Número 62 Mayo-Agosto / Maio-Agosto 2013

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Presentación

El consenso, por lo menos en la retórica política y académica, sobre el deber ser educativo en la región es evidente y generalizado:

[...] la educación debe ser un eje central de las políticas de desarrollo tendientes a alcanzar la cohesión y la inclusión social […]; su influencia es determi­nante en la salud, el nivel de ingresos, la movilidad social, la igualdad entre hombres y mujeres o la conservación del medio ambiente (Gentili y Camacho, Presentación del Monográfico rie n.° 61/2013).

Pero preguntémonos ahora por las condiciones dramáticas (políticas y pedagógicas) de despliegue del cuerpo en el día a día de la escolarización: qué se hace, cómo se hace, cómo se proyecta el cuerpo desde la base educativa escolar.

La intención es loable, pero el consenso recoge también voces significativas que hablan de la ampliación de una brecha profunda entre el cuerpo en la escuela soñada y el cuerpo en la escuela vivida. En una escuela que promueve un cuerpo diferenciado y jerarquizado, entre los saberes «disciplinarios» y los «indiscriminados» de la conformación política, ética y estética, se puede estar produciendo y reproduciendo un modo de ser corporal fragmentado.

Como en lo social, en la escuela (satélite de los cuerpos en ejercicio preformativo), el cuerpo no está exento de atenciones interesadas. Ella existe para darle perfil y en esa acción múltiple –a veces ruda, a veces sutil– se reflejan diversos deseos.

En el cuerpo escolarizado, que se desea educado, muchos quisieran sacar partido, concretar su parte. Se impone así, con relación al cuerpo que asiste a la escuela, una cierta filantropía, pero también un cierto rendimiento positivizado que debe revisarse. De hecho lo está siendo, y, en razón de ello, el presente monográfico se dispone a la divulgación de una parte significativa de la producción académica que apuesta de diversas maneras y desde diferentes territorios (geográficos, académicos, investigativos y disciplinares) a los procesos comprensivos de aquellas condiciones regionales bajo las cuales se está dando la intervención del cuerpo en la escuela.

En los diagnósticos y en las revisiones investigativas, en las configuraciones y reconfiguraciones de la política pública del sector educacional y cultural regional, en particular en el pensamiento que se constituye sobre la cinética de la cotidianeidad del cuerpo en la escuela, se reflejan políticas, pedagogías y didácticas específicas que vienen siendo problematizadas y que requieren ser visualizadas y debatidas de cara a la recomposición situada de una política pública y una mediación pedagógica. Allí se agitan los marcos de una selección cultural pertinente (currículo), inclusiva, con equidad y de cobertura con calidad, donde estén contempladas la calidad de vida, la dignidad, los derechos y la sostenibilidad medio ambiental.

Las prácticas y los dispositivos corporales escolarizados que se instalan desde la tradición (a prueba de reformas), así como aquellos emergentes (que se conectan con los actuales cambios y transformaciones del contexto social y educacional), requieren de una descripción rigurosa, de debate y comprensión.

El cuerpo y la cultura somática escolar (ambiente para su promoción selectiva y productiva) se convierten en territorios en disputa. Al lado de las formas tradicionales y reverdecidas de intervención pedagógica, la época, desde sus propios deseos y representaciones de lo corporal, despliega nuevos mitos y estereotipos, nuevas metáforas que referencian los procesos de curricularización del cuerpo. Se impone una selección de cultura corporal escolar no ingenua. Con el cuerpo en la escuela se redefinen procesos de producción, clasificación, enmarcación, expresión, regulación, comunicación y gestión formativa y con-formativa que deben ser reconocidos críticamente.

No es escaso el interés que hay en la región por pensar la corporalización escolar. Cuestiones tales como la pobreza, la discriminación, la sexualidad, lo emocional, la virtualidad, el matoneo, el atropello a los derechos, las tribus urbanas, la inseguridad, la medicalización, la heroización, el hacinamiento, el maltrato, el trabajo infantil, la accidentalidad, la higiene, la deportivización, la ludotecnología, los esteticismos consumistas, la hetero-designación abusiva, la disciplina, la competencia, el alistamiento juvenil, la implicación del espacio escolar en el conflicto social, la estandarización, el desplazamiento, la vulnerabilidad, el acoso, la malnutrición, la militarización, las condiciones salvajes de la urbanización y el mercado nos obligan a pensar problemáticamente las condiciones de los escolarizados y los sentidos de la educación de la niñez y la juventud. La cuestión de estar o no de cuerpo presente en la escuela depende de condiciones dramáticas que ponen en cuestión las estrategias de gestión y los currículos.

La convocatoria fue amplia: cuerpo de las disciplinas (desde la pedagogía y la didáctica, desde la antropología, la nutrición y dietética, la sociología, la psicología, la historia, la política, la estética, el deporte, la educación física, las artes, el juego); cuerpo historizado, curricularizado (en la escuela, en las educaciones, en el espacio-tiempo escolar, en la ciudad, para el trabajo); cuerpo subjetivado (como infancia, mujer, varón, masculinidad, genero, sexualidad); cuerpo intersubjetivado (con relación a la clase social, «raza», etnia, cultura juvenil, cosmovisiones étnicas); cuerpo objetivado (disciplinado, corregido, controlado, higiénico, moralizado, patriótico); cuerpo acogido en las diversas educaciones (públicas, privadas, en lo social, en lo urbano, en lo rural).

