La acreditación en América Latina: el caso de Argentina
en la RIACES y en el MERCOSUR
Ernesto Villanueva (*)
Síntesis: Este trabajo detalla dos proyectos de integración
educativa regional que funcionan actualmente: el MEXA, en el ámbito
del mercosur, y la riaces, en un contexto que incluye a diversos
países iberoamericanos. Por otro lado, se presentan las principales
funciones de evaluación y acreditación desarrolladas
por la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación
Universitaria (coneau) de Argentina, y se explica cómo esta
agencia se ha incorporado a los proyectos de integración
antes mencionados. La reflexión final apunta a mostrar cómo
el desafío que implica la globalización y el progreso
de la educación transnacional puede transformarse en una
oportunidad para avanzar con proyectos de integración de
los sistemas de educación superior de los países de
la región.
Síntese: Este trabalho especifica dois projetos de
integração educacional regional que funcionam atualmente:
o MEXA, no âmbito do mercosul, e riaces, em um contexto que
inclui diversos países ibero-americanos. Por outro lado,
apresentam-se as principais funções de avaliação
e acreditação desenvolvidas pela Comissão Nacional
de Avaliação e Acreditação Universitária
(coneau) da Argentina, e explica-se como esta agência se incorporou
aos projetos de integração antes mencionados. A reflexão
final aponta como o desafio que implica a globalização
e o progresso da edu-cação transnacional pode transformar-se
em uma oportunidade para avançar com projetos de integração
dos sistemas de educação superior dos países
da região.
(*) Presidente de la Comisión Nacional de Evaluación
y Acreditación Universitaria (CONEAU), Argentina.
1. La calidad como política para la regulación
del sistema universitario argentino
Desde mediados de la década de los 80, la evaluación
de la calidad de la educación universitaria se ha presentado
como uno de los principales temas en la agenda de las reformas educativas
en casi todas las regiones del mundo. La evaluación, y más
en concreto la acreditación entendida como una garantía
pública de que la carrera o la institución cumplen
con un conjunto previamente definido de criterios y de estándares
y con los propósitos que ella misma comprometió ante
la sociedad, aparecieron como herramientas adecuadas para
regular a través del Estado el sistema de educación
universitaria desde la perspectiva de la calidad de los servicios
educativos ofrecidos.
En Argentina, la preocupación por la evaluación como
instrumento de control de la calidad de la educación quedó
reflejada en la Ley de Educación Superior (les) n.º
24.521, sancionada en 1995. En dicha Ley se facultó al Estado
para ejercer las funciones de control de la calidad de la educación
universitaria, mediante la creación de un organismo dedicado
de manera específica a tales tareas: la Comisión Nacional
de Evaluación y Acreditación Universitaria, coneau,
que comenzó sus actividades en agosto de 1996.
La coneau es un organismo autónomo que funciona bajo la
jurisdicción del Ministerio de Educación. Está
integrada por 12 miembros y por diversos equipos técnicos.
Los miembros son personalidades de reconocida trayectoria académica
y científica, a los que se designa por nombramiento del poder
ejecutivo nacional, y que representan al Consejo Interuniversitario
Nacional, a la Academia Nacional de la Educación, a ambas
cámaras del Congreso Nacional, y al Ministerio de Educación.
Sus cargos son de renovación parcial cada cuatro años.
Las funciones de la coneau están vinculadas a los procesos
de evaluación y de acreditación, y podrían
sintetizarse en cuatro tipos de actividades:
a) Realización de evaluaciones externas: la les estipula
que las instituciones universitarias deberán ser evaluadas
externamente por la coneau, como mínimo cada seis años,
y que dicha evaluación se llevará a cabo en el marco
de los objetivos definidos por cada institución. Estas evaluaciones
complementan las autoevaluaciones que efectúan los establecimientos
para analizar sus logros y las dificultades con las que se encuentran,
y para sugerir medidas orientadas al mejoramiento de la calidad.
Las evaluaciones externas tienen como principal objetivo asistir
a las instituciones en sus propuestas de mejoramiento de la calidad.
