Nativos digitales:  ¿ocultamiento de factores generadores
            de fracaso escolar?
             Fabiola Cabra Torres *  
              Gloria  Patricia Marciales Vivas **
            
              * Profesora investigadora perteneciente al Grupo de Investigación Ámbito  Educación Superior, Facultad de Educación, Pontificia Universidad Javeriana,  Colombia. 
              ** Profesora investigadora perteneciente al Grupo de  Investigación Aprendizaje y Sociedad de la Información, Facultad  de Psicología, Pontificia Universidad Javeriana, Colombia 
             
             Síntesis:  En este artículo se busca aportar a la  discusión en torno a las características de los denominados «nativos  digitales», expresión extraída del trabajo de Mark Prensky (2001a) titulado Digital  Natives, Digital Immigrants, cuestionando las narrativas y los mitos  construidos en torno a los jóvenes de hoy, los cuales tienden a magnificar sus  habilidades para el uso de tecnologías y relegan a un segundo lugar  competencias esenciales para el acceso y uso de información. Para lograr este  propósito se revisan investigaciones que confirman los riesgos de las  generalizaciones sobre los denominados nativos digitales y el impacto que estas  pueden tener en el ocultamiento de factores generadores del fracaso escolar.  
              Focalizamos en el texto el análisis de las competencias  informacionales de los jóvenes como una exigencia imprescindible de la  ciudadanía actual y no solo como requisito instrumental para ingresar a la  cultura escolar y al competitivo mundo laboral. Del análisis realizado se  concluye que al considerar el fracaso escolar habría que tener en cuenta dos  aspectos significativos: el primero lo constituyen las representaciones  construidas acríticamente sobre los niños y los jóvenes como usuarios de las  tecnologías de la información, representaciones que dificultan la comprensión  de su mundo y sus necesidades más allá de aspectos puramente técnicos; el  segundo aspecto se vincula con la incapacidad de la escuela y de las políticas  sociales para favorecer el desarrollo de competencias informacionales que  garanticen la inclusión de los jóvenes en la vida ciudadana. 
              Palabras clave: nativos digitales; fracaso escolar; inclusión de los  jóvenes; uso de tecnologías; competencias informacionales; generación net. 
              SÍNTESE: Neste artigo, busca-se  oferecer elementos para a discussão sobre as características dos denominados  «nativos digitais» – expressão extraída do trabalho de Mark Prensky (2001a),  intitulado Digital Natives, Digital Immigrants –, questionando as narrativas e os mitos  construídos em torno dos jovens de hoje, que tendem a magnificar suas habilidades  para o uso das tecnologias, relegando, a um segundo plano, competências  essenciais para o acesso e uso da informação. Para alcançar este propósito,  revisam-se pesquisas que confirmam os riscos das generalizações sobre os  denominados nativos digitais e o impacto que estas podem ter na ocultação de  fatores geradores do fracasso escolar. 
              Focalizamos,  no texto, a análise das competências informáticas dos jovens como uma exigência  imprescindível da cidadania atual e não só como requisito instrumental para  ingressar na cultura escolar e no competitivo mundo do trabalho. Da análise  realizada, conclui-se que ao se considerar o fracasso escolar haveria que se  levar em consideração, também, os aspectos significativos: o primeiro está  constituído pelas representações construídas acriticamente sobre as crianças e  os jovens como usuários das tecnologias da informação, e por representações que  dificultam a compreensão de seu mundo e de suas necessidades mais além de  aspectos puramente técnicos; o segundo aspecto vincula-se à incapacidade da  escola e das políticas sociais para favorecer o desenvolvimento de competências  informáticas que garantam a inclusão dos jovens na vida cidadã. 
              Palavras-chave: nativos  digitais; fracasso escolar; inclusão dos jovens; uso de tecnologias;  competências informáticas; geração net. 
              ABSTRACT: This article aims at contributing to the discussion concerning the so  called «digital natives» –expression coined by Marc Prensky (2001a) in his work  Digital  Natives, Digital Immigrants. We challenge the myths and narratives constructed around today’s  youngsters, especially those which tend to magnify the skills that involve  using technology and that relegate skills essential to access and use of  information. For this purpose, we go through the researches that confirm the  risk of generalizing on the so called digital natives and the impact that these  have on hiding the actual factors that contribute to school failure. 
