en cada oportunidad. Es en este sentido que, para 
              la actuación docente, no es suficiente con saber mucho sobre 
              el objeto: se requiere saber mucho también sobre las intervenciones 
              específicas que mejor pueden ayudar a los alumnos en un momento 
              determinado. Puede decirse, entonces, que en esta manera de abordar la enseñanza 
              el alumno queda "expuesto a la comprensión del profesor", 
              en el sentido de que tanto el diseño de la enseñanza 
              como la intervención en el desarrollo de las clases depende 
              de la comprensión que el maestro tiene del objeto de conocimiento 
              y de la comprensión que también tiene de los procesos 
              que están siguiendo los alumnos en el aprendizaje de este 
              objeto. 6. Algunas preocupaciones en relación con el proceso 
              de conceptualización Como vimos, se propone un recorrido didáctico 
              que va "del uso a la reflexión, de la reflexión 
              al establecimiento de regularidades y de las regularidades a la 
              búsqueda del principio que rige el sistema"12 
              (Lerner y otros, 1994). No debería escapársenos que 
              este recorrido didáctico es, también, un recorrido 
              psicológico, algo que esperamos suceda a los sujetos bajo 
              las particulares condiciones que se generan en el régimen 
              didáctico en el que los incluimos. El "punto de llegada" es según este recorrido 
              la comprensión de los principios que rigen al SN. En este 
              punto, no podemos soslayar la preocupación por el modo en 
              que la definición de los objetivos pedagógicos que 
              persiguen las situaciones pueda contribuir a disparar las expectativas 
              acerca de lo que los sujetos deben aprender en la escuela. Hemos documentado situaciones en las que los sujetos alcanzan un 
              uso notablemente eficaz de la numeración para resolver situaciones 
              que tienen en sí mismas un sentido matemático y un 
              sentido social. Ha sido menos frecuente documentar situaciones en 
              las que los sujetos progresan en la conceptualización en 
              las direcciones en que sería posible una mejor comprensión 
              de las reglas del sistema. La pregunta que produce inquietud podría formularse del 
              siguiente modo: ¿hasta dónde disparar la conceptualización? 
              ¿Qué es razonable esperar del aprendizaje de los alumnos, 
              aun bajo las peculiares condiciones de trabajo didáctico 
              que tratamos de proponer? Por un lado, parece interesante propiciar formas de funcionamiento 
              didáctico que promuevan procesos de conceptualización 
              creciente en los alumnos. A la pregunta sobre cuál es el 
              límite de la conceptualización a la que aspiramos, 
              responderíamos: no hay más límite que los que 
              el objeto mismo pueda imponer, puesto que esperamos que los sujetos 
              construyan las reglas que rigen al SN. Pero, desde una perspectiva pedagógica, no podemos soslayar 
              el hecho de que ciertos determinantes duros del dispositivo escolar 
              ligan los logros cognitivos de los alumnos con su éxito o 
              fracaso en la escuela y con las consecuencias de tal éxito 
              y fracaso para su destino social más general. El hecho de 
              que la perspectiva didáctica que adoptamos sofistique los 
              propósitos que nos planteamos en relación con el aprendizaje 
              de los sujetos, no debe entenderse como un aumento de las exigencias 
              que pesan sobre ellos a la hora de acreditar su experiencia escolar, 
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 Notas * Profesora de la Universidad 
              de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de General Sarmiento. 
