La falacia de la ampliación de la cobertura educativa mediante
la utilización de las NTIC y la educación a distancia
en la educación superior en México
Jaime García Sánchez *
SÍNTESIS: Desde hace varios sexenios se está
desarrollando en México un discurso gubernamental en torno
a la utilización de las nuevas tecnologías de la comunicación
y la información que, según este, juntamente con la
educación a distancia resultan ser la panacea para problemas
educativos tales como la ampliación de la cobertura y la
falta de equidad o el rezago. Este discurso se ha plasmado en diversos
planes y programas que, en la práctica, no han resuelto estas
problemáticas.
Las condiciones socioeconómicas de la mayoría de
la población, derivadas de la aplicación de un modelo
económico neoliberal fuertemente concentrador de la riqueza,
hacen imposible la disminución de la brecha y el incremento
de la fluidez digital, por lo que el discurso se percibe vacío
y en todo caso, solo es aplicable a un reducido núcleo poblacional.
Palabras clave: TIC; educación a distancia; brecha
digital; fluidez digital; cultura educativa, rezago educativo.
SÍNTESE: Há vários sexênios vem-se
dando no México um discurso governamental em torno da utilização
das novas tecnologias da comunicação e da informação
que, juntamente com a educação a distância,
acabam sendo a panacéia perante problemas educativos tais
como a cobertura e a falta de eqüidade ou o atraso. Este discurso
foi plasmado em diversos planos e programas que, na prática,
não solucionaram estes problemas.
As condições sócioeconômicas da maioria
da população, derivadas da aplicação
de um modelo econômico neoliberal fortemente concentrador
da riqueza tornam impossível a diminuição da
brecha e do incremento da fluidez digital, pelo qual o discurso
parece vazio e, como muito, só é aplicável
em um reduzido núcleo populacional.
Palavras chave: TIC; educação a distância;
brecha digital; fluidez digital; cultura educativa, atraso educativo
ABSTRACT: For decades a governmental discourse has been
developing in Mexico with regard to the use of new communication
and information technologies. Along with distance learning, this
discourse holds them to be a panacea for problems in education such
as backwardness, inequality and the failure to reach all parts of
society.
However, the socioeconomic condition of the majority of the population,
resulting from the application of a neoliberal economic policy which
tends to concentrate wealth in few hands, makes bridging the digital
gap and increasing digital flow impossible, thus rendering the discourse
void of meaning or in any case only applicable to a small sector
of the population.
Key words: ITC; education to distance; digital breach; digital
fluidity; educative culture.
1. Una breve revisión del discurso y las políticas
oficiales en cuanto a las nuevas tecnologías y la educación
a distancia
En el México actual se encuentra apenas en inauguración
un nuevo gobierno y ya la temática acerca del uso de las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación
(NTIC) aplicadas a la educación, particularmente dirigidas
a la superación del rezago educativo y la ampliación
de la cobertura, es abordada de continuo en el discurso oficial,
una de cuyas particularidades es que parte de la premisa de que
la utilización de la educación a distancia basada
en las NTIC resulta ser la fórmula más adecuada para
la solución de estos problemas, particularmente en el nivel
medio-superior y superior. En este sentido, en el novel Plan Nacional
de Desarrollo (PND) 2007-2012 se plantea en el eje tercero, relativo
a la igualdad de oportunidades, y en especial en el objetivo undécimo:
Impulsar el desarrollo y utilización de nuevas tecnologías
en el sistema educativo para apoyar la inserción de los
estudiantes en la sociedad del conocimiento y ampliar sus capacidades
para la vida (PND 2007-2012, p. 187).
Para lograrlo, se proponen las siguientes estrategias:
El uso de tecnologías será fundamental para lograr
una presencia cada vez más exitosa de los ciudadanos en
la sociedad global del conocimiento, incluyendo, desde luego,
la educación y la capacitación a distancia y el
desarrollo de la cultura informática [...]. Para acelerar
la adopción de las nuevas tecnologías, se ofrecerá
la capacitación oficial en una modalidad de enseñanza
mediada por tecnología [...]. Promover modelos de educación
a distancia para la educación media superior y superior,
garantizando una buena calidad tecnológica y de contenidos
(PND 2006, pp. 188-190).
Este discurso definido ya sea en objetivos, estrategias o acciones,
no es de uso reciente. Es un alegato que deviene de la creciente
dependencia de México, principalmente en términos
económicos y políticos, de los organismos financiadores
de corte global y si se efectúa una breve retrospectiva se
puede evidenciar que este discurso subsiste desde hace varios sexenios.
Así, por ejemplo, en el Programa Nacional de Educación
(PNE) 2001-2006 se hace énfasis tanto en el desarrollo de
nuevos ambientes de aprendizaje apoyados en las NTIC, como en la
ampliación de la oferta de programas educativos que se implementen
a distancia. Al respecto, se puede consultar el objetivo estratégico
3.3.1, denominado "Ampliación de la cobertura con equidad"
y particularmente las políticas números cinco y seis
que se transcriben de manera textual a continuación:
5. Se fomentará el uso de los modernos sistemas
de información y comunicación en favor de la equidad
de la educación superior [...].
