1. Justificación
La educación para la paz no es una opción más
sino una necesidad que toda institución educativa debe asumir.
Los principios para una convivencia pacífica entre pueblos
y grupos sociales se han convertido en un imperativo legal. Ahora
se trata de conseguir que el derecho formal de la paz se convierta
en un derecho real.
Educar para la paz es una forma de educar en valores. La educación
para la paz lleva implícitos otros valores como: justicia,
democracia, solidaridad, tolerancia, convivencia, respeto, cooperación,
autonomía, racionalidad, amor a la verdad... La educación
en valores es un factor importantísimo para conseguir la
calidad que propone nuestro sistema educativo.
Podemos realizar una breve retrospectiva histórica, recordando
que la educación para la paz se inicia con el movimiento
de la Escuela Nueva, recibe el apoyo institucional de la UNESCO,
se enriquece con el ideal de no-violencia y continúa su andadura
a través de la Investigación para la Paz y el Desarrollo.
Superada la clásica oposición paz contra guerra, actualmente
se propone la paz como antítesis de la violencia, la llamada
paz positiva. Este aspecto encuentra su mejor marco de actuación
pedagógica dentro del modelo sociocognitivista de Vigotsky
(1979).
La moderna educación para la paz asume creativamente el
conflicto como un proceso natural y consustancial a la existencia
humana. La educación para la paz ayuda a la persona a desvelar
críticamente la realidad compleja y conflictiva para poder
situarse en ella y actuar en consecuencia. Educar para la paz es
invitar a actuar en el microcosmos escolar y en el macronivel de
las estructuras sociales. Los componentes de la educación
para la paz son: la comprensión internacional, los derechos
humanos, el mundo multicultural, el desarme, el desarrollo, el conflicto...
Las reformas educativas insisten en la necesidad de una educación
para la ciudadanía y los valores en general. Todas estas
buenas intenciones deben concretarse en disposiciones legales positivas.
Por ejemplo, en el Estado Español, la ley orgánica
2/2006, de 3 de mayo, de Educación (Boletín Oficial
del Estado, n.º 106, de 4 de mayo de 2006) establece que los
alumnos de Enseñanza Primaria estudiarán "Educación
para la ciudadanía y los derechos humanos", que en 4.º
de Enseñanza Secundaria Obligatoria se estudiará "Educación
Ético-Cívica, y que en Bachillerato se impartirán
enseñanzas sobre "Filosofía y Ciudadanía".
Confiamos en que esta ley y sus inminentes desarrollos curriculares
sirvan para impulsar una convivencia pacífica y enriquecedora
de todos los ciudadanos. La enseñanza de contenidos específicos
debe estar unida a la formación de hábitos y habilidades
sociales, desarrollando programas adaptados a las diferentes situaciones.
2. Cambio epistemológico y temas transversales
La transversalidad, utilizada como estrategia metodológica
en la educación de valores, se corresponde con una moderna
concepción epistemológica de las Ciencias de la Educación.
En este apartado podemos guiarnos por las reflexiones realizadas
por Rodríguez, M. (l995). En nuestro siglo se ha producido
una nueva concepción de la ciencia. El positivismo pretende
dominar la naturaleza a través de conocimientos instrumentales,
buscando el progreso humano. Consecuentemente, se produce un interés
técnico por el conocimiento y un dogmatismo racionalista.
El postpositivismo desconfía de la experimentación
como único criterio de verdad y utiliza la interpretación
y la vivencia. Se investiga dialogando y por consenso. Se produce
un interés práctico por el conocimiento y una duda
razonable dentro de la comunidad científica.
La educación para la paz, como tema transversal aplicable
en las distintas áreas y momentos del aprendizaje, sintetiza
ambas posturas, distinguiendo la naturaleza de los problemas a investigar
y aplicando a cada uno el método más adecuado para
indagar en la realidad natural o sociopolítica. Se produce
un interés crítico por el conocimiento. Se busca la
ciencia de la diferencia y de la democracia participativa. La aceptación
de las diferencias no sólo es una obligación moral
y política, sino que se puede convertir en un excelente medio
de enriquecimiento personal y social. Se trata más bien de
mejorar las cosas, no tanto de dominarlas. El objetivo global es
favorecer la emancipación de la persona y de la humanidad
en su conjunto.
