El saber y las TIC: ¿brecha digital o brecha 
              institucional?
            Paz Peña Ochoa * 
            Mónica Alejandra Peña Ochoa ** 
            SÍNTESIS: Las TIC se han constituido 
              en una estrategia fundamental para el logro de cambios pedagógicos 
              porque generan redes de conocimiento, modifican la actitud de los 
              sujetos involucrados en el aprendizaje y mejoran sustantivamente 
              la calidad de la educación. Por ello, se ha instalado la 
              discusión acerca de la enorme necesidad de trabajar sobre 
              los actores, tanto en la capacitación de profesores y alumnos 
              como en las problemáticas planteadas por el encuentro entre 
              nativos versus inmigrantes digitales. 
            Asimismo, una problemática menos evidente pero 
              igualmente compleja es aquella que aparece al confrontar la escuela 
              como institución con su capacidad de respuesta y flexibilidad 
              frente a los cambios necesarios para la inclusión de las 
              TIC. Hasta ahora dichos cambios se han producido dentro de las políticas 
              curriculares -poniendo a las TIC como una más de las necesidades 
              de aprendizaje de los escolares y otorgándoles un lugar en 
              el orden establecido de los marcos curriculares-, y no como un espacio 
              transversal que atraviese el cambio institucional y social que se 
              espera. El choque, entonces, no se produce solo entre los niveles 
              de conocimiento o involucramiento de los sujetos con las nuevas 
              tecnologías, sino también entre estas y la capacidad 
              de la escuela de aceptar cambios profundos e inherentes a la inserción 
              de las TIC, que pueden atentar contra su identidad institucional, 
              como por ejemplo la horizontalidad y multiplicidad de fuentes del 
              saber, el conocimiento de acceso libre, etcétera. 
            Palabras clave: TIC; institución escolar; 
              currículo; poder; conocimiento; redes. 
            SÍNTESE: As TIC tornaram-se uma estratégia 
              fundamental para a consecução de mudanças pedagógicas 
              porque geram redes de conhecimento, modificam a atitude dos sujeitos 
              implicados na aprendizagem e melhoram substantivamente a qualidade 
              da educação. Por isso, instalou-se a discussão 
              acerca da enorme necessidade de trabalhar sobre os atores, tanto 
              no que se refere à capacitação de professores 
              e alunos como aos problemas suscitados pelo encontro entre nativos 
              versus imigrantes digitais. 
            Ao mesmo tempo, um problema menos evidente, mas igualmente 
              complexa, é aquela que surge ao se confrontar a escola como 
              instituição com sua capacidade de resposta e flexibilidade 
              perante as mudanças necessárias para a inclusão 
              das TIC. Até agora estas mudanças se produziram dentro 
              das políticas curriculares - pondo as TIC como uma das necessidades 
              a mais da aprendizagem dos escolares e outorgando-lhes um lugar 
              na ordem estabelecida das grades curriculares -, e não como 
              um espaço transversal que atravesse a mudança institucional 
              e social que se espera. O choque, então, não se produz 
              somente entre os níveis de conhecimento ou de implicação 
              dos sujeitos com as novas tecnologias, mas também entre estas 
              e a capacidade da escola de aceitar mudanças profundas e 
              inerentes à inserção das TIC, que podem atentar 
              contra a sua identidade institucional, como, por exemplo, a horizontalidade 
              e a multi-plicidade de fontes do saber, o conhecimento de acesso 
              livre, etc. 
            Palavras chave: TIC; instituição 
              escolar; currículo; poder; conhecimento; redes. 
            ABSTRACT: The use of ICT has become a fundamental 
              strategy for the achievement of pedagogical change because it generates 
              knowledge networks, modifies the attitudes of subjects involved 
              in learning and substantially improves the quality of education. 
              As a result of this, a discussion has arisen with regard to the 
              enormous amount of work that has to be done with relevant actors 
              both in terms of the training of teachers and students and the problems 
              connected to relations between digital natives and immigrants.  
            A less prominent but equally complex problem concerns 
              the capacity and flexibility of schools as institutions to deal 
              with the changes related to the incorporation of ICT . Up to now 
              these changes have been realized in terms of curriculum policies 
              - incorporating ICT as a subject that has to be learned by pupils 
              and giving it its place in the established curricular framework 
              - and not as a transverse space cutting across the expected institutional 
              and social change. The clash is not only produced between levels 
              of knowledge or the involvement of subjects with new technologies 
              but also between these technologies and the capacity of the school 
              to accept the profound changes inherent in the introduction of ICT 
              which might be feared to erode its institutional identity, for example 
              the horizontalness and multiplicity of sources of knowledge, free 
              access to knowledge etc. 
            Key words: ITC; educational institutions; curriculum; 
              power; knowledge; networks. 
            1. las TIC en la escuela
            Se asume que las tecnologías de la información 
              y la comunicación (TIC) deben insertarse en el mundo educativo 
              a través de su presencia en las escuelas. Enormes esfuerzos 
              se han hecho para integrarlas, ya sea a través de programas 
              gubernamentales o de esfuerzos privados, todos ellos orientados 
              a dotar a las escuelas de recursos materiales y humanos (especialmente 
              a través de la capacitación), de manera que redunden 
              en ostensibles mejoras de los procesos de enseñanza-aprendizaje. 
            Esta asunción se explica por las demandantes 
              necesidades de la sociedad actual, donde la información pasa 
              a ser un recurso fundamental para la inserción cultural de 
              los sujetos, lo que se traduce en la necesidad de mejorar las capacidades 
              de acceso de los mismos al saber y al conocimiento a través 
              de estas herramientas tecnológicas. Sin embargo, a pesar 
              del acuerdo respecto a que las TIC "deben" insertarse 
              en el mundo escolar, en la institución escuela, vale la pena 
              preguntarse si "pueden" hacerlo. 
            La escuela como institución no se caracteriza 
              por su disposición al cambio. Por el contrario, los cambios 
              y las innovaciones educativas suelen encontrarse con enormes dificultades 
              debido a las características propias de una institución 
              que no es simplemente un lugar donde los niños van a aprender. 
            1.1 La escuela como espacio de encierro 
            La escuela no nace necesariamente como un lugar de 
              aprendizaje. La modernidad le dio origen a través de la necesidad 
              de resguardar a los niños en un espacio cerrado, tanto como 
              para transformarlos en sujetos valiosos para la sociedad cada vez 
              más exigente, como para resguardarse a sí misma de 
              los niños vagos. Dicho esto, es necesario remarcar que la 
              figura del niño es socio-histórica y depende del devenir 
              cultural. 
            El punto de inflexión más claro es la 
              hipótesis sostenida por Philippe Ariès1, 
              quien aseveró que durante la Edad Media no hubo infancia. 
              Según el autor, el entrelazamiento social niño-adulto 
              en el trabajo rural, donde el niño es obligado a estar en 
              contacto con la tierra desde su nacimiento en las labores propias 
              de los labriegos feudales, hace que las etapas de las distintas 
              edades se mezclen y pierdan relevancia2. 
              La importancia de la educación aquí es vital. El propio 
              Ariès dirá: 
             
