| Introducción La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización 
              Panamericana de la Salud (OPS), han venido impulsando desde 1990 
              la Promoción de la Salud a través de las escuelas, 
              como una estrategia diseñada para mejorar la calidad de vida 
              de los estudiantes, del personal docente, de los padres de familia 
              y en general, de los miembros de la comunidad. Por otra parte, en 
              relación a la manera de guiar la promoción de la salud 
              hacia el siglo XXI, la Declaración de Yakarta insiste en: 
              que los enfoques globales para el desarrollo de la salud son los 
              más eficaces, que los escenarios para la salud ofrecen oportunidades 
              para su aplicación, que la participación de las personas 
              es esencial y que la educación es necesaria para conseguir 
              esta participación (OMS, 1997). En el mismo documento, se 
              recomienda que la alfabetización sanitaria de la población, 
              ofrezca educación e información relacionada no sólo 
              a los factores de riesgo de la enfermedad, sino a las posibilidades 
              de mejorar la calidad de vida de cada miembro de la comunidad para 
              que de esta forma pueda participar en la toma de decisiones relacionadas 
              con la prevención de la enfermedad.  Estos conceptos sobre salud hacen que la Escuela adquiera un nuevo 
              significado, así se habla de la Escuela Promotora de la Salud 
              (EPS), la cual asume su parte de responsabilidad de trabajar por 
              una mejora de su entorno y facilitar también el acceso a 
              una mejora de la calidad de vida del ciudadano (Gavidia, 2001). Uno de los resultados esperados de dichos propósitos se 
              relaciona con la importancia del manejo de información por 
              parte de la comunidad, y con la realización de acciones específicas 
              para la prevención de problemáticas sanitarias, ya 
              que no sólo basta con conocerla. Tal es el caso de la enfermedad 
              de Chagas y Dengue en Argentina, cada una con distinta importancia 
              epidemiológica, ya que para la prevención de ambas, 
              la escuela junto a la comunidad tiene un protagonismo necesario 
              en dichos procesos.  El Dengue y particularmente su forma más grave, la Fiebre 
              Hemorrágica del Dengue (FHD) constituye un problema de salud 
              pública relevante en América, ya que en términos 
              de mortalidad y morbilidad se ha convertido actualmente en la enfermedad 
              viral más importante transmitida por mosquitos. La posibilidad 
              de transmisión del virus del Dengue en la Argentina ha cobrado 
              relevancia en los últimos años debido a la presencia 
              del vector en una gran cantidad de provincias y a la circulación 
              viral activa en los países limítrofes (Ministerio 
              de Salud de la Nación, 2003). Sólo se transmite a 
              través de insectos hematófagos que actúan como 
              vectores del virus, transportándolo desde un sujeto enfermo 
              hasta uno sano. El principal insecto transmisor del virus del Dengue 
              es el mosquito denominado Aedes aegypti de hábitos domésticos. Por otra parte, la enfermedad de Chagas es una zoonosis causada 
              por el parásito Trypanosoma cruzi y transmitida por insectos 
              vectores comúnmente denominados vinchucas. En Argentina es 
              la principal endemia, por el número de enfermos, por la amplitud 
              del área que abarca y por la gravedad de las lesiones que 
              ocasiona. Se estima más de 2.5 millones de personas infectadas 
              en un área que abarca dos tercios de la superficie del país 
              y varios millones en riesgo de contraer la enfermedad. Aproximadamente 
              300.000 niños menores de 15 años (el 3,4%) son chagásicos, 
              y el 98% de los nuevos casos de Chagas ocurre antes de los 14 años. 
