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Mayela del R. Rodríguez Garza*
María Francisca Sanmiguel Salazar**
Antonio Muñoz Muñoz***
Carlos Eduardo Rodríguez Rodríguez****
* Médica internista. Doctora en Ciencias de la Educación. Líder del Cuerpo
Académico de Educación Sociomédica. Profesora investigadora de tiempo completo de la
Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Coahuila, Unidad Torreón.
** Maestra en Ciencias de la Educación. Catedrática investigadora de tiempo
completo. Integrante del Cuerpo Académico de Educación Sociomédica. Perfil promep
de 2013 a 2016.
*** Colaborador del Cuerpo Académico de Educación Sociomédica. Facultad
de Medicina, Universidad Autónoma de Coahuila. Unidad Torreón
****
Alumno. Médico pasante de Servicio Social en Investigación adscrito
al Cuerpo Académico de Educación Sociomédica. Facultad de Medicina, Universidad
Autónoma de Coahuila.
SÍNTESIS: Por su alto nivel de exigencia, las escuelas de Medicina constituyen un factor de riesgo de síndrome de estrés estudiantil. Esta investigación presenta los resultados de un estudio cuyo objetivo primordial fue identificar y comparar el estrés estudiantil entre alumnos de primer y quinto año de la carrera en una facultad de Medicina mexicana. Se utilizó la escala unidimensional de estrés estudiantil (eube), cuyo instrumento determina indicadores comportamentales y actitudinales, que fuero aplicados aplicados a 140 estudiantes. Los resultados mostraron, entre otras cosas, la influencia del grado escolar en la presencia de estrés, siendo este mayor en los alumnos al final de la carrera.
Palabras clave: estrés estudiantil; agotamiento; Medicina; México.
O estresse em estudantes de Medicina no início e no final de sua formação acadêmica
SÍNTESE: As escolas de Medicina constituem um fator de risco da síndrome de estresse estudantil por seu alto nível de exigência. Esta pesquisa apresenta os resultados de um estudo cujo objetivo primordial foi identificar e comparar o estresse estudantil entre alunos de primeiro e quinto ano do curso em uma faculdade de Medicina mexicana. Utilizou-se a escala unidimensional de estresse estudantil (EUBE), cujo instrumento determina indicadores comportamentais e atitudinais, aplicados a 140 estudantes. Os resultados mostraram, entre outras coisas, a influência do grau escolar na presença de estresse, sendo este maior nos alunos ao final do curso.
Palavras-chave: estresse estudantil; esgotamento; Medicina; México.
The stress in students of medicine at the beginning and at the end of their academic formation
ABSTRACT: The schools of Medicine constitute a factor of risk of syndrome of student stress for its high level of exigency. This investigation presents the results of a study which basic aim was to identify and to compare the student stress between pupils of the first and fifth year of the career in a faculty of Medicine in Mexico.
The scale used was the unidimensional scale of student burnout, which instrument determins behaviour and attitude indicators, applied to 140 students. The results showed, among other things, the influence of the school degree in the presence of stress, being this higher in the pupils at the end of the career.
Keywords: student stress; depletion; Medicine; Mexico.
Las instituciones de educación superior suelen ser lugares altamente estresantes para los alumnos. Este escenario se observa de manera más acentuada en la carrera de Medicina, que se caracteriza por una importante sobrecarga de trabajo y una gran presión por parte de los docentes. En ese sentido, los alumnos de las escuelas o facultades de esta área suelen presentar cuadros de síndrome de estrés estudiantil.
De acuerdo a las aportaciones de Towets y otros (1993), los estudios en Medicina se caracterizan por una constante y creciente exigencia académica, que demanda del estudiante grandes esfuerzos de adaptación. Por otro lado, aparece como necesaria una preparación óptima, fundamental para el futuro profesional en un mercado laboral cada vez más competitivo. Aunado a lo anterior, la carrera se desarrolla en un periodo de transición y de cambio, con características que le son propias, como son la adolescencia y la adultez joven.
A partir de lo anterior se puede afirmar que el estrés que soporta un estudiante de Medicina durante su preparación es obligadamente alto, con riesgo de menoscabo de su salud mental.