En un primer momento, la práctica de la evaluación
fue considerada por muchas instituciones como un mecanismo encubierto
para conocer la situación de las universidades, y, a partir
de esos datos, para establecer una especie de ranking de
calidad, que, a su vez, implicaría penalizaciones o condicionaría
la distribución de fondos. Sin embargo, poco a poco las instituciones
fueron adoptando la práctica de la evaluación externa,
como una instancia de diagnóstico a partir de la cual se
pudiera reflexionar sobre su propia situación e introducir
cambios que condujeran a su mejora. La coneau tiene mandato legal
para realizar estas evaluaciones, y, además, brinda el soporte
técnico y profesional de las mismas.
A fines de 2003, 37 instituciones universitarias ya habían
sido evaluadas, y los informes que se elaboraron con este propósito
pueden consultarse en la página web de la coneau1. Por otra
parte, a mediados de 2004 otras cinco instituciones se encuentran
en proceso de evaluación, y 20 más han firmado acuerdos
para iniciar sus respectivos procesos de evaluación.
b) Recomendación de acreditación de proyectos
institucionales: a través de minuciosos procesos de evaluación,
la coneau elabora informes sobre la consistencia y la viabilidad
de proyectos institucionales de universidades públicas y
privadas. Dichos informes son remitidos al Ministerio de Educación,
instancia que aprueba o no el funcionamiento de los proyectos en
cuestión, les otorga reconocimiento provisional y luego otro
definitivo. Si bien la coneau actúa como asesora del Ministerio,
sus informes son vinculantes, es decir, que para que una nueva universidad
funcione legalmente tiene que contar con el informe favorable de
la Comisión.
Dado el importante aumento registrado en la cantidad de instituciones
universitarias, sobre todo de las privadas, durante los primeros
años de la década de los 90, la puesta en marcha de
los procesos de acreditación institucional han sido de suma
importancia. Entre 1990 y 1995 el Poder Ejecutivo había autorizado
el funcionamiento de 23 nuevas instituciones, casi la misma cantidad
que la creada en los 30 años anteriores. Una vez que la coneau
inició sus actividades en 1996, y hasta finales de 2003,
sólo nueve establecimientos que se habían creado durante
ese período consiguieron autorización para llevar
a cabo sus labores. Este fue el resultado de la evaluación
de los 72 proyectos presentados: 29 obtuvieron dictamen negativo,
34 fueron retirados antes de la resolución vistos los
informes preliminares del expediente, y sólo 9 alcanzaron
el reconocimiento provisional. A comienzos de 2004 la coneau remitió
cuatro dictámenes más sobre creación de instituciones
al Ministerio, e inició la evaluación de otros tantos
proyectos. También en los últimos años se han
expedido resoluciones sobre cinco proyectos de creación de
universidades nacionales: cuatro consiguieron dictámenes
favorables y uno fue rechazado.
c) Acreditación de carreras consideradas de interés
público: el artículo 43 de la les establece que
aquellas carreras cuyo ejercicio profesional pueda poner en riesgo
la salud, la seguridad, los derechos, los bienes o la formación
de los habitantes, deberán ser acreditadas por la coneau.
Esta actividad se realiza a través de una detallada evaluación
hecha a partir de estándares consensuados entre el Ministerio
de Educación y el Consejo de Universidades, y la Comisión
se pronuncia autorizando o no el funcionamiento de estas carreras.
La obligatoriedad de la acreditación para las carreras reguladas
por el Estado funciona de manera retroactiva, dado que las que ya
están funcionando también deben presentarse a la coneau
para ser evaluadas y acreditadas. Las carreras de Medicina y de
Ingeniería de todas las universidades del país han
pasado ya por los procesos de acreditación, mientras la de
Agronomía está actualmente siendo analizada, y se
prevé que otras profesiones queden sujetas igualmente a esta
disposición (Farmacia, Bioquímica, Veterinaria, Arquitectura,
Odontología, entre otras). Acerca del proceso de acreditación
de las carreras de Agronomía y de Ingeniería nos ocuparemos
más adelante, ya que dicho proceso se realiza en el marco
de instancias supranacionales como el MEXA (Mecanismo Experimental
de Acreditación del mercosur).