              En esta sociedad (la alta Edad Media) se produce una modificación 
                que concierne a la educación, es decir, la transmisión 
                del saber y de los valores, y que será en adelante, a partir 
                de la Edad Media, garantizada por el aprendizaje. En efecto, la 
                práctica del aprendizaje es incompatible con el sistema 
                de clases de edad, o, cuando menos, tiende a destruirle en la 
                medida que se generaliza. Es preciso que yo insista en la importancia 
                del aprendizaje, el cual obliga a los niños a vivir en 
                medio de los adultos quienes les enseñan así el 
                tacto (savoir faire) y la cortesía (savoir vivre). La mezcla 
                de edades que ello ocasiona parece ser uno de los rasgos predominantes 
                de nuestra sociedad desde mediados de la Edad Media hasta el siglo 
                XVIII. En tales condiciones, las clasificaciones tradicionales 
                por edades no podían sino enredarse y perder su carácter 
                necesario.3 
             
            Esta cita pone en evidencia algunos elementos que 
              serán vitales para analizar el mundo del niño actual: 
              por una parte, el innegable peso de la época, y por otra, 
              cómo el saber, el aprendizaje y la educación, quedan 
              divorciados en la modernidad desde la mirada de Ariès. El 
              autor considera al aprendizaje como una consecuencia de la vida, 
              del roce y de la cotidianeidad lo que se perdería con la 
              educación moderna. Asimismo, el sistema de edades en aquella 
              época no era necesario mientras que en un sistema educacional 
              moderno se hace absolutamente relevante, estableciendo una de las 
              diferencias más importantes entre la educación medieval 
              y la moderna, caracterizada por la institución de etapas 
              propicias para ciertos aprendizajes. La noción de diferencia 
              de edad es, además, fundamental para entender las relaciones 
              entre los niños y los adultos que los rodean, tanto desde 
              una perspectiva de aprendizaje como de la perspectiva sexual y familiar. 
            El saber de la escuela no debe ser entendido como 
              un saber amplio, como un saber para la vida, sino que, por el contrario, 
              se funda en las necesidades socioeconómicas del momento. 
              Los currículos siempre dejan "algo" fuera del saber 
              escolar: así como hubo un currículo escolástico 
              con saberes para las elites, uno concéntrico que profundizó 
              y extendió los saberes más específicos necesarios 
              para una sociedad industrializada, el actual currículo por 
              competencias que apunta a las habilidades para el trabajo, tal vez 
              deje fuera ese saber en el que se fundamentan las TIC. 
            1.2 La escuela como lugar de formación 
            Es necesario observar como la escuela moderna se centra 
              en la formación, concepto propio de la era moderna que considera 
              que la labor educativa es la transformación de los niños 
              en personas de bien, por lo cual la socialización escolar 
              se orienta al desarrollo de los sujetos para devenir en adultos. 
              En la madurez adulta está la templanza necesaria para ser 
              devuelto al mundo ya no como un vago o un delincuente, sino como 
              una persona completa y desarrollada. 
            Es en la Edad Moderna cuando surge la preocupación 
              sistemática por el niño y la infancia, principalmente 
              por iniciativa del filósofo suizo Jean Jacques Rousseau (1712-1778), 
              quien considera la infancia como un estado natural ideal del hombre. 
              El niño pasa a ser, por primera vez, el centro de una preocupación 
              exacerbada por el afán humanista, es decir, un punto de partida 
              para explicarse la naturaleza del hombre y de lo humano en cuanto 
              tal. Es en esta época cuando lo social toma relevancia como 
              factor decisivo en el devenir humano, centralizando el enfoque en 
              la temática de la infancia y, en el caso de Rousseau, al 
              considerar que la república estaba basada en la violencia 
              y en la ocupación, en sus obras El contrato social y Emilio 
              propone como labor de las sociedades la construcción de la 
              justicia a partir de los derechos naturales del hombre. Ambas obras 
              exhiben la importancia de la educación como herramienta política 
              para dar lugar a la formación de sociedades más justas. 
              Es aquí donde se sitúa su concepción de la 
              infancia como ejemplo de los derechos naturales del hombre, tratando 
              de demostrar que los niños son más que simples animales 
              en crecimiento que deben ser corregidos, sino que "representan" 
              los ideales a los que el hombre debe aspirar: curiosidad, ingenuidad, 
              bondad. La utopía de la infancia que hace Rousseau no es 
              una hipótesis psicológica ni pedagógica, sino 
              que es la puesta en escena de un modelo de humanidad que se pretende 
              alcanzar. 
            Con la obra Emilio se inaugura la concepción 
              moderna de infancia y del desarrollo humano que se equipara al desarrollo 
              de la civilización, atravesando las etapas de salvaje, bárbaro 
              y civilizado. La del salvaje corresponde al niño, quien debe 
              ser doblegado mediante la integración continua de los usos 
              y costumbres apuntando a un desarrollo hasta lo más alto 
              en esta escala de lo social: el ser civilizado que respeta el contrato 
              social. 
            De hecho, no debe resultar extraño que se mantenga 
              un fuerte naturalismo en la comprensión del ser humano, entendido 
              como quien lleva en sí mismo una perfección que lo 
              aleja de lo animal, cierta cualidad esencial y a priori que le confiere 
              humanidad. La infancia, si bien queda develada como etapa de crecimiento, 
              aún se encuentra en un periodo de conformación para 
              la razón y preparación para el mundo adulto: 
             