              Docente de posgrado de las universidades de Buenos Aires, nacional 
              de Córdoba, nacional de Entre Ríos y Torcuato Di Tella, 
              Argentina.  ** Docente de Psicología 
              y Epistemología Genética de la Facultad de Psicología 
              de la UBA. Docente de Psicología Genética de la carrera 
              de Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía 
              y Letras de la UBA. Coordinadora del área de Educación 
              Primaria de la Dirección de Currículos de la Secretaría 
              de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. 1 Desde hace muchos años 
              se desarrolla en la Universidad de Buenos Aires un programa de investigaciones 
              sobre la enseñanza y el aprendizaje del sistema de numeración 
              que ha tocado diferentes aspectos de este objeto en sucesivos períodos 
              de trabajo. Históricamente dirigido por Delia Lerner, hoy 
              es el Proyecto 2004-2007 X152: "El sistema de numeración: 
              conceptualizaciones infantiles sobre la notación numérica 
              para números naturales y decimales", dirigido por las 
              autoras de este artículo. Aunque el mismo no es un informe 
              de investigación, sus consideraciones encuentran fundamento 
              en los desarrollos teóricos que el equipo de investigación 
              lleva acumulados a lo largo de estos años. 2 SITEAL es la sigla de Sistemas 
              de Información de Tendencias Educativas en América 
              Latina, un programa que desarrollan en forma conjunta el Instituto 
              Internacional de Planeamiento de la Educación - Buenos Aires 
              (IIPE-UNESCO, Sede Regional Buenos Aires) y la Organización 
              de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia 
              y la Cultura (OEI). Este programa comenzó a funcionar a comienzos 
              del año 2003 y está orientado a analizar la inequidad 
              en el acceso y en los logros educativos de la población, 
              así como el impacto de la educación en la calidad 
              de vida de las familias y en la dinámica social. Para acceder 
              a las producciones de SITEAL: http://www.siteal.iipe-oei.org 3 Países con un importante 
              rezago educativo lograron progresos espectaculares en la escolarización 
              de la población de 6 a 8 años: Brasil, por ejemplo, 
              elevó la tasa de escolarización de ese grupo de edad 
              de 75,4% en 1991 a 93,1% en el año 2001; Costa Rica la elevó 
              de 78,6% en 1991 a 94,9% en 2000. Los países donde la escolarización 
              primaria había alcanzado mejores niveles de cobertura también 
              avanzaron, lógicamente a un ritmo menor; así, Chile 
              pasó de 94,3% de tasa escolarización de su población 
              de 6 a 8 años en 1990 a 97,9% en 2000, y México pasó 
              de 90,9% en 2002 a 96,0% en 2000 (SITEAL, b, cuadro 2). 4 Considerar el fracaso escolar 
              como fenómeno educativo no implica desconocer las relaciones 
              que existen entre procesos y condiciones del entorno social y fracaso 
              escolar; implica no renunciar a explicar "[...] de qué 
              manera, bajo qué condiciones, por medio de qué mecanismos, 
              específicamente pedagógicos, se produce dentro de 
              las escuelas el fracaso de los niños" (Terigi y Baquero, 
              1997, p. 108, original en portugués, negrita en el texto 
              fuente). 5 La conceptualización 
              de los sistemas de representación está desarrollada 
              en Ferreiro (1986). 6 Existe una amplia literatura 
              en la que se ilustran los diferentes errores en la ejecución 
              de los algoritmos clásicos. Véase, entre otros, Dickson, 
              Brown y Gibson (1991), Resnick y Ford (1990) y Baroody (1988). 7 Recordemos lo planteado en 
              el primer punto: el sistema es injusto aun con los que la escuela 
              considera sin riesgo de fracaso, que avanzan en su escolaridad, 
              porque -aunque esto no se advierte fácilmente- estos niños 
              no comprenden lo que la escuela intenta enseñarles, y ello 
              sucede en un tiempo en el que podrían estar abordando cuestiones 
              que les permitieran ir descubriendo estos principios. 8 Cabe aclarar que cuestionar 
              una concepción de enseñanza no significa que esa concepción 
              sea un "error" de algunos, en todo caso es una construcción 
              colectiva bastante difundida. Son los estudios epistemológicos, 