d) Acreditación obligatoria de todas las carreras de
postgrado: el crecimiento de la oferta de postgrados constituye
una de las transformaciones más notables ocurridas en la
década de los 90 en el sistema de educación superior:
entre 1994 y 1999 los postgrados se incrementaron en un 168%. Cierto
es que Argentina tenía un retraso considerable en esta área,
con lo cual los índices de crecimiento son más abultados,
pero, de todos modos, queda claro que el ámbito de los postgrados
se está transformando con rapidez. A partir de la promulgación
de la les, se contó con un instrumento legal para regular
ese desmesurado crecimiento.
En realidad, los procesos de acreditación de los postgrados
se iniciaron en 1994, año en el que se creó la Comisión
de Acreditación de Postgrados (cap). Este organismo estuvo
encargado de comenzar los procesos de acreditación de maestrías
y de doctorados presentados de manera voluntaria. Su trabajo dio
como resultado la acreditación de 99 maestrías y de
77 doctorados, más o menos un 59% de las carreras presentadas.
Con la puesta en vigor de la les y la correspondiente creación
de la coneau, la cap se disolvió y sus funciones fueron traspasadas
a aquella.
Es notable el papel jugado por la coneau en estos procesos, dado
que casi todo el universo de las carreras de postgrado, alrededor
de 2.150, se han presentado para ser acreditadas por la Comisión:
306 doctorados (14%); 798 maestrías (37%); y 1.047 especializaciones
(49%). En este sentido, la coneau ha logrado legitimar su función
de acreditadora, y ha asegurado bases mínimas de calidad
para los postgrados ofrecidos en el país.
e) Recomendación de reconocimiento de entidades privadas
de evaluación y de acreditación: la les faculta
la posibilidad de que se constituyan entidades privadas de evaluación
y de acreditación, pero, para poder funcionar, deberán
contar con un previo informe favorable de la coneau. Hasta el momento
se ha aprobado un proyecto de creación de agencia privada,
y se comienza a analizar otro.
2. Los desafíos de la agencia acreditadora en el contexto
de la globalización
Desde su puesta en marcha en 1996, la coneau ha desarrollado una
intensa labor, producto de la cual se han evaluado y acreditado
carreras e instituciones, tal y como estipula la Ley. No obstante
este fructífero desarrollo, la coneau ha tenido que encarar
durante estos años desafíos que en algunos casos han
obstaculizado su tarea, pero que en otros se han convertido en importantes
estímulos para avanzar en su consolidación acreditadora.
El primer gran desafío al que tuvo que hacer frente la coneau
fue el de construir y legitimar su lugar como agencia evaluadora
y acreditadora, en un medio universitario que al principio no recibió
con beneplácito su creación. Cuando la coneau comenzó
sus tareas, muchos actores universitarios manifestaron su oposición
a la Comisión, suponiendo que la evaluación y la acreditación
pondrían en cuestión el principio de la autonomía
universitaria, al otorgar al Estado instrumentos de control sobre
el sistema universitario. Por fortuna, la sistemática y responsable
tarea realizada por la coneau ha demostrado que su misión
no es incompatible con el principio de la autonomía universitaria,
y que, más aún, es superadora del control formal y
burocrático que realizaba el Estado. Las evaluaciones se
han convertido en una herramienta para las propias instituciones,
en un diagnóstico a partir del cual se pueden realizar ajustes
y transformaciones. La legitimidad de la Comisión y de la
práctica de la evaluación también ha estimulado
las propias estructuras de las universidades, la creación
de áreas dedicadas específicamente a la evaluación,
y la autoevaluación institucional y de las carreras.