Esta situación se describe en diversas facultades de Medicina del mundo. Algunos autores demandan de las instituciones una mayor atención en el cuidado de la salud mental de sus estudiantes, muchos de los cuales encuentran la carrera médica muy estresante, incluso desde el inicio.
El propósito del presente trabajo es describir y comparar los hallazgos en dos grupos vulnerables: los que inician el proceso de estudios y los que lo terminan, con el fin de contar con bases suficientes para señalar la necesidad de intervenir con programas preventivos de salud mental como intención lógica de ayuda.
En lo que respecta al estrés académico, específicamente el estrés estudiantil no puede considerarse solamente desde una sola perspectiva, sino que, de manera evidente, deben ser considerados en conjunto los aspectos biológicos, psicológicos y educacionales. Fue Lazarus (1966, 1991b; Lazarus y Folkman, 1984) quien estableció que no es el estresor mismo el causante de estrés, sino la percepción del individuo sobre el estresor. Es entonces la evaluación cognoscitiva que hace la persona sobre un estímulo estresor lo que define la situación, tanto para la reacción o respuesta estresante como para el afrontamiento posterior.
El estrés, de acuerdo a Barraza (2010), puede considerarse como una reacción emocional compleja, cuya intensidad sobre el organismo se vincula con diversos factores psicosociales, entre los que figura el fenómeno estresante, o sea, aquel ante el cual el sujeto es vulnerable y el que posee la capacidad de provocarle la respuesta de estrés, con énfasis en la personalidad, que le confiere variados matices al individuo, las formas de afrontamiento y los sistemas de apoyo social (Huaquin, 2001).
El síndrome de agotamiento profesional o burnout –término que, traducido al castellano, significa «quemado por el trabajo, agotado, sobrecargado, exhausto»– fue descrito por primera vez por el psicoanalista Herbert J. Freudenberger en 1973, a partir de observar cambios en sí mismo y en otros profesionales (psicólogos, consejeros, médicos, asistentes sociales, enfermeros, dentistas), quienes perdían mucho de su idealismo y también de su simpatía hacia los pacientes. Freudenberger describe el síndrome de estrés como un conjunto de síntomas médico biológicos y psicosociales inespecíficos, que se desarrollan en la actividad laboral como resultado de una demanda excesiva de energía (Selye, 1950; Fidalgo, 2006; Hernández y Marroquín, 2009).
En relación al sujeto que manifiesta el síndrome, el concepto derivado de los trabajos de Maslach y Jackson (1981) lo ubica específicamente en profesionistas, inicialmente en aquellos que tienen contacto con otras personas, como pudiera ser el caso de los médicos. En una segunda línea de indagación, identificada con el enfoque conceptual originado por el trabajo de Pines y otros (1981), lo señala tanto en profesionistas como en personas que no lo son y cuyo desempeño no está ligado al ámbito laboral, como por ejemplo estudiantes.
En el caso de la presente investigación se adopta el enfoque conceptual sostenido por Pines y otros (1981), que permite definir al estrés estudiantil como un estado de agotamiento físico, emocional y cognitivo producido por el involucramiento prolongado en situaciones generadoras de estrés.
El concepto de síndrome de estrés denota la relación que existe entre estímulos negativos que perturban gravemente la homeostasis del organismo y las respuestas, fisiológicas y conductuales, del mismo, ante la estimulación (Selye, 1950; Fidalgo, 2006; Hernández, 2009). Otra perspectiva del estrés es la considerada como un síndrome constituido por tres dimensiones: el agotamiento emocional, referido a una reducción de recursos emocionales, acompañado de manifestaciones somáticas y psicológicas, como el abatimiento, la ansiedad y la irritabilidad; la despersonalización, que se refiere al desarrollo de actitudes negativas, y, finalmente, la baja realización personal, en referencia a la percepción de que las posibilidades de logros han desaparecido (Maslach y Jakcson, 1981).
En el ámbito académico se ha encontrado que el apoyo social podría actuar, además, como un potenciador en el logro de un desempeño satisfactorio de los estudiantes (Román y Hernández, 2005), ya que contribuiría a que afronten los estresores propios de su ambiente con mayores probabilidades de éxito (Labrador, 1995, en Martín, 2007).