6. Se promoverá la ampliación de la oferta
de programas que sean impartidos a distancia para acercar la oferta
a regiones de baja densidad de población o de difícil
acceso, y de educación continua para satisfacer necesidades
de actualización de profesionales en activo y de personas
adultas (PNE, 2001-2006, p. 196).
Estas acciones se especifican en particular en el primer objetivo
denominado "Ampliar y diversificar con equidad las oportunidades
de acceso y permanencia a la educación superior"
.Equilibrar la cobertura geográfica y atender áreas
de interés para el desarrollo del país, apoyando
proyectos que busquen la ampliación de la matrícula
de educación superior pública en [...]. Programas
educativos de presencia parcial, no presenciales y de educación
a distancia que permitan ampliar y diversificar la oferta en zonas
de baja población en las que no se justifique la creación
de una IES y para atender a jóvenes y adultos imposibilitados
de formarse en modalidades escolarizadas (PNE, 2001-2006, pp.
196-197).
Si retrocedemos otro sexenio veremos que en el PND 1995-2000 1
también está plasmado ese discurso. En este sentido,
en el punto 4.5.1 del apartado cuarto referido al "Desarrollo
social" y dirigido a la "ampliación de la cobertura
y el mejoramiento de la calidad de los servicios básicos"
particularmente de la educación media superior y superior,
se especifica lo siguiente:
Se alentará la transformación de las estructuras
académicas vinculando la docencia, la investigación
y la extensión; se aprovecharán las telecomunicaciones
para ampliar la cobertura educativa; se estimularán los
sistemas de enseñanza abiertos y semiabiertos (PND 1995-2000,
p. 69).
Por su parte el Programa de Desarrollo Educativo 1995-20001 es
mucho más concreto, pues en el apartado tercero relativo
a la educación media superior y superior en el punto tercero
relacionado con las estrategias y acciones en cuanto a la cobertura
establece que:
Se formularán proyectos de ampliación de la cobertura
que de hecho representarán soluciones innovadoras; entre
ellas destacan la creación de nuevas modalidades educativas
[...] y el uso intensivo de los sistemas modernos de comunicación
electrónica. Se fortalecerá el desarrollo de la
educación abierta y a distancia, empleando de manera óptima
las capacidades e infraestructura disponibles sobre todo para
generar oportunidades educativas en lugares donde no existen instituciones
suficientes en cualquiera de los tipos educativos, o para quienes
no puedan incorporarse a sistemas escolarizados (PDE 1995-2000,
pp. 1-2).
Como puede observarse después de dos sexenios, dado que
no hemos investigado más atrás, en el actual plan
del nuevo gobierno todavía subsiste dicho discurso relacionado
con las potencialidades de las NTIC y la educación a distancia
para el abatimiento del rezago y la ampliación de la cobertura
educativa existente en un país como México, cuya pirámide
poblacional actual está presionando al nivel educativo superior.
Cabe preguntarse, entonces: ¿se ha abatido el rezago educativo
y logrado la ampliación de la cobertura mediante el uso de
las NTIC y la educación a distancia en los niveles medio
superior y superior en México? ¿Cuál es la
situación del uso de las NTIC en nuestro país? ¿Cuál
es la situación de la educación a distancia, particularmente
en el nivel medio superior y superior en México? ¿Realmente
se han cumplido las propuestas sociales, particularmente en el ámbito
de la educación media superior y superior, dirigidas a estos
ámbitos y plasmadas en los planes y programas nacionales?
La respuesta a estas preguntas pasa, forzosamente, por el análisis
de dos circunstancias intrínsecamente entrelazadas: el problema
de la brecha y la falta de fluidez digital y el avance de la educación
a distancia en la educación superior en México. Problemas,
ambos, que intentaremos desmenuzar a continuación.
2. Brecha y fluidez digital: un acercamiento conceptual
Sociedad del conocimiento y NTIC son conceptos intrínsecamente
entrelazados. No se pueden comprender las complejidades de esta
emergente sociedad sin asociarla a estas tecnologías.
Estas tecnologías cubren un variado conjunto que va desde
la microelectrónica y el software a las telecomunicaciones,
informática y computación. También se pueden
incluir varias actividades industriales que hasta el momento eran
independientes, pero que utilizan las tecnologías electrónicas
y que usan el mismo lenguaje de la señal digital. (Marín,
2007, p. 7).
Es muy posible que la emergencia implicada en el acceso a esta
nueva sociedad no aconteciera sin los avances y el impacto de tales
tecnologías las que, de igual manera, no hubiesen existido
de no ser por la evolución continua y acumulación
del conocimiento humano. La utilización extensiva e intensiva
de las NTIC para fines educativos, además de constituir un
proceso obligado, representa la posibilidad de acceder a la sociedad
del conocimiento de una manera cómoda, rápida y segura.
Esta sociedad lleva intrínsecamente una paradoja: no se puede
acceder a ella si no se acorta la brecha y mejora la fluidez digital,
la cual es más fácil de incrementar mediante el uso
de las NTIC.
Para comprender el desarrollo presente así como el impacto
y crecimiento futuro de la educación a distancia apoyada
en las NTIC en México, es decir, en su fase virtual, es importante
considerar las variables que conforman un fenómeno asociado
como es el de la brecha digital.
