|
Joaquín Gairín Sallán, Aleix Barrera Corominas y Miren Fernández de Álava *
* Universidad Autónoma de Barcelona, Departamento de Pedagogía Aplicada. Equipo de Desarrollo Organizacional (edo).
Síntesis: El diseño y desarrollo de redes de profesionales conforman una estrategia para el diálogo horizontal, impulsora de la creación y gestión del conocimiento que redunda en el beneficio mutuo de las organizaciones participantes. Al respecto, este artículo presenta una experiencia que tiene dos objetivos; por un lado, favorecer el intercambio de prácticas y recursos para la profesionalización de administradores y directivos de instituciones educativas en el ámbito iberoamericano, y, por el otro, contribuir a la creación de un Espacio Iberoamericano del Conocimiento (eic) al tomar en consideración aspectos como la organización de la docencia, la investigación y la contribución de las instituciones de educación superior a la mejora de las sociedades.
Los resultados remarcan la validez de la propuesta –y evidencian la colaboración y la cooperación como posibles y necesarias– a la vez que permiten determinar cuestiones operativas: el sentido de responsabilidad a fin de obtener una comunicación fluida; los compromisos de tiempo y forma; la implicación en la presentación y el desarrollo de propuestas de funcionamiento y mejora; el seguimiento y la revisión periódica de las obligaciones contraídas, y finalmente, la aplicación de mecanismos de exclusión en caso de reiterados incumplimientos. Al mismo tiempo, se realizan precisiones sobre la promoción y difusión de las redes.
Palabras clave: redes profesionales; cooperación educativa; gestión educativa; desarrollo profesional; desarrollo organizativo
Rede de Apoio à Gestão Educativa, Red AGE. Uma experiência de cooperação educativa entre países iberoamericanos
SíntesE: O projeto e o desenvolvimento de redes de profissionais configuram uma estratégia para o diálogo horizontal, impulsionadora da criação e da gestão do conhecimento que redunda em benefício mútuo das organizações participantes. A este respeito, este artigo apresenta uma experiência que tem dois objetivos; por um lado, favorece o intercâmbio de práticas e recursos para a profissionalização de administradores e diretivos de instituições educativas no âmbito ibero-americano, e, por outro, contribui para a criação de um Espaço Ibero-americano do Conhecimento (eic), ao levar em consideração aspectos como a organização da docência, a pesquisa e a contribuição das instituições de educação superior para a melhoria das sociedades.
Os resultados remarcam a validez da proposta – e evidenciam a colaboração e a cooperação como possíveis e necessárias – ao mesmo tempo em que permitem determinar questões operativas: o sentido de responsabilidade, a fim de obter uma comunicação fluída; os compromissos de tempo e forma; a implicação na apresentação e no desenvolvimento de propostas de funcionamento e melhoria; o seguimento e a revisão periódica das obrigações contraídas; e, finalmente, a aplicação de mecanismos de exclusão em caso de reiterados não cumprimentos. Ao mesmo tempo, realizam-se precisões sobre a promoção e a difusão das redes.
Palavras-chave: redes profissionais; cooperação educativa; gestão educativa; desenvolvimento profissional; desenvolvimento organizativo.
The support network for educational management ((Red AGE in spanish). A cooperation experience between ibero-american countries
abstract: The design and development of professional networks make up a strategy for an horizontal dialogue, challenging the creation and management of the knowledge that leads to the mutual benefit of the participating organizations.In this sense, the article presents an experience that has two goals; on one hand to encourage the exchange of practices and resources for the professionalization of administrators and managers of educational institutions in the ibero-american ambit, and on the other hand to contribute on the creation of an Ibero-american Space of Knowledge (ISK) by taking into account aspects such as the organization, the teaching, research and the contribution of higher education institutions to the improvement of the societies.
The results highlight the validity of the proposal – and attest collaboration and cooperation as possible and necessary– as well as it allows to determine operational issues; the sense of responsibility in order to obtain a smooth communication; the commitments of time and form; involvement in the presentation and the development of proposals for functioning and improvement; monitoring and periodic review of its obligations; and finally, the implementation of mechanisms of exclusion in the case of repeated breaches. At the same time, precisions are made on the promotion and dissemination of the networks.
Keywords: professional networks; cooperative education; educational administration; professional development; organizational development.
Tradicionalmente, la cooperación internacional para el desarrollo (cid) se ha entendido como la promoción de programas y actividades por parte de los países con más recursos (normalmente, situados al norte) destinadas a los que tienen menos, con la finalidad de mejorar situaciones desfavorecidas.