              We focus  our analysis on the information skills of the youngsters as an essential demand  of today’s citizenship, and not just as an instrumental requirement to enter  school culture and the competitive job market. From the analysis we came to the  conclusion that when considering school failure, we should take into  consideration the following key features: The first one is constituted by the  non critical representations of children and youngsters as users of information  technologies. These representations obstruct our understanding of their world  and needs, beyond the purely technical aspects. The second feature is connected  to the inability of the school and the social policies to encourage information  skills that guarantee the inclusion of youngsters in civic life. 
            Keywords: digital  natives; school failure; inclusion of youngsters; technology usage; information  skills, generation net. 
             1.   Introducción
             Desde diferentes lugares se anuncia  hoy el ingreso de nuevas generaciones de jóvenes a las aulas universitarias,  denominadas de «nativos digitales», cuyas competencias, desarrolladas gracias a  la incorporación de tecnologías de la información y la comunicación, plantean  demandas y retos nuevos a las instituciones educativas. Pero pese a estos  desafíos, se afirma que los sistemas educativos se encuentran anquilosados en  glorias pasadas, ajenas y desinteresadas en reconocer los cambios que emergen  en el contexto de la sociedad de la información. 
             En este artículo se revisará el conocimiento construido en torno  a los nativos digitales, sus características según los discursos dominantes en  la literatura existente sobre el tema, la investigación documentada y los  principales hallazgos en términos de las competencias de este grupo  generacional, para afrontar las exigencias de una sociedad tecnificada y  competitiva. Se busca aportar a la discusión en torno a las características de  los nativos digitales, cuestionando las narrativas y los mitos construidos en  torno a los jóvenes de hoy que tienden a magnificar sus habilidades en el uso  de tecnologías y dejan en segundo lugar competencias esenciales para el acceso  y uso de la información. 
             Para lograr este propósito se hará una revisión de  investigaciones que confirman los riesgos que conllevan las generalizaciones  sobre este particular sector de la sociedad y el impacto que las mismas pueden  tener en el ocultamiento de factores generadores del fracaso escolar. 
             2.   Nativos digitales: características
             En el trabajo de Mark Prensky  (2001a) titulado Digital Natives, Digital Immigrants encontramos  la primera referencia a la expresión nativos digitales, utilizada para  nombrar, según afirma el autor, a los niños y jóvenes que ingresan al sistema  educativo y que han cambiado radicalmente respecto a generaciones anteriores:  «Los estudiantes de hoy son hablantes nativos del lenguaje digital de los  computadores, los videojuegos y la   Internet». La segunda expresión, inmigrantes digitales, designa,  en cambio, a aquellos que no nacieron en estas condiciones y que participaron  de un proceso de socialización diferente, teniendo que adaptarse necesariamente  a este entorno. 
             Por  su parte, Tapscott (1998) se refiere a esta población con el término generación  net, con el que denomina a la primera generación  que crece rodeada de tecnología digital, y para cuyos integrantes esta no  parecería constituir ninguna amenaza sino un entorno completamente natural a su  experiencia cotidiana. 
             En las  diversas denominaciones –digital natives, net generation, millenials, Google  generation– se emplea el concepto de generación como criterio tanto  para pensar en la transformación del proceso educativo, como en las  modificaciones de las características demográficas de los estudiantes y en los  comportamientos relacionados con estilos de aprendizaje. Con algunos énfasis  que los diferencian, tales trabajos (Prensky, 2001b; Skiba y Barton, 2006)  reportan que el cambio más contundente de las nuevas generaciones tiene lugar  en términos de: 
            
              -  Las diferencias cognitivas  expresadas en las formas de aprender y de comunicar.
 