Específicamente, los estudiantes de Medicina sufren un importante estrés desde el inicio de su carrera, y si bien es aceptable cierto grado de tensión, no todos los estudiantes lo resuelven de manera adecuada (Ferrer y otros, 2002). En muchos de ellos, los programas y las exigencias generan miedo, incompetencia, enojo y sensación de inutilidad y culpa, todas manifestaciones que pueden producir respuestas psicológicas y físicas mórbidas. Frente a esto, los estudiantes emplean diversos mecanismos para superar y procesar el estrés; algunos de ellos producen consecuencias negativas, como la evasión del problema, la idealización de las situaciones (interpretación de los acontecimientos como a la persona le gustaría que fueran y no como realmente son), el aislamiento social y la autocrítica excesiva. Por el contrario, las estrategias que incluyen afrontar el problema, la comunicación y el respaldo por parte de terceros y la manifestación de las emociones, constituyen todos enfoques positivos que reducirán el estrés. (Dyrbye y otros, 2005).
Las investigaciones universitarias de Carmel y Bemstein (1987) abarcan distintas carreras y estadios. Las ciencias médicas han sido consideradas como una de las ramas donde los estudiantes manifiestan mayores niveles de estrés. Para algunos entendidos en la materia, la escuela de Medicina es un ambiente muy estresante (Towets y otros, 1993).
Se ha demostrado, de acuerdo a Millings y Mahmood (1999), que los educandos de Medicina experimentan mayor número de síntomas de estrés que la población en general.
En Latinoamérica se identifican actualmente dos tipos de investigaciones en las que se aborda el estrés estudiantil:
Cabe destacar que ninguna de estas investigaciones se realizó bajo un enfoque comparativo.
Además, existen estudios similares a este trabajo en donde se utilizó el Inventario de Estrés Académico (iea) (Hernández, Polo y Pozo, 1996), diseñado específicamente para la evaluación del estrés académico en universitarios, que es de gran utilidad por los programas desarrollados a partir del mismo en estrategias de afrontamiento y técnicas de estudio, de diferentes años de la carrera.
En relación a lo anterior, pude decirse que el estrés académico se ubica entre los factores que más afectan el aprendizaje óptimo del estudiante de Medicina.
3.1 Finalidad y objetivos
El presente artículo muestra los resultados obtenidos en un estudio centrado en la identificación de estrés en estudiantes de Medicina, con la finalidad de evidenciar los grados y niveles de estrés en los estudiantes que inician su preparación y en los que la terminan, con la idea de incidir en un segundo momento al contar con referentes reales resultado de este trabajo. En concreto, en la investigación se plantearon los siguientes objetivos:
3.2 Participantes
La muestra fue no probabilística, compuesta por dos grupos: uno, integrado con alumnos de nuevo ingreso, y otro, con alumnos del final de la carrera, es decir, del quinto año; todos ellos, estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Coahuila, Unidad Torreón. La recolección de datos se realizó al final del primer semestre del ciclo escolar 2013-2014. La muestra total correspondió a 140 alumnos inscritos. De ellos, el primer grupo fue de 76 alumnos del primer año, 45 hombres y 31 mujeres, y el segundo grupo fue de 64 alumnos, 33 hombres y 31 mujeres. En ambos grupos, la edad promedio en hombres fue de 20,16, con una desviación estándar de 2,06, y en mujeres, de 20,59 y una desviación estándar de 2,26 (tabla 1). A todos se les informó de que su participación era voluntaria y anónima.
3.3 Procedimiento
Se hizo un estudio descriptivo, transversal y comparativo de estudiantes de Medicina conformados en los dos grupos mencionados, con quienes se llevó a cabo una encuesta, utilizando la escala unidimensional para estrés estudiantil (Barraza, 2011). Dicha encuesta consta de 15 ítems que se responden mediante una escala tipo Likert de cuatro valores: nunca, algunas veces, casi siempre y siempre. La distribución de los ítems según las dimensiones establecidas fue la siguiente:
Al analizarse la validez para el instrumento con el alfa de Cronbach, se obtuvo una confiabilidad de 0,91.