              Más del 80% de los casos de enfermedad de Chagas se producen 
              cuando una vinchuca se alimenta y defeca (transmisión vectorial) 
              dejando sobre la piel de una persona los parásitos (Trypanosoma 
              cruzi) causantes de la enfermedad. Los parásitos también 
              pueden pasar desde una madre infectada a su bebé (transmisión 
              congénita) y de una persona infectada a otra en una transfusión 
              (transmisión transfusional), estos últimos mecanismos 
              actualmente están teniendo importancia en el área 
              urbana por efecto de las migraciones (Schofield, 1994; Blanco et 
              al., 1999). Esta enfermedad puede ocasionar un gran perjuicio a 
              sus portadores, debido a lesiones del corazón y de otros 
              órganos vitales, con un impacto social y económico 
              enorme. Un problema que con frecuencia se presenta a quienes la 
              portan, es no conseguir trabajo por tener serología positiva 
              (Storino et al., 1997).  ¿Qué tienen en común estas problemáticas 
              sanitarias y cuál es la relación con la escuela?Tanto la Enfermedad de Chagas como Dengue actualmente no cuentan 
              con una estrategia eficaz para su prevención, compartiendo 
              las siguientes problemáticas:
 
              No existe todavía vacuna contra el Dengue o el Chagas, 
                tampoco una terapeútica específica. Ambas enfermedades son transmitidas por insectos vectores hematófagos 
                de hábitos domésticos, los principales criaderos 
                del mosquito vector del Dengue, Aedes aegypti y la vinchuca vector 
                de la enfermedad de Chagas, Triatoma infestans, se encuentran 
                dentro del domicilio y/o en sus inmediaciones.Para Chagas, la tasa de transmisión vectorial en el área 
                rural es del 80% y el Dengue sólo tiene lugar si hay presencia 
                de A. aegypti. Por lo tanto la mejor forma de prevenir estas enfermedades 
                es eliminar de las viviendas y sus alrededores los posibles refugios 
                de vinchucas y los criaderos del mosquito vector.En los ciclos de estas enfermedades la intervención de 
                las personas es importante porque es su acción o su no-acción, 
                en un medio ecológico determinado, lo que va a permitir 
                la transmisión de la enfermedad o su control. Una acción 
                es cuando, por ejemplo en el caso del Dengue, la persona elimina 
                o no permite que en su domicilio y alrededores se acumulen recipientes, 
                latas, etc. evitando así criaderos potenciales de mosquitos. 
                Es su no-acción cuando, como en el caso de la enfermedad 
                de Chagas, deja las paredes de su casa con grietas, desorden, 
                falta de limpieza y permite la presencia de los vectores en su 
                propio hogar (Briceño-León, 1996). Debido justamente a la importancia de las personas en el control 
              de los vectores, los programas de Control Vectorial (tanto para 
              Chagas como Dengue) plantean la participación Comunitaria 
              como imprescindibles, sin embargo actualmente está muy limitada 
              y en varias regiones ausentes, debido entre otros factores a la 
              escasez o falta de fondos para apoyarlas, necesidades básicas 
              de la comunidad insatisfechas, falta de conocimientos relacionados 
              con la enfermedad, preocupaciones por la fuente de trabajo, entre 
              otras. Para la enfermedad de Chagas se suma la dispersión 
              de la población en el área rural, la convivencia natural 
              con las vinchucas y el hecho de que es una enfermedad cuyos efectos 
              o sintomatología no son observados inmediatamente por la 
              población, hacen más difícil la participación 
              de la comunidad en acciones de control y vigilancia, más 
              aún en época de fuerte crisis social y económica 
              (Salomón, 2003; Crocco y Rodríguez, 2003). Para el caso del Dengue, la población aún no percibe 
              el riesgo para su salud, debido principalmente a la ausencia de 
              casos concretos de la enfermedad (Martínez et al., 2002a). Como se señalara anteriormente, esta movilización 
              de la comunidad es actualmente difícil, por lo cual hay que 
              buscar estrategias para lograr su participación. Por ello, 
              la Escuela puede ser un puente importante hacia la comunidad. Los 
              niños pueden servir como agentes de cambio a través 
              de la transferencia de la información sobre salud a la comunidad 
              y desde los cambios en sus conductas (García-Zapata y Marsden, 
              1996; Bundy y Guyatt, 1996; Crocco et al., 2002 b; Crocco et al., 
              2005).  Considerando estas problemáticas y en el marco institucional 
              de las escuelas (EPS), se propone a éstas como el ámbito 
              más propicio para brindar a los niños y jóvenes 
              las herramientas necesarias que les permita emprender acciones directas 
              que lleven a la disminución de los factores de riesgo relacionados 
              con enfermedades de transmisión vectorial como Chagas y Dengue, 
              donde la principal problemática para el control está 
              relacionada con los hábitos de las personas.  El objetivo de este trabajo es proponer un modelo de gestión, 
              en el marco del Proyecto educativo de la Institución (PEI), 
              que permita a la Escuela transformar a los alumnos en centinelas 
              de la enfermedad de Chagas/Dengue, promoviendo la participación 
              de la comunidad en acciones de prevención y control.  Marco teórico de la propuesta La propuesta se basa en las siguientes premisas: 
              " La Escuela Promotora de Salud reconoce que la educación 
                para la salud no se hace solamente a través del currículo 
                escolar sino por el apoyo mutuo que se prestan la escuela, la 
                familia y la comunidad, es decir involucrando a todos los agentes 
                del proceso educativo. El protocolo para promover acciones de educación y promoción 
                de la salud en la escuela indica al centro escolar como espacio 
                idóneo para la adquisición de conocimientos sobre 
                la salud y la adopción de hábitos de vida saludables. 