               
                Un niño se vuelve más valioso al avanzar la edad. 
                  El sufrimiento temprano prepara al niño para el sufrimiento 
                  posterior.4 
               
             
            Este proceso de crecimiento no queda exento de dificultades, 
              ya que por el contrario, estas implican un mejor desarrollo posterior, 
              de tal forma que se mantiene la aceptación de métodos 
              "formativos" para el niño donde, hasta el día 
              de hoy, el castigo es fundamental. 
            El trabajo de Rousseau conforma la obra seminal para 
              la institución educativa moderna. El autor, que efectúa 
              una crítica a las instituciones educacionales de su tiempo 
              por considerar que, simplemente, las mismas no educaban, define 
              tres tipos de educación: la de la naturaleza, que corresponde 
              al desarrollo interno de nuestras facultades y órganos (nuevamente 
              apuntando al naturalismo); la de los hombres que enseñan 
              el quehacer con el desarrollo de la naturaleza; y por último, 
              la de las cosas, que corresponde a la adquisición de nuestra 
              propia experiencia sobre los objetos. Solo la educación de 
              los hombres constituye una empresa de carácter colectivo, 
              mientras que la educación de la naturaleza y de las cosas 
              (o la experiencia de vida) son experiencias educativas individuales. 
              Esta educación del hombre, por enseñar quehaceres 
              y tratarse de una obra colectiva, equivale a una socialización. 
              Dice Rousseau: 
             
               
                El hombre natural es todo para sí; él es la unidad 
                  numérica, el entero absoluto que solo tiene relación 
                  consigo mismo o con su semejante. El hombre civil no es más 
                  que una unidad fraccionaria que depende del denominador, y cuyo 
                  valor está relacionado con el entero, que es el cuerpo 
                  social.5 
               
             
            Se puede apreciar como se gesta la educación 
              como dispositivo para generar sociedades, las que estarán 
              basadas en un sujeto individual autónomo, correspondiente 
              a nuestro sujeto cartesiano. Esta persona única se relaciona 
              mediante los otros y es esta relación mediada por la educación 
              que Rousseau llama de los hombres, la que pronto se traducirá 
              en la escuela para la conformación del estado-nación 
              moderno. 
             
              Esta visión "pansocialista" de Rousseau es criticada 
                por Arendt: 
               
                 [...] el fenómeno de los nuevos (los niños), 
                  aunque es bien anterior, no se desarrolló conceptual 
                  ni políticamente hasta el siglo XVIII. Con este punto 
                  de partida se derivó desde el comienzo un ideal educativo 
                  teñido con los criterios de Rousseau en que la educación 
                  se convertía en un instrumento de la política 
                  y la propia actividad política se concebía como 
                  una forma de educación.6 
               
             
            El concepto de "formación" asume 
              de la partida la creencia de que la sociedad que recibe al niño 
              está en lo correcto y que este, además, es una tábula 
              rasa, moldeable a voluntad. La formación presupone que aquello 
              que el niño trae consigo debe ser doblegado para que la civilización 
              triunfe sobre la barbarie, asemejándose a la colonización 
              de los pueblos primitivos por parte de aquellos más civilizados, 
              a partir de lo cual no se puede olvidar el valor político 
              que tiene la educación sobre el niño. Arendt dirá: 
             
               
                El papel desempeñado por la educación en todas 
                  las utopías políticas desde los tiempos antiguos 
                  muestra lo natural que parece el hecho de empezar un nuevo mundo 
                  con los que por nacimiento y naturaleza son nuevos. En lo que 
                  respecta a la política, desde luego que esto implica 
                  un serio equívoco: en lugar de la unión de los 
                  iguales para asumir el efecto de persuasión y evitar 
                  el riesgo de un fracaso se produce una intervención dictatorial, 
                  basada en la absoluta superioridad del adulto, y se intenta 
                  presentar lo nuevo como un fait accompli es decir, como si lo 
                  nuevo ya existiera. Por esta causa, en Europa, la idea de que 
                  quien quiera nuevas condiciones debe empezar por los niños, 
                  fue monopolizada sobre todo por los movimientos revolucionarios 
                  de corte tiránico: cuando llegaron al poder, arrebataban 
                  a los niños de sus padres y sencillamente los adoctrinaban.7 
               