              -  Las competencias digitales.
 
              -  El aprendizaje experiencial  y activo.
 
              -  El gusto por la interactividad  y el trabajo en colaboración.
 
              -  La inmediatez y  conectividad que las caracteriza.
 
             
             3.   La investigación en torno a los nativos  digitales
             Un  camino importante para aportar a la conceptualización sobre los nativos  digitales y que contribuye a diferenciar los mitos creados en torno a ellos es  la revisión de los estudios que a lo largo de más de dos décadas se han llevado  a cabo para lograr una mirada comprensiva y profunda de dicho fenómeno.  
             Con este  propósito, se realizó una revisión de artículos de investigación a través de  bases de datos como Proquest, PsycArticles, Scopus y Redalyc. Del total de  artículos arrojados por la búsqueda se seleccionaron aquellos que fuesen  informes de investigación o revisiones de investigaciones relacionadas con este  campo. Se presenta a continuación un análisis de sus objetivos y limitaciones. 
             3.1 Objetivos y limitaciones de los estudios  revisados 
             En la tabla que aparece a  continuación se registran algunas de las investigaciones sobre nativos  digitales publicadas en revistas indexadas o  en libros derivados de investigación y los objetivos alcanzados en cada una.  
              
            Como se  infiere en la tabla anterior, ha sido de particular interés la investigación  desarrollada en torno a las habilidades tecnológicas de los estudiantes a  partir del análisis de las prácticas de uso de herramientas como el computador,  el celular, las consolas de videojuegos, entre otras. En menor proporción se  reportan estudios relacionados con las competencias o habilidades con las  cuales cuentan los estudiantes para acceder y usar información empleando  tecnologías de la información y la comunicación (tic). 
             Algo que se  evidencia cuando se revisa la investigación realizada en este campo es la  carencia de estudios longitudinales así como de estudios en profundidad que  documenten la naturaleza de las habilidades, más allá de aspectos puramente  técnicos. Así lo revela la investigación de Bennett, Maton y Kervin (2008), que  parten de las denominaciones nativos digitales y net generation, introducidas  por Prensky (2001a) y Tapscot (1998) respectivamente, con el fin de indagar  sobre el sustento investigativo de las afirmaciones de estos últimos y de  aquellos que han continuado su trabajo. La mirada de Bennett, Maton y Kervin  permite apreciar la escasez de resultados empíricos en relación con las  características específicas de los llamados nativos digitales, e inclusive, las  diferencias significativas entre estos y los inmigrantes digitales. 
             Las  descripciones generales hechas sobre los nativos digitales no permiten  profundizar en factores que podrían explicar la variabilidad entre  generaciones, como aquellos de orden contextual, histórico, cultural económico  y político. Dichos factores configuran las trayectorias de vida de cada  generación y, como nichos de desarrollo individual y social, no pueden ser  omitidos en una mirada comprensiva que abarque varias generaciones. Por  ejemplo, cómo no indagar en el tipo de interacciones que se establecen entre  pares en cada generación, o las características de aquellas que tienen lugar en  diferentes épocas entre los jóvenes y el entorno familiar, o de unos y otros  con las herramientas culturales propias de cada momento histórico, las cuales  impactan en las formas de aprender y, por ende, de enseñar. Se busca con ello  no sobredimensionar las diferencias, para analizarlas en el contexto de las  realidades en que se originan. 
             Otro aporte  importante del trabajo de Bennett, Maton y Kervin (2008) lo constituye el  señalamiento que hacen respecto a que si bien algunos jóvenes son adeptos al  uso de tecnologías en diferentes actividades de la vida cotidiana, una  significativa proporción de ellos no tiene habilidades necesarias para el uso  de las mismas o condiciones de acceso adecuadas. Además, un descuido importante  de la investigación ha sido el hecho de no contemplar las ventajas comparativas  entre generaciones, asociadas a los estadios de desarrollo psicológico,  criterio importante para explicar tales diferencias sin caer en simplificaciones.  No es posible, por tanto, desconocer el aporte que la psicología ha hecho a la  comprensión de los estadios de desarrollo, desde los cuales las variaciones  entre grupos etarios son explicadas teniendo en cuenta variables relativas al  desarrollo cognitivo propio de cada etapa. 