En cuanto al análisis de resultados, se desarrolló en un primer momento uno descriptivo, seguido de uno comparativo por ítem entre ambos grupos: primer y quinto grado de la carrera y por género, con una X2 y un coeficiente r de Pearson, para medir el grado de relación y de diferencia de grupos con los estudiantes de los dos grupos estudiados.
En este análisis se utilizaron los estadísticos Ji cuadrada y r de Pearson, con una regla de decisión que fue p< 0,05 en ambos grupos. Además, se analizaron los porcentajes obtenidos de cada ítem en la muestra estudiada. Todos los análisis se realizaron con el programa spss versión 17.
4.1 Análisis Descriptivo
Los resultados obtenidos del análisis descriptivo se presentan en la tabla 2.
Los ítems que se presentaron con mayor frecuencia, se muestran a continuación:
La mayor presencia en ambos grupos correspondió a los ítems 13, de tipo actitudinal, con 78,3% («No creo terminar con éxito mis estudios») y 7, de tipo comportamental, con 71,6% («Antes de terminar las clases me siento cansado»). La menor presencia aparece en el ítem 1, de tipo comportamental, con 42,9% («El tener que asistir a clases me cansa») y el 10, de tipo actitudinal, con 37,3% («El asistir a clases se me hace aburrido»). En todos los casos, se trata de ítems relacionados con probable agotamiento físico.
4.2 Comparación de alumnos de recién ingreso y de final de la carrera
La comparación entre los dos grupos considerados, los de recién ingreso y los de final de la carrera de Medicina, correspondientes a cada uno de los dos niveles de ítems (indicadores empíricos del estrés) y dimensiones (indicadores comportamentales y actitudinales), arroja los resultados que se muestran en la tabla 4.
Los resultados obtenidos en el análisis comparativo con una X2, entre los ítems que conforman la eube, se presentan en la tabla 5. Como se puede observar, tanto en los de mayor frecuencia como en los de menor se presentaron un indicador actitudinal y otro comportamental.
Como se puede observar en la tabla anterior, el comparativo con la X2 en los ítems 1, 3, 4, 7, 8, 10 y 14 determinó que el grado de estudios sí influyó en la presencia de estrés. Específicamente, el mayor nivel de estrés se presentó en los alumnos del quinto año de la carrera. En los ítems 2 y 6 apareció la presencia de estrés en el género masculino sobre el femenino, y en los 5, 9 y 14 influyó en ambas variables. En lo que respecta a la r de Pearson, en los que se encontró asociación fueron en los 2, 4, 5, 7, 8, 9,10 y 14 entre los alumnos de primero y quinto año, siendo el más alto en asociación el ítem 9.
El estrés apareció como un fenómeno frecuente, con predominio en hombres, asociado en un nivel de significancia más alto a indicadores comportamentales y al final de la carrera. Esto conformó el perfil descriptivo del síndrome de estrés en los estudiantes del área de la salud de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Coahuila, Unidad Torreón.
La mayor presencia en ambos grupos correspondió, como ya dijimos, a los ítems 13 y 7, y la menor presencia a los ítems 1 y 10. La tendencia de estos resultados indica que estos ítems están relacionados con un probable agotamiento físico, y de actitud negativa, además, apoyados en el concepto de estrés que asume esta investigación, el que sostiene Pines y otros (1981), que lo define como un estado de agotamiento físico, emocional y cognitivo producido por el involucramiento prolongado en situaciones generadoras de estrés.
Los resultados del análisis efectuado entre los ítems de la escala EUBE del síndrome de estrés estudiantil en los dos grupos estudiados, presentan la comparación por ítem, en ambos grados de la carrera y género analizados. En las variables 1, 3, 4, 7, 8, 10 y 14 se observa que el grado de estudios sí influye, ya que el mayor nivel de estrés se presenta en los alumnos del quinto año de la carrera, mientras en los ítems 2 y 6 aparece el género masculino sobre el femenino y en los ítems 5, 9 y 14 influyen ambas variables (edad y grado académico).