               " Se asume a la comunidad como organización social 
                que no permanece estática, es algo cambiante, que va tomando 
                cada vez más conciencia de sí y por tanto se desarrolla, 
                por lo que todas las personas con responsabilidad ante ella deben 
                trabajar en función de que ese desarrollo se dirija hacia 
                el progreso y no hacia su autodestrucción (Pérez 
                Cárdenas, 2000).Los alumnos son agentes activos de salud al tratar de difundir 
                ellos mismos informaciones, actitudes y pautas de conducta. El 
                hecho de que el alumnado cobre protagonismo tanto en las acciones 
                que se llevan a cabo en la escuela como fuera de ella, no sólo 
                desarrolla las actitudes y recursos individuales sino que contribuye 
                a crear un ambiente social en el que los mensajes saludables son 
                mejor recibidos, es decir adquieren significado y son construidos 
                desde un aprendizaje comprensivo, que integra conocimientos cotidianos, 
                científicos y escolares.La construcción de conceptos y de hábitos de salud, 
                son un producto indispensable para el desarrollo humano de toda 
                sociedad, es por ello que deben trabajar interrelacionadamente 
                los sectores educativos, de salud y la comunidad en general. Características del modelo En la Universidad Nacional de Córdoba desde el año 
              1999 estamos desarrollando proyectos de investigación sobre 
              Chagas y Dengue, tratando, entre otros objetivos, de generar un 
              modelo que concrete las premisas anteriores. Es así, que 
              se diseñaron y desarrollaron dos proyectos de investigación 
              realizados desde la Universidad con la coparticipación de 
              Escuelas y el Ministerio de Salud. En el proyecto sobre Chagas, 
              participaron 9 escuelas rurales de los Departamentos Sobremonte 
              y Río Seco, Pcia. de Córdoba y Departamento Castro, 
              Pcia. de La Rioja (Enfermedad de Chagas: factores de riesgo y educación, 
              FONCYT 99 -05-07077). En el otro proyecto, sobre Dengue, participaron 
              4 escuelas de los Municipios de Oliva y Villa Nueva de la Pcia. 
              de Córdoba (Control integrado del Aedes aegypti basado en 
              la interfase escuela- comunidad, VIGI+A 372). El propósito de estos proyectos fue que la escuela actuara 
              como centro difusor de salud y centinela de una enfermedad. Lo anterior 
              hizo imprescindible interactuar con directivos, docentes y los distintos 
              actores de la comunidad educativa, insertar las acciones dentro 
              del PEI de cada escuela y producir material didáctico para 
              ser utilizado por los docentes que hicieran la intervención 
              (Crocco et al., 2002a; Crocco et al., 2002b). Así también 
              se planificaron estrategias que permitieron a los alumnos vigilar 
              sus viviendas (Crocco et al., 2005). Como resultado de dichos proyectos fue posible generar un modelo 
              donde interactuaron escuela (docentes y alumnos), centro de salud 
              y comunidad (compuesta por las viviendas ubicadas en la zona de 
              influencia de la escuela) (Figura 1). FIGURA 1Modelo de gestión interinstitucional para la implementación 
              de una estrategia de promoción de la salud
 
 En nuestro caso el modelo se inicia desde la Universidad, quién 
              en el marco de un proyecto de investigación, tiene como uno 
              de sus objetivos transferir información actualizada sobre 
              la enfermedad y generar y proveer de herramientas a la Escuela, 
              para que a través del PEI, en sus dimensiones pedagógicas- 
              didácticas y comunitarias, los docentes en sus clases transmitan 
              los nuevos conocimientos a los alumnos y los preparen para ser vigilantes 
              entomológicos. Es el alumno quien transferirá a la 
              comunidad información relacionada con la enfermedad y además 
              estará encargado de vigilar las viviendas. Los datos que 
              obtenga de esta vigilancia serán devueltos a la Escuela, 
              quien los informará al Centro de Salud, para que estos tomen 
              las acciones necesarias. Roles de cada integrante del modelo 
              LA ESCUELA: en su rol de Centinela se convierte en receptora 
                de información, adecua las actividades en cada aula, transfiere 
                información específica a los alumnos y es la que, 
                luego, recibe los datos de la vigilancia de las viviendas. La 
                función de vigilancia la desarrollan los alumnos previamente 
                preparados, desde las actividades del módulo implementadas 
                en las clases, para realizar acciones concretas en sus viviendas. 