Vemos que se ha producido un cambio axiológico desde el
racionalismo moderno, pasando por el vitalismo postmoderno, hasta
llegar a la visión integral de los temas transversales. Al
hablar de una visión integral, nos referimos a una visión
entera. La transversalidad favorece una visión entera o global
del ser humano y de la naturaleza en general, armonizando todas
las dimensiones factoriales de la persona.
Entre el positivismo y el postpositivismo, cabe una opción
epistemológica, pacifista, ética, democrática,
y por lo tanto, participativa y consensuada. El enfoque transversal
se basa simultáneamente en la pluralidad y en la unidad.
Los temas transversales favorecen la aplicación de la justicia
distributiva, adoptando una actitud de compensación y respetando
al más débil, a las minorías étnicas,
a la mujer relegada, a las razas marginadas y a los disminuidos.
De esta forma coordinaremos mejor los esfuerzos y conseguiremos
una mayor eficacia y eficiencia en la educación para la paz.
3. Educación para la paz y transversalidad
La educación para la paz armoniza lo personal (educación
moral, sexual y de la salud) lo social (educación vial, del
consumidor e intercultural) y lo ambiental (educación ambiental).
La transversalidad es un concepto que ayuda a humanizar la acción
educativa, procurando una vida más digna para uno mismo y
para los demás. Los temas transversales permiten reforzar
los contenidos actitudinales, tan necesarios para que el ser humano
se adapte a la vida y consiga su equilibrio emocional. Por ello,
forman parte de los procesos de enseñanza-aprendizaje de
cada área curricular y dinamizan la acción educativa
escolar. Se ha de procurar que los alumnos desarrollen proyectos
personales dignos, solidarios y esperanzadores.
El pleno desarrollo de la personalidad de los alumnos, objetivo
básico de la educación, transciende con mucho unos
objetivos relativos únicamente a la instrucción con
los que podría contentarse una concepción convencional
de la escolaridad, que tiene por meta única transmitir conocimientos
y destrezas.
Al fijar esta finalidad básica de la educación, así
como al señalar la educación en valores como un principio
rector del sistema educativo, se responde a una demanda social hoy
generalizada: la de que la educación formal constituya una
escuela de ciudadanía y de actitudes éticas valiosas.
Nuestra sociedad pide a la escuela que no se limite a transmitir
conocimientos; le pide que forme personas capaces de vivir y convivir
en sociedad, personas que sepan a qué atenerse y cómo
conducirse. (cfr.: Centros educativos y calidad de la Educación.
Ministerio de Educación y Ciencia. l994).
4. La educación en valores en la institución educativa
La institución escolar ha de ser un ámbito en el
que los alumnos/as protagonicen un proceso de personalización
y socialización, traduciendo estos valores en propuestas
educativas desde todas las áreas curriculares. De esta forma,
los educandos reciben una formación integral de su personalidad,
es decir, entera y completa. Hemos de partir de unos valores mínimos,
expresados en el código ético, universalmente adoptado,
de la Declaración de los Derechos Humanos. El centro educativo
necesita abrirse a la vida, romper la distancia entre áreas
curriculares y experiencia vital, desarrollar valores éticos
y sintetizar desarrollo intelectual y afectivo. Se ha de integrar
la instrucción de contenidos dentro del proceso educativo.
El enfoque educativo de la clarificación de valores consiste
en ayudar al educando a tomar conciencia de lo que aprecia, elige
y quiere. No se trata sólo de enseñar un determinado
sistema de valores, sino de fomentar el proceso psíquico
de valoración. La educación en valores no ha de limitarse
a identificar o definir unos determinados valores objetivos, sino
que ha de procurar que cada educando sea capaz de construir su propia
estimativa de valores, interactuando con sus semejantes. Por ello
tiene que haber una coherencia entre los medios personales, materiales
y funcionales del centro. Claustro, consejo y asociaciones han de
participar democráticamente. Los contenidos de las áreas
curriculares se han de desarrollar a través de conceptos,
procedimientos y actitudes.
La educación en valores forma parte ineludible del pleno
desarrollo de la personalidad, objetivo básico de nuestro
sistema educativo. Por ello se incluyen las actitudes en las enseñanzas
mínimas del currículo, junto a los conceptos y procedimientos.
Las actitudes, en los temas transversales y en la educación
moral y cívica, que es transversal en todo el currículo,
son el instrumento básico para desarrollar la educación
en valores. Educar supone ejercitar los valores que posibilitan
la vida social, el respeto a los derechos y libertades fundamentales
y el desarrollo de hábitos de convivencia democrática.