Esta tendencia indica que son comportamentales y actitudinales los indicadores más frecuentes presentes en alumnos del quinto año de la carrera, que es el grado de estudios con un mayor nivel de estrés.
Lo anterior puede ser explicado en base al conocimiento del estudiante de un futuro próximo con mayor grado de exigencia, es decir, enfrentarse a la práctica médica como internos de pregrado en hospitales del sector salud, como señala Towets y otros (1993), quien menciona que los estudios de Medicina se caracterizan por una constante y creciente exigencia académica en un mercado laboral cada vez más competitivo.
En la asociación entre variables, los indicadores comportamentales predominaron sobre los actitudinales, ya que estos últimos aparecen solo en dos ítems, el 8 y el 10. La tendencia de dicho perfil descriptivo encontrado en este estudio es similar con las investigaciones realizadas por Barraza y cols. (2009), Gutiérrez (2009, 2010) y Vázquez y Rodríguez (2009), por lo que se puede afirmar que dicho perfil descriptivo es consistente con los trabajos anteriores.
En relación al resultado de asociación y significancia, los más altos fueron obtenidos en los ítems 4, 5, 7, 8, 9,10 y 14, donde solo dos, el 8 y 10, son indicadores actitudinales, constituyéndose así los comportamentales en los de mayor frecuencia de asociación. Además resalta la significancia en cuanto a género encontrado en los ítems 2, 6, 9 y 14 y al grado escolar, en 4, 9, 10, 7, 8 y 14, y la significancia de ambas variables en los ítems 9 y 14. Es importante resaltar que en todos ellos hay relación con el agotamiento físico y mental.
Es sabido que el estrés prolongado e incontrolable puede resultar en un agotamiento excesivo, físico, cognoscitivo y emocional, lo que ahonda las dificultades interpersonales y disminuye el desempeño. Por tanto, el factor de riesgo más importante para desarrollar este síndrome es la sobrecarga de trabajo ante las demandas (GUTIÉRREZ-ACEVES, CELIS-LÓPEZ, MORENO-JIMÉNEZ, FARIAS-SERRATOS y SUÁREZ-CAMPOS, 2006; THOMAÉ, AYALA, SPHAN y STORTTI, 2006).
Finalmente, en el análisis comparativo se determina que el grado escolar sí influye en la presencia de estrés, siendo este mayor en los alumnos al final de la carrera, principalmente en indicadores del tipo comportamental. En cuanto al género, los indicadores fueron en su mayoría actitudinales, más en hombres que en mujeres, lo cual quedó de manifiesto sobre todo en tres ítems relacionados que mostraron con un grado de agotamiento máximo a alumnos (hombres) de quinto grado. Estos últimos pueden padecer el síndrome de burnout.
De acuerdo a los resultados de este estudio, se puede comentar que coincidieron en algunos datos a los encontrados en otras investigaciones latinoamericanas en estudiantes de Medicina, específicamente el de Marty y otros (2005), de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, Santiago de Chile, y el de Martín (2007). Las coincidencias se encuentran en los niveles altos de estrés y en la mayor presencia de indicadores comportamentales en estudiantes de Medicina. No hay estudios comparativos con el grado académico. En lo que respecta al género, los resultados difieren de las anteriores investigaciones, en las que son las mujeres quienes padecen con mayor frecuencia de estrés. En nuestra investigación, los datos muestran una brecha importante en 1.º año, en la que son los hombres los más estresados: 45 hombres frente a 31 mujeres; pero en el 5.º año, la diferencia es mínima: 33 hombres y 31 mujeres.
Las conclusiones a las que llegamos se resumen de la siguiente forma:
Por todo lo visto, consideramos que debería considerarse la aplicación, dentro de la selección de aspirantes a la carrera de Medicina, de instrumentos orientados a detectar estrés, e integrar estrategias que ayuden a afrontarlo en los alumnos de primer año, por ser de reciente ingreso a la facultad y estar iniciando un proceso de formación profesional que es parte de un plan de vida, y a los de quinto año, que están próximos a iniciar el internado de pregrado, parte indispensable de la formación profesional de todo futuro médico.
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