La brecha digital se define como la separación que existe
entre las personas (comunidades, estados, países...) que
utilizan las tecnologías de la información y comunicación
como una parte rutinaria de su vida diaria y aquellas que no tienen
acceso a las mismas y que aunque las tengan no saben cómo
utilizarlas. (Serrano y Martínez, 2003, p. 9).
Aquí es pertinente introducir un concepto que otros autores,
preocupados por clarificar este fenómeno, han acuñado
para diferenciar aquellos factores de índole cuantitativa
-relativos a lo material, tales como infraestructura física,
redes y tecnología computacional en general-, de aquellos
agentes asociados pero dentro del precepto cualitativo. Estos otros
eventos, relacionados más con aspectos de orden educativo
y cultural de la población de un país, son denominados
"fluidez digital".
Fluidez digital no solo supone manejar las herramientas tecnológicas,
sino construir cosas significativas con esas herramientas. (Resnick,
2002, p. 43).
La fluidez digital de una persona o una sociedad se puede equiparar,
a manera de ejemplo, exclusivamente al analfabetismo escolar, ya
que, en teoría, el mismo es inversamente proporcional al
nivel de estudios adquiridos, lo cual implica que, a mayor nivel
de estudios, menor analfabetismo. En el caso de la fluidez digital
se puede afirmar que, a mayor fluidez, menor analfabetismo tecnológico
y mayores oportunidades en el orden laboral y social. Pese a la
analogía anterior, es significativo plantear que el analfabetismo
tecnológico guarda particularidades que lo hacen distinto
del analfabetismo escolar. En primera instancia, según Marín
(op. cit.) pueden existir dos tipos de analfabetismo: el absoluto
y el funcional. Mientras que en el primero se ubican las personas
que carecen por completo de los conocimientos básicos para
el manejo de las NTIC -computadora, cajero electrónico o
teléfono digital por citar algunos ejemplos-, en el segundo
tipo lo hacen aquellas que utilizan estos mismos aparatos aunque
de manera rudimentaria. De lo antepuesto, resulta evidente que el
alfabetizado digital debe manejar un rango elevado de fluidez para
poder ajustarse a los requerimientos de la sociedad del conocimiento
ya que, a diferencia del analfabetismo escolar, el tecnológico
tiene algunas particularidades como las siguientes: puede afectar
a individuos o capas sociales sin distinción de edades, profesión
o posición social; tiene una relación directa con
el ámbito laboral por lo que resulta ser un factor de segregación;
el alfabeto digital de hoy puede ser analfabeta en un futuro cercano,
dado los súbitos cambios en la tecnología, por lo
que debe mantenerse constantemente actualizado.
En este sentido, es pertinente efectuar una diferenciación
entre los factores cualitativos y cuantitativos, ya que ello permitirá
comprender más profundamente todas las variables que se encuentran
inmersas en el fenómeno de la brecha digital y que en un
momento dado afectan, tanto a favor como en contra, el desarrollo
y operación de la educación a distancia basada en
ambientes virtuales. Basándonos en esta postura, en lo sucesivo
nos referiremos a la brecha digital cuando hablemos de factores
netamente relacionados con la capacidad informática y tecnológica
instalada de un país, y a la fluidez digital cuando lo hagamos
acerca de la potencialidad de su población para el manejo
adecuado de tales tecnologías. Considerando lo anterior,
abordaremos en primer lugar el análisis de cuáles
son los indicadores de la brecha digital en México y en segundo
cuáles los de la fluidez digital.
3. Indicadores de la brecha digital en México
De acuerdo con los datos que arroja el conteo de vivienda 2005
elaborado por el Instituto Nacional de Geografía e Informática
(INEGI) -publicado en su página web- en la actualidad México
cuenta con una población aproximada de 103.263.388 habitantes.
De todos ellos, según el propio INEGI (2006), en las estadísticas
sobre disponibilidad y uso de Tecnologías de Información
y Comunicaciones (TIC) en hogares 2006, en términos de hogares
y porcentajes, el 66,3% cuenta con telefonía fija (conexión
básica para poder acceder a Internet). Se debe tomar en cuenta
que este porcentaje es relativo y no necesariamente implica a toda
la población pues no se especifica el número de líneas
por hogar; esto es, pueden existir hogares que, sobre todo en las
zonas urbanas, tengan dos o más líneas.
Por otro lado, solamente el 10,1% cuenta con acceso a la Internet,
mientras que el 20,5% tiene una computadora en casa; es decir, existen
más hogares con computadora que computadoras con acceso a
Internet. En este sentido, los usuarios de computadora en México
representan el 30% de la población, mientras que los que
utilizan Internet representan una quinta parte. A lo anterior se
debe agregar que las líneas telefónicas fijas no se
encuentran distribuidas de manera uniforme, predominando su instalación
en zonas urbanas particularmente en las tres grandes ciudades del
país: Distrito Federal y zona conurbana, Guadalajara y Monterrey.
Otros datos que pueden ser significativos para un potencial acceso
a Internet son los referidos a los usuarios de telefonía
celular, los cuales, según el mismo INEGI (2006), hasta el
año 2006 ascienden a 12.705.567. Se desconoce cuántos
son los que tengan acceso a la red mundial a través de Internet
por cable o mediante servicios inalámbricos o de corte satelital.