La educación en valores incluye la dimensión moral
y cívica de la persona y las otras dimensiones que se concretan
en los temas transversales.
El Consejo Escolar del Estado, sensible a la relevante importancia
de uno de los aspectos más novedosos de la reforma educativa,
el relativo a la transversalidad, considera que las Administraciones
Educativas deben promover, con mayor intencionalidad, actividades
formativas para el conjunto del profesorado sobre las materias transversales
(salud, consumo, civismo, afectividad, sexualidad
) con el
objeto de que no queden relegadas a un aspecto meramente tangencial
del currículum e incorporarlas a la función docente
de un modo rutinario. (cfr.: Informe del Sistema Educativo Español.
Ministerio de Educación y Ciencia. Centro de Investigación
y Documentación Educativa. l995).
5. Objetivos de la educación para la paz
Una educación para la paz, la no violencia y la convivencia
tiene que asumir sistemáticamente la tarea de analizar el
currículo oculto, procurando que afloren aspectos como: trato,
comunicación, participación, atuendo, información,
etc. De esta forma se podrá diagnosticar el modelo educativo
subyacente y buscar soluciones correctas, analizando y resolviendo
conflictos. Es preciso enfrentarse con buen ánimo a situaciones
nuevas y desconocidas, favoreciendo la autoafirmación y la
creatividad. Es fundamental educar en el respeto a las normas cuando
son justas y en la desobediencia cuando son injustas. Todos somos
responsables de la educación para la paz, tanto a nivel personal
como social, local e internacional. La educación para la
paz supera el marco de lo extracurricular o complementario y, a
través de los distintos niveles del sistema educativo, se
va identificando con el mismo concepto de la educación como
tal.
Implantar la educación para la paz en el proceso de enseñanza
puede ser fruto del temor a la guerra y sus consecuencias o, mejor
aún, de la convicción ante la llamada de la historia
y el concepto de la dignidad del hombre sobre la tierra. Los grandes
retos educativos son aprender a ser, a hacer, a pensar y a convivir.
Fernando Lucini (l994), en Temas transversales y áreas curriculares,
señala once objetivos de educación para la paz que
pueden ser muy útiles.
6. Soluciones prácticas en los centros educativos
Es importante y útil conocer las muchas experiencias que
se están llevando a cabo, tanto en el ámbito privado
(pionero muchas veces en estos temas) como desde el ámbito
público.
6.1. Diagnóstico de la situación
El Instituto Nacional de Calidad y Evaluación, en el informe
del año 2000 sobre el sistema educativo español, señala
los siguientes aspectos referidos a la convivencia en los centros:
- Existe un buen ambiente entre los profesores y las relaciones
entre el alumnado son buenas. El tema de la violencia preocupa
a la cuarta parte de los encuestados, mientras que el 8% lo considera
como un tema grave.
- La comunidad educativa está bien informada sobre derechos
y deberes de los alumnos.
- El Reglamento de Régimen Interior y las normas de convivencia
se consideran instrumentos adecuados.
- El 80% de los encuestados ha vivido situaciones de indisciplina
en sus centros durante los últimos tres años. Los
casos más frecuentes se relacionan con alborotos dentro
y fuera del aula y con faltas de respeto a compañeros.
Las causas principales de la indisciplina son el desinterés
de los alumnos y los problemas familiares.
- En el 30% de los centros, se han impuesto sanciones en materia
de disciplina en los últimos tres años, previa incoación
de expediente disciplinario.
- Los niveles de convivencia en los centros no están muy
deteriorados.
- El 59% de los encuestados afirma que existen agresiones en los
centros con una frecuencia alta (71%), media (22%) y baja (7%).
El Consejo Superior de Evaluación de Cataluña valora
positivamente el clima escolar en los centros de Enseñanza
Secundaria en un informe realizado el curso pasado.
En 1997, se realizó una investigación en Sevilla
sobre La cara oculta de la escuela en l997. En ella se afirma que
el 5% de los alumnos de los Institutos de Educación Secundaria
es maltratado frecuentemente, el 33% lo es alguna vez y el 27% dice
que es habitual sufrir agresiones de compañeros.
La Fundación Encuentro realizó en 1996 un informe
sobre una muestra de 409 entrevistas. En él se afirma que
el 54% de los profesores españoles reconoce que, en algún
momento de su profesión, se ha encontrado con situaciones
agresivas. Según el director de la encuesta, las cortapisas
legales, el miedo a los padres o el temor a repercusiones personales
bloquean las respuestas de los docentes ante problemas disciplinarios.
