El sistema educativo, y en especial la formación universitaria,
debe dar respuesta a todo un conjunto de necesidades formativas
que finalmente van a resultar fundamentales para la adecuada integración
y el eficaz desempeño posterior en el ámbito laboral.
Para ello es necesario garantizar que los estudiantes reciban una
capacitación que complemente aquellos contenidos específicos
que constituyen el núcleo central de la formación
que reciben en cada una de las diferentes carreras.
La Universidad Carlos III de Madrid realiza diferentes acciones
que contribuyen de manera decidida a la formación integral
de los estudiantes. En 1997, a través del Programa de Mejora
Personal, se inició la impartición de diferentes ciclos
de formación que abordan contenidos dirigidos al desarrollo
personal integral de los alumnos. Estos cursos contemplan temáticas
diversas, entre las que destacan como eje central la comunicación,
la oratoria, el trabajo en equipo, las técnicas de estudio
y la gestión del tiempo. Estos cursos han pasado a formar
parte de la oferta de Humanidades, dentro del área de herramientas
para el aprendizaje.
Otros cursos del programa, que también cuentan con el reconocimiento
de créditos, abordan contenidos más personales y próximos
a la psicología. Se imparten desde el Servicio de Información
Juvenil y Actividades Culturales y Deportivas, dentro del Área
de Información y Orientación Juvenil. En ellos se
abordan temas como la creatividad y la solución de problemas,
la psicología aplicada al desarrollo personal, las estrategias
para argumentar y debatir, la modificación de la conducta,
las habilidades sociales.
Cada año participan en este programa cerca de ciento cincuenta
estudiantes. Desde su inicio se han desarrollado medio centenar
de cursos a los que han asistido ya más de mil alumnos. Con
una metodología activa, dinámica y participativa,
se fomenta el debate y el intercambio de ideas, la profundización,
la preparación y exposición de contenidos, y el aprendizaje
y aplicación práctica de las diversas técnicas.
Desde el año 2000 se puso en marcha la Asesoría
de Técnicas de Estudio, con objeto de personalizar los contenidos
del Programa de Mejora Personal más relacionados con el aprendizaje,
y de adaptarlos a las necesidades individuales y puntuales de los
estudiantes. El asesoramiento psicopedagógico es un servicio
gratuito en el que se realizan entrevistas individuales dirigidas
a ofrecer apoyo personal a los alumnos y a optimizar sus técnicas
de estudio. Se vienen realizando en torno a quinientas entrevistas
durante el año académico. En ellas se abordan dificultades
tales como la desmotivación, los problemas de ansiedad o
de concentración, o la baja autoestima, y se dan orientaciones
de cara a la realización de una adecuada programación
del estudio, al aprovechamiento del tiempo, la mejora del aprendizaje,
el razonamiento y la memorización, o la adecuada preparación
de los exámenes. También se abordan aquellas situaciones
personales que pueden estar afectando negativamente al rendimiento
y a la integración académica y social del estudiante.
En el ámbito académico el alumno debe poder desarrollar
plenamente su capacidad de razonamiento, su sentido crítico,
su curiosidad y su deseo de conocer, de explicar y de intervenir
sobre la realidad. En la base de todas estas acciones está
el objetivo de potenciar una actitud positiva hacia el estudio,
poner de relieve el papel activo y protagonista del estudiante en
el proceso de enseñanza-aprendizaje, y trasmitir la importancia
de vivir plenamente los años de formación académica.
La universidad es un importante espacio abierto al conocimiento,
a la investigación, a la ciencia y a la cultura. Y la educación
va más allá de la mera asistencia a clase, la superación
de una serie de exámenes y la obtención de un título.
Es una oportunidad única para el crecimiento personal, para
desarrollar valores de solidaridad, cooperación, respeto
y valoración de las diferencias, y para recibir una formación
que permita contribuir en el futuro de forma decidida al progreso
y a la mejora social. Ese es un objetivo esencial y apasionante
de nuestra labor.
Desarrollo de habilidades personales
1. Autoconocimiento
“La mayoría de las personas buscan la autoconfianza
y el auto-respeto en todas partes menos dentro de sí mismos,
y por ello fracasan en su búsqueda” (Nathaniel Branden).