             
            No es posible descartar este fenómeno hoy en día: 
              la educación es un asunto político, no solo desde 
              la perspectiva de acogida a los nuevos ciudadanos sino desde la 
              perspectiva moral que ello implica, si no, no cabría ninguna 
              importancia a asuntos tales como la libertad de enseñanza 
              que aún hoy son tema de discusión y que se basan en 
              la idea de la "formación" como modelo educativo. 
            Hannah Arendt considera que la educación no se justifica 
              sin la natalidad: es el nacimiento de los "nuevos" en 
              el mundo lo que hace necesaria la educación. La importancia 
              de la natalidad para la autora es fundamental en tanto significa 
              que los niños nacen en el mundo8. 
              La escuela debería representar una cultura que se contrapone 
              a la natalidad: lo nuevo se encuentra con aquello que es permanente, 
              histórico. Entonces, no es el niño quien llega en 
              busca del saber que da la escuela, es la escuela la institución 
              de la cultura que recibe a los nuevos y los ayuda a compenetrarse 
              en el mundo de lo permanente. El problema es cuando la educación 
              se confunde no con la ligazón de lo nuevo con lo permanente, 
              sino con la simple entrega de valores conservados por una sociedad 
              a toda costa, donde el medio es la autoridad y no la culturización. 
            Para Arendt, la importancia de esto radica en la educación 
              del sujeto en cuanto a ciudadano, en tanto que el proceso de culturización 
              es la entrada al mundo público. Si el niño llega al 
              mundo familiar -de lo privado- se establece dentro de los límites 
              de aquello considerado íntimo, de aquello que no necesariamente 
              influencia en las relaciones sociales entre hombres. Es necesario, 
              entonces, que el proceso socializador no sea responsabilidad solo 
              del núcleo familiar sino que, idealmente, sea un proceso 
              llevado a cabo por la sociedad toda, quien recibe al nuevo y lo 
              hace parte del mundo social. De esta manera se posibilita la construcción 
              de una socialización culturizada, es decir, el logro, mediante 
              la convivencia social misma, de la adquisición de las normas, 
              ideas, actitudes y habilidades necesarias para la vida en sociedad. 
              Partiendo de las ideas de esta autora podemos decir que ser buenos 
              anfitriones de estos recién llegados -tal como desplegamos 
              la hospitalidad hacia aquél que es extranjero- es una forma 
              de entender nuestro rol cuando convivimos con niños. 
            2. El saber en las TIC
            ¿Cómo afectan las TIC en la concepción y desarrollo 
              del saber? En esta parte de la reflexión es imperioso hacer 
              un análisis desde las TIC digitales, comprendiendo su naturaleza 
              y extrapolándolas a los cambios culturales que ellas conllevan. 
              Es de esta manera que podemos entender cuan distantes están 
              estas herramientas, muchas veces, del saber educativo tradicional 
              que hasta acá hemos descrito. 
            2.1 Las tic como espacio en disputa 
            Mucho se ha hablado desde que surgió el lenguaje digital 
              y su más paradigmático representante, el hipertexto, 
              del quiebre de ciertas directrices del conocimiento tradicionalmente 
              entendido como la alfabetización lineal, la representación 
              y dominio autoral, etc. El hipertexto, definido como bloques de 
              texto individuales (lexias) que se unen a través de enlaces 
              electrónicos9 permite, 
              por ejemplo, lo que Gunnar Liestol sintetiza como: 
             
               
                [...] el potencial de liberar al lector de la dominación 
                  lineal de los medios físicamente fijados. En consecuencia, 
                  se debilitan los lazos con el autor, aparece ruido en el canal 
                  y disminuye el carácter predecible de la comunicación.10 
               
             
            El hipertexto, por ende, se presenta revolucionario para el conocimiento 
              occidental. José Luis Gómez Martínez afirma 
              que si: 
             
               
                [...] en la modernidad se privilegió al autor, la posmodernidad 
                  privilegia al texto y en el discurso antrópico11 
                  (simbolizado por el hipertexto) se privilegia al lector.12 
               
             
            En la navegación digital entre bloques de información 
              el lector es el hilo conductor de un mensaje autoral que ahora parece 
              ser impredecible: 
             
               
                Se podría afirmar que el carácter predecible 
                  de la comunicación jamás ha existido, menos en 
                  el texto. Hablando de la historia de los modos de lectura, Roger 
                  Chartier ya considera que las obras no tienen sentido estable 
                  ni universal. La recepción siempre connota, distorsiona 
                  e inventa (Soffia, 2003). 
               
             
            Y, además, amenaza con acabar la fantasía del conocimiento 
              ordenado, unidireccional en un trasvasije nítido de una fuente 
              hacia un receptor dispuesto y desprejuiciado. Con el hipertexto 
              las lógicas tradicionales se desequilibran gracias a un jugador 
              al que hasta ahora no se le concedía la preponderancia merecida: 
              el texto o discurso discurrido, definido como el uso y la 
              lectura de hecho del texto almacenado en forma digital. 
             
              Liestol afirma: 
               
                Hay una historia posible o potencial, la almacenada, y otra 
                  historia de hecho, que el discurso discurrido articula. La discusión 
                  tiene interés sobre todo para
 (textos) en los que 
                  la búsqueda del conocimiento ocupa el lugar de la historia 
                  natural.13 
               
             
            En ese marco el discurso antrópico se hace presente. El 
              lector reconoce su preponderancia y queda desestimada su posición 
              frente al autor como el exclusivo contenedor del sentido. El autor 
              no es una respuesta sino más bien un campo problemático. 
              Y es en ese cuestionamiento donde las naturalizaciones del autor14 
              y su mensaje (su saber) quedan en evidencia. 
            Cuando el hipertexto expande los límites aparentemente concretos 
              del texto hace también estallar los límites con que 
              se naturaliza el saber. Se trata, por ende, de una cuestión 
              que sobrepasa la mera tecnología como herramienta para convertirse 
              en una cuestión cultural como Lyotard nos recuerda: 
             