El Defensor del Pueblo afirma, en su informe de l998, que no existe
un estudio fiable ni una estadística buena sobre el problema
de la violencia infantil y juvenil.
La Asociación Jóvenes contra la Intolerancia, que
trabaja sobre la violencia escolar en quince comunidades autónomas,
propone un plan integral para abordar este fenómeno multicausal,
con el fin de ayudar a padres, profesores y alumnos.
La Universidad Complutense, en colaboración con el Ministerio
de Educación y Ciencia y el Ministerio de Trabajo y Asuntos
Sociales ha elaborado una encuesta entre seis mil alumnos de trece
a diecinueve años, sobre actitudes racistas y valores solidarios,
en las diecisiete comunidades autónomas. En el informe se
destaca que el 10% de los jóvenes se declara racista
Hay gente que considera normal la violencia escolar que se manifiesta
en peleas, agresiones, rechazos, insultos, etc. Para prevenir, evitar
o disminuir este tipo de violencia, se pueden trabajar los contenidos
actitudinales de los temas transversales como la amistad, el respeto,
la tolerancia, la no violencia, la igualdad, etc.
6.2. Diferentes manifestaciones de violencia
Para reflexionar sobre este tema, podemos consultar el artículo
publicado por el profesor Alfonso Fernández en la Revista
Interuniversitaria de Formación del Profesorado (n.º
22, enero/abril de l995, pp. 21-38) y el capítulo primero
del libro del profesor Merino (2006).
Existen diferentes causas personales y sociales que impiden el
ejercicio libre de la mente humana. El análisis de estas
causas nos ayudaría a configurar una tipología de
la violencia humana, que nos será de gran utilidad para nuevas
propuestas de mejora.
La violencia estructural se manifiesta en los centros, como algo
difuso, en la gestión burocrática, en los estilos
docentes rutinarios y poco participativos, en las resistencias a
cambios renovadores, en modos corporativistas, en modelos de evaluación,
en contenidos obsoletos, en aprendizajes implícitos (currículo
oculto) como la domesticación, la obediencia, la pasividad,
el individualismo, la meritocracia, el miedo a los conflictos, la
estratificación de roles, la ausencia de compromiso con el
entorno, la competitividad, la organización arquitectónica,
etc. También se produce un tipo de violencia epistemológica
cuando se percibe fragmentariamente la realidad en múltiples
aspectos del saber separados en asignaturas. La educación
para la no violencia presupone una concepción orgánica,
ecológica, dinámica y holística de la realidad.
Existe violencia organizativa y arquitectónica, en el contexto
del industrialismo moderno, cuando se aplican los sistemas de gestión
y funcionamiento ideados por F. Taylor con división de tareas
y una especialización en aras de una mayor eficiencia y rentabilidad.
Se produce violencia metodológica y de contenidos cuando
se reproduce la cultura intelectual en letra impresa, mediada por
el profesor erudito que llega a la inteligencia de los alumnos,
considerada como depósito (educación bancaria de Paulo
Freire). También se da una violencia disciplinaria y desnaturalizada
cuando la fragmentación y el aislamiento operan en la clasificación
y etiquetado de los alumnos en función de la cuantificación
de un producto final.
Se puede hablar asimismo de violencia en las relaciones sociales,
cuando el orden y la autoridad rigen en el triángulo formado
por la institución, los profesores y el alumnado. Otros tipos
de violencia son:
- VIOLENCIA INSTITUCIONAL-ADMINISTRATIVA: Se manifiesta a través
de un exceso de normas que chocan con los aspectos educativos.
- VIOLENCIA CON RESPECTO AL ENTORNO: Se produce cuando los centros
viven de espaldas al entorno social y natural en el que se encuentran.
- VIOLENCIA POR RAZÓN DE GÉNERO: Se da cuando se
utiliza el criterio del sexo (diferenciación biológica)
para la atribución de roles de género (diferenciación
social, con base psicológica y cultural).
- VIOLENCIA ETNOCÉNTRICA: Se puede dar cuando no se admite
la tendencia actual de la sociedad moderna hacia la diversidad
racial y cultural.
- VIOLENCIA ANTROPOLÓGICA: Es consecuencia de los tipos
de violencia estructural señalados anteriormente. La violencia
estructural del sistema educativo puede producir un tipo de hombre
pasivo, individualista, acrítico, alienado, competitivo,
consumista, etc.