             Los hallazgos  de Rowlands y otros (2008) muestran la ausencia de estudios longitudinales que  permitan dar cuenta de las diferencias de los más jóvenes respecto a los  mayores, e indican que después de la edad de 11 años no se han detectado  variaciones en el comportamiento de los más jóvenes respecto al de los adultos  jóvenes. Las principales diferencias entre niños y adolescentes parecen estar  asociadas al hecho de que los primeros no han desarrollado las habilidades  cognitivas y motoras para ser buscadores efectivos. Estos y otros hallazgos  permiten a los autores a afirmar que, en general, son pocas las evidencias en  la literatura sobre cambios cognitivos entre generaciones. 
             Estas  carencias investigativas son las que llevan a los autores antes mencionados a  tener una mirada crítica respecto a las características de los nativos  digitales y a alertar sobre el denominado «pánico moral», fenómeno que se ha  ido generando en la sociedad actual y que tiene lugar cuando un grupo social  particular –en este caso el de los jóvenes– es retratado por los medios de  comunicación como una amenaza potencial a los valores y normas sociales  establecidos, con un lenguaje sensacionalista que amplifica el eventual peligro  de dicho grupo. El discurso, que se convierte en discurso público, se  constituye en el vehículo a través del cual el pánico se instala en la  población. 
             Bennett, Maton y Kervin (2008) llaman también  la atención sobre el hecho de que las generalizaciones realizadas en torno a  esta generación entrañan un riesgo particular: el del abandono de aquellos  jóvenes menos hábiles, tanto en el uso de tecnologías como en el acceso y uso  de la información, lo que lleva al desconocimiento del impacto de factores de  orden social, económico, político y cultural que ahondan la brecha que se está  abriendo entre quienes tienen acceso a la información y aquellos que van  quedando rezagados y marginados de una sociedad cada vez más competitiva (Ferro  Bayona, Amar y Abello, 1998). 
             3.2 Investigación sobre habilidades de los nativos  digitales: de la habilidad natural a la necesidad de competencias informacionales 
             En  esta línea de indagación resultan relevantes los trabajos sobre las  competencias reales con que cuentan los estudiantes universitarios para  responder a las exigencias académicas empleando las tic. Al respecto, Barbara Combes  (2007), una de las autoras más reconocidas en este campo, presenta resultados  preliminares de un proyecto más amplio con los cuales reta la idea sobre la  existencia de una «generación net de superusuarios que ingresan a la  universidad», para lo cual parte de la caracterización de la generación net,  desarrollada por otros autores, en la cual los jóvenes aparecen con una  comprensión amplia y un conocimiento intuitivo sobre cómo usar las tecnologías,  simplemente por el hecho de que nunca han conocido un mundo sin internet y sin  evolución tecnológica. 
             El trabajo y  las revisiones de investigaciones adelantados por Combes (2007) constituyen un  cuerpo emergente de investigación sobre la generación net que ha  desmitificado al usuario intuitivo capaz de utilizar los recursos electrónicos  para encontrar información, aspecto que ya había sido objeto de sospecha por  parte de investigadores de diferentes campos disciplinarios, particularmente de  las ciencias de la información. 
             Las  afirmaciones respecto de los integrantes de la generación net que están  siendo debatidas por tales trabajos, debido al optimismo no siempre  fundamentado de algunas, son las siguientes: 
            
              -  Poseen una gran base de  conocimiento facilitada por el acceso a la información a través de internet y  de los recursos electrónicos, lo que los hace independientes y con habilidad  para interrogar y confrontar información (Tapscott, 1998). 
 