               
                [...] deberían dejar de considerarse las "nuevas 
                  tecnologías" como suele hacerse como medios nuevos 
                  aplicados a obras inalteradas en su esencia. Al intentar comprender 
                  cómo las obras cambian de contexto de los distintos regímenes 
                  de la información, tenemos que desenmarañar las 
                  relaciones entre las tecnologías de la información, 
                  pasadas y presentes, y los supuestos culturales, incluyendo 
                  nuestras nociones de literatura, personalidad, teoría, 
                  poder y propiedad.15 
               
             
            El código se ecologiza y Richard Stallman parece comprenderlo 
              muy bien al idear el movimiento del Software Libre (GNU)16 
              que traspasa el mero código, pues con aquel término 
              se plantea expresar la idea de que también la libertad, y 
              no solo la tecnología, es importante a la hora de hablar 
              de nuevas tecnologías. 
            Stallman comienza un movimiento cultural que pronto es recogido 
              por Lawrence Lessig en el proceso de formalización legal 
              del concepto "copyleft" como la concesión de algunos 
              derechos autorales, convirtiéndose en la faz opuesta del 
              "copyright". Cuando se opta deliberadamente por la restricción 
              del conocimiento17 la consecuencia 
              dañina es la destrucción deliberada de la cultura. 
              Stallman cree que el deseo de ser recompensado por la propia creatividad 
              no justifica privar al mundo en general de toda o parte de esa creatividad18. 
              Pronto, entonces, la discusión no se concentra en los avances 
              del código sino en su implicancia creativa para la humanidad 
              dentro de la cultura. Como el movimiento del Software Libre postula, 
              si hay algo que merezca recompensa es la contribución social 
              de la creatividad cuando la sociedad puede libremente aprovechar 
              sus resultados. 
             
              Lawrence Lessig dirá a propósito del choque cultural 
                de la cultura abierta con el saber tradicional simbolizado en 
                las leyes restrictivas del copyright: 
               
                Justo en el momento en que la tecnología digital podría 
                  desatar una extraordinaria gama de creatividad comercial y no 
                  comercial, las leyes le imponen a esta creatividad la carga 
                  de reglas irracionalmente complejas y vagas y la amenaza de 
                  penas obscenamente severas. Bien podemos estar viendo, como 
                  escribe Richard Florida, La emergencia de la clase creativa. 
                  Por desgracia, estamos también viendo la extraordinaria 
                  emergencia de regulación de esta clase creativa.19 
               
             
            Las ideas de Stallman y Lessig convergen en una cultura donde el 
              conocimiento sea no solo libre sino también materia prima 
              de la comunidad entera. Para ambos, ya no hay vuelta atrás. 
              Gracias a las TIC digitales y su vertiginosa popularidad entre las 
              personas que tienen el privilegio a su acceso, el cambio cultural 
              en la concepción del saber es inminente: 
             
               
                La tecnología del "capturar y compartir" digital 
                  promete un mundo de creatividad extraordinariamente diversa 
                  que puede compartirse amplia y fácilmente. Y conforme 
                  esa creatividad sea aplicada a la democracia, permitirá 
                  que una amplia gama de ciudadanos use la tecnología para 
                  expresarse y criticar y contribuir a la cultura que los rodee.20 
               
             
            Esta forma de utilizar tan concretamente la construcción 
              comunitaria del saber ha influenciado el desarrollo de otras herramientas 
              digitales que se valen de la colaboración y construcción 
              social del conocimiento como pilar de su desarrollo: la Web 2.0 
              o software social. Estas herramientas digitales son un compilado 
              de programas que apoyan diversas necesidades en la interacción 
              grupal. Así, podemos hablar de los blogs, wikis, sistemas 
              de clasificación distribuida, avisos de RSS21, 
              etcétera. Su poder excede el alcance de online y muchas veces 
              su definición abarca programas que ayudan la interacción 
              de los grupos aun si esa interacción ocurre offline22. 
              Uno de los ejemplos más característicos es el trabajo 
              colaborativo y abierto que hacen los wikis y blogs, y refieren a 
              la libre edición de textos de los miembros de un grupo. Al 
              igual que el trabajo bajo la licencia de copyleft y la filosofía 
              del software libre, la construcción del saber es revocable, 
              modificable e integrada. 
            Entonces, en este nuevo panorama hipermedial cultural que hemos 
              descrito, ¿quién o quienes son los que tienen el privilegio 
              de transmitir un mensaje como verdad a otros? En la tríada 
              autor-texto-lector23, para usar 
              palabras de Foucault, ¿quién sostiene la "voluntad 
              de verdad"24. Aquí 
              no hay un límite de la hegemonía sobre esa voluntad 
              de verdad, pero las nuevas tendencias en las TIC sí la des-ocultan, 
              la ponen al descubierto y permiten la apertura del acceso al saber, 
              o al menos, de su interpretación y uso. En esta triada problemática 
              e incierta, el saber adquiere un sentido de campo en disputa particularmente 
              poético: el conocimiento está para ser hecho tajos25. 
            2.2 Las tic como espacio educativo 
            Hasta ahora las TIC han sido concebidas como una herramienta necesaria 
              para el progreso de los pueblos a través de su uso educativo. 
              En esos términos desarrollistas el acceso a las TIC aparece 
              como el problema más importante al momento de plantear un 
              proyecto educativo en los países en vías de desarrollo. 
              Así es como se manifiesta el concepto "brecha digital" 
              que refiere a la provisión de tecnología como: 
             
               
                [...] una ruta hacia no solo abundancia de información, 
                  sino también como una serie de oportunidades que podrían 
                  servir para corregir o desaparecer varias de las brechas preexistentes 
                  en una sociedad dada, resultando así en una solución 
                  estructural a muchos de los problemas del mundo en desarrollo.26 
               