Consideramos a estos servicios de telefonía distintos a los
de telefonía fija, aunque si bien en cierto sentido pueden
estar asociados al acceso a Internet su impacto sigue siendo mínimo
al contrastarlo con los más de cien millones de habitantes
del país.
Ahora bien, es importante subrayar que la principal limitante para
el acceso a las NTIC en México está vinculada con
las condiciones económicas de sus habitantes (imposibilidad
de acceder a línea telefónica, computadora, Internet,
etc.). Si bien el gobierno reconoce oficialmente la existencia de
44 millones de pobres (CONEVAL, 2007), algunos analistas consideran
que esa cifra es conservadora y que la misma podría estar
cercana a los 65 millones (Cardoso y Zúñiga, 2002),
o al 80% de la población (Garduño y Méndez,
2005). Se puede inferir que, por ende, esa es la cantidad de habitantes
que se encuentra automáticamente no solo fuera de las posibilidades
de poseer un PC en el hogar sino también de acceder a los
servicios de telefonía. De hecho y en apoyo a lo anterior,
el propio INEGI (2006) en sus resultados de la encuesta define que
el 57,2% de los hogares mexicanos no posee una computadora debido
a las mencionadas limitantes económicas, mientras que el
42,5% y el 10,1% no accede a Internet por las mismas razones o porque
su equipo de cómputo es insuficiente u obsoleto para ello.
De ambos porcentajes se desprende que un 52,6% de los hogares no
puede tener acceso a la Red, aunque sí la lejana posibilidad
de lograrlo, por ejemplo, vía capacidad instalada en servicios
educativos públicos o de un cibercafé. Se advierte
entonces que la utilización de la Red queda limitada a un
reducido núcleo poblacional que, por sus características
socioeconómicas, con toda seguridad tiene acceso a la telefonía
fija y puede absorber su costo.
Respecto de los equipos, de acuerdo con los datos más cercanos,
el INEGI (Calvillo, 2002) muestra que la posesión de computadoras
personales es directamente proporcional a los rangos de percepción
salarial: a mayor capacidad económica hay mayor posibilidad
de adquirir más y mejores equipos de PC. Si observamos el
nivel socio económico de quienes pueden poseer una computadora
en forma privada, se puede comprobar una alta concentración
en un núcleo poblacional muy pequeño en relación
con la población total del país. Esta concentración
se da en las franjas que perciben de 32,01 y más salarios
mínimos por mes hasta aquellos que perciben de 12,01 a 16
salarios mínimos por mes, decreciendo la cifra de PC en los
estratos poblacionales cuya percepción salarial fluctúa
entre los 4,01 a 12 salarios mínimos mensuales. De acuerdo
a lo anterior es evidente que en México el acceso a las NTIC
se encuentra concentrado en los núcleos poblacionales con
alta capacidad de percepción y poder adquisitivo.
Por otra parte, parece ser que la aceptación e implantación
de las NTIC, específicamente en el ámbito del desarrollo
de la infraestructura, ha sido relativamente lenta en nuestro país
quizá, en comparación con otros, debido a una fase
de aceptación o enculturamiento.
México se encuentra en una etapa transcultural en materia
de teleinformática, el acceso a la red cada día
se hace más común, transformando nuestros hábitos
cotidianos y enfocándolos hacia el entorno global de la
red Internet. (Polanco, 2002, p. 1).
El avance en franca continuidad de la cultura digital y la disminución
de la brecha digital son factores importantes de considerar a los
efectos de comprender las potencialidades sociales existentes, para
a su vez generalizar el uso de la educación virtual. Lo anterior
nos lleva directamente a abordar, de una manera superficial debido
a la casi inexistencia de estudios, y por ende de datos específicos,
el aspecto cualitativo de la brecha digital, es decir lo concerniente
a la fluidez digital.
4. Indicadores de la fluidez digital en México
La fluidez digital tiene que ver con aquellos aspectos cualitativos
que intervienen en el uso continuo, eficiente y hasta creativo de
la infraestructura informática que posee un país.
El INEGI (2006) identifica que la penetración de computadoras
en los hogares mexicanos se relaciona estrechamente con el nivel
educativo del jefe de familia: cuenta con equipo de cómputo
el 60% de los hogares en los que este tiene estudios de posgrado
y cerca del 30% de aquellos en los que posee un nivel de licenciatura,
porcentaje que decrece al 10% en las familias en las cuales el jefe
de familia posee estudios de nivel medio superior o básicos.
En todos los casos no se especifica la cantidad o calidad de los
aparatos que se poseen en el hogar.
Como se puede observar, el grado de penetración y posesión
de aparatos de cómputo en los hogares de los profesionales
mexicanos es muy bajo. Hipotéticamente se esperaría
que hubiera un aparato de cómputo en todos aquellos hogares
donde el jefe de familia cursó estudios de posgrado, entendiendo
que un nivel académico de estas características implica
ciertos grados de complejidad y un relativo uso intensivo de tales
equipos, tanto para el procesamiento y búsqueda de información
como para lo relacionado a la comunicación.
