Los problemas de conducta de los alumnos en la escuela y
su intervención de forma global o sistémica son realidades
cada vez más frecuentes. Este artículo intenta ser
un producto práctico sobre esta realidad en concreto: mediante
la entrevista desde la escuela, con unos padres
en una determinada situación.
Intentar establecer una forma de trabajar unificada a nivel de
centro sobre un tema determinado, en este caso las entrevistas a
unas familias concretas, requiere un consenso que puede llegar por
dos caminos: el primero, a través de un acuerdo mayoritario
por parte de los maestros y establecido en los documentos base del
centro. El segundo, a través de la experimentación,
basada en un marco teórico, de un proyecto llevado a cabo
por un grupo reducido de docentes para llegar a la acción
unificada de un colectivo amplio del profesorado.
En el C.P.s´Auba (Mallorca, España) se ha optado por
esta segunda opción: un equipo de profesores de refuerzo
y determinados tutores han intentado aplicar el modelo de entrevista
que se presenta en este artículo.
El objetivo general es saber cómo trabajar la entrevista
de forma genérica con unos padres y madres específicos
(a causa de sus condiciones sociodemográficas y estructurales).
Se intentará hacer de forma coherente, relacionada con un
marco teórico pretendiendo también eliminar, en la
medida en que se pueda, posibles prejuicios y, en ciertos momentos,
una excesiva subjetividad. Y en cuanto a los objetivos específicos
sería :
- Hacer de la entrevista un hecho puntual, sino parte de un proceso
continuo y con sentido a pesar de las dificultades del factor
tiempo en el mundo escolar, y no un hecho puntual.
- Conectar las diferentes partes de la entrevista con un objetivo
finalista palpable: mejorar las relaciones escuela-familia y aportar
respuestas lo más coherentes posible.
Los resultados respecto a la evolución del niño han
sido relativamente positivo: algunos niños y niñas
han continuado con el perfil inicial no incrementándose la
conducta antisocial, y otros han evolucionado correctamente. Hay
que destacar que se ha evidenciado de forma palpable una más
clara conexión y una mejor relación entre los progenitores
y la escuela.
Para aportar funcionalidad a la entrevista y al trabajo a realizar
desde la escuela con la familia, es necesario definir la conducta
antisocial y los posibles rasgos del marco familiar que sufre esta
problemática.
Por conducta antisocial se entiende la ruptura con las normas y
las reglas del contexto. Es un tipo de problema que se exterioriza
en la infancia y en la adolescencia como fuente de riesgo de futuros
problemas (Kazdin y Buela-Casal, 1999).
En cuanto a los factores sociodemográficos y estructurales
que pueden presentar estas familias, se podrían enumerar
(1999): separación de los padres o disputas de pareja, predominio
de los transtornos de conducta y delincuencia sobre todo en clases
bajas, asociación entre conducta problemática del
niño o niña y estrés socioeconómico
y prácticas educativas y de interacción inadecuadas
entre padres e hijos.
A continuación se tratará la entrevista y el trabajo
a realizar desde casa, siempre de modo orientativo, generalista
e incorporando los rasgos familiares de forma detallada para una
mayor efectividad.
1. Creación de un rapport
Se refiere a la capacidad de comunicarse libremente, a la comodidad
que rodea la situación comunicativa, al acto en sí
y a la cualidad del contacto humano (Moore, 1995: 101-102). Estos
atributos con unos padres con unos posibles niveles de angustia
elevados, unos posibles recuerdos de infancia negativos y unas relaciones
sociales deterioradas, son especialmente propicios.
Para establecer el rapport, es aconsejable comunicarse con
un grado de equilibrio entre las dos partes: por ello, hablamos
al niño/a como persona, no como alumno (anécdotas
de la escuela o de la familia, viajes realizados, aficiones o intereses
)
y descartamos juzgar la tarea de los padres y el papel que juegan.
También es aconsejable que el docente se interese por las
inquietudes de los progenitores mediante la escucha activa,
un atributo esencial del rapport .
La escucha activa , eje transversal de todo el proceso, significa
el rechazo de los sermones y la valoración del silencio.
Según Casamayor (1999:153) cuando escuchamos de forma activa
:
- No cambiamos de tema cuando alguien habla.
- No valoramos, ni juzgamos, sino que animamos o aconsejamos.
- No pensamos, mientras el otro está hablando, en rebatir
lo que el otro dice.
- Exploramos los sentimientos además de los hechos.
- Observamos el lenguaje no verbal.
- Hacemos preguntas abiertas.
- Parafraseamos los puntos principales para ayudar al que habla
a comprender el conflicto.
2. Exposición del problema
Este es posiblemente el punto más difícil del proceso.
El planteamiento del conflicto puede derivar hacia un aumento de
éste y transformar la dinámica de resolución
de positiva en destructiva. Por ello, el formato de presentación
del problema tendría que responder a una serie de características
(Porro, 1999: 102-106) (Johnson y Johnson, 1999: 109-115):
- Se centra en el problema , no en la persona.
- Se concentra en la relación cooperativa a largo plazo.
- Se plantea el problema de forma positiva.
- Se envían mensajes en primera persona. Se expresa lo
que uno siente y piensa sobre la acusación del otro.
- Se especifica la conducta antisocial realizada de la forma más
precisa posible.
Un posible ejemplo que combina los principios enunciados sería:
Yo creo que necesitamos trabajar conjuntamente y mejorar
las cosas necesarias, para así poder corregir en la medida
de lo posible la conducta de__________ (nombre del niño o
niña):_________(se especifica la conducta ). Yo me siento__________(descripción
del sentimiento), porque _________(razón que induce al sentimiento
descrito).