              psicológicos y didácticos los que actualmente permiten 
              este cuestionamiento y, al mismo tiempo, pensar una alternativa 
              diferente. 9 Como ejemplo de abordaje 
              del SN en toda su complejidad, podemos mencionar la situación 
              "Juego de lotería" desarrollada en el programa 
              de investigación. Esta secuencia de enseñanza se desarrolla 
              en el inicio de primer grado de la escuela primaria y se encuadra 
              dentro de situaciones centradas en el uso del SN y búsqueda 
              de regularidades. Su objetivo didáctico es hacer avanzar 
              las interpretaciones numéricas de los alumnos promoviendo 
              la construcción de relaciones válidas desde el punto 
              de vista de la organización del SN; la lotería ofrece 
              la posibilidad de hacerlo en relación con un amplio sector 
              de la serie que abarca los primeros noventa números. Puede 
              consultarse Broitman y Kuperman (2005) y Quaranta, Tarasow y Wolman 
              (2003). 10 En este sentido, la secuencia 
              didáctica del "Juego de la lotería" mencionado 
              está diseñada de manera tal que este juego se convierta 
              en un problema para los alumnos, ya que se les propone interpretar 
              escrituras numéricas, la mayoría desconocidas por 
              ellos, y sin que medie explicación del docente acerca de 
              cómo hacerlo. Para jugar a la lotería tal como se 
              juega socialmente, alcanzaría con conocer el nombre de las 
              cifras, de esta manera se podría decir "cuatro y tres" 
              para "cuarenta y tres". En el diseño de la situación 
              didáctica se agregan nuevas reglas de juego de acuerdo a 
              los objetivos didácticos que perseguimos: debe decirse el 
              nombre de los números; una vez "cantado" el número, 
              éste no se muestra hasta tanto no haya sido buscado en los 
              cartones por los participantes. Cuando los cantores no conocen el 
              número los compañeros pueden ayudarlo dando "pistas", 
              pero sin decir el nombre del número. Para jugar con estas 
              nuevas reglas los niños necesitan aprender los nombres de 
              los números y su escritura, y lo harán a través 
              de alguna estrategia: apoyarse en los números ya conocidos, 
              recurriendo a algún material que los contenga ordenados para 
              poder encontrar el número en cuestión, contando desde 
              el uno, etc.Otra secuencia estudiada en nuestras investigaciones es "Mayoristas 
              y minoristas". Se trata de que los alumnos completen un cuadro 
              de doble entrada con precios de vestimenta de una fábrica 
              y tres negocios minoristas que recargan a esos precios, respectivamente, 
              10, 20 y 30 pesos cada uno; es decir, el problema está centrado 
              en la resolución de operaciones. En clases posteriores, se 
              proponen minoristas que aumentan 10, 30 y 50 pesos, respectivamente. 
              Una vez completado el cuadro con los precios correspondientes a 
              los minoristas, el maestro organiza una segunda situación 
              en la que conduce una discusión que apunta a reflexionar 
              sobre los procedimientos utilizados, a retomar regularidades ya 
              detectadas -o descubrir nuevas- entre las operaciones y los números 
              escritos en el cuadro. En esta discusión se busca que los 
              alumnos expliciten esas regularidades y reflexionen sobre ellas 
              vinculándolas con las sumas (agregar nudos de decenas) y 
              la organización del sistema de numeración. Desde la 
              perspectiva didáctica, focalizar en la relación existente 
              entre notación numérica y operaciones aritméticas 
              constituye un escenario privilegiado para profundizar la comprensión 
              del sistema de numeración.
 11 Un ejemplo de estas variaciones 
              es lo ocurrido con "la pista de los nudos" que consiste 
              en suministrar como ayuda a los niños que no podrían 
              leer convencionalmente un número, el nudo inmediatamente 
              anterior y, en caso de que tampoco pudieran interpretarlo, anotar 
              la serie de los nudos.  12 En esta perspectiva, avanzar 
              del uso eficaz a la conceptualización supone un pasaje de 
              un estado de menor conocimiento a otro de mayor conocimiento y, 
              en tal sentido, se enrola con interrogantes básicos de la 
              teoría genética.   |