Con estas formas de violencia, difícilmente podremos afirmar
que los centros escolares estén preparando a las personas
para responder a los grandes desafíos del presente. Además
de estos problemas globales, existen otros como la construcción
de una cultura interior para los individuos y los grupos, basada
en una red de valores que les hagan resistentes a la socialización
de contravalores de nuestra civilización (consumismo, mercantilización,
materialismo, hedonismo, dinero, superficialidad, cultura del entretenimiento,
etc.). Todo ello genera una serie de consecuencias evidentes en
nuestra sociedad como, por ejemplo, la pérdida de autoridad
en las familias, cuando los padres no saben decir no y los hijos
no toleran la frustración.
En el ámbito escolar también puede influir una legislación
restrictiva y poco ágil y un desprestigio de las calificaciones,
consideradas sólo como medio de control disciplinario. Nuestra
escuela es una metáfora de nuestra sociedad, donde predomina
el consumismo como alternativa a las carencias afectivas, donde
existe una violencia ambiental, donde se producen situaciones desestructuradas
(paro, separación, divorcio, enfermedad, etc.), y donde los
medios de comunicación influyen negativamente. A todo ello
podemos añadir la prolongación de la edad de escolarización
obligatoria sin la correspondiente motivación, al mismo tiempo
que se produce un deterioro social del rol del docente. En los centros
escolares son frecuentes las amenazas verbales, los rumores, las
agresiones físicas, los deterioros en los coches y el mobiliario,
los robos, etc. La profesora María José Díaz-Aguado
(1996), que aplica programas de prevención de violencia dirigidos
a profesores, afirma que la violencia en los centros es un espejo
de la que genera la sociedad.
6.3. Experiencias interesantes como propuestas de mejora
La educación para la paz ha inspirado toda una serie de
experiencias prácticas, recogidas en las sucesivas reformas
parciales del sistema educativo y la inclusión de los temas
transversales y la educación en valores. Estas se han ido
divulgando en escuelas de verano, encuentros de educadores para
la paz desde la no violencia, seminarios de formación, movimientos
de renovación pedagógica... Es frecuente encontrar
en los centros escolares o en las aulas actuaciones puntuales referidas
a temas como la igualdad de sexos, el respeto a los derechos humanos,
la paz, el medio ambiente, la xenofobia, la desigualdad socio-económica,
el desarrollo de los pueblos... Estos temas se suelen tratar de
manera aislada o circunstancial.
Ahora existe la posibilidad de realizar planteamientos globales,
con un tratamiento didáctico continuado e integrado en la
actividad escolar. Los centros escolares pueden trabajar coordinadamente
con otras instituciones, organismos y entidades como los departamentos
ministeriales, los departamentos autonómicos, los institutos
oficiales, los ayuntamientos y organizaciones no gubernamentales.
Cada centro, partiendo de las decisiones expresadas en los proyectos
curriculares y de acuerdo con lo propuesto en el Proyecto educativo,
puede reflejar en su Plan General Anual proyectos de innovación,
ligados a programas de formación del equipo docente. Desde
la formación del profesorado se pueden abordar sistemáticamente
los temas transversales, como la educación para la paz, que
siempre se han tratado de forma más bien intuitiva y por
motivaciones personales.
El Reglamento de Régimen Interior es un medio que utiliza
la comunidad educativa para desarrollar la convivencia democrática
mediante el consenso. En él se regulan situaciones de prevención,
diagnóstico y tratamiento de situaciones conflictivas.
La Comisión de convivencia, perteneciente al Consejo Escolar,
canaliza los problemas que puedan surgir en el centro. Sus competencias
se reflejan en el Reglamento de Régimen Interior. En general,
parece ser que no tienen mucha eficacia, ya que sólo disponen
de competencias informativas, sin poder directo de actuación
sobre los conflictos. En general, en todas las Comunidades autónomas,
se señala que el profesorado debe prevenir las acciones contrarias
a la convivencia y que el consejo escolar debe resolver los conflictos
e impartir las sanciones de faltas graves. Las faltas leves son
sancionadas por los profesores, salvo en la Comunidad Valenciana,
en donde es competencia del consejo escolar.
Actualmente abundan los estudios y seminarios sobre la educación
para la paz, la no violencia y la convivencia y se escriben muchos
artículos y libros; pero quizá habría que potenciar
más la creación de materiales prácticos realizados
por los propios educadores.
