Presentación
En el número anterior de la Revista Iberoamericana de Educación abordamos el estudio de un tema crucial para el futuro de los sistemas educativos actuales: el fantasma del denominado «fracaso escolar». Como decíamos en la introducción, la expansión escolar ha tenido el efecto paradójico de crear un nuevo tipo de exclusión educativa, que contribuye a incrementar el riesgo de exclusión social. El éxito escolar y su reverso, el fracaso, se han convertido, en consecuencia, en objeto de análisis y debate, muchas veces apasionado.
Dada la importancia que ha adquirido este asunto, confirmada además por el importante número de contribuciones recibidas, hemos creído conveniente concederle más espacio en nuestra revista, dedicándole un segundo volumen. Pero, al mismo tiempo, hemos querido que cada uno de estos dos números se complete en sí mismo, como es nuestra norma.
Por ese motivo, si el número precedente se dedicó primordialmente al análisis de las hipótesis y las circunstancias del fracaso escolar, el presente se centra en el estudio de los diversos niveles y territorios. Dicho de otro modo, el lector encontrará en la parte monográfica de este volumen un conjunto de trabajos que analizan la realidad del fracaso tal como se presenta en los sucesivos niveles del sistema educativo y en la diversa geografía iberoamericana. No hemos pretendido cubrir todo el abanico de niveles y países –hubiera sido una osadía por nuestra parte–, sino presentar una selección relevante de perspectivas, capaz de ofrecer un panorama suficientemente diversificado y detallado.
El artículo, de Gloria Ofelia Aguado López, Ángel Martín Aguilar Riveroll y Nelsy Nictehá González Puch sirve de conexión con el número anterior, al abordar una cuestión que tiene carácter general: las representaciones sociales y su impacto en el fracaso escolar. Las representaciones sociales son definidas por los autores como instrumentos de mediación social y cultural que rigen las relaciones sociales, lo que resulta plenamente aplicable al universo de la escuela. Los distintos actores que en ella se desenvuelven –especialmente los estudiantes y el profesorado– construyen representaciones acerca de sí mismos, de los otros y de la institución, que influyen en su actuación, al constituir un modelo ideal de relaciones sociales. En consecuencia, el desafío que se plantea consiste en utilizar tales representaciones para optimizar la tarea escolar. El análisis general se complementa con algunas reflexiones acerca del problema de la deserción en el contexto mexicano.
El artículo de Concepción Sánchez Blanco se centra en la etapa de educación infantil, que recibe en Iberoamérica diversos nombres y que atiende a los menores de seis años. Si bien toma la situación española como contexto de referencia, incluye también observaciones sobre otros países de la región. La autora dedica especial atención al planteamiento general de esta etapa, destacando la idea de compensación de las desigualdades de origen que se le otorga y su traducción en términos curriculares. Su tesis central consiste en que la prevención del fracaso exige el desarrollo de proyectos emancipadores que contribuyan a construir democracia. De ese modo, una escolaridad temprana crítica contribuirá a evitar la exclusión al tiempo que favorecerá la construcción de relaciones orientadas hacia la eliminación de todo tipo de discriminaciones, coacciones y relaciones de dominación entre los sujetos, y a la construcción de un proyecto emancipador común para toda la infancia.
El artículo de Valentín Martínez-Otero Pérez se centra en la etapa de la educación secundaria, donde se manifiesta con mayor agudeza el fenómeno del fracaso escolar. El autor aborda el estudio del fracaso desde una perspectiva pedagógica, aportando una definición que pivota en torno a dos variables principales: unos resultados insuficientes y unas calificaciones escolares negativas. Su contribución central consiste en el análisis de los factores que más influyen en el rendimiento escolar, distinguiendo entre ellos los pertenecientes al ámbito personal, al ámbito familiar y al ámbito escolar/social. Al mismo tiempo plantea algunas sugerencias acerca de cómo mejorar el proceso educativo de los estudiantes.
El trabajo de Marta Romero Ariza y Miguel Pérez Ferra está dedicado al nivel universitario, adoptando en este caso una perspectiva española, caracterizada por la circunstancia actual de incorporación al Espacio Europeo de Educación Superior. La puesta en marcha de nuevos planes de estudio, que incorporan el concepto del crédito académico basado en el tiempo de trabajo autónomo que debe desarrollar el alumno, ha supuesto un cambio importante en la función y el trabajo del alumnado y de los docentes. En esa situación, los autores se han interrogado acerca de la motivación por aprender que deben desarrollar los estudiantes y los factores que contribuyen a desarrollarla, especialmente aquellos que tienen que ver con el ambiente en la clase y con la actuación del profesor.