Así, y desde la visión de que las experiencias y conocimientos que sobre desarrollo tienen unos países serán de utilidad para otros, cabe considerar el papel que ejercen estos últimos en la colaboración y la cooperación. Las relaciones han sido y son, a menudo, asimétricas y basadas en enfoques de dación o caridad, o establecidas bajo los parámetros de la imposición de modelos, o de priorización de actuaciones, sin tener en cuenta la participación de los destinatarios.
Cabe recordar al respecto los cinco principios que «sustentan la colaboración solidaria “genuina”» mencionados por Van de Velde (2010): a) el arte de escuchar; b) la habilidad de interpretar; c) la voluntad de compartir; d) la decisión de compromiso y, finalmente, d) la visión de integración (Gairín, 2010a, pp. 2-3)
Nos situamos en la perspectiva más actual que recoge tradiciones diversas a las que debemos varias aportaciones, mencionadas más ampliamente por Gairín (2010a, p. 2) y referidas al desarrollo educativo y comunitario (Nogueiras, 1996); al cambio en educación (Fullan, 2002); a la implicación de la universidad en el cambio del contexto (Torres y Soto, 2008); al trabajo en red (Boyd y Ellison, 2007); a las redes en el contexto iberoamericano (Metas Educativas 2021 en OEI, 2010); al desarrollo comunitario (Ahedo e Ibarra, 2007); a la evaluación de programas de desarrollo educativo (Expósito y Olmedo, 2006), y/o a la implicación de los estudiantes en proyectos de cooperación (Senet, 2008).
Caminamos, por consiguiente, en la construcción de modelos, políticas y prácticas de cooperación al mismo tiempo que se certifican e institucionalizan determinadas posiciones. Un ejemplo es la asunción en 2007 por la Asamblea General de las Naciones Unidas de la modalidad de cooperación sur-sur (Xalma y Vera, 2008).
Cuatro años después de esa declaración, en el contexto español y en lo referente a programas de cooperación interuniversitaria, se aprobó una nueva resolución para llevar a cabo proyectos conjuntos entre instituciones españolas y latinoamericanas con el objetivo de colaborar en el desarrollo de instituciones de terceras regiones o países.
En este documento presentamos la Red de Apoyo a la Gestión Educativa (Red age), creada en 2008 mediante la colaboración entre la Universidad Autónoma de Barcelona (España) y la Universidad ort (Uruguay), con el soporte económico de la aecid, cuyo objetivo es favorecer el intercambio de experiencias y recursos para la profesionalización de administradores y directivos de instituciones educativas en el ámbito iberoamericano. Asimismo, trata de contribuir a la creación de un Espacio Iberoamericano del Conocimiento (eic) al tomar en consideración aspectos como la organización de la docencia, la investigación y la contribución de las instituciones de educación superior a la mejora de las sociedades (Álvarez, Boedo y Álvarez, 2011) en la temática que le es propia.
Hoy nos encontramos ante una sociedad más exigente que necesita respuestas educativas que tengan en cuenta y hagan frente a los fenómenos complejos que se plantean. Los profesionales de los centros educativos, y en especial los directivos y gestores, deben, en este contexto, actualizar y perfeccionar constantemente sus conocimientos para poder actuar de la mejor manera posible ante los nuevos desafíos (Gairín, 2010b, 2012).
Las tecnologías de la información y la comunicación (tic) ayudan en este contexto a impulsar la creación y el desarrollo de redes de profesionales –a nivel institucional, local o internacional– que favorezcan el intercambio de conocimientos y experiencias para convertir, así, la información, la formación y la mejora colectiva en una tarea colaborativa.
Nos situamos, entonces, en la denominada «era informacional» (Castells, 2000). En ella, el trabajo en red se caracteriza por el desarrollo de proyectos de manera colaborativa entre los miembros que la conforman (Gairín, 2000; Álvarez, 2012).
Partiendo de la base de que la cooperación debe ser una actuación conjunta y comprometida, esta puede aplicarse en diversas situaciones y con diferentes contenidos en el campo educativo, en función del nivel en el que nos encontremos (veáse el cuadro 1) para: intercambiar información, compartir ideas y recursos, planificar un proyecto común o proyecto único y/o desarrollarlo.
Las diversas formas de relación –a nivel personal, colectivo y/o institucional– producen diferentes formas de trabajo. Muestra de ello son las redes interpersonales entre iguales, las redes colectivas entre estamentos, las asociaciones o instituciones y/o las redes internas o externas, entre otras.