              - Saben lo que quieren y  tienen grandes habilidades de alfabetización digital (Skiba, 2003; Oblinger y  Oblinger, 2005). 
 
              - Son comunicadores visuales  intuitivos con fuertes habilidades viso-espaciales y capacidad para integrar lo  virtual con el mundo físico (Oblinger y Oblinger, 2005).
 
              -  Aprenden por  descubrimiento, investigación y experiencia, lo que los capacita para retener  información y usarla de formas innovadoras; están cómodos en multitareas y usan  un amplio rango de tecnologías para buscar información (Skiba, 2003; Dorman,  2000; Oblinger y Oblinger, 2005).
 
              -  Se comunican con un amplio  espectro de usuarios –la conectividad que se establece y el compromiso social  que importa el uso de tecnologías  son muy relevante para ellos–, lo que los expone a una  amplitud de ideas y diferencias culturales que les permite construir una mirada  socialmente inclusiva (Tapscott, 1998; Dorman, 2000).
 
             
             En contraste  con los anteriores enunciados, algunos estudios de Educational Testing  Service (ets) (2006) y Case  (2002) indican que un gran número de estudiantes no sabe cómo usar estrategias  refinadas de búsqueda, manejo y evaluación de la información (Fallows, 2005;  Branch, 2003; Livingstone y Bober, 2004). 
             Banwell y  Gannon-Leary (2000) avanzaron en los resultados anteriores mediante la  confrontación del conocimiento real y las percepciones de los jóvenes sobre sus  competencias, y encontraron que los participantes rehusaron admitir sus vacíos  de conocimientos o de habilidades al usar internet y otros recursos  electrónicos. En el mismo sentido, los estudios realizados con estudiantes universitarios  por Nicholas y otros (2003 y 2004) demostraron que si bien los estudiantes  manifestaron niveles altos de habilidad para el uso de la red (solamente entre  el 10% y 12%), los porcentajes disminuyeron cuando se indagó sobre su habilidad  para realizar tareas simples como recoger información (30,5%), organizarla  (28,5%) y evaluarla (25%). 
             Las  principales conclusiones de los investigadores en este campo indican que si  bien los estudiantes sienten confianza en su habilidad para el uso de la  tecnología y para encontrar información, sienten menos confianza para manipular  y usar la información que encuentran. Las implicaciones de los resultados de  esta investigación se discuten a continuación a la luz de los factores  vinculados al fracaso escolar. 
             4.   Implicaciones de la investigación  sobre nativos digitales en relación con el fracaso escolar
             El  fracaso escolar como categoría de análisis resulta borroso y de conceptualización compleja debido fundamentalmente a  la cantidad de variables que intervienen (Escudero,  2005) y a que su significado depende de tradiciones culturales, políticas y  educativas diversas. Para algunos autores, su significado «podría ser sinónimo  de fracaso de la escuela» (Molina García, 2004, p. 41), en especial si se toma  distancia de una visión individualista que responsabiliza a cada sujeto por su  éxito o fracaso escolar. Si el problema no se centra exclusivamente en el  sujeto, emerge la necesidad de interpelar las dinámicas organizativas y  curriculares, así como la cultura escolar, en relación con la construcción de  exclusiones, discriminaciones y formas de selectividad generadoras de dicho  fenómeno. 
             Partiendo de  esta segunda visión, que resulta más amplia por cuanto involucra el contexto y  las prácticas de las instituciones, hoy se considera la importancia de tener en  cuenta tanto factores contextuales como situacionales que cooperan en la  construcción del fracaso escolar, así como aquellos provenientes del ambiente  escolar propiamente dicho, y del ámbito extraescolar (Fernández Pérez, 1995).  Desde esta perspectiva, el fracaso escolar estaría relacionado con dos aspectos  que se infieren de las investigaciones revisadas: 
            
              -  Las representaciones  construidas acríticamente sobre los niños y los jóvenes como superusuarios de  las tic que dificultan la  comprensión de su mundo y sus necesidades, más allá de aspectos puramente  técnicos.
 