             
            Esta descripción de la brecha digital ha sido permanentemente 
              criticada por estar bajo un paradigma desarrollista que poco interpreta 
              las verdaderas necesidades de los ciudadanos y más bien reproduce 
              los ejes de dominación Norte-Sur27. 
              Superando esta perspectiva, también la brecha digital ha 
              sido abordada desde la preparación misma del sujeto al momento 
              de enfrentarse a las TIC28. 
            A pesar de la importancia de esas certeras críticas el alcance 
              de este artículo quiere apuntar a la problematización 
              del concepto en el contexto mismo de su aplicación educacional: 
              las TIC en la escuela y el cuestionamiento de fondo referido a si 
              una vez incorporadas a la institución, aquellas podrán 
              desarrollar todas sus potencialidades o, simplemente, serán 
              neutralizadas por las formas tradicionales de concebir el saber 
              en la escuela. En esos términos, ¿pueden ser las TIC 
              un agente de cambio cualitativo en el contexto educacional o habrán 
              de sucumbir en una brecha institucional insalvable? 
            La llegada de las tecnologías de la información y 
              la comunicación en la sociedad ha cambiado las formas en 
              que se desarrollan e interactúan los sujetos, lo que ha calado 
              también en los espacios educativos. 
             
               
                Como indica Brunner (2000), en el contexto escolar esto tiene 
                  varias consecuencias. Por una parte, la adquisición de 
                  conocimiento ha dejado de ser un proceso lento y estable, y 
                  ha alcanzado un dinamismo antes inimaginable. Además, 
                  el establecimiento educacional ya no es el único espacio 
                  donde los jóvenes pueden adquirir conocimiento. Por otra 
                  parte, el papel tradicional del profesor y del texto escrito 
                  ha comenzado a ser cuestionado, ya que no son los soportes exclusivos 
                  del proceso educacional. Incluso, hay algunos que dudan respecto 
                  de que la sala de clases siga siendo el espacio clave de socialización 
                  y aprendizaje.29 
               
             
            Como ya describíamos anteriormente, el mundo en línea 
              hoy se presenta no como un dispositivo de aislamiento sino, muy 
              por el contrario, como una herramienta social de relaciones donde 
              el saber es un campo en disputa. En este contexto, podemos comprender 
              como algunas de las herramientas de la Web 2.0 no han tardado en 
              integrarse a los procesos educativos. Siendo un dispositivo de relaciones, 
              el aprendizaje sufre un vuelco desde ser un "aprendizaje sobre 
              algo" a un "aprendizaje para ser". 
             
              Ulises Mejías profundiza: 
               
                El aprendizaje implica el consumo pasivo de hechos. El aprendizaje 
                  para ser implica la aplicación de conocimientos de habilidades 
                  que nos ayudan a cumplir un rol particular en nuestra sociedad. 
                  Pero es importante remarcar que este aprendizaje para ser no 
                  es estático, El uso del aprendizaje para ser es un proceso 
                  continuo. Así, el aprendizaje se transforma constantemente 
                  siendo un trabajo para nómades[...].30 
               
             
            Coincidiendo en el análisis de la Web 2.0 como herramienta 
              en la educación, Owen y otros, afirman: 
             
               
                Estos procesos nos envuelven en conversaciones con los otros 
                  o nos involucran con la manera que la persona eligió 
                  poner sus pensamientos en la red. Aprender, desde esta perspectiva, 
                  es un proceso rico y diverso de encuentros y experiencias; lo 
                  que recuerdad eso de que educar a un niño es un asunto 
                  de todo el pueblo.31 
               
             
            Como se concluye de Mejías y Owen y otros, con las TIC los 
              procesos de aprendizaje están alejados del planteamiento 
              de un currículum de contenidos específicos e inmóviles, 
              y se concentran más bien en las relaciones con otros, en 
              la construcción dinámica del saber, más cercanos 
              a un espacio donde se incorpora al niño a la historicidad 
              de un mundo público. 
            Cabe, entonces, preguntarse: ¿la escuela está preparada 
              para un modelo de saber que no está centrado en la formación 
              del niño por parte del adulto, pero sí en la participación 
              del primero en los mundos sociales? Una educación que se 
              oriente a las funcionalidades de las nuevas tendencias digitales 
              (hipermedia, software libre, Web 2.0, entre otros), debe reconocer 
              niveles de autonomía que la escuela tradicional no tiene 
              la posibilidad de concebir -aun cuando exista el mayor de los deseos- 
              porque se estructura como una institución de la modernidad 
              en la que siguen pesando "la vigilancia y el castigo", 
              así como los modelos de formación del sujeto en pro 
              de una utopía política supuestamente compartida. Reconocer 
              estos elementos es un acto previo y fundamental a cualquier intento 
              de instaurar modelos tecnológicos que se basen en la participación, 
              la apertura y la libre propiedad. 
            En otras palabras, para la escuela es difícil instalar un 
              saber constituido subjetivamente, en tanto el modelo del conocimiento 
              al que responde la escuela tradicional es propio del racionalismo 
              de características representacionistas, es decir, donde existe 
              una concepción de la realidad como externa y objetiva, a 
              la cual se accede mediante la razón cartesiana en desmedro 
              de otras formas de constitución de saberes. En este sentido 
              el conocimiento toma la forma de propiedad, de bien que se adquiere 
              por medio de un método más que de proceso de conformación 
              de habilidades para el sujeto y la sociedad. La dificultad en la 
              inclusión de modelos constructivistas en el aula se debe, 
              en gran parte, al choque epistemológico experimentado por 
              la contraposición de un saber constituido desde los sujetos 
              con un saber esperado por la institución, constituido desde 
              la oficialidad, suministrado por objetivos a lograr, planificables 
              y programables. La legitimidad del saber (problema que se presenta, 
              por ejemplo, con las wikis, en las que el saber proviene de las 
              comunidades), es una dificultad que también debemos tener 
              en cuenta. 
            Sin embargo, los modelos competitivos y selectivos a los que se 
              orienta la educación de excelencia, en algunos casos generan 
              también un quiebre del sentido de comunidad en el aprendizaje, 
              sentido que, por el contrario, sí traen consigo los modelos 
              de las TIC 2.0, donde el aprendizaje implica un camino compartido, 
              de escucha del otro, de apertura al otro. 
            Por tanto, aun si se pudiera superar la brecha digital con el acceso 
              ampliado de las TIC en los salones de clases, queda todavía 
              la incertidumbre de si se podrá superar la brecha que separa 
              las TIC y sus características culturales de la institución 
              educativa. Aunque esta "brecha institucional", quizás 
              la más extensa de todas, es la que, con suerte, nos puede 
              hacer repensar críticamente durante el proceso de su superación 
              los espacios educativos actuales. 
            Bibliografía
            ALLEN, Christopher (2004): "Tracing the Evolution of Social 
              Software". Disponible en: <http://www.lifewithalacrity.com/2004/10/tracing_the_evo.html> 
              [consulta: julio de 2006]. 
            ARENDT, Hannah (1989): "La crisis de la educación", 
              en Hannah Arendt, Entre el pasado y el futuro. Ocho ejercicios sobre 
              la reflexión política. Barcelona: Península. 
              (Primera edición en inglés de 1954). 
            ARIÈS, Philippe (1987): El niño y la vida familiar 
              en el Antiguo Régimen. Madrid: Taurus. 
            BRUNNER, J. (2000): "Educación: escenarios de futuro. 
              Nuevas tecnologías y sociedad de la transformación". 
              Documento n.º 16, PREAL (Programa de Promoción de la 
              Reforma Educativa en América Latina y el Caribe). 
            BRYNE POTTER, Amelia (2006): "Zones of Silence: A Framework 
              Beyond the Digital Divide" in First Monday, peer-reviewed journals 
              on the Internet, <http://www.firstmonday.org/issues/issue11_5/potter/> 
              [consulta: octubre de 2007]. 
            FOUCAULT, Michel (1992): Microfísica del poder. Madrid: 
              La Piqueta. 
            - (1999): El orden del discurso. Barcelona: Fábula Tusquets 
              Editores. 
            GÓMEZ MARTÍNEZ, José Luis (2001): "Hacia 
              un nuevo paradigma: el hipertexto como faceta sociocultural de la 
              tecnología". Disponible en: <http://www.ensayistas.org/critica/teoria/hipertexto/gomez/hipertexto1.htm> 
              [consulta: julio de 2006]. 
            LESSIG, Lawrence: (2006): Cultura libre: cómo los grandes 
              medios usan la tecnología y las leyes para encerrar la cultura 
              y controlar la creatividad. Santiago de Chile: Lom. 
            LIESTOL, Gunnar (1997): "Wittgenstein, Genette y la narrativa 
              del lector en hipertexto", en G. LANDOW (comp.), De teoría 
              del hipertexto. Barcelona: Paidós. 
            LYOTARD, Jean-François (1998). La condición postmoderna. 
              Informe sobre el saber. Madrid: Cátedra. 
            MARTÍN-BARBERO, Jesús (2002): "Jóvenes: 
              comunicación e identidad ", en Pensar Iberoamérica. 
              Revista de Cultura, febrero, n.º 0. Madrid: OEI. Disponible 
              en: <http://www.oei.es/pensariberoamerica/ric00a03.htm> [consulta: 
              abril de 2005]. 
            MEJÍAS, Ulises (2005): "A Nomad's Guide to Learning 
              and Social Software". Disponible en: <http://knowledgetree.flexiblelearning.net.au/edition07/html/la_mejias.html> 
              [consulta: febrero de 2007>. 
            OWEN, Martin y OTROS (2007): "Social Software and Learning: 
              An Opening Education Report From Futerlab".Disponible en: <http://www.futurelab.org.uk/resources/publications_reports_articles/opening_education_reports/Opening_Education_Report199> 
              [consulta: febrero de 2007]. 
            PRENSKY, Marc (2001): Digital Game-Based Learning. New York: McGraw-Hill. 
            PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO (PNUD)-Chile 