Datos del INEGI confirman que, efectivamente, existe una correlación
entre un mayor grado educativo y una mejor percepción salarial
que posibilita el financiamiento de tales equipos, por lo que cabe
preguntarse por qué, entonces, es tan bajo el nivel de penetración
de los equipos de cómputo en los hogares mexicanos en donde
el jefe de familia posee un nivel de posgrado o licenciatura. La
respuesta a este interrogante está vinculada más con
los aspectos cualitativos que con los cuantitativos de la denominada
brecha digital y está asociada con factores netamente culturales
y de orden generacional, los que, entre otros, forman parte del
fenómeno de la fluidez digital.
Las mismas cifras del INEGI (2006) señalan que el 41,3%
de la población no utiliza PC ya sea porque no está
interesada o no sabe usarla. De igual manera, un 45% no accede a
Internet por falta de interés o porque su equipo está
obsoleto. Estos altos porcentajes, si consideramos que hablamos
de solo 18.746 usuarios de Internet y 28.648 usuarios de computadora
respectivamente, nos muestra un indicador de la poca fluidez o cultura
digital de la población.
Otro dato importante para abordar el fenómeno que nos ocupa
es el de los rangos de edad de la población que accede a
la Red. La Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) en el
estudio 2007 sobre usuarios y uso de nuevas tecnologías en
México, dice que el 83% tiene un rango de edad que va desde
menos de 18 hasta 34 años de edad (note el lector que el
rango de la población activa se encuentra ente 18 y 34 años
de edad). Si consideramos esta información y datamos el inicio
de la utilización de Internet en México en 1989, podemos
afirmar que su impacto y la generalización de su uso se evidencian
en las generaciones que, de algún modo, estuvieron y están
siendo influenciadas por el uso mismo de la Red. Esto implica que
la población de mayor acceso es, precisamente, aquella que
en un momento dado fue, y continúa siendo, influenciada por
la Red tanto en su proceso de formación profesional y educativa
como en su desarrollo laboral.
Cabe preguntarse entonces en qué situación se encuentran
aquellas franjas poblacionales que superan los 34 años o
más. La respuesta a esta cuestión es que únicamente
el 17% de la población ubicada en el rango de 35 a 99 años
es usuaria de Internet. Esta pregunta y consecuente respuesta son
significativas para comprender tanto la aceptación de las
NTIC como el incremento de la fluidez digital de las nuevas generaciones
de mexicanos.
En este sentido, según datos de la Unidad de Comunicación
de la Presidencia de la República (UCPR) (2007), existen
en México 1,7 millones de maestros, de los cuales uno de
cada cuatro es maestro normalista, la mitad cuenta con estudios
profesionales, uno de cada doce tiene una maestría e incluso
uno de cada cien tiene estudios de doctorado. El rasgo distintivo
de la base magisterial por sobre las demás ocupaciones del
país es que:
[...] presenta una estructura por edad más envejecida
que el resto de ellas. Mientras que la mitad de los maestros del
país tiene más de cuarenta años, solo la
tercera parte de los demás trabajadores supera esa edad.
(UCPR, 2007, p. 2.)
Es evidente, por lo tanto, que la gran mayoría de la población
que integra la actual base docente del sistema educativo mexicano,
desde los niveles básicos hasta los niveles superiores, y
particularmente los de posgrado, no se encuentra dentro de los rangos
de edad de los usuarios frecuentes de la Red. Inclusive es revelador
anotar que cuanto más especializado es el nivel educativo,
el posgrado por ejemplo, las edades de los docentes se alejan del
rango detectado por la AMIPCI.
Es muy importante tener presente lo anterior, ya que si los encargados
de generar directa o indirectamente la cultura y la fluidez digital
en México no poseen en la práctica el hábito
del uso constante de la Red, tampoco poseen las habilidades y las
actitudes pertinentes para transmitir a las nuevas generaciones
los conocimientos para un uso racional de esta herramienta. Uso
racional que, tanto en la teoría como en la práctica,
genere una fluidez digital acorde con los tiempos y las nuevas necesidades
de formación que deben poseer las generaciones actuales y
venideras. Es decir, nos encontramos en un periodo de transición
entre una generación analógica y una generación
digital. Esto último no debiera ser motivo de preocupación
si no mediase el hecho de que dentro de la generación analógica
se encuentran, por su rango de edad, la mayor parte de los sujetos
que conforman la base magisterial de nuestro país; evento
que, como se podrá ver más adelante, influye particularmente
de manera negativa en el desarrollo de la educación a distancia
por medios virtuales. En términos generales, se puede decir
que nos encontramos en una fase de transición generacional
en lo que respecta a la fluidez digital.
Finalmente, consideramos que en los datos hasta aquí expuestos
se evidencia la posibilidad de que exista una muy baja cultura digital
en la población mexicana pues el uso de las NTIC es muy limitado,
encontrándonos quizá en una fase de transición
generacional y enculturación digital, enculturación
que, aunque elitista por presentarse en las capas poblacionales
con mayor poder adquisitivo, se refleja en el dinamismo en el acceso
y uso de las herramientas de Internet por las franjas más
jóvenes de la población, mientras que la población
adulta se mantiene relativamente al margen. Esto hace pensar que
en un corto o mediano plazo el uso de las NTIC se irá generalizando,
tanto en lo cualitativo como en lo cuantitativo, conforme vayan
avanzando las nuevas generaciones en el ámbito educativo
y en el laboral, por lo cual el futuro de la educación virtual
será más promisorio pues impactará en aquellas
generaciones inmersas completamente en la cultura digital.