Álvaro Rodríguez Akle y Luis Alfredo González Monroy estudian el caso del Caribe colombiano, a partir de dos investigaciones centradas en sendas instituciones educativas. Su supuesto de partida consiste en que la deserción y el fracaso escolar no pueden reducirse a un fenómeno estadístico, sino que solo pueden entenderse desde una perspectiva global que contemple las expectativas propias de los estudiantes, en sus contextos naturales y socioculturales. En consecuencia, el problema del fracaso escolar debe ser abordado mediante un pensamiento sistémico, crítico y complejo, que tenga en cuenta el contexto sociocultural y las necesidades reales de educación de las comunidades. Para su prevención, los autores prestan especial atención al liderazgo formativo en las instituciones educativas.
El artículo de Maria Figueiredo también se dedica a la etapa de la educación secundaria, adoptando en este caso una perspectiva portuguesa. La autora presenta una investigación de carácter cuantitativo, basada en la aplicación de tres cuestionarios a un grupo de profesores portugueses de dicha etapa. El elemento más destacable de estos instrumentos consistió en un conjunto de preguntas y apreciaciones acerca de la satisfacción de los docentes con su profesión. El análisis realizado pone de manifiesto, por una parte, la relación entre la satisfacción profesional y la satisfacción con el conjunto de la vida propia; y por otra, el grado destacable de insatisfacción que se detecta entre el profesorado, lo que afecta negativamente en el éxito escolar de los estudiantes.
En el último trabajo de la sección monográfica, Andrea Brito analiza la mirada que poseen los profesores acerca de sus alumnos en la escuela secundaria. La autora se interroga acerca de los motivos que han conducido a un creciente fracaso en esta etapa, en un proceso paralelo a su expansión. Para contestar esta pregunta, analiza un reciente estudio realizado en Argentina acerca de la opinión que los profesores tienen de sus alumnos. De acuerdo con los datos manejados, considera que la persistencia de una imagen del buen alumno caracterizada básicamente por el esfuerzo y la dedicación al estudio, en un escenario escolar homogéneo, resulta un elemento de gran peso en las expectativas de los profesores. Y sin embargo, la realidad les muestra otra situación, por lo que la situación se vuelve problemática, poniendo en cuestión las estrategias docentes y sirviendo de sustento al fracaso escolar.
El presente número incluye cuatro artículos en la sección Otros temas. Juan Carlos Orozco Cruz, Alfredo Olaya Toro y Vivian Villate Duarte analizan el concepto de calidad de la educación, a partir de un trabajo realizado en Colombia. Concretamente, discuten las diferencias que existen entre los conceptos que se sitúan en la óptica de la política educativa y los que toman en cuenta los contextos educativos locales y regionales y las experiencias institucionales. Destacan el carácter polisémico del concepto y los retos que se plantean en la actualidad para elaborar propuestas que promuevan la construcción responsable de una democracia participativa e inclusiva, como resultado de una acción en la que los distintos actores desplieguen sus intereses, plasmen sus expectativas, comprometan sus esfuerzos y establezcan los alcances de sus compromisos y responsabilidades.
Rosa Vázquez Recio analiza la importancia que adquiere el tiempo en las tareas de dirección. Frente a una concepción institucionalizada del mismo, basada en el cómputo del dedicado a las diversas tareas que llevan a cabo los directores, propone un análisis centrado en el concepto del tiempo como acción. Ello le permite poner el énfasis en la complejidad y problemática del tiempo de la acción directiva en medio de la trama de tiempos en que se desenvuelve, lo que le permite hablar del carácter multidimensional y pluritemporal de ese tiempo particular.
Por su parte, Viviana González Maura aborda un momento de especial importancia y dificultad en el itinerario personal de los jóvenes: el de la elección de una carrera profesional. Partiendo de su experiencia en la Universidad de La Habana, analiza en qué consiste elegir responsablemente una profesión y la importancia que en ese proceso desempeñan la orientación, el desarrollo de la autodeterminación y la conducta exploratoria.
Por último, el artículo de Josep Lobera analiza el papel que la educación desempeña para el cambio y la reproducción social, teniendo en cuenta que puede actuar en ambas direcciones, en función de las características de la sociedad en cuestión. El autor propone la utilización de dos pares de aproximaciones al hecho educativo: la restricción versus la extensión del acceso, y la transmisión versus la comunicación del conocimiento. A partir de ellas realiza tres análisis complementarios de otras tantas situaciones, simbólicamente calificadas como la de los brujos (perspectiva restrictiva), la de los reyes (perspectiva basada en la transmisión) y la de los filósofos (perspectiva comunicativa).
El número se completa con las secciones habituales de recensiones y novedades editoriales.
Esperamos que el lector disfrute y aproveche la lectura de los diferentes trabajos que componen el volumen. El tema tratado lo merece.
Alejandro Tiana Ferrer
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