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La Revista Iberoamericana de Educación, en su afán por articular y animar espacios de análisis, investigación, difusión y reflexión sobre la acción educativa en Iberoamérica, dedica su monográfico n.º 61 al tema de la cooperación educativa iberoamericana. Este número busca ser un instrumento más de apoyo a las Metas Educativas 2021, iniciativa de cooperación compartida por los países iberoamericanos con la finalidad de lograr una educación que dé respuestas satisfactorias a demandas sociales inaplazables: conseguir que más alumnos estudien, por más tiempo, con una oferta de calidad reconocida, equitativa e inclusiva y en la que participe una gran cantidad de instituciones y sectores de la sociedad.
Existe un amplio consenso en el ámbito de la cooperación internacional para el desarrollo en considerar la educación como un derecho fundamental y un componente básico del desarrollo humano, entendido este como el incremento de las capacidades y de las opciones de las personas. El consenso también es generalizado en cuanto al reconocimiento de que la educación debe ser un eje central de las políticas de desarrollo tendientes a alcanzar la cohesión y la inclusión social, y que su influencia es determinante en la salud, el nivel de ingresos, la movilidad social, la igualdad entre hombres y mujeres o la conservación del medio ambiente.
De ahí que la educación ocupe un lugar fundamental en los Objetivos de Desarrollo del Milenio y otros pronunciamientos de igual relevancia en el escenario de las políticas de desarrollo internacional. Y de ahí también el compromiso con la cooperación educativa por parte de las distintas conferencias y foros mundiales, regionales y nacionales competentes en materia de educación que, entre las estrategias a explorar, sugieren reiteradamente aumentar el financiamiento externo de la educación y coordinar la actividad de los donantes para lograr una mayor eficacia. Asimismo, desde hace algunas décadas las cumbres iberoamericanas han valorado el rol de la educación en el desarrollo económico, social, tecnológico y cultural de las naciones, por lo que han impulsado numerosos programas de cooperación educativa, en sintonía con lo planteado en la Declaración Mundial de Educación para Todos.
Si bien la cooperación internacional educativa ha estado asociada históricamente a la ayuda oficial que brindan actores públicos –gobiernos, organismos multilaterales– a los países en desarrollo, con el paso de los años estas iniciativas empezaron a ser complementadas con actuaciones de carácter privado, llevadas a cabo por empresas, fundaciones y organizaciones no gubernamentales. De esta manera, la cooperación para el desarrollo en materia de educación contempla hoy el conjunto de acciones realizadas tanto por actores públicos como privados de diferentes países para promover el desarrollo educativo.
En similar sentido, irrumpen con fuerza otras modalidades y fuentes de cooperación al margen de los flujos tradicionales. La cooperación sur-sur (bilateral, regional, triangular) ha registrado un renovado auge en la última década –sobre todo en América Latina–, ha empezado a articular una agenda propia de debate y se ha convertido en un referente a considerar en los foros internacionales. En el ámbito educativo, los países emergentes de mayor desarrollo relativo están llamados a potenciar su liderazgo en el sistema de cooperación internacional.
De todo ello trata de dar cuenta el presente número, que reúne un conjunto de contribuciones que, desde distintas ópticas y a partir de diversas experiencias, analizan el vínculo entre educación y cooperación para el desarrollo a través de aproximaciones conceptuales, investigaciones, experiencias innovadoras y estudios de caso.
El trabajo que abre el monográfico, «Cooperación iberoamericana en educación. La experiencia de las Metas Educativas 2012 » , de Alberto Croce, caracteriza la educación como uno de los principales ejes de la cooperación internacional y describe la iniciativa de las Metas Educativas 2021 como ejemplo de una experiencia exitosa en el ámbito de la acción cooperadora en Iberoamérica. Subraya Croce, en tal sentido, la importancia de la participación social en las estrategias de la cooperación iberoamericana.
En el siguiente artículo, «Cooperación iberoamericana, formación docente y tic en educación » , Adriana Villagrana reflexiona sobre la estrecha relación existente entre la calidad de la formación docente y la calidad de la educación en un país. La autora destaca la importancia de los docentes como pieza clave en los procesos de enseñanza y aprendizaje; y, por ello, se pregunta cómo se puede lograr que los programas, proyectos e iniciativas de la cooperación iberoamericana en materia de formación docente y tic se lleven a la práctica y tengan un impacto positivo en el contexto educativo latinoamericano.