5. Breve revisión del estado actual de la educación
virtual en la educaión superior en méxico
Actualmente, la educación a distancia se encuentra ubicada
en lo que se puede definir como la etapa virtual. Para desarrollarse
en un mundo digital este modelo educativo, con base en el desarrollo
de las NTIC, ha trascendido las barreras y los límites impuestos
por un mundo analógico. Las visiones y afirmaciones relacionadas
con la situación de la educación virtual son contradictorias
y, muchas veces, se trata solo de opiniones de carácter intuitivo
que en la mayoría de los casos carece de fundamento.
En este sentido, mientras por un lado se afirma que:
México puede ser considerado como un país que va
a la vanguardia en materia de e-learning, a pesar de que no se
sabe a ciencia cierta cuántos alumnos están inscritos
en los programas que ofrecen diversas universidades del país.
(Palacios, 2001, p.1).
por otro lado, se pueden encontrar aseveraciones como las siguientes:
Salvo en los casos de la Universidad de Phoenix que constituye
un ejemplo de la estrategia exitosa del pionero que se queda con
la mayor parte del pastel del mercado en Estados Unidos, y de
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el Instituto
Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM)
en México que, dada su trayectoria y posición de
liderazgo en el mercado mexicano pueden lanzar casi cualquier
iniciativa que se propongan, no se registran muchos casos de éxito
con el aprendizaje electrónico. (González, 2003,
p. 1).
La realidad es que en nuestro país existen muy pocos estudios
dirigidos a conocer el estado de la educación virtual, y
ninguno sobre la calidad de los materiales que se utilizan en esta
modalidad educativa para la que, además, no existen:
- Estadísticas, nacionales o extranjeras, relativas a
la matrícula.
- Registro de instituciones de educación superior (IES),
públicas o privadas que la están desarrollando.
- Registros de quiénes y cuántos son los proveedores
externos.
- Programas de seguimiento de egresados.
- Desarrollo de los procedimientos y definición de los
estándares para la acreditación y certificación
de los programas educativos distribuidos.
Estas y otras circunstancias vuelven difícil y nebuloso
presentar un panorama medianamente cercano a la realidad respecto
a esta singularidad educativa. No obstante, existen unas pocas investigaciones
que, con distintos grados de profundidad y de forma directa o indirecta,
abordan este fenómeno tanto desde de nuestro país
(Maldonado, 2001; ANUIES-IESALC, 2003; y Ramírez, 2004),
como desde el exterior (Díaz, 2002 y Pereira, 2004) que,
sin duda, nos proporcionan una idea del estado del arte.
En dichos estudios se hace referencia a la existencia de diversas
instituciones públicas y privadas de nivel superior que desarrollan
programas educativos de corte virtual, pero sin discriminar en ninguno
de ellos entre instituciones públicas y privadas y sus formas
de operación. Dada la poca base teórica e investigativa
que existe sobre el fenómeno de la educación virtual,
así como de su cobertura, podemos afirmar que su realidad
no es factible de ser descripta con claridad y solamente se pueden
efectuar algunas aproximaciones numéricas acerca de su crecimiento.
En México existen, de conformidad con las estadísticas
de la Secretaría de Educación Pública (SEP,
2007), aproximadamente 1.741 instituciones de educación superior
que imparten educación superior pública en todo el
país. Esta cifra incluye a los siguientes sistemas: universidades
autónomas, educación superior tecnológica,
universidades estatales y sistema de educación normal, así
como algunos órganos dependientes de ciertas secretarías
de Estado.
Del total de las 1.741 IES únicamente setenta y siete tienen
programas educativos o cursos en línea. De ellas cuarenta
y cuatro son universidades autónomas o estatales, veintiocho
pertenecen al sistema educativo tecnológico y únicamente
existen cinco dentro del ámbito de la educación normal.
En lo que respecta al nivel medio superior existen nueve instituciones
que imparten esta modalidad educativa.
De conformidad con estas cifras, independientemente del tipo de
programas educativos que se ofertan, puede evidenciarse que, en
términos de cobertura el impacto de este modelo educativo
es muy limitado. De hecho, el mismo ha sido mayormente desarrollado
dentro del ámbito privado ya que, por ejemplo, treinta IES
privadas tienen cursos virtuales además de existir otras
cuarenta y cinco IES extranjeras que lo promueven; es decir, un
total de setenta y cinco que junto a la existencia de ciento tres
proveedores de educación continua de carácter virtual,
tanto nacionales como extranjeros, suman un total de ciento setenta
y ocho organizaciones dedicadas a este tipo de educación2.
Las cifras antepuestas evidencian que el discurso oficial respecto
al impulso y uso de la educación a distancia para la ampliación
de la cobertura y las oportunidades educativas de los mexicanos
es prácticamente vano. Esto ocurre porque no existen políticas
públicas específicas dirigidas al desarrollo de esta
modalidad como tampoco existe por parte del Estado, particularmente
la Secretaría de Educación Pública, la implementación
de un eje articulador. Las IES, en su entorno particular, van desarrollando
la educación a distancia de una manera inercial y según
sus necesidades y posibilidades.