Otro gran desafío para la Comisión ha sido y
lo sigue siendo diseñar y aplicar herramientas técnicas
que permitan llevar a cabo una labor productiva y justa: productiva,
para que la evaluación y la acreditación no sean sólo
trámites formales y burocráticos, sino que respondan
al espíritu con el que fueron propuestos en la Ley, esto
es, actuar como instancias que faciliten el mejoramiento de la educación
universitaria y aseguren la calidad de lo que se ofrece. Más
difícil aún ha sido lograr que los instrumentos utilizados
para los procesos de evaluación y de acreditación
conduzcan a resultados justos y objetivos, es decir, que reduzcan
las arbitrariedades y las subjetividades del caso. En este sentido,
el desafío técnico se renueva cada vez que la coneau
se enfrenta a una nueva tarea, y en parte sólo la experiencia
acumulada, los errores y los aciertos, sirven para superar los obstáculos.
Ahora bien, la agencia acreditadora igualmente se enfrenta hoy
a importantes retos que provienen del plano externo, y que tienen
que ver con los procesos de globalización y de internacionalización
de la educación.
Los tradicionales sistemas de educación superior, organizados
a partir de instituciones universitarias o terciarias con modalidades
presenciales, están siendo desafiados por el desarrollo de
la educación transnacional en todas sus formas, por las aplicaciones
tecnológicas al área educativa, y por diversos proyectos
políticos que intentan disolver las barreras que impiden
el intercambio de servicios educativos entre distintos países,
situación que muchos ya empiezan a llamar el «mercado
de la educación».
No obstante los riesgos de ese impacto sobre todo en los
sistemas de educación latinoamericanos, que son fácilmente
convertidos en receptores de los servicios educativos exportados
por los países centrales, también es verdad
que la globalización ha revitalizado y encuadrado de manera
más sólida los proyectos de integración regional.
En tales proyectos, la educación superior ha comenzado a
ser uno de los ejes concretos para trabajar políticas de
integración: la idea de una región sin fronteras
ha estimulado la discusión sobre los problemas comunes de
los sistemas de educación, y sobre las posibilidades de concretar
proyectos de integración educativa a nivel regional.
Si bien en Argentina no se cuenta con una legislación demasiado
específica de cara al desafío que presenta la educación
transnacional, sí ha podido incorporarse a los proyectos
regionales, y, en ese sentido, convertir el reto de la globalización
en una oportunidad. La coneau, como agencia acreditadora del Estado,
participa activamente en dos proyectos sobre evaluación y
acreditación regional: la riaces y el MEXA2.
3. El MERCOSUR y la integración para la acreditación
de carreras: el MEXA
El mercosur ha instituido un programa vinculado a las cuestiones
educativas: el mercosur Educativo. Dentro de ese programa, los países
de la subregión, junto con Bolivia y Chile, están
trabajando acerca de espacios de discusión sobre temas de
acreditación y de evaluación. La coneau participa,
con voz y voto, en las reuniones de las Agencias Nacionales de Acreditación,
en las del Comité Regional Coordinador de Educación
Superior, y en las del Grupo de Trabajo de Expertos en Evaluación
y Acreditación Universitaria. En los diversos encuentros
realizados, los principales objetivos han sido siempre poder armonizar
criterios y diseñar procesos de evaluación y acreditación
universitaria conjuntos entre los países que integran el
mercosur, con las finalidades de contribuir al proceso de integración
regional, de promover la mejora permanente de los sistemas educativos
nacionales, y de facilitar la libre circulación de factores
(estudiantes, profesores y profesionales).
En ese marco, los ministros de educación de los países
del mercosur, junto con los de Bolivia y Chile, firmaron en 1998
el «Memorando de Entendimiento sobre la implementación
de un mecanismo experimental de acreditación de carreras
para el reconocimiento de títulos de grado universitario
en el mercosur», que estableció el diseño de
un Mecanismo Experimental para el desarrollo de las actividades
relacionadas con la Evaluación y la Acreditación Universitaria
(MEXA). En los años siguientes se trabajó intensamente
en la elaboración conjunta de instrumentos adecuados para
la implementación, y en cuestiones referentes a la articulación
de ese proceso regional con los procesos nacionales y con la capacitación
de recursos humanos. La tarea dio comienzo con la acreditación
de las carreras de Agronomía, proceso que ya está
en su etapa final; en el 2004 se está trabajando en la convocatoria
para las carreras de Ingeniería y de Medicina, como se explicará
más adelante.