«La cooperación universitaria iberoamericana: entre la retórica y la incertidumbre » es el título del trabajo de Jesús Sebastián. En él se describe el actual panorama de la cooperación internacional universitaria cuyos ejes articuladores son la complementación de capacidades, el fortalecimiento institucional y la internacionalización de las universidades. El autor recuerda que esta cooperación es muy diversificada en cuanto a modalidades y ámbitos geográficos, al tiempo que analiza sus potencialidades y futuro, condicionado este último por el menor peso de la dimensión iberoamericana, las crecientes asimetrías entre las universidades y la fatiga observada en los instrumentos de fomento de la cooperación.
También sobre la cooperación universitaria, Jonathan García nos propone el artículo «Movilidad estudiantil internacional y cooperación educativa en el nivel superior de educación » , en el que se sostiene que la movilidad académica es uno de los principales referentes de los procesos y estrategias de cooperación educativa. En el trabajo se destaca la importancia de la movilidad estudiantil internacional como expresión de la internacionalización de la educación superior, de la cooperación académica y de la integración regional, además de ser un elemento clave para la estructuración de redes de intercambio de conocimientos.
En el artículo «Investigaciones cooperativas iberoamericanas sobre ciencia-tecnología-sociedad » , Ángel Vázquez presenta dos proyectos de investigación cooperativos desarrollados por diversas instituciones –de Europa y de América Latina– cuyo marco de orientación es el enfoque cts. Uno de ellos da cuenta de una evaluación transnacional de las actitudes y creencias hacia estas cuestiones; el otro propone el diseño de secuencias didácticas para la enseñanza de la naturaleza de ciencia y tecnología (ndcyt) y para evaluar empíricamente su eficacia y calidad educativas.
El bloque de experiencias e innovaciones se abre con un interesante trabajo de Nicolás Riveros y Jonathan Melo – «El derecho a la educación y la mejora de la calidad: una apuesta desde el movimiento “Fe y Alegría” » –, en el que se aborda el tema de la calidad educativa como una cuestión inaplazable para garantizar el pleno derecho a la educación. Los autores presentan la posición que Fe y Alegría tiene sobre el tema y se comparten algunas características generales sobre su sistema de mejora de la calidad.
Seguidamente, Aleix Barrera, Joaquín Gairín y Miren Fernández firman el artículo «La red de apoyo a la gestión educativa (Red age) » . En él se presenta una experiencia que tiene dos objetivos: favorecer el intercambio de prácticas y recursos para la profesionalización de administradores y directivos de instituciones educativas en el ámbito iberoamericano; y colaborar con la creación del Espacio Iberoamericano del Conocimiento al tomar en consideración aspectos tales como la organización de la docencia, la investigación y la contribución de las instituciones de educación superior a la mejora de las sociedades.
Por su parte, Isabel Carrillo presenta en «El valor formativo y transformador de la cooperación » una experiencia de prácticas de cooperación educativa concreta en Guatemala, como expresión de una pedagogía del compromiso. La autora plantea la responsabilidad que tienen las universidades en un mundo global y reflexiona sobre la necesidad de insertar la dimensión ética en los planes de formación inicial.
«La educación artística en Nicaragua: una investigación en el marco de la cooperación educativa iberoamericana » es el título del trabajo de José Cruz Arrillaga y Nahia Intxausti, donde se muestran los resultados de una investigación en torno a la educación artística –plástica y musical– realizada en el marco de un programa de cooperación interuniversitaria. Su finalidad es impulsar el conocimiento y la formación de esta disciplina en un departamento nicaragüense, en el marco de las Metas Educativas 2021.
Finalmente, cierra el monográfico Marta Ruiz-Corbella que, junto a otros profesores iberoamericanos, nos presenta el artículo «Educadores de jóvenes y adultos en riesgo de exclusión social » , en el que dan cuenta de la iniciativa de cooperación que reúne a tres universidades iberoamericanas para elaborar un programa conjunto de posgrado dirigido a la formación de educadores sociales especializados en jóvenes y adultos en riesgo de exclusión social. La propuesta está orientada a potenciar la implantación en Iberoamérica de estudios de educación social que acrediten a los profesionales que trabajan en este campo.
Pablo Gentili y Hugo Camacho