3. Preguntas generales y específicas:
Cuando se consiga una relación fluida y positiva, se intentará
una aproximación a la problemática del niño
con una serie de preguntas amplias, resaltando que el motivo de
éstas es el conocimiento del niño. Algunas de estas
preguntas generales podrían ser: ¿Qué me
comentaría de su hijo? ¿Cómo ve a
su hija? ¿Qué cosas le gustan más
/ menos a su hijo?....
Con estas preguntas se intenta que la madre o el padre sea el protagonista
y el explorador del problema. A partir de la pregunta general y
abierta, se intentarán recoger aspectos positivos y aspectos
negativos del comportamiento del niño, para acabar analizando
los negativos a través de preguntas específicas tales
como: ¿Cuándo sucede esta conducta? ¿Cómo
sucede? ¿Con quien sucede este tipo de conducta?
Lo enunciado, de forma muy general, tiene relación con el
marco teórico de la entrevista motivacional (Miller y Rollnick.
1999).
4. Opciones y plan de actuación
En este momento, el maestro aportará información
y consejo. Para informar y aconsejar, en cuanto a la forma,
es conveniente (Miller y Rollnick, 1999: 153):
- El maestro no debe reforzar su protagonismo adoptando el papel
de consejero. Frases que pueden ayudar serían : Me
gustaría aportar alguna idea, pero quizás usted
ya la ha pensado
- El maestro debe moderar la respuesta. Puede ser oportuno dar
un consejo de una manera deliberadamente no personal y dejar que
el padre o madre juzgue cómo se ajusta a su situación
:
- Algunos padres han optado por
(se hace la sugerencia).
¿Esto sería de utilidad para usted?
- El maestro debe ofrecer un abanico de opciones : ¿Cuál
de estas opciones tiene más sentido para usted?
En cuanto al contenido del consejo, sería recomendable,
de forma muy general, ya que cada caso es único, tener presente:
a) Utilización de normas precisas, claras y consensuadas
:
Las autoestimas negativas suelen procurar un comportamiento que
no se corresponde con la realidad (Casamayor, 1999: 83): es decir,
un comportamiento desajustado al marco social de referencia. Por
este mismo hecho, ante autoestimas bajas, se hace necesario establecer
un sistema normativo, cuanto más elaborado mejor, entre padre,
madre e hijo, que derive a una conducta del niño adecuada
al contexto, con el posterior refuerzo positivo de éstos
hacia el niño.
b) Privación de estímulos agradables:
Básicamente la teoría psicológica ha descrito
dos tipos de técnicas punitivas: por una parte, proporcionar
al niño un estímulo aversivo y desagradable, y por
otra, privarlo de experiencias o estímulos agradables (Gotzens,
2001: 101).
En cuanto a la privación de experiencias agradables, para
su aplicación, el marco escolar no es del todo óptimo
:
... Dicho en otras palabras: es preciso que la aplicación
del castigo, por ejemplo privar al alumno de algún período
de recreo, no implique ni dejar solo al alumno en el aula, ni abandonar
al resto de alumnos en el patio [...], tampoco puede esperarse que
el profesor prolongue su estancia en la escuela a fin de que una
más larga permanencia conjunta con el alumno castigado, garantice
la imposibilidad de que éste lleve a cabo determinadas actividades
como ver el programa de televisión favorito o entregarse
de lleno a sus videojuegos ... (105)
En cambio el espacio familiar sí que deja opción
viable para la privación de experiencias agradables. Es el
espacio de la televisión, de los amigos, de las salidas
... Así, cualquier estrategia punitiva consistente en privar
al alumno de algunas actividades extra académicas tales como
ver determinados programas de televisión, ir al cine con
los amigos o invitarlos a jugar en casa por ejemplo, el cumplimiento
de las cuales deberá correr a cargo muy probablemente de
los padres, son considerablemente dificultosas de aplicar desde
el ámbito escolar... (104-105).
En consecuencia, establecer cuáles son los intereses del
niño o niña y hacer uso de la privación de
éstos, puede ser una herramienta restauradora de conducta
desde el ámbito familiar.
c) Intento de crear un ambiente cálido y seguro:
Uno de los resultados de los estudios de Kazdin y Buela-Casal (1999)
es que los padres que demuestran menos afecto, ayuda y comunicación
hacia sus hijos, refuerzan y promocionan la conducta antisocial
de estos.
El tiempo de escucha activa y de contacto afectivo con el hijo
o hija, comunica que los padres están presentes y por este
hecho, el niño o niña se siente aceptado y puede disponer
de la fuerza necesaria para explorar el mundo y hacer sus propias
elecciones.
Es a partir de aquí cuando se tiene que concretar el plan
de acción en el que se podría detallar cual es la
conducta a mejorar, la acción a realizar, quién la
lleva a cabo y cuándo.
Referencias bibliográficas
Casamayor, G (Coord.): Cómo dar respuesta a los conflictos.
La disciplina en la enseñanza secundaria. Barcelona.
Ed. Graó. 1999.
Gotzens, Concepción: La disciplina escolar. Barcelona.
Ed. Horsori. 1999.
Johnson, David W; Johnson, Roger T: Cómo reducir la violencia
en las aulas. Barcelona. Ed. Paidós. 1999.
Kazdin, Alan E.; Buela-Casal, Gualberto: Conducta antisocial.
Evaluación, tratamiento y prevención en la infancia
y adolescencia. Madrid. Ed. Pirámide. 1999.
Miller, William R. y Rollnick, Stephen: La entrevista motivacional.
Barcelona. Ed. Paidós. 1999.
Moore, Christopher: El proceso de Mediación. Métodos
prácticos para la resolución de conflictos. Barcelona.
Ed. Granica. 1995.
Porro, Barbara: La resolución de conflictos en el aula.
Barcelona. Ed. Paidós. 1999.
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