Por acreditación se entiende el proceso mediante el cual
se otorga validez pública, en tanto calidad académica
y de acuerdo con las leyes nacionales, a los títulos universitarios.
La acreditación es periódica, de acuerdo con parámetros
de calidad previamente definidos para el mercosur, y está
recogida en el documento «Dimensiones, Componentes, Criterios
e Indicadores». Todos los estándares utilizados para
la evaluación de las carreras seleccionadas (Agronomía,
y ahora Ingeniería y Medicina) fueron definidos por las comisiones
consultivas, integradas por expertos de los distintos países
y aprobados al comenzar este mecanismo de acreditación. Las
Agencias Nacionales de Acreditación, como la coneau, conducen
este procedimiento en sus respectivos países.
La adhesión al MEXA es voluntaria, y convoca a aquellas
carreras que cuenten con reconocimiento oficial en el país
y que tengan egresados. En el caso de Argentina se presentaron 18
carreras, de las cuales fueron seleccionadas cinco, en la forma
como establece el Mecanismo, adoptándose el criterio de antigüedad
para dicha selección3.
El proceso de acreditación incluye la presentación
de un informe institucional y de una autoevaluación, realizadas
en un período de hasta cuatro meses, siguiendo las pautas
establecidas en los instrumentos preparados por la coneau, y de
acuerdo con lo aprobado por el MEXA. Una segunda etapa es la selección,
el entrenamiento y la actuación de comités de pares,
que analizan esos informes y otros datos pertinentes, que realizan
la visita a la sede de la carrera y que elaboran un dictamen respecto
de su calidad. Los pares deben tener al menos diez años de
ejercicio profesional, ser reconocidos como expertos en su área,
y estar recomendados por un representante de una institución
de prestigio en el ámbito académico o de la profesión.
Cada país propone aproximadamente 20 pares. Por otro lado,
cada comité de pares debe incluir al menos dos representantes
de diferentes Estados-parte o asociados al mercosur distintos a
los del país al que pertenece la carrera que se va a evaluar.
Una vez que los pares elaboran los dictámenes, la agencia
de acreditación del país en el que se ofrece la carrera
evaluada otorga o deniega dicha acreditación, siguiendo los
procedimientos establecidos por la propia agencia, y de acuerdo
con los criterios de calidad establecidos por el MEXA. La decisión
de la agencia se comunica a la reunión de Ministros de Educación
del mercosur, y a los de Bolivia y Chile. En el caso de que la carrera
no cumpla satisfactoriamente con algunos de los criterios esenciales,
puede resolverse la postergación del dictamen, y, de no presentar
un plan de mejoramiento aceptable, no se la acredita. La institución
no podrá presentar otra vez la misma carrera a la acreditación
antes de transcurridos dos años. La información y
la publicidad de los dictámenes y de las resoluciones deberán
referirse sólo a las carreras acreditadas.
Salvo Brasil y Uruguay, las respectivas agencias de acreditación
ya han entregado los informes preliminares de los pares de las carreras
evaluadas (marzo de 2004), las cuales contestaron a la vista
de esos informes. Un mes después, en abril, los pares comenzaron
a trabajar en el informe final, que será presentado en la
próxima Reunión de Ministros de Educación.
Según el calendario de trabajo acordado, las agencias acreditadoras
se encuentran laborando en el taller de pares para las carreras
de Ingeniería, cuya fase final tendrá lugar en Ciudad
del Este (Paraguay). Cada país efectúa dicha convocatoria
a las carreras de Ingeniería para el MEXA, siendo seis por
país en tres especialidades. Argentina ha seleccionado para
esta primera convocatoria las especialidades de Ingeniería
Electrónica, Ingeniería Química e Ingeniería
Industrial. Mientras tanto, se ha planeado para el segundo semestre
de este año la convocatoria para las carreras de Medicina,
con el fin de iniciar los respectivos procesos.