Su crecimiento y concepción como un modelo de educación
distinto al presencial es muy limitado. De hecho hay IES que utilizan
plataformas e-learning únicamente para apoyo de los cursos
presenciales. De igual manera es importante resaltar que una modalidad
educativa como esta, combinatoria de aspectos técnicos y
pedagógicos, debiera tener un gran crecimiento o aceptación
en aquellos sistemas que se avocan a estos aspectos, tales como
el sistema educativo superior tecnológico y el de educación
normal los que, contradictoriamente, son los más atrasados
en su desarrollo y aplicación. Así por ejemplo, de
alrededor de trescientos IES, tecnológicos federales, descentralizados,
universidades tecnológicas y universidades politécnicas,
solamente veintiocho desarrollan cursos en esta modalidad, mientras
que de doscientos diecinueve instituciones de educación normal
lo hacen solamente cinco. Este último caso es verdaderamente
preocupante ya que escuelas normales, que incluso imparten programas
doctorales, no cuentan siquiera con un sitio en la Red, lo que es
un indicador de la escasa o nula cultura digital imperante en las
mismas. Lo preocupante es, como expusimos antes, que este es el
sector educativo donde se forma la mayoría de los maestros
del país.
Básicamente, la educación virtual en México
se encuentra en desarrollo, a pesar de iniciativas particulares
de algunas IES y la mayoría de los programas educativos en
esta modalidad y por consiguiente la matrícula, se concentra
en las grandes universidades o instituciones ubicadas en las zonas
urbanas, tales como la UNAM, la Universidad de Guadalajara y el
ITESM dentro del ámbito privado.
6. Conclusiones
El discurso oficial de los últimos gobiernos mexicanos referido
al uso de las NTIC y orientado a la superación del rezago
y la ampliación de la cobertura educativa carece de sentido,
ya que, en realidad, no se han generado las acciones pertinentes
para concretarlo en la práctica. La potencial cobertura de
la educación virtual en nuestro país es muy limitada
si se compara el crecimiento de instituciones que desarrollan esta
modalidad educativa en función del total de instituciones
de educación superior con un modelo educativo de carácter
presencial, tanto públicas como privadas.
Consideramos que las condiciones socioeconómicas imperantes
para la mayoría de los habitantes del país, derivadas
de un modelo neoliberal fuertemente concentrador de la riqueza,
no permite acortar la brecha digital ni incrementar la fluidez digital
y que, muy por el contrario, amplía la primera e interrumpe
la segunda. Las oportunidades de acceder a las potencialidades de
las NTIC en el ámbito educativo son exclusivas de aquellos
estratos sociales con mayor capacidad económica, relegando
a quienes menos tienen y potenciando de esta manera tanto la segregación
como el analfabetismo digital.
Bibliografía
ASOCIACIÓN MEXICANA DE INTERNET (AMIPCI) (2007): Estudio
2007 sobre usuarios de Internet en México y uso de nuevas
tecnologías. [En línea]. Disponible en: <http://www.amipci.org.mx/estudios.php>
[consulta: julio de 2007].
ASOCIACIÓN NACIONAL DE UNIVERSIDADES E INSTITUCIONES DE
EDUCACIÓN SUPERIOR - INSTITUTO INTERNACIONAL PARA LA EDUCACIÓN
SUPERIOR EN AMÉRICA (ANUIES-IESALC) (2003): Estudio sobre
el uso de las tecnologías de comunicación e informatización
para la virtualización de la educación superior en
México. [En línea]. Disponible en: <http://www.iesalc.unesco.org.ve/programas/internac/univ_virtuales/mexico/vir_mx.pdf>
[consulta: enero de 2004].
CALVILLO, Gilberto (2002): Indicadores de la brecha digital. [En
línea]. Disponible en: <http://unpan1.un.org/intradoc/groups/public/documents/aspa/unpan001693.pdf>
[consulta: abril de 2004].
CARDOSO, Víctor y ZUÑIGA, Juan Antonio (2002). "El
presidente Fox creó un millón 300 mil pobres",
en La Jornada, 14 de agosto. Disponible en: <http://www.jornada.unam.mx/2002/08/14/045n1soc.php?origen=index.html>.
CENTRO DE CALIDAD AMBIENTAL (CCA) DEL INSTITUTO TECNOLÓGICO
DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY (ITESM) CAMPUS MONTERREY - LEGISMEX
(2007): "Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000" (2007):
[En línea]. Disponible en: http://uninet.mty.itesm.mx/legis-demo/progs/pnd.htm
[consulta: julio de 2007].
CONSEJO NACIONAL DE EVALUACIÓN DE LA POLÍTICA DE
DESARROLLO SOCIAL (CONEVAL) (2007): Mapas de pobreza en México.
[En línea]. Disponible en: <http://www.coneval.gob.mx/coneval/>
[consulta: agosto de 2007].
CONSEJO NACIONAL DE POBLACIÓN (CONAPO) (2007): Hay en México
1.7 millones de maestros. [En línea]. Disponible en: <www.conapo.gob.mx/prensa/2007/prensa162007.pdf>
[consulta: julio de 2007].
DÍAZ, Ángel H. Facundo (2002): La educación
superior abierta y a distancia: Necesidades para su establecimiento
y desarrollo en América Latina y el Caribe. UNESCO - Instituto
Internacional para la Educación Superior en América
Latina y el Caribe (IESALC). [En línea]. Disponible en: <http://www.ruv.itesm.mx/portal/infouv/boletines/tintero/tintero_10/investigacion/historico_investigacion.htm>
[consulta: noviembre de 2003].
GARDUÑO, Roberto y MÉNDEZ Enrique (2005): "Aumentó
la pobreza en la actual administración: Julio Boltvinik",
en La Jornada, 18 de septiembre. Disponible en: <http://www.jornada.unam.mx/2005/09/18/045n1soc.php>.
GONZÁLEZ APAOLAZA, Rebeca (2003): Educación virtual:
una alternativa para el siglo XXI. [En línea]. Disponible
en: <http://www.asee.org/international/INTERTECH2002/844.pdf>
[consulta: octubre de 2004].
INSTITUTO DE SEGURIDAD Y SERVICIOS SOCIALES DE LOS TRABAJADORES
DEL ESTADO - INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS DE LA
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO (ISSSTE Jure)
(2007): "Programa de Desarrollo Educativo 1995-2000".
[En línea]. Disponible en: <http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/nrm/1/331/98.htm?s=iste>
[consulta: julio de 2007].
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, GEOGRAFÍA E INFORMÁTICA
(INEGI) (2006): "Estadísticas sobre disponibilidad y
uso de tecnología de información y comunicaciones
en los hogares, 2006". [En línea]. Disponible en: <http://www.inegi.gob.mx/inegi/default.aspx<
[consulta: agosto de 2007].
- (2007): "Conteo de población y vivienda 2005".
[En línea]. Disponible en: <http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/proyectos/conteos/conteo2005/default.asp?c=6224>
[consulta: agosto de 2007].
MALDONADO, Norma Patricia (2001): La universidad virtual en México.
Incorporación de las nuevas tecnologías de comunicación
en la modernización educativa superior. 1.ª ed. México:
ANUIES, Biblioteca de la Educación Superior. (Serie Investigaciones).
MARÍN, Jorge (2007): El analfabetismo tecnológico.
[En línea]. Disponible en:< http://www.sanalejandro.cult.cu/doc/analfabetismotecno.doc
> [consulta: agosto de 2007].
PALACIOS, Magaly (2001): E-Learning, educación sin límites.
[En línea]. Disponible en: <http://www.latinamericanjobs.com/contenido/espanol/comun/universitarios/tips/tips-s-26120106-e-learning.htm
>[ consulta: diciembre de 2003].
PEREIRA, Luz Marina (2004): "Estudio comparado de la educación
superior a distancia en Iberoamérica", en Revista Digital
UMBRAL n.º 14. [En línea]. Disponible en: <http://www.reduc.cl/reduc/pereira14.pdf>
[consulta: marzo de 2005].
POLANCO RODRÍGUEZ, Ángel G. (2002). "Internet
en México". [En línea]. Disponible en: <http://www.aered.net/comunidad-virtual/al-andalus-mail/980715/rep.htm>
[consulta: diciembre de 2003].
RAMÍREZ MONTOYA, María y BASABE PEÑA, Fabián
(2004): Diagnóstico y análisis de operación
de los programas de educación a distancia en 25 universidades
mexicanas. [En línea]. Disponible en: <http://www.virtualeduca.org/2004/es/actas/paises/mexico/1.1.43.doc>
[consulta: marzo de 2005].
RESNICK, Mitchel (2002): "Aprender en la era digital",
en Política Digital, n.º 5, agosto-septiembre, México.
SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA (SEP) (2007).
Sistema educativo de los Estados Unidos Mexicanos. Principales cifras:
ciclo escolar 2005-2006. [En línea]. Disponible en: <http://www.sep.gob.mx/work/resources/LocalContent/83205/51/est_2007.pdf>
[consulta: julio de 2007].
- (2007): Programa Nacional de Educación 2001-2006. [En
línea]. Disponible en: <http://www.uach.mx/planeacion/docs/pne2001-2006.pdf>
[consulta: julio de 2007].
SERRANO, Arturo y MARTÍNEZ, Evelio (2003): La brecha digital:
mitos y realidades. México: Universidad Autónoma de
Baja California (UABC). [En línea].
Disponible en: <http://www.labrechadigital.org/> [consulta:
noviembre de 2003].
UNIDAD DE COMUNICACIÓN DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA
(UCPR) (2007): "Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012".
[En línea]. Disponible en: <http://pnd.presidencia.gob.mx/>
[consulta: julio de 2007].
Notas
1 Del Plan Nacional de Desarrollo
se desprenden los programas sectoriales, como es el caso del Programa
de Desarrollo Educativo, que describen en detalle lo que se planea
hacer en el mismo durante el sexenio.
2 Estos datos se derivan de la
investigación denominada "La educación virtual
en México: estado de la situación y tendencias hacia
la mercantilización trasnacional" que mediante la metodología
de estudios de caso está siendo desarrollada por el autor.
|