                Los datos que los alumnos recogen, pueden estar relacionados con 
                la presencia de viviendas riesgosas, de vectores en sus viviendas, 
                de criaderos de mosquitos, etc. Por ejemplo hemos recibido, por 
                parte de los alumnos del área rural, denuncias sobre la 
                presencia de vinchucas en sus domicilios. Una vez que la Escuela 
                tiene estos datos debe referirlos al centro de salud o puesto 
                sanitario que corresponda para que modifiquen la situación 
                que se haya planteado.En este marco se integran las planillas para que los alumnos evalúen 
                la presencia de factores de riesgos en su vivienda y la presencia 
                del vector, las cuales fueron previamente diseñadas y validadas 
                (Crocco et al., 2005).
 ALUMNO: como se deduce de lo anterior en este modelo, los alumnos 
                son los agentes activos cuya función es difundir información, 
                actitudes y pautas de conducta, vigilar sus viviendas e informar 
                a la escuela sobre la presencia de vectores y/o factores de riesgo 
                relacionados con criaderos potenciales de mosquitos o refugios 
                de vinchucas. Así, el alumno/a cobra protagonismo tanto 
                en las acciones que se llevan a cabo en la escuela como fuera 
                de ella, no sólo desarrollan las actitudes y recursos individuales 
                sino que contribuye a crear un ambiente social en el que los mensajes 
                saludables son mejor recibidos.VIVIENDA: como entidad física es la unidad objeto de 
                vigilancia sobre la cual actúan los alumnos, registrando 
                y controlando la presencia de criaderos, refugios y vectores. 
                Para la enfermedad de Chagas a través de la aplicación 
                de las planillas sobre factores de riesgo por parte de los alumnos 
                (Crocco et al., 2005) es posible caracterizar a las mismas en 
                distintos grados de riesgo, información que luego desde 
                la Escuela se informa al Centro de Referencia. COMUNIDAD: cuando nos referimos a ella, hablamos de una unidad 
                social con una historia y evolución determinada, que forma 
                parte de un contexto social mayor. Está constituida por 
                un grupo de individuos que residen en un territorio específico, 
                es decir, comparten un espacio geográfico común, 
                que los lleva a un determinado grado de interacción (Pérez 
                Cárdenas, 2000). En este modelo, la comunidad, está 
                integrada por familias de las viviendas relacionadas de alguna 
                forma con la Escuela. Se pretende desde la escuela y a través 
                de los alumnos, aumentar los conocimientos de la comunidad para 
                que ésta participe activamente en la vigilancia de sus 
                viviendas y alrededores y en la toma de decisiones referidas a 
                las acciones de control del vector. EQUIPO LOCAL REFERENTE DE SALUD: Es el efector, a él 
                llegará la información suministrada por la Escuela 
                relacionada con la presencia de vectores, viviendas en riesgo, 
                notificación de casos, etc. Estará conformado según 
                la organización social de la comunidad y la disponibilidad 
                de recursos humanos: inspectores, docentes, personal de salud, 
                miembros de la comunidad. Tendrá la función de apoyar 
                las actividades de la escuela, dar respuestas a las demandas de 
                ellos y de la comunidad, y ser el nexo con el nivel de salud municipal 
                y/o provincial de Chagas/Dengue. Los integrantes de este equipo 
                deberán conocer en qué consiste el programa, roles 
                de cada integrante del grupo, establecer normativas y circuito 
                de la información. El equipo de referencia debe actuar 
                como efector, es decir que debe garantizar que la comunidad reciba 
                la respuesta solicitada de acuerdo al informe de la escuela y/o 
                tomar medidas de control a nivel vectorial. De no poder integrase un equipo de Referencia o Centro de Referencia 
                mínimamente se debe contactar el centro de salud o referente 
                más cercano que esté a cargo de los programas de 
                control, especialmente de control vectorial.