El MEXA es una de las primeras medidas concretas para dar mayor
fluidez al contacto académico entre los países del
mercosur, más Bolivia y Chile, medidas que son de vital importancia
para maximizar la calidad educativa en estos países, y para
adecuar los criterios requeridos por la actual sociedad de la información.
El MEXA permite, además, conocer las realidades educativas
de los países de la región, integrando y compartiendo
problemas y soluciones.
De momento, se trata de trabajar en un plano que permita establecer
estándares y criterios comunes para la evaluación
y la acreditación. Por su parte, corresponderá a las
instancias políticas producir los acuerdos necesarios que
faciliten el reconocimiento de títulos y de credenciales.
4. Hacia la integración iberoamericana: La Red Iberoamericana
para la Acreditación de la Calidad de la Educación
Superior
En un marco regional mucho más amplio, en mayo de 2003 se
constituyó la riaces (Red Iberoamericana para la Acreditación
de la Calidad de la Educación Superior). Ya en enero de 2002,
los países de América Latina, el Caribe y España,
comenzaron a trabajar en un espacio de colaboración y de
intercambio, con los objetivos de profundizar en el conocimiento
mutuo de sus sistemas universitarios, de identificar problemáticas
comunes sobre los procesos de acreditación, y de promover
proyectos de cooperación y de transferencia que faciliten
la puesta en marcha de procesos de evaluación y de acreditación
regional. En abril de 2003, en las dependencias de la coneau en
Buenos Aires, la Red quedó formalmente constituida mediante
la elección de autoridades y la aprobación del Estatuto
correspondiente.
Actualmente la Red está integrada por las agencias de acreditación
de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República
Dominicana, Ecuador, El Salvador, España, México,
Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela;
también participan algunos organismos internacionales como
la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).
El principal objetivo de la riaces es crear un espacio de conocimiento
recíproco, de cooperación técnica y de intercambio
humano e intelectual entre los sistemas universitarios, potenciando
los fines similares que presidieron la creación de las agencias
y de las unidades de evaluación y de acreditación
en cada uno de los países. Por otro lado, la riaces aspira
a convertirse en una herramienta de integración de los países
iberoamericanos, que facilite el diseño y la puesta en práctica
de respuestas conjuntas y coordinadas frente al desafío que
surge del proceso de globalización de la educación
superior.
Para cumplir con dichas aspiraciones la riaces ha creado un portal
en Internet, http://www.riaces.org,
el cual, además de facilitar la comunicación y la
interacción entre los países miembros, permite generar
espacios de reflexión, de debate y de información
para todos los interesados en el tema de la educación superior.
En febrero de 2004 se realizó la primera Asamblea General
de la Red en La Habana, dentro del Seminario Internacional Universidad
2004, organizado por el Ministerio de Educación Superior
de Cuba. Dicha reunión contó con la participación
de representantes de la mayoría de los países miembros
de la Red, quienes discutieron sobre el trabajo y sobre el funcionamiento
de la misma. Antes de este encuentro, la Red estaba organizada en
cuatro comisiones: Estudios Comparados entre los países de
la región; Gestión y mantenimiento del portal; Organización
de Talleres de Formación para Evaluadores, y Diseño
de un software para la autoevaluación. En el marco
de la asamblea se crearon otras tres comisiones: Glosario de términos
de evaluación y de acreditación; Buenas prácticas
en evaluación y acreditación; y Estudio comparativo
de títulos. Las comisiones continúan trabajando, y
la información sobre sus avances puede consultarse en el
portal.
Como se ve, el trabajo de la riaces apunta a desarrollar espacios
de intercambio, de conocimiento y de labor cooperativa. Si bien
no se ha avanzado en el diseño de programas de acreditación
conjunta, en el portal hay sitios de discusión sobre estos
asuntos, y se han promovido actividades diversas en las cuales los
temas principales fueron la evaluación y la acreditación.