              (2006): Desarrollo humano en Chile. Las nuevas tecnologías: 
              ¿un salto al futuro? Santiago de Chile: PNUD-Chile. 
            SOFFIA, Álvaro (2003): Lea el mundo cada semana: prácticas 
              de lectura en Chile. 1930- 1945. Valparaíso: Ediciones Universitarias 
              de Valparaíso. 
            STALLMAN, Richard (2004): Software libre para una sociedad libre. 
              Edición digital: Traficantes de Sueños. Disponible 
              en: <http://biblioweb.sindominio.net/pensamiento/softlibre> 
              [consulta: octubre de 2007]. 
            VILLANUEVA, Eduardo (2006): "Brecha digital: descartando un 
              término equívoco", en Revista Razón y 
              Palabra, junio-julio, n.° 51. Disponible en: <http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n51/evillanueva.html> 
              [consulta: septiembre de 2007]. 
            Notas
            1 Philippe Ariès (1987): 
              El niño y la vida familiar en el Antiguo Régimen. 
              Madrid: Taurus. 
             2 Según el autor Jesús 
              Martín-Barbero la televisión actual tendría 
              un efecto similar en las vidas familiares: constituir un foco de 
              atención que mezcla las generaciones y elimina las brechas 
              entre quienes la miran. Jesús Martín-Barbero (2002): 
              "Jóvenes, comunicación e identidad", en 
              Pensar Iberoamérica. Revista de Cultura, febrero, n.º 
              0. (En línea). Disponible en: <http://www.oei.es/pensariberoamerica/ric00a03.htm> 
              [consulta: abril de 2005]. 
             3Philippe Ariès, op. 
              cit., p. 18. 
             4 Ibídem. 
             5 Ibídem, p. 37. 
             6 Hannah Arendt (1989): "La 
              crisis de la educación", en Hannah Arendt, Entre el 
              pasado y el futuro. Ocho ejercicios sobre la reflexión política. 
              Barcelona: Península, p. 188. (Primera edición en 
              inglés: 1954). 
             7 Ibídem. 
             8 Ibídem. 
             9 George P. Landow (1997): "¿Qué 
              puede hacer el crítico?: la teoría crítica 
              en la edad del hipertexto", en G. Landow (comp.), De teoría 
              del hipertexto. Barcelona: Paidós. 
             10 Gunnar Liestol (1997): 
              "Wittgenstein, Genette y la narrativa del lector en hipertexto", 
              en G. Landow (comp.), De teoría del hipertexto. Barcelona: 
              Paidós, p. 127. 
             11 El texto en sí no 
              significa, significa en el lector. 
             12 José Luis Gómez 
              Martínez (2001): "Hacia un nuevo paradigma: el hipertexto 
              como faceta sociocultural de la tecnología". (En línea). 
              Disponible en: <http://www.ensayistas.org/critica/teoria/hipertexto/gomez/hipertexto1.htm> 
              [consulta: julio de 2006]. 
             13 Gunnar Liestol, op. cit., 
              pp. 119-120. 
             14 El autor considerado como 
              lo que Foucault calificaría de principio de agrupación 
              del discurso, foco de su coherencia (1999). 
             15 Jean-François Lyotard 
              (1998). La condición postmoderna. Informe sobre el saber. 
              Madrid: Cátedra. 
             16 GNU: GNU is Not Unix. 
             17 Restricción, diríamos, 
              aparentemente económica (copyright) pero que, como se ha 
              venido argumentando, defiende por sobre todo la naturaleza de cómo 
              se concibe el conocimiento tradicional. 
             18 Richard Stallman (2004): 
              Software libre para una sociedad libre. Edición digital: 
              Traficantes de Sueños. (En línea). Disponible en: 
              <http://biblioweb.sindominio.net/pensamiento/softlibre> [consulta: 
              octubre de 2007]. 
            19 Lawrence Lessig (2006): 
              Cultura Libre: cómo los grandes medios usan la tecnología 
              y las leyes para encerrar la cultura y controlar la creatividad. 
              Santiago de Chile: Lom, p. 31. 
             20 Ibídem, p. 152. 
             21 Los blogs son sistemas 
              personales de publicación en la web que permiten comunicación 
              fluida y en ambos sentidos con sus lectores (feedback); las wikies 
              son sistemas colaborativos de administración de contenidos 
              que posibilitan que cualquier usuario pueda crear o editar páginas 
              instantáneamente; los sistemas de clasificación distribuida 
              permiten a individuos clasificar ítems según su asociación 
              personal (folksonomías) con cualquier número de palabras 
              claves (tags), que luego son agregadas por el software para el beneficio 
              de la comunidad entera; y los avisos de RSS (Rich Site Summary) 
              constituyen un sistema de suscripción que avisa a los usuarios 
              cuándo un nuevo contenido está disponible, por ejemplo, 
              en cualquiera de los software descritos anteriormente. 
             22 Christopher Allen (2004): 
              "Tracing the Evolution of Social Software". (En línea). 
              Disponible en: <http://www.lifewithalacrity.com/2004/10/tracing_the_evo.html> 
              [consulta: julio de 2006]. 
             23 O: emisor-mensaje-receptor, 
              en un lenguaje tradicional y algo anticuado. 
             24 Michel Foucault (1999): 
              El orden del discurso. Barcelona: Fábula Tusquets Editores. 
             25 Michel Foucault (1992): 
              Microfísica del poder. Madrid: La Piqueta. 
             26 Eduardo Villanueva (2006): 
              "Brecha digital: descartando un término equívoco", 
              en Revista Razón y Palabra, junio-julio, n.° 51. (En 
              línea). Disponible en: <http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n51/evillanueva.html> 
              [consulta: septiembre de 2007]. 
             27 Recomendamos ver el trabajo 
              de Ulises Mejías (2005) y de Amelia Bryne Potter (2006) respecto 
              al tema. 
             28 Recomendamos ver el trabajo 
              de Marc Prensky (2001) sobre los nativos e inmigrantes digitales. 
             
             29 Programa de las Naciones 
              Unidas para el Desarrollo (PNUD)-Chile (2006): Desarrollo humano 
              en Chile. Las nuevas tecnologías: ¿un salto al futuro? 
              Santiago de Chile: PNUD-Chile, p. 138. 
             30 Ulises Mejías (2005): 
              "A Nomad's Guide to Learning and Social Software". (En 
              línea). Disponible en: <http://knowledgetree.flexiblelearning.net.au/edition07/html/la_mejias.html> 
              [consulta: febrero de 2007]. 
             31 Martin Owen y otros, "Social 
              Software and Learning: An Opening Education Report From Futerlab". 
              (En línea). Disponible en: <http://www.futurelab.org.uk/resources/publications_reports_articles/opening_education_reports/Opening_Education_ 
              Report199> [consulta febrero de 2007]. 
            
             
           |