Desde nuestro punto de vista, las redes interinstitucionales son de vital importancia al permitir, por un lado, la colaboración en la resolución de problemáticas compartidas y, por el otro, la realización de proyectos de desarrollo que suponen un beneficio común. Sin embargo, y para que dichas redes tengan éxito, es necesario considerar algunos aspectos (Gairín, 2004):
En definitiva, las redes suponen un instrumento para potenciar procesos colectivos de intercambio horizontal frente a modelos desarrollados de individuo a individuo de transmisión vertical. Así, pueden considerarse como la expresión de acuerdos de cooperación, cuyo intercambio de conocimientos y experiencias puede redundar en beneficio mutuo para la mejora de las instituciones participantes.
La creación de la Red age surge de la necesidad de promover la reflexión sobre temas de gestión educativa a nivel de sistemas formativos y de instituciones, en un momento en el que, en los diferentes países, empezaban a emerger modelos de gestión descentralizada y contextualizada, y quedaban atrás los planteamientos uniformadores, evidenciándose la falta de conocimientos y herramientas para enfrentarse a la nueva situación (Red age, 2008, p. 3). Más concretamente, los objetivos de la red son:
A lo largo de los últimos cuatro años (2008-12), la Red age ha conseguido tener presencia en más de 17 países latinoamericanos y contar con una treintena de organizaciones miembros y más de 450 instituciones adheridas. Asimismo, cabe señalar las 428 suscripciones gratuitas a su boletín mensual y las, aproximadamente, 3.500 visitas mensuales a su página web www.redage.org.
La legalización de la Asociación Red age en 2012 permitió reforzar las iniciativas descritas y ampliar su acción a todas las naciones de Iberoamérica. De hecho, se concibe como una red de redes integrada por una o dos organizaciones miembros por país para conformar la estructura básica a nivel iberoamericano, que se reúnen anualmente y gestionan las decisiones a través de su Comisión Ejecutiva.
3.1 Herramientas de la Red AGE para la cooperación y colaboración
Desde la puesta en funcionamiento de esta red, se han podido establecer una serie de mecanismos que resultan óptimos para el trabajo colaborativo. En este caso, los profesionales y expertos de los países involucrados han utilizado:
La gran mayoría de las herramientas usadas para fomentar la colaboración de los miembros de la red tiene algún tipo de componente tecnológico, justificado por la amplia distribución geográfica de las instituciones que la integran.
Sin embargo, la experiencia ha demostrado que, para mantener la cohesión de los miembros de la red y su implicación en las diferentes actividades en línea propuestas, es importante mantener los encuentros presenciales. Estos favorecen la toma de decisiones respecto al funcionamiento y desarrollo futuro de la red, y son también un momento idóneo para afianzar las relaciones personales e institucionales que son la base para la realización de actividades paralelas que involucran a diferentes miembros.
3.2 La Red AGE como instrumento para favorecer la cooperación sur-sur
Las herramientas de colaboración descritas intentan que las diferentes instituciones asociadas a la red puedan colaborar y apoyarse en el desarrollo de actividades formativas o de investigación que permitan la consecución de objetivos comunes.
El hecho de que las universidades participantes pertenezcan a un mismo contexto sociocultural e idiomático permite solventar algunas de las limitaciones a la colaboración señaladas por Mulford (1998):
Aun más, las actividades desarrolladas hasta el momento ratifican que son muchos los problemas comunes entre los sistemas educativos, y que son altas las posibilidades de transferencia contextualizada de soluciones en lo que respecta a las cuestiones habituales tratadas por los gestores educativos.
Las actividades que se desarrollaron, y que han permitido constatar la cooperación efectiva entre las diferentes universidades latinoamericanas asociadas a la red, se pueden sintetizar en las siguientes:
La creación y desarrollo de la Red age evidencia de nuevo la posibilidad real de crear redes interinstitucionales e internacionales. La colaboración y cooperación no solo es posible sino también necesaria y conveniente en un contexto de globalización sociocultural.
De todas formas, el funcionamiento efectivo de la red se asocia también a la existencia de algunos parámetros que lo hacen posible, como por ejemplo el sentido de la responsabilidad y el compromiso de todos los participantes –que son esenciales y se traducen en una comunicación fluida– y el cumplimiento de compromisos en tiempo y forma, así como también la implicación en la presentación y desarrollo de propuestas de funcionamiento y mejora.
También parece imprescindible el establecimiento de mecanismos de seguimiento, que incluyen la revisión periódica de los compromisos asumidos y la aplicación de mecanismos de exclusión en caso de incumplimientos reiterados.