La respuesta de la comunidad académica colmó las expectativas. Se pudo constatar que hay una tradición significativa de trabajo sobre la cuestión del cuerpo en la escuela que requiere encontrar superficies para su divulgación.

Este número temático tiene un límite, por lo que fueron seleccionados quince trabajos; buena parte de los restantes serán publicados con el consentimiento de los autores en otros espacios que posee la Revista Iberoamericana de Educación para la divulgación académica.

El monográfico está compuesto por cuatro grupos de trabajos que describimos a continuación.

El primer grupo se interesa por asuntos que conectan la competición, la competencia corporal y la violencia corporal con la cuestión de la formación del profesorado. El trabajo de Juliana Telles, Alexandre Fernández, Marcus Taborda y Fábio Machado, equipo investigador de la ufsc y de la ufmg, ambas de Brasil, sostiene que uno de los más grandes desafíos de la escuela pública es la presencia en su interior de distintas formas de violencia; este grupo se detiene, a través de los estudiantes de práctica universitaria supervisada (registros de cuadernos de campo y relatorías), en la experiencia de la educación física (ef) en el nivel de la enseñanza fundamental, intentando comprender los sentidos y alcances de distintas formas de violencia que parecen incrementarse en esta disciplina escolar que ofrece una mayor exposición corporal y niveles altos de competitividad. El segundo trabajo de este grupo, realizado por Gustavo González, José Ignacio Barbero, Nicolás Bores y Lucio Martínez, miembros de un colectivo de docentes investigadores de la Universidad de Valladolid, España, se basa en una investigación que aborda los relatos autobiográficos de un maestro de educación física novel como base para la (auto)formación profesoral permanente. El ámbito de esta asignatura es utilizado como medio para que el iniciado, a partir de su propia reflexión, capte rasgos de su identidad, lo que le permite captar el efecto que sobre él ejerce la cultura corporal hegemónica.

Un segundo grupo de trabajos se caracteriza por su interés en aspectos históricos acerca de la educación del cuerpo. Gianfranco Ruggiano, docente investigador del Instituto Superior de Educación Física (isef-UdelaR), Uruguay, y miembro del Grupo de Políticas Educativas y Políticas de Investigación (gpepi) del mismo país, presenta desde una aproximación histórica un interesante aporte para el debate sobre las condiciones del cuerpo en la escuela. Para él, toda revisión acerca del lugar que el cuerpo ocupa en lo escolar se ve imposibilitada para llegar a significar un cuestionamiento profundo, en tanto problematización real, seria y sistemática de los postulados que fundamentan las intervenciones del cuerpo escolarizado. Desde la Universidad Pedagógica Nacional, Colombia, rastreando fuentes de finales del siglo xix y principios del xx, Claudia Ximena Herrera, académica con amplia trayectoria en la historización del cuerpo escolarizado, se adentra en el asunto del castigo escolar como práctica inseparable de la escolarización; interroga una práctica que se direcciona como tecnología de gobierno, gestión del dolor, expresión de un biopoder, punición que a través de su despliegue disciplina, educa y regula a la población infantil y juvenil. El tercer trabajo de este grupo corresponde a Claudia Mallarino, profesora en la Maestría en Educación de la Universidad de San Buenaventura, Colombia, e integrante del grupo de investigación Educación y Desarrollo Humano (giedh), quien se interesa por las discursividades de la corporalidad escolarizada, preguntándose por las condiciones históricas de existencia de los saberes acerca del cuerpo, su lugar y sus modos de producción. Subraya la necesidad de interrogar a la naturaleza corporal de la propuesta educativa, comprendiendo la política que regula la escuela, el papel que cumplen los agentes y los criterios de la curricularización, ruta necesaria para desconfigurar los obstáculos y reconfigurar voces heterogéneas y resonantes, fuerzas coaligadas, prójimas-próximas, emergencia de nuevos cuerpos que se empeñen en valorizar la potencia del saber vivo. Por su parte, Raumar Rodríguez, docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación y del Instituto Superior de Educación Física de la Universidad de la República (UdelaR), Uruguay, se centra en las formas discursivas que adopta la educación del cuerpo, dando continuidad a un proceso investigativo histórico de largo aliento que se interesa por las condiciones en las que se presenta en Uruguay la relación entre la educación física escolar y el deporte. A partir de esto, el autor revisa y problematiza documentos clave de la política educativa nacional para entender en contexto asuntos cruciales tales como la obligatoriedad de la educación física, la configuración del currículo que forma a los profesionales del campo y, en general, el reconocimiento problematizador de los discursos sobre la educación del cuerpo.