El profesor Merino (2006) nos ofrece unas propuestas de acción
socioeducativa para la prevención y el tratamiento de conflictos
violentos a lo largo de tres niveles. Entre los recursos metodológicos
que nos presenta, podemos destacar: la educación en valores
sociales, la utilización del conflicto como recurso de aprendizaje,
la mediación y el diseño de programas de convivencia.
Allan L. Beane (2006) nos ofrece más de cien estrategias
de prevención e intervención contra el acoso escolar.
Algunas de ellas están aplicadas en las experiencias más
significativas que señalamos a continuación:
1) El Ministerio de Educación y Ciencia y el Instituto de
la Juventud han elaborado un Programa de educación para la
tolerancia y prevención de la violencia en los jóvenes.
Se ofrece una serie de guías y vídeos a los docentes
para actuar sobre grupos de riesgo con el fin de cambiar actitudes.
Estos materiales han sido experimentados con éxito en institutos
con la colaboración de alumnos y profesores. Se proponen
cuatro estrategias básicas para desarrollar la tolerancia:
discusiones y debates, aprendizaje cooperativo, resolución
de conflictos y democracia participativa.
2) La Comunidad de Madrid, en colaboración con el Ministerio
de Educación, el Defensor del Pueblo, el Ayuntamiento y los
servicios policiales, están aplicando el programa "Convivir
es vivir", iniciativa de la Comisión Europea. En el
curso l997-98 han participado dieciocho colegios de Educación
Primaria y ocho Institutos de Educación Secundaria. Se espera
ampliar el programa en los cursos sucesivos. En cada centro, el
claustro y el consejo escolar aprueban su propio plan de convivencia
y lo incluyen en el Plan General Anual. Los ámbitos de actuación
son: desarrollo curricular, organización y participación,
y relación con la familia y la comunidad. Las actividades
extraescolares y complementarias también se orientan hacia
la convivencia: ocio, tiempo libre y tiempo no lectivo. Existe un
coordinador de actividades de convivencia que depende del consejo
escolar y tiene reducción horaria. Este programa tiene otros
socios europeos con los que se intercambia experiencias y formación.
En junio de l998, se ha celebrado el I Encuentro europeo de "Convivir
es vivir".
3) El Ayuntamiento de Madrid y la Fundación General de la
Universidad Autónoma han firmado, en el presente curso, un
convenio para desarrollar un servicio de mediación social
intercultural que favorezca la integración de la población
inmigrante en el municipio madrileño.
4) Dos profesoras de la Universidad de Málaga han propuesto
y aplicado un programa para prevenir la violencia en la escuela,
desde los ocho a los catorce años. Consta de tres módulos:
mejorar el clima de clase, solucionar los problemas sin pelearse
y aprender a ayudar y a cooperar.
5) La Federación Española de Religiosos de Enseñanza
(FERE) ha impartido el curso "A todo color" a ochenta
mil estudiantes de Educación Primaria. Los responsables eran
tutores que previamente habían realizado el curso preparatorio
"Educar en la diferencia". Esta iniciativa ha sido financiada
por el Ayuntamiento de Madrid y por Intermón (Fundación
para el Tercer Mundo). Su objetivo es desarrollar la solidaridad
entre las personas, asumiendo que todos viajamos en el mismo tren.
6) La Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras
ha elaborado una maleta sobre "Educación para el desarrollo:
nuestro mundo es un proyecto solidario". Se trata de un valioso
material didáctico. Este organismo también ha elaborado
una unidad didáctica sobre "La intervención educativa
contra la violencia escolar".
7) La Consellería de Educación de la Generalitat
Valenciana ha impartido un curso sobre "Prevención del
estrés profesional docente", para ayudar a afrontar
y resolver conflictos, y a superar la fatiga, la irritabilidad y
los enfrentamientos.
8) El profesor Martín Rodríguez Rojo (1995) ha publicado
La educación para la paz y el interculturalismo como temas
transversales. En él nos ofrece unos modelos prácticos
de Proyecto Educativo de Centros, de proyectos curriculares y de
programaciones de aula.
9) Rosario Ortega Ruiz, profesora de la Universidad de Sevilla
ha diseñado el proyecto "Sevilla Anti-violencia Escolar".
Se trata de una propuesta de trabajo de carácter preventivo,
que se está aplicando en centros de educación primaria
y secundaria de Sevilla, para mejorar el clima de relaciones interpersonales.