La promoción y difusión de la red como prioridad resulta tan importante para alcanzar sus fines como para servir de mecanismo de refuerzo positivo («si andamos, es que vivimos») y de expresión del compromiso social de extender los avances a otras instituciones y redes vinculadas a la misma temática.
Ahedo, Igor e Ibarra, Pedro (2007). Democracia participativa y desarrollo humano. Madrid: Editorial Dykinson.
Álvarez, B. (coord.) (2012). «Redes educativas, desarrollo y cooperación», en Carmen Jiménez y otros (eds.), Investigación y educación en un mundo en red. Madrid: McGraw-Hill, pp. 151-175.
Álvarez, Begoña, Boedo, Lucía y Álvarez, Ana (2011). «Ejes del desarrollo del Espacio Iberoamericano del Conocimiento. Análisis comparativo con el Espacio Europeo de Educación Superior». Revista Iberoamericana de Educación, n.º 57, pp. 125-43. Disponible en: www.rieoei.org/rie57a05.pdf, [consulta: febrero de 2013].
Boyd, Danah y Ellison, Nicole (2007). «Social Network Sites: Definition, History, and Scholarship». Journal of Computer-Mediated Communication, 13(1), artículo 11.
Castells, Manuel (2000). La era de la información. Vol. i: La sociedad red. Madrid: Alianza.
Expósito, Jorge y Olmedo, Eva María (2006). La evaluación de programas: teoría, investigación y práctica. Granada: Grupo Editorial Universitario.
Fullan, Michael (2002). Los nuevos significados del cambio en la educación. Barcelona: Octaedro.
Gairín, Joaquín (2000). «La colaboración entre centros educativos», en Joaquín Gairín y Pere Darder (coords.), Organización y gestión de centros educativos. Barcelona: Praxis, pp. 82-202.
— (2004). «Redes institucionales y de aprendizaje en la educación no formal», en Manuel Lorenzo y otros (coords.), Praxis organizativa de las redes de aprendizaje. Organizar es educar. Granada: Grupo Editorial Universitario, pp. 23-46.
— (2010a). «Introducción», en Joaquín Gairín y Diego Castro (eds.), Desarrollo educativo al servicio del desarrollo social. Santiago de Chile: fidecap, pp. 1-4.
— (ed.) (2010b). Nuevas estrategias formativas para las organizaciones. Madrid: Wolters Kluwer.
Mulford, Bill (1998). «Organizational Learning and Educational Change», en Andy Hargreaves y otros (eds.), International Handbook of Educational Change. Dordrecht: Springer, pp. 616-40.
Nogueiras, Luis Miguel (1996). La práctica y la teoría del desarrollo comunitario. Descripción de un modelo. Madrid: Narcea de Ediciones, S.A.
OEI (2010). Metas Educativas 2021. La educación que queremos para la generación de los bicentenarios. Madrid: Cudipal. Disponible en: www.oei.es/metas2021.pdf, [consulta: febrero de 2013].
Red de Apoyo a la Gestión Educativa (Red age) (2008). Memoria del proyecto. Creación de una red de apoyo a la gestión de centros educativos (aecid/012227/07). Bellaterra, (documento interno).
Senet, Joan María (2008). «La implicación de los estudiantes en los proyectos de cooperación en educación como elementos motivacionales de la acción y concienciación social». Tendencias pedagógicas, nº 13.
Torres, Ángel y Soto, Ricardo (2008). En torno a las universidad emprendedoras: Educación, Vinculación, Desarrollo y Reformulaciones. Disponible en: www.eumed.net/libros-gratis/2008c/466/, [consulta: febrero de 2013].
Van de Velde, Herman (2010). Los 5 pilares que sustentan una cooperación solidaria «genuina». Máster de Ciencias de la Educación. uab-unam. Estelí, conferencia de inauguración (documento interno). Disponible en: http://abacoenred.com/IMG/pdf/los_5_pilares_que_sustentan_una_cooperacion-2-2.pdf, [consulta: febrero de 2013].
Xalma, Cristina y Vera, José María (2008). «Iberoamérica y la cooperación sur-sur». Circunstancia. Revista de Ciencias Sociales del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset, año vi, n.º 17, pp. 1-28. Disponible en: www.ortegaygasset.edu/descargas/contenidos/Circunstancia_art%C3%ADculo1_N%C2%BA17_Septiembre_2008.pdf, [consulta: febrero de 2013].
* Universidad Autónoma de Barcelona, Departamento de Pedagogía Aplicada. Equipo de Desarrollo Organizacional (edo).