1. Introducción
En un nuevo sistema educativo, relleno de nuevas soluciones educativas
es imposible que las estructuras tradicionales puedan dar respuesta
a todas las necesidades que se han planteado, la estructura educativa
actual solo ha conocido la especialización por materias,
no la especialización por funciones o niveles.
Es necesario desestructurar y flexibilizar el sistema educativo
en funciones o niveles profesionales. Antes un profesor era el primero,
último y máximo responsable de la docencia en una
o varias materias, después se introdujo la especialización
en una materia, después la figura del coordinador por materias
que fija y homogeniza objetivos docentes y más tarde los
profesores vienen desarrollando un contenido curricular teniendo
en cuenta las aptitudes personales de los alumnos y necesidades
sociales y del mercado de trabajo. Hoy en día, ningún
profesor está capacitado para además de esto abordar
las nuevas tareas que impone el nuevo modelo educativo (contenidos
de calidad, a demanda, personalización, atención 24/7,
...).
2. Funciones o niveles profesionales especializados
Se requieren profesores-expertos con profundos conocimientos
y experiencia sobre cada materia a impartir debido a la especialización
y necesidad de aportar cosas nuevas cada día. Su misión
es por tanto conceptuar el temario, la organización, las
ideas fundamentales, los ejemplos, simulaciones, prácticas,
etc... que son necesarios para entender y aprender un tema.
Pero deben existir otros profesores-ayudantes capaces
de elaborar y materializar en contenidos de calidad el aporte proporcionado
por los profesores-expertos. Estos deben conocer bien los nuevos
medios tecnológicos para elaborar los nuevos materiales educativos,
con la dificultad no sólo técnica sino pedagógica
que supone elaborar dichos contenidos, teniendo en cuenta que el
alumno en muchos casos accede de forma directa a los mismos pues
en muchos casos son autoexplicativos y no van acompañados
de una lectura conjunta con un profesor en vivo.
Los profesores ayudantes pueden y deben disponer a su vez de ayuda
técnica, por ejemplo para la elaboración de grafismos,
animaciones, programas, etc., por parte de un personal de cualificación
más puramente técnica en esas áreas y sin dependencia
con la materia o formación que se imparte.
Como parte de los materiales educativos elaborados por los profesores-ayudantes,
sin duda pueden estar grabaciones audiovisuales de los profesores
expertos que son incluidas como si se trataran de conferencias magistrales
de la actualidad por su alto valor en sí mismas y en otros
casos tendrán que ser otros profesores-oradores
quienes pongan rostro y voz a los contenidos que se están
elaborando para que lleguen humanizados a los alumnos. Estos deben
tener la capacidad de transmitir y agradar al alumno (teóricamente
ser incluso actores puros si fueran capaces de entender lo que transmiten).
Y por supuesto necesitamos también profesores-tutores
que estén en contacto directo y permanente (24/7) con los
alumnos, que sean capaces de responder en el momento la mayor parte
de las cuestiones teóricas (que habitualmente serán
del tipo FAQ tan conocido en Internet), y que eventualmente se apoyarán
en los otros profesores para dar respuesta al alumno. Ellos son
capaces de relacionarse con el alumno de la mejor forma posible
utilizando las tecnologías de comunicación disponibles
o presencialmente.
Finalmente, otras figuras como profesores-psicólogos e incluso
otros que escuchan, guían, y orientan al alumno en cualquier
tipo de problema o ayudan a mejorar su rendimiento pueden ser complementarios
a los anteriores.
3. Reducción de costes y aumento de calidad.
Como vemos según este modelo los profesionales del sistema
educativo no tienen porqué ser sólo y estrictamente
profesores en el sentido tradicional.
El nivel de exigencia y coste de personal es mucho menor que el
actual, consiguiendo aún mejores resultados, veamos un ejemplo:
Un profesional con experiencia en el tema de Aprovechamiento
de residuos sólidos urbanos puede hacer de profesor
experto, mientras que un biólogo recién titulado puede
actuar de profesor ayudante y elaborar materiales de acuerdo a las
directrices del experto.
Un mismo profesor-orador puede transmitir esta materia y cualquier
otra materia técnica o de la rama de ciencias experimentales.
La figura del tutor se dedica a entender y aclarar dudas sobre los
materiales y en general sobre el tema en cuestión y puede
centrarse en su estudio en poco tiempo, teniendo en cuenta sobre
todo que tiene el apoyo de los otros profesores para realizar su
tarea. Esta forma de canalizar las dudas evita que el profesor experto
se vea saturado con las dudas sencillas de los alumnos que puede
responder el tutor de forma directa, sin consulta.
Además, de una forma natural un profesor puede pasar a desarrollar
sucesivamente en el tiempo varias de estas labores para llegar a
situarse donde más cómodo se encuentre. Los profesores
de hoy en día se sentirían cómodos realizando
quizás más de una de estas funciones algo que también
es perfectamente viable y aún más rentable en coste.
4. Ubicación en los niveles por aprovechamiento y adecuación
personal
Parece obvio que esta estructura corresponde no solo a una mejor
rentabilidad del negocio educativo sino además conlleva el
aprovechar las mejores cualidades de cada profesional de la enseñanza
y a que éste se sienta más cómodo con su trabajo.
Hoy en día existen profesores que son grandes expertos en
una materia y que por lo general son perezosos a la hora de elaborar
materiales de forma cuidadosa y más para atender personalmente
a alumnos con dudas sencillas, aunque normalmente son buenos comunicadores
y oradores, pero también los hay incapaces de estar tranquilos
y relajados en sus exposiciones públicas.
Sin embargo existen otros que aunque no tengan tan grandes conocimientos,
disponen de la habilidad para elaborar materiales de forma ordenada
en inteligente que facilitan el aprendizaje.
Finalmente no creo que sea conveniente hablar del sistema retributivo,
de incentivos y otros que soporten esta estructura de niveles. En
primer lugar pues depende de muchos factores: según el tipo
de materia se puede requerir un profesional muy especializado y
por tanto poco ofertado; las necesidades de autorización
24/7 obligan a horarios poco cómodos y por tanto a que menos
profesionales sean capaces de seguirlos; la necesidad de una buena
imagen personal y dotes de comunicación en público
son cualidades muy demandadas en cualquier sector profesional actualmente;
por último hoy en día no hay apenas profesionales
cualificados que conozcan las tecnologías educativas como
para elaborar materiales sin ser puramente técnicos.
Por tanto este modelo permite desarrollar la estructura funcional
y operativa básica para nuevos modelos de negocio basados
en teleformación.
Bibliografía
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Moreno Becerra, J.L. 1998. Economía de la educación.
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