Se considera la escuela como una comunidad de convivencia que tiene
en la actividad educativa la clave para el desarrollo de procesos
sociales, evitando el maltrato entre iguales. Este proyecto ha sido
publicado en la Revista de Educación, n.º 313 (mayo-agosto
1997).
10) El Seminario de Educación para la Paz (Asociación
Pro Derechos Humanos) ha publicado una serie de unidades didácticas
de fácil aplicación en los centros escolares.
11) La profesora Ana Bastida ha elaborado una unidad didáctica
incorporando la enseñanza de la guerra a la educación
escolar, como parte sustancial de la educación para la paz.
Ha sido publicada en la revista Cuadernos de Pedagogía, n.º
227.
12) El 23-XI-1953 se crean las escuelas asociadas de la UNESCO
en la educación para la cooperación y la paz internacionales.
13) Podemos destacar igualmente otras experiencias que se están
aplicando en centros españoles:
Hacia la escuela que soñamos (proyecto sobre la
diversidad, solidaridad y paz). Instituto de Educación
Secundaria Ramiro de Maeztu de Madrid.
La inmigración marroquí en Madrid: xenofobia
y racismo. Instituto de Educación Secundaria Pradolongo
de Madrid. (cfr.: Cuadernos de Pedagogía, n.º 227).
El grupo La Comba de Valladolid utiliza el juego en la Educación
Física como alternativa pacificadora.
En la Facultad de Educación de la Universidad de
Valladolid está funcionando un Grupo de Educación
para la Paz del Concejo educativo de Castilla y León.
En la Facultad de Educación de la Universidad de
Granada se ha creado un Seminario de estudios para la paz y los
conflictos.
Existe una Plataforma de educación para la paz dentro
de la Oficina de cooperación para actuaciones preferentes
de la Comunidad de Madrid.
En muchos colegios de Aragón se está aplicando
el programa "Paz desde la no violencia".
En el Colegio Público Concha Espina (Nuevo Palomeras,
Madrid), asesorado por el Centro de Apoyo al Profesorado de Vallecas
y por la Universidad Complutense, se ha aplicado un programa de
acogida, otro sobre Centros de interés intercultural y
otro sobre educación en valores para tutores.
La Asociación Nacional de Mediación en Educación
está aplicando un programa sobre "Transformación
de conflictos y educación para la paz" en el Instituto
de Educación Secundaria de Gernika (Vizcaya).
El profesor Rafael Grasa aplica la experiencia El restaurante
del mundo y la publica en Aprender en la propia piel: enfoque
socio-afectivo de la educación para la paz. (cfr.: Cuadernos
de Pedagogía, n.º 182).
En la Escuela Infantil El Rincón de Leganés,
la celebración del carnaval sirve para conectar con el
espíritu y la letra de la educación para la paz.
En el Colegio Público Manuel Núñez
Arenas de Vallecas existe un 25% de absentismo, protagonizado
por el 35% de minoría étnica gitana. Los padres
y los profesores están aplicando un programa para mejorar
este problema.
En el Instituto de Educación Secundaria La Chana
(en un barrio marginal de Granada), están aplicando el
proyecto "Conocimiento de otros pueblos y otras culturas",
dentro del plan de escuelas asociadas de la Unesco. Sus cuatro
ámbitos de trabajo son: educación para la paz, los
derechos humanos, el desarrollo sostenible y el marco intercultural
(cfr. Cuadernos de Pedagogía, n.º 239, set. 1995,
pp. 26-33).
14) La Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Comillas
y la Fundación Universidad-Empresa imparten el curso de "Especialista
Universitario en Menores en Dificultad y en Conflicto Social: Técnicas
de Intervención".
Sus contenidos son: sistemas de protección a la infancia,
teorías de la delincuencia, relaciones droga-delincuencia,
técnicas de habilidades sociales aplicadas a menores, menor
y familia, menor y violencia, menor y sistema jurídico, menor
y problemas psico-sociales y sanitarios.
15) Existen otras formas complementarias de formación, más
flexibles y que permiten un mayor protagonismo de otros grupos sociales.
Frecuentemente se ponen en marcha proyectos alternativos (actividades
extraescolares, educación no formal, asociacionismo, formación
en empresas, etc.), que alivian los gastos y la excesiva responsabilidad
del sistema formal y, a la vez, soslayan su inevitable rigidez y
lentitud de respuesta a las nuevas necesidades formativas. Se trata
de otros modos de mejorar la educación sin grandes gastos
ni cambios drásticos.
