| Las causas del plagio  académico
              entre el alumnado universitario
            según el profesorado1 Jaume Sureda*Rubén Comas, Mercè  Morey **
* Catedrático del Departamento de Pedagogía Aplicada y  Psicología de la Educación  de la Universitat  de les Illes Balears (uib),  España. ** Profesores asociados del Departamento de Pedagogía  Aplicada y Psicología de la   Educación de la Universitat de les Illes Balears (uib), España.
  Síntesis:  En este artículo se describen y analizan  las causas a las que el profesorado universitario atribuye una de las formas de  deshonestidad académica más recurrente y extendida entre el alumnado: el plagio  a la hora de realizar trabajos. Los  datos que se presentan se han obtenido, por una parte, mediante la  aplicación de una encuesta a dos muestras y, por otra parte, mediante la  realización de cuatro grupos de discusión.Los datos resultantes de la encuesta muestran que la  comodidad, las facilidades que ofrece Internet, el sentimiento de impunidad y  el no saber realizar trabajos académicos son los factores, ordenados de mayor a  menor relevancia, que los profesores consideran como las causas más importantes  asociadas a la comisión de plagio académico entre el alumnado. De los grupos de  discusión se desprende que los profesores atribuyen una gran parte de culpa de  tal práctica entre los alumnos a su propio comportamiento como docentes y a la  metodología y estrategias didácticas empleadas. La información obtenida en la  investigación ayuda a mejorar el conocimiento relativo al fenómeno que nos  ocupa y, al mismo tiempo, puede facilitar la puesta en marcha de estrategias de  intervención encaminadas a luchar contra este tipo de deshonestidad académica  y, consecuentemente, mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje.
 Palabras  clave: plagio académico; enseñanza superior;  profesorado universitario; honestidad académica.
 SÍNTESE: Neste artigo, descrevem-se e analisam-se as causas às quais o  professorado universitário atribui uma das formas de desonestidade acadêmica  mais recorrente e estendida entre o alunado: o plágio na horade realizar trabalhos. Os dados que  se apresentam foram obtidos, por uma parte, mediante a aplicação de uma  pesquisa de duas mostras, e, por outra, mediante a realização de quatro grupos  de discussão.
 Os dados  resultantes da pesquisa mostram que a comodidade, as facilidades que oferece a  Internet, o sentimento de impunidade e o não saber realizar trabalhos  acadêmicos são os fatores, ordenados de maior a menor relevância, que os professores  consideram como as causas mais importantes para a existência de trabalhos  acadêmicos plagiados entre o alunado. Dos grupos de discussão se desprende que  os professores atribuem uma grande parte de culpa de tal prática entre os  alunos a seu próprio comportamento como docentes e à metodologia e às  estratégias didáticas empregadas. A informação obtida na pesquisa ajuda a  melhorar o conhecimento relativo ao fenômeno que nos ocupa e, ao mesmo tempo,  pode facilitar a colocação em funcionamento de estratégias de intervenção encaminhadas a lutar contra este tipo de  desonestidade acadêmica e, consequentemente, a melhorar os processos de  ensino-aprendizagem.
 Palavras-chave: plágio acadêmico; ensino superior;  professorado universitário; honestidade acadêmica.
 Abstract: In this paper, we  describe and analyze the causes college faculty think are behind one of the  most extended and popular forms of academic dishonesty: plagiarism while doing  assignments. The data presented here has two sources. One is a two-sample  survey. The other consists in four focus groups. The outcome of the survey  reveals that teachers think that the most important causes behind academic  plagiarism are (in this order of importance): convenience, the options internet  gives, feeling of impunity and not knowing how to do an academic assignment.  The outcome of the focus groups entails that teachers blame not only students,  but also their own behavior, strategies and methodologies for academic  plagiarism. All the information gathered during the research contributes to our  knowledge of this phenomenon and, at the same time, it facilitates the  enforcement of intervention strategies aimed at fighting against this kind of  academic dishonesty, and therefore, at improving the teaching-learning processes.
 Keywords:  academic plagiarism; higher education; college faculty; academic honesty.
  1. Introducción Aun cuando la deshonestidad académica  entre el alumnado está documentada desde muy antiguo, no fue sino hasta la  década de los noventa del siglo pasado cuando se inició su estudio de forma  sistemática, con el objetivo de combatir el fenómeno del plagio académico, que  en aquellos años ya empezaba a ser alarmante. En trabajos pioneros como los de  McCabe y Trevino (1993), Hexman (1999), Jordan (2001) o Lambert, Hogan y Barton  (2003) se apuntaba al plagio como una de las prácticas deshonestas más  extendidas en las aulas de los campus norteamericanos. Y es que en los años  noventa, asociado al primer boom tecnológico y a la incipiente  penetración de los ordenadores personales e Internet en los hogares y lugares  de trabajo, y gracias a las características de estos nuevos medios (gran  facilidad para localizar, almacenar y tratar información, especialmente a  través de los procesadores de texto), se constató el florecimiento de una  novedosa forma de copiar obras ajenas presentándolas como propias: el  ciberplagio. Desde entonces, el acceso, uso y posibilidades de las tecnologías  de la información y la comunicación (tic)  no han hecho sino ampliarse, con lo que la copia de trabajos académicos se ha  convertido en un problema muy relevante, tanto en la enseñanza secundaria como  en la universitaria. No sorprende, pues, que los estudios sobre la  deshonestidad académica, sobre todo los referidos al plagio, hayan crecido de  forma considerable, especialmente en los países anglosajones2.  Los esfuerzos investigadores  orientados a comprender y detener esta práctica pueden clasificarse en cuatro  grandes categorías: 
               Análisis y cuantificación de la prevalencia,  caracterización de los alumnos plagiadores y extensión del fenómeno. Descripción de los distintos tipos de  ciberplagio. Análisis de las causas (atribuciones) que lo producen. Soluciones y medidas:  detección, regulación y prevención (Comas y Sureda, 2007).  Entre los  estudios centrados en el análisis y descripción de las causas asociadas a la  comisión de plagio académico –objeto del presente artículo– imperan,  básicamente, dos tipos de enfoques: uno representado por aproximaciones basadas  en trabajos de investigación empírica y otro fundamentado en recursos y  aproximaciones surgidas, principalmente, de apreciaciones e ideas devenidas de  la propia experiencia de profesores y/o organizaciones académicas. Entre los  trabajos enmarcados en el primer grupo, destaca el estudio pionero de Dordoy  (2002) que analizó las causas del ciberplagio desde la óptica de los  estudiantes universitarios y docentes norteamericanos. Según los resultados  obtenidos por Dordoy, los universitarios plagian, valiéndose, sobre todo, de  Internet, por los siguientes motivos: para obtener mejores calificaciones y  mejores resultados académicos; por pereza y mala gestión del tiempo dedicado al  estudio y a la elaboración de trabajos; por la facilidad y comodidad de acceso  a material vía Internet y, finalmente, por desconocimiento de las normas  básicas a seguir para la elaboración de un trabajo académico.  A partir de un  exhaustivo análisis de la literatura existente, en el que se recopilaron las  principales causas descriptas, Park (2003) añadió a las ya señaladas por Dordoy  cinco nuevas atribuciones, la primera de las cuales es que se copia porque  algunos estudiantes perciben esos «atajos» como una demostