1. El contexto regional
A pesar de que es notoria la falta de recursos humanos
especializados en Tecnologías de Información y Comunicación
(TICs) frente a la demanda creciente de las corporaciones y los
potencialmente buenos salarios del sector, no cabe duda que, no
obstante lo indicado, el G3 (EE.UU., Canadá y Reino Unido)
posee un colosal potencial de crecimiento y desarrollo en el área
educativa aplicando las nuevas TICs.
Alta conectividad; dominio de la lengua materna de
la World Wide Web, esto es el inglés; posesión de
más del 80% de todos los servidores de Internet del mundo;
y bajos costos (los menores del planeta) en cuanto a conexión
telefónica ilimitada. son éstos, algunos de los factores
que hacen de América del Norte y del Reino Unido las zonas
de mayor ventaja comparativa.
Todo esto implica que millones de ciudadanos de estas
regiones del planeta nacen, crecen, se educan y trabajan en la sociedad
de la información y del conocimiento, generando una cantidad
nueva de saber y de tecnología como nunca antes se ha visto
en la sociedad humana. Esto está provocando una cantidad
impresionante de ajustes en los perfiles profesionales requeridos.
Se podría decir que cuando un estudiante ingresa
a su primer año de formación universitaria está
condenado a la obsolescencia tecnológica en el breve período
de su graduación. En efecto, después de 7, 8 o 9 años
de formación universitaria las TICs no han parado de evolucionar
o cambiar. Las empresas y diferente tipo de nuevas organizaciones
perciben diariamente esta falta de sintonía entre los sistemas
educativos y los cambios tecnológicos.
Este entorno vertiginoso de cambios ya está
provocando que aprendizaje y trabajo constituyan dos movimientos
simultáneos que se realizan en los mismos espacios y tiempos.
Las empresas cada vez invierten más en la formación
de sus recursos y cada vez resulta más difícil que
los centros académicos formen profesionales super especializados
en función de las demandas específicas de las empresas.
Paradójicamente, daría la impresión
que el contexto actual demanda una formación académica
analítica más bien integradora e interdisciplinaria
que le permita al estudiante aprender con rapidez y versatilidad
el uso de nuevas tecnologías pero en su entorno laboral y
ya no en su entorno de formación universitaria.
Los países iberoamericanos muestran también
una clara tendencia de crecimiento en el uso de las TICs para educación.
Sin embargo, el ritmo de preparación de los recursos humanos
está muy por detrás de la creciente aceleración
de los cambios tecnológicos. Otro problema fundamental es
el acceso inequitativo de la población latinoamericana a
las TICs. Es claro que la tendencia de conectividad entre los sectores
medios y altos en Iberoamérica muestra unas tasas de crecimiento
impresionantes. El problema es que estas tasas de crecimiento pueden
apreciarse en apenas el 30% de la población regional, mientras
que el otro 70% sufre de una gran exclusión en el acceso
y uso de las nuevas tecnologías. Otro problema que tiene
la región es el alto costo relativo de los servicios públicos,
en especial del teléfono y la falta de extensión del
uso de la fibra óptica.
Si se toma en cuenta que el desarrollo tecnológico
permitirá que la cantidad de información a ser transmitida
deje de ser un problema, entonces el soporte o la infraestructura
técnica de los países es una prioridad. Acceso universal
a banda ancha, fibra óptica, PCs y otros aparatos de alta
capacidad son condiciones fundamentales para asegurar una conexión
competitiva para la región.
El otro tema es el dominio del inglés. Resulta
casi imposible pensar en un escenario distinto en los próximos
diez años respecto al dominio del inglés en las TICs.
En este contexto, es una minoría de iberoamericanos los que
manejan con alto dominio el idioma inglés. Esto implica que
millones de ciudadanos están excluidos de una cantidad colosal
de información por una barrera idiomática.
A pesar de todos los aspectos negativos mencionados,
o mejor dicho, en función de estos problemas detectados,
conviene establecer el horizonte de oportunidades.
Un problema -que es claramente una oportunidad- es
la alta demanda en los países desarrollados de recursos humanos
calificados en TICs. Ya en Latinoamérica se percibe esta
creciente fuga de cerebros tecnológicos. Mi país,
Ecuador, a pesar de lo que pueda creerse, es un notable exportador
de software. Claro que en una primera generación de migrantes
tecnológicos se produce un vacío de conocimiento en
el país de origen, pero este proceso luego redunda en beneficios
para el propio país. Pues el recurso humano que se va al
país desarrollado mejora su formación y se mantiene
actualizado, contribuyendo así, en el retorno, a que el país
de origen difunda la nueva tecnología. También, entre
más personas de los países en vías de desarrollo
trabajen en los países del Norte, más bajará
el costo del trabajo en dichos países y crecerá en
los países del Sur. Se potencia el intercambio de información
con las olas migratorias de profesionales calificados.