El sistema educativo también está integrando una serie
de actuaciones que nacieron fuera de él. Esto ha ocurrido
con los servicios de orientación, los centros de recursos,
las actividades
de educación compensatoria, el apoyo a la escolarización
de los inmigrantes, la atención a las áreas rurales,
la educación especial, las otras formas excepcionales de
cursar la escolaridad obligatoria, etc.
16) En muchos centros educativos se están realizando periódicamente
a lo largo del año escolar muchas actividades relacionadas
con la educación para la paz y la no violencia, aprovechando
la celebración de las siguientes efemérides:
30-I: Día escolar de la no violencia y de la paz.
8-III: Día internacional de la mujer.
21-III: Día internacional para la eliminación
de todas las formas de discriminación racial.
5-VI: Día mundial del medio ambiente.
24-X: Día de las Naciones Unidas.
10-XII: Día de los derechos humanos.
17) También se programan y realizan:
Actos intercentros: pintura al aire libre, marcha por la
paz, fiesta por la paz, programas de radio, publicaciones, correspondencia,
intercambios...
Campañas de solidaridad: 0,7, medio ambiente, derechos
humanos, tercer mundo...
Acciones para mantener y conservar los recintos escolares
en buen estado.
Programas culturales: conferencias, cine, televisión,
vídeo, teatro, música...
Exposición de trabajos, Juegos cooperativos y de
simulación, Estudios e investigaciones, Comentario de textos,
Estudio de casos, Análisis crítico de la publicidad
y propaganda, Organización cooperativa de la clase y del
centro.
18) Se puede participar, a través de Internet, en un debate
abierto sobre la violencia escolar. http://roble.pntic.mec.es/
fromec/artículo 3.html
Conclusiones
La paz es un valor universalmente reconocido y profundamente arraigado
en la sociedad española. Una muestra de ello es la inclusión
de la educación para la paz en los centros escolares.
El sistema educativo español ofrece la posibilidad de trabajar
ciertos valores humanos como la paz, desde la perspectiva de la
transversalidad en el currículo. Es decir, que cada profesor
puede y debe introducir, en el ámbito de su materia de enseñanza,
la educación para la paz y la convivencia, permitiendo y
favoreciendo, en lo posible, la coordinación interdepartamental
de las programaciones didácticas.
Además, estos temas pueden ser tratados específicamente
en otras áreas de aprendizaje como la Educación para
la Ciudadanía y los Derechos Humanos, la Educación
Ético-Cívica, la Filosofía y Ciudadanía,
la Literatura, la Historia...
En este contexto, se puede tratar con mayor sentido y eficacia
el fenómeno de la violencia en los centros escolares. La
mejor forma de evitar la violencia escolar es posibilitar mecanismos
de prevención, fomentando actitudes y hábitos de convivencia
pacífica y de respeto a las libertades individuales y los
derechos de los ciudadanos.
No es menos cierto que todavía existen importantes carencias
en la formación inicial y continua del profesorado sobre
los modos de prevenir y tratar los crecientes fenómenos de
violencia escolar. En este sentido, cobra especial importancia la
aplicación de ciertos programas de educación para
la paz, la convivencia y la no violencia en los centros educativos,
promovidos por instituciones públicas y privadas de ámbito
nacional e internacional.
Las medidas disciplinarias no siempre son el medio más adecuado
ni el único para enfrentarse a la violencia escolar. Este
complejo fenómeno implica un tratamiento mucho más
integral, un análisis exhaustivo de la situación y
de sus posibles causas, una serie de propuestas globales de los
diferentes sectores sociales, un seguimiento y una evaluación
de los programas aplicados...
Desde los sistemas educativos formales y la educación no
formal e informal se deben aunar y coordinar esfuerzos para hacer
posible una convivencia pacífica de todos los ciudadanos,
que supere todo brote de racismo, xenofobia, delincuencia e injusticia
social. El conocimiento e intercambio de experiencias positivas
podrá enriquecer y hacer más eficaz el esfuerzo que
hagamos para prevenir y erradicar la violencia escolar, promoviendo
estímulos para favorecer la convivencia pacífica que
todos deseamos y necesitamos. Gracias a las tecnologías de
la información y de la comunicación, problemas como
el que nos ocupa pueden ser abordados desde una perspectiva global.
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