              - La incapacidad de la  escuela y de las políticas sociales para favorecer el desarrollo de  competencias informacionales que garanticen la inclusión de los jóvenes en la  vida ciudadana.
 
             
             4.1 Las representaciones en la construcción social 
             Las  representaciones sobre niños y jóvenes como superusuarios de las herramientas  tecnológicas –construidas acríticamente desde el mundo de la publicidad, la  psicología popular o los grandes monopolios de las tecnologías y los  videojuegos, con escaso fundamento académico– son uno de los factores más  influyentes en la manera en que se establecen las relaciones entre los jóvenes  y los medios digitales, en tanto «la representación participa en la  construcción social de la realidad y contribuye a la definición de aquello que  caracteriza a un grupo en virtud de las significaciones compartidas» (Duarte,  1998, p. 207). 
             Un riesgo que  suponen tales representaciones sobre los nativos digitales que asisten a las  escuelas, y que los identifican como expertos usuarios de las tecnologías, son  los sentimientos de angustia, incertidumbre e impotencia que, frente a las  nuevas generaciones de aprendices, se generan en los docentes de todos los  niveles (Rueda y Quintana, 2004). Del mismo modo, influyen en la desconexión  que experimentan padres y adultos en general frente a una supuesta ventaja  comparativa de los jóvenes, lo que abre una brecha generacional importante.  Esta retórica, que enfatiza la distancia entre generaciones, sobrevalora las  habilidades cognitivas de niños y jóvenes y ubica como incompetentes a los  adultos, exagerando los conflictos inherentes a la ya suficientemente compleja  comunicación intergeneracional. 
             Afortunadamente,  la investigación fue haciendo evidente de forma progresiva que, si bien los  estudiantes de hoy tienen una relación más «intuitiva y espontánea» con las  tecnologías digitales en comparación con los adultos, tienden a ser usuarios y  creadores acríticos de información y, la mayoría de las veces, se orientan al  consumo cultural poco reflexivo y al entretenimiento pasivo. Adicionalmente, ha  ido revelando que los jóvenes procedentes de grupos vulnerables carecen de  oportunidades relevantes para el uso y apropiación de estas tecnologías, lo que  los ubica en un lugar de marginación que los excluye tanto de la población de  nativos como de la de inmigrantes digitales. 
             A la luz de los resultados de las investigaciones, el  presupuesto según el cual los niños y jóvenes tienen habilidades digitales  prácticamente naturales y no requieren una enseñanza formal debe relativizarse:  el mito de los estudiantes como nativos digitales tiene sus límites y riesgos  como representación en la medida en que no permite identificar la diversidad de  esta población o hacer diferencias para atender a necesidades de desarrollo  específicas para favorecer procesos de participación social. Con frecuencia, en  los discursos que han tendido a hacerse dominantes prevalecen una visión  esencialista y un determinismo tecnológico que niegan las diferencias  culturales y las desigualdades sociales, ya que «se cree que la tecnología  produce unos efectos, provoca cambios sociales y  psicológicos, con independencia del modo en que sea utilizada y de los  contextos y procesos sociales en que participe» (Buckingham, 2002). 
             Desconocer las  zonas de riesgo en las que se ubica una gran parte de la población de niños y  jóvenes en términos de sus competencias informacionales contribuye al fracaso  escolar, ya que se desestiman sus necesidades y se generan contextos de  aprendizaje que no favorecen su participación social ni el ejercicio pleno de  sus derechos, como tampoco el del acceso a la información como bien social. 
             4.2 El rol de la escuela en el desarrollo de  competencias informacionales 
             La  incapacidad de la escuela para favorecer el desarrollo de competencias  informacionales con el fin de garantizar la inclusión de los jóvenes en la vida  activa ciudadana está relacionada con contenidos tanto políticos como éticos  que no se pueden separar de las causas y efectos del fracaso escolar. 