5. A manera de síntesis: Transformar los desafíos
en oportunidades
La globalización no se ha expandido pensando sólo
en las necesidades de los países latinoamericanos. Desde
esa perspectiva regional, es posible reconocer una primera etapa,
caracterizada por una especie de internacionalización de
partes del Estado mediante las privatizaciones, de un avance de
la concentración bancaria en manos de capitales extranjeros,
de la mayor injerencia de los organismos financieros internacionales
en el diseño de las políticas económicas locales,
de la desindustrialización, de un librecambio exagerado,
y de las dificultades crecientes de los Estados para regular tales
fenómenos.
A esta primera etapa de reformas le ha seguido una segunda «ola»,
centrada ya no tanto en las actividades productivas, extractivas,
de transporte y de comunicaciones, sino en servicios que tradicionalmente
se han considerado bienes «no transaccionales», no aptos
para ser intercambiados en el comercio internacional. Y, entre estos
bienes, la educación superior ha comenzado a aparecer como
centro de las disputas entre aquellos que pregonan la necesidad
de desregular el mercado internacional de la educación, y
quienes siguen sosteniendo que la educación nunca puede ser
considerada como una mercancía.
Como ya se dijo, los países latinoamericanos se encuentran
en una situación de relativa debilidad frente al desarrollo
de la educación transnacional. Por un lado, porque en muchos
de ellos los sistemas de educación superior no son demasiado
sólidos, y porque la cuestión de la edu-cación
transnacional se ha incorporado a sus agendas de problemas educativos
de forma reciente. Por otro lado, porque los informes de los organismos
mundiales acerca de los índices de pobreza, de desigualdad
y de perspectivas de desarrollo no son muy alentadores, con lo cual
los contextos social, político y económico tampoco
estarían colaborando en la mejora de los sistemas de educación
universitaria.
En este sentido, ni el MEXA ni la riaces son una panacea, pero
tampoco deben considerarse como reacciones espontáneas de
países amenazados. Por el contrario, constituyen proyectos
educativos regionales que están convirtiendo los desafíos
de la globalización en oportunidades para la integración,
borrando las fronteras donde éstas se muestran como un obstáculo
para el mutuo conocimiento, el intercambio y la integración,
pero respetándolas cuando dichas fronteras resguardan identidades
y formas culturales particulares.
En el caso del MEXA, la perspectiva sobre la que se está
avanzando es concreta, no sólo declarativa; prueba de ello
son los resultados de la acreditación de las carreras de
Agronomía, la convocatoria para las de Ingeniería,
y los documentos que preparan la convocatoria para las carreras
de Medicina. El tiempo dirá en qué medida estas carreras
han podido mejorar, y en qué sentido cada sistema nacional
de educación superior se ha visto beneficiado por los intercambios
y por la integración. De momento, el MEXA se encuentra en
una etapa de mucho trabajo y experimentación.
Por otro lado, los avances del MEXA también han estimulado
el desarrollo de otras líneas de trabajo en el marco del
mercosur Educativo. Recientemente se han aprobado diversos documentos
que facilitan la residencia legal de estudiantes, de docentes e
investigadores y de sus respectivas familias en otro de los países
miembros durante el período que requieran sus estudios o
sus trabajos. Estos acuerdos suscritos también prevén
el reconocimiento de tramos de carreras a partir de la fijación
de determinadas cargas horarias.
El caso de la riaces abre otro tipo de oportunidades, dado que
aún se presenta básicamente como un espacio para el
intercambio de conocimientos y de experiencias. De todos modos,
una dimensión regional más amplia y una mayor cantidad
de instituciones y de expertos involucrados, hace más compleja
y enriquecedora la tarea que se ha propuesto. Por otro lado, la
formación de la riaces es relativamente nueva, con lo cual
es de esperar que en un par de años también avance
sobre proyectos y programas de integración más concretos.
Defender la identidad cultural y la equidad como variables inseparables
de la calidad de los productos y de los servicios educativos que
se ofrecen, es, tal vez, el mayor desafío para la comunidad
iberoamericana. Las agencias evaluadoras y acreditadoras deben seguir
aunando esfuerzos para analizar, para reflexionar y para aplicar
criterios en pos de tal objetivo.
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