Esto lo perciben las universidades norteamericanas
desde hace varias décadas, pues el porcentaje de estudiantes
extranjeros no deja de crecer y una alta proporción de ellos
regresa a sus países para impulsar la innovación tecnológica.
Si bien esta es una clara tendencia en la formación de recursos
humanos de los países asiáticos, nada impide que los
países iberoamericanos apliquen una estrategia similar.
Es necesario que los países de la región
mejoren la accesibilidad y la conectividad para el mayor número
de ciudadanos. Y esto no implica mayores costos. Las nuevas TICs
tienen la ventaja de expandirse como se expande el servicio eléctrico
o la red telefónica. En cuestión de apenas 5 años,
países que han estado enclaustrados en una especie de prehistoria
informática, han dado un salto gigantesco en cuanto a acceso
y conectividad, llevando las TICs a una alta proporción de
la población. Dar este salto es indispensable especialmente
en los países de la región andina, pues el MERCOSUR
y México ya están encaminados en este proceso.
Finalmente, conviene destacar que la región
debería aplicar una doble estrategia frente a las barreras
idiomáticas: de un lado expandir e incluso universalizar
la enseñanza de un inglés instrumental para aplicación
en TICs y, de otro lado, generar alternativas para una expansión
del idioma español en la WWW.
2. Los efectos de las TICs en los procesos educativos
La impresión generalizada coincide en que las
TICs conducen necesariamente a una extensión de la educación
a distancia en detrimento de la educación presencial.
Pero, estos términos, "a distancia"
y "presencial", desde una perspectiva comunicacional y
pedagógica deben ser revisados.
Las nuevas tecnologías al multiplicar los ámbitos
de interactividad en tiempo real, tanto en audio como en vídeo,
han permitido que la educación a distancia evolucione a una
educación presencial virtual.
La interactividad también ha provocado algo
así como una crisis o un quiebre en la comunicación
de masas. La tendencia de las TICs contribuye a una comunicación
de grupos e incluso a una interactividad personalizada e individualizada.
La otra característica de las TICs es la interactividad
en "tres turnos", las 24 horas del día, haciendo
de la aldea global, el planeta, una superficie que interactúa
en el día y en la noche, rompiendo barreras en los horarios
laborales y generando un espacio y un tiempo en donde latitud y
longitud antes que un límite se convierte en oportunidad.
A una universidad virtual le resulta imprescindible
sostener el trabajo, la comunicación y los procesos educativos
las 24 horas del día, durante todo el año, en forma
personalizada, y con una gran versatilidad en el manejo del tiempo
y del espacio.
Finalmente, el otro factor es la nueva colocación
de la diversidad cultural en el contexto de las TICs. La interculturalidad
se potencia incluso en el contexto de un dominio lingüístico
determinado en la www. Y los procesos educativos no tienen otra
opción que partir de esta constatación, de lo contrario
estarán condenados a la obsolescencia, pues no responderán
a la diversidad de la demanda.
En síntesis, los efectos de las TICs pueden
observarse en la eliminación de la distancia, en la simultaneidad
del tiempo, en la personalización o individualización
de la comunicación y la educación, en el requerimiento
del trabajo en 3 turnos, las 24 horas del día, y en el primado
de la interculturalidad en los procesos educativos y de comunicación.
3. Adaptaciones pedagógicas: los desafíos
Todo lo indicado presenta una serie de desafíos
de orden pedagógico y comunicacional relativos a la teoría
y al método.
Si nos fijamos en la oferta educativa colocada en
la WWW, las propuestas de mediación pedagógica son
todavía pobres o, se podría decir, están muy
subsumidas en la configuración tecnológica. Si bien
es un tema de gran debate, todavía es muy limitada la elaboración
pedagógica para aprovechar mejor el soporte técnico
actual.
Por ejemplo, las nuevas TICs permiten reposicionar
el rol del maestro en la educación virtual, pero esto todavía
está en un nivel de desarrollo muy limitado. Si la WWW permite
una educación "presencial virtual" y personalizada,
entonces no solo no cuestiona al maestro, sino que lo potencia a
una nueva dimensión. La tutoría del maestro con audio
y vídeo a grupos de estudiantes e incluso a individuos constituye
un paso indispensable para mejorar los procesos educativos, pues
nada reemplazará a la acción comunicativa entre personas,
base fundamental de todo aprendizaje.
En este sentido, si queremos mejorar la calidad de
la educación con las TICs, debemos promover un fortalecimiento
de la relación profesor-alumno, y no una disolución
de esa relación como muchos en forma equivocada creen.
El otro desafío es la construcción de
una propuesta pedagógica que permita potenciar las relaciones
interculturales. No es suficiente con ofrecer el "campo de
juego" para que diversas culturas interactúen. Es necesario
mejorar las reglas de juego, los procedimientos, los espacios de
mediación pedagógica para que las culturas marginales
puedan maximizar sus demandas mínimas y para que las culturas
mayoritarias o dominantes puedan escuchar a las otras y así
relativizar su cosmovisión.
|