             Una ciudadanía  activa y responsable supone el empoderamiento de la gente para ejercer sus  derechos y responsabilidades consigo misma, con su comunidad y con el Estado  (Ramalho, 2002). Lo anterior es posible, entre otras cosas, en la medida en que  se desarrollan las habilidades necesarias para localizar, acceder, evaluar,  interpretar y actuar con información, competencias fundamentales para hacer  elecciones informadas y para llevar a cabo acciones como individuo y como  miembro de una comunidad que ejerce de forma legítima sus derechos y  responsabilidades sociales, civiles y políticas. De acuerdo con esto, el  ejercicio de la ciudadanía estaría mediado por el desarrollo de competencias  informacionales para reconocer necesidades de información, identificar fuentes  potenciales, desarrollar estrategias de búsqueda y usar crítica y éticamente la  información (Doyle, 1992; Adam, 1997; Webber y Johnston, 2000). 
             Los datos  presentados en diversos estudios aportan elementos críticos para comprender que  la escuela presenta dificultades para garantizar el desarrollo de competencias  esenciales para el acceso y uso de la información a los estudiantes de los  distintos niveles educativos. Desde el punto de vista de la alfabetización tecnológica  que se requiere en la sociedad de la información, esta no puede centrarse en la  enseñanza de elementos técnicos ni desvincularse del desarrollo de la  conciencia social y crítica de los ciudadanos. El papel de la escuela es  significativo por su potencial para habilitar a los sujetos para el acceso,  participación y ejercicio de otros derechos en las diversas esferas de la vida  personal, social y cultural, política y económica, y no solo para el espacio  delimitado de las aulas (Escudero, 2005). 
             Según afirman  algunos autores: 
             Como la  escuela representa para los niños y jóvenes de los sectores económica y  socialmente menos favorecidos la única posibilidad de inserción en la  modernidad, si no se adapta a las nuevas exigencias tecnológicas y culturales  de la sociedad actual se estará perpetuando su marginalidad (Rueda y Quintana,  2004, p. 12). 
             Como se ha  demostrado, la escuela puede jugar un papel importante en la compensación de  desigualdades, especialmente en lo que respecta a facilitar oportunidades de acceso  a la red en su sentido más amplio (Sigalés y Mominó, 2004). Pero también puede  magnificar estas desigualdades al desestimar la importancia de habilidades y  competencias digitales significativas para la ciudadanía en la actualidad. Al  parecer, muchas instituciones educativas están más preocupadas por alcanzar  estándares y certificaciones y estar incluidas en todo tipo de ranking,  que por implicarse en esta esfera de la construcción de ciudadanía. Las  presiones externas sobre el sistema educativo se ubican en estos rendimientos y  operan, en consecuencia, sobre sus prioridades. 
             La  comprensión, uso y apropiación de las tecnologías es un campo complejo de  habilidades que requiere un esfuerzo de aprendizaje social importante. Van Dijk  y Hacker (2003) distinguen entre habilidades: 
            
              -   Operacionales: para operar  con hardware y software.
 
              -  Informacionales formales:  para entender las características y el manejo de computadores.
 
              -  Informacionales  sustanciales: para encontrar, seleccionar, procesar y evaluar la información de  acuerdo con preguntas y necesidades específicas.
 
              -  Estratégicas: relacionadas con el uso de  fuentes y medios para objetivos específicos o generales relacionados con cias  informacionales de los jóvenes como una exigencia imprescindible de la ciudadanía  actual y no solo como requisito instrumental para ingresar a la cultura escolar  y al competitivo mundo laboral. Con esto se abren interrogantes en torno a las  responsabilidades de sectores de la sociedad sobre la actualización de las  competencias informacionales de los adultos, profesionales y jóvenes en riesgo,  en busca de la posibilidad de aprovechar los sistemas tecnológicos para  resolver problemas desde el punto de vista de estos grupos humanos, teniendo en  cuenta sus referentes culturales particulares.
 
             
                          
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