 Ventajas de este modelo La importancia de los escolares en acciones de salud como se propone 
              en este modelo es una ventaja manifestada por varios autores (Bundy 
              y Guyatt,1996; Crocco et al., 2001), quienes proponen a los niños 
              como agentes de cambio a través de la transferencia de conocimientos 
              sobre salud a la comunidad, debido a su mayor disponibilidad, atención 
              y capacidad de diseminar la información (Sanmartino y Crocco, 
              2000). Por otra parte las escuelas generalmente contribuyen a crear 
              un sentimiento de comunidad, son un lugar de reunión y un 
              canal de comunicación (desde los alumnos hacia sus familia 
              y a veces también hacia otros niños que no van a la 
              escuela). En este modelo se trata de incorporar la promoción, prevención 
              y control de Chagas y/o Dengue desde la Escuela, sin recurrir a 
              personal extra o recursos especiales sino simplemente adaptándose 
              a las oportunidades y los recursos existentes, puede esperarse que 
              tales intervenciones sean sostenibles. Incovenientes o condicionantes Esta propuesta no debería sobrecargar a los docentes y los 
              programas de estudio, hay que prever desde el PEI la inserción 
              de estas problemáticas y el acompañamiento constante 
              de toda la comunidad educativa. Resulta clave generar un diagnóstico 
              escolar participativo, priorizar las actividades específicas 
             que la Escuela esté en condiciones de abordar en ese momento 
              y promover una dinámica de trabajo que eventualmente generará 
              mas apoyo y más capacidad. Por otra parte para que la propuesta tenga continuidad debería 
              primero ser incorporada al currículo escolar, consolidar 
              la Escuela como Centro Centinela, desarrollar estrategias para facilitar 
              la relación escuela -comunidad y establecer redes interactivas 
              con los centros de salud y organizaciones no gubernamentales.  Para que el alumno puedan construir el rol esperado dentro de la 
              escuela y en su comunidad, se requiere capacitación docente 
              y herramientas didácticas. Al respecto se desarrolló 
              y validó en campo, material con información actualizada 
              y estrategias didácticas que permitan insertar en el currículo 
              y en el PEI de la escuela la problemática tratada (Crocco 
              et al., 2002a; Crocco et al., 2002b; Martínez et al., 2002b; 
              Martínez et al., 2002c).  Por lo tanto, la falta de capacitación docente y de actualización 
              en estos temas puede ser una limitante importante para la aplicación 
              de este modelo. Aquellos docentes que trabajen en áreas de 
              riesgo tanto para Chagas como para Dengue, deberían ser capacitados 
              especialmente. Consideraciones finales Las experiencia recogida de la participación en dos proyectos 
              de investigación que contemplaron la escuela como mediador 
              en acciones de control de enfermedades, nos permitió probar 
              y registrar la implementación de un modelo de gestión 
              interinstitucional factible de implementar en otras problemáticas 
              similares. Para que dicho modelo tenga éxito debe contar 
              con el compromiso de la escuela, la participación de la comunidad 
              y el respaldo de fuentes de información actualizadas. Los registros tomados de su desarrollo nos permiten concluir que 
              temáticas como éstas pueden formar parte de un PEI, 
              permitiendo que los docentes las aborden en coordinación 
              con los profesionales de los centros de salud y que los alumnos 
              pueden actuar como centinelas.  Otras de las consecuencias de dichas acciones es su repercusión 
              en la comunidad. Justamente, los resultados de los proyectos de 
              investigación, donde este modelo de gestión esta integrado, 
              muestran que el conocimiento de la enfermedad (Chagas y Dengue) 
              en las comunidades trabajadas, fue mayor después de la intervención 
              de los alumnos (Martínez et al., 2002a; Rodríguez 
              et al., 2002) . En este sentido es importante el desarrollo de estrategias de gestión 
              que faciliten la relación escuela -comunidad y establezcan 
              redes interactivas con centros de salud y organizaciones no gubernamentales, 
              de esta forma se podría consolidar a la Escuela como Centinela 
              y Centro Difusor de Salud.  Desde la perspectiva Didáctica se abre un nuevo panorama 
              relacionado específicamente con temas de Educación 
              para la salud, los que ponen en juego contenidos conceptuales, procedimentales 
              y actitudinales comprometidos con la vida del educando y transversales 
              al currículo escolar. Lo anterior le confiere al docente 
              y a la escuela un compromiso social y curricular importante en pos 
              de una alfabetización científica y en la mejora de 
              la calidad de vida.  Temáticas como las que nuclean estos modelos de gestión 
              provocan estrategias áulicas que retoman experiencias personales, 
              sociales y culturales. Por ello, consideramos que son factibles 
              de implementar desde modelos de enseñanza constructivistas, 
              acompañados de estrategias que trabajen sobre las representaciones 
              sociales del grupo clase y su contexto, para luego actuar sobre 
              ellas desde proyectos curriculares y de acción en la comunidad. Bibliografía BLANCO, S. B.; SEGURA, E. L., y GURTLER, R. E. (1999): "Control 
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