Debemos posibilitar el autoanálisis, y reflexionar sobre
nuestras opiniones y las de personas allegadas acerca de nuestras
capacidades. Podemos poner por escrito los puntos fuertes y débiles,
apoyarnos especialmente en los primeros y convertir los segundos
en oportunidades de mejora. Desarrollar un autoconcepto realista
y positivo, permite potenciar la autoeficacia, entendida como la
creencia en la propia capacidad para desarrollar eficazmente una
actividad, y concluirla con éxito.
2. Objetivos
“Cuando hemos perdido de vista definitivamente nuestro objetivo
es cuando redoblamos nuestro esfuerzo” (Mark Twain).
Es necesario establecer y clarificar las metas personales, académicas
y profesionales. Podemos registrarlas por escrito, procurando que
sean realistas pero ambiciosas, y que resulten motivantes. Nuestros
objetivos deben ser cuantificables –medibles en cantidad,
calidad, coste, plazo– de modo que podamos realizar un seguimiento
de los mismos y verificar que se van cumpliendo adecuadamente, o
introducir en su caso las acciones correctoras necesarias.
3. Aprendizaje
“Aprendemos de la experiencia que los hombres no suelen
aprenden nada de la experiencia” (George Bernard Shaw).
El conocimiento es una fuente indiscutible de libertad y de desarrollo
personal. La creciente complejidad de actividades y organizaciones
hace necesario mantener a punto nuestro método y herramientas
para aprender, actualizar conocimientos y desarrollar habilidades.
La lectura y las nuevas tecnologías facilitan el acceso a
una gran cantidad de información, pero se precisa de un cierto
interés y curiosidad previos, jugando un papel activo en
el aprendizaje. Se ponen en marcha procesos como comprensión,
concentración, investigación, experimentación,
análisis, valoración, síntesis, evaluación.
4. Persistencia
“El arte de vencer se aprende en las derrotas” (Simón
Bolívar).
La motivación resulta un elemento clave, al igual que la
disposición para el trabajo, la constancia
y la resistencia a la frustración. Debemos desarrollar nuestra
capacidad para aprender de la experiencia y convertir los fracasos
en oportunidades de aprendizaje. Podemos afrontar y resolver problemas
desarrollando el potencial creativo, abriendo la mente para encontrar
perspectivas y soluciones nuevas; arriesgar y romper con la rutina,
para innovar y llegar más allá. Será preciso
conocer y aplicar técnicas de creatividad, y desplegar un
espíritu crítico a la vez que constructivo.
5. Inteligencia emocional
“La cooperación es la convicción plena de que
nadie puede llegar a la meta si no llegan todos” (Virginia
Burden).
También será preciso desarrollar habilidades sociales
y de comunicación: empatía, escucha, flexibilidad,
asertividad, habilidad para negociar. Organizar un equipo, coordinarlo
y trabajar en grupo permite aprovechar la potenciación y
sinergia que éste genera. Habrá que gestionar adecuadamente
los conflictos que surjan en el seno del grupo, y aprender a potenciar
la cohesión, la cooperación y el apoyo mutuo. Será
conveniente también conocer y manejar técnicas de
trabajo en grupo, y posibilitar el desarrollo y la participación
real de todos y cada uno de los miembros en el equipo.
6. Organización
“Nunca hay tiempo para hacerlo bien, pero siempre hay tiempo
para repetirlo” (Laurence J. Peter).
Organizar implica programar, administrar y gestionar de modo eficaz
el tiempo. Es necesario hacer un uso adecuado de la agenda, para
poder planificar, asignar recursos, distribuir tareas, coordinar,
registrar ideas y oportunidades de cara al futuro. Hay que saber
discriminar lo importante, y detectar las prioridades y los elementos
críticos de cada proceso. Debemos aprender a trabajar con
plazos, reducir las interrupciones y eliminar los malversadores
o ladrones del tiempo.
7. Liderazgo
“La manera de atraer y motivar a las personas determina el
éxito del líder” (Warren Venís).
Desarrollar habilidades directivas para coordinar equipos requiere
entusiasmo y motivación. El líder muestra implicación
personal, autonomía, responsabilidad, iniciativa, capacidad
de delegación, y miras a la calidad y a la mejora continua.
Cualidades como actitud positiva, equilibrio y seguridad en sí
mismo, asertividad, decisión y aceptación de retos,
son especialmente valoradas en el líder. El liderazgo eficaz
será participativo y democrático; precisa del líder
atención y confianza en su equipo, para obtener lo mejor
de cada uno de sus miembros.
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