Un tercer grupo de trabajos aborda desde la investigación etnográfica asuntos relacionados con la intersubjetividad. Desde el grupo de investigación PES (Prácticas Corporales, Sociedad, Educación-currículo) de la Universidad de Antioquia, Colombia, William Moreno, a partir de una experiencia investigativa etnográfica sensible situada en las escuelas urbanas del Valle de Aburrá, presenta particularidades de una herramienta investigativa, la fotoetnografía, que permite hacer aproximaciones descriptivas y comprensivas a los compromisos (motriz, estético, ético y político) que definen los interjuegos de la conformación etnocorporal escolarizada. Diana Milstein profesora e investigadora de la Universidad Nacional de La Matanza (unlam) y Héctor Méndes, profesor de la Escuela de Innovación de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (ucse), ambas de Argentina, basándose en un enfoque etnográfico, abordan el juego que despliegan los actores sociales (docentes, alumnos, madres, vecinos) en las escuelas primarias de zonas populares argentinas; así, leyendo el «cuerpo inscripto» y marcado por el orden escolar y social, se interesan por la dimensión política y micropolítica de la relación cuerpo, escuela y sociedad en tiempos de crisis social. En tercer lugar se ofrece un trabajo de Antonia Olmos, profesora en el Departamento de Antropología Social de la Universidad de Granada, España, y María Rubio, investigadora del Instituto de Migraciones de la misma universidad, quienes presentan un producto asociado a una investigación que aborda las trayectorias de éxito y fracaso del alumnado inmigrado de nacionalidad extranjera en España. Etnografía que se propone estudiar la construcción de la corporalidad del «buen estudiante» partiendo de las percepciones que se poseen de los alumnos en función de las clasificaciones realizadas por el profesorado sobre marcadores como el género, la «raza», la etnia y la clase social. Cierra este grupo de trabajos el de Juan E. Péchin, docente e investigador, becario posdoctoral del conicet e investigador del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Argentina. En los marcos de la construcción normativa y del activismo político de los últimos tiempos, su trabajo articula las pedagogías queer y feministas para facilitar los procesos comprensivos de los dispositivos culturales y las tecnologías institucionales que guían los procesos de masculinización.

Finalmente el cuarto grupo está compuesto por cinco trabajos que se interesan por cuestiones relacionadas con la mediación pedagógica y las didácticas de la educación corporal. En el primero se presenta un interesante aporte de un colectivo de educadores chilenos de las universidades de la Serena y Católica de Valparaíso, ambas de Chile, quienes, interesados en la complejidad educativa y en la crisis de la escolarización, se adentran en el asunto de la mediación pedagógica en los marcos de la motricidad humana, los contextos informales y los conocimientos prácticos construidos por los propios niños. En segundo lugar, Emerson Luis Velozo, profesor del Departamento de Educacion Física da Universidad Estadual do Centro-Oeste (unicentro), y Jocimar Daolio, profesor de la Facultad de Educacion Física de la Universidad Estadual de Campinas (unicamp), ambas de Brasil, presentan un estudio etnográfico de las prácticas de un grupo de skatistas de Lisboa (Portugal). Su objetivo es significar las relaciones que se dan entre esta práctica social y corporal con el trabajo pedagógico escolar en los contextos de los procesos de construcción identitaria. Teresa Ontañón, estudiante de Doctorado de la Facultad de Educación Física de la Universidad Estatal de Campinas (unicamp); Marco Antonio Coelho, profesor de la misma universidad, y Erminia Silva, profesora de la Universidad Estatal Paulista (unesp), Brasil, presentan una investigación que avanza sobre el potencial pedagógico de una práctica corporal que viene ganando un importante espacio social en los países de la región: las actividades circenses, que rompiendo fronteras, ahora son abordadas como contenido de educación corporal que conecta intereses de la educación física y la educación estética y artística. En un cuarto trabajo, Marlen Campos, profesora de Educación Física y Magíster en Educación de la Universidad Austral de Valdivia, Chile, y Carol Vargas, profesora de Educación Física del Colegio Santa Marta de la misma ciudad, muestran resultados de un estudio cualitativo que se interesa por las condiciones existenciales de niñas residentes en el Hogar del Niño que tienen en común haber sido vulneradas en sus derechos. Del estudio sale una propuesta que se basa en el re-conocimiento de las niñas por medio de actividades vinculadas al juego cooperativo, juegos circenses, danza y disciplinas como el yoga y el reiki. Finalmente, Concepción Sánchez, profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de A Coruña, España, presenta un estudio que parte de una investigación-acción llevada a cabo en un centro público. En el mismo se cruzan asuntos de la cultura alimentaria, el juego infantil y el cuidado corporal, y plantea, en el marco de los derechos de la infancia, una interesante discusión sobre la conexión que se establece con relación a la alimentación entre las prácticas familiares, profesorales, estudiantiles, gubernamentales y no gubernamentales. En este último grupo, contextos informales, skate, actividad circense, abuso infantil, cultura alimentaria en contextos de crisis económica, son algunos de los disparadores que plantean un necesario reposicionamiento didáctico para los procesos de intervención pedagógica de lo corporal.

 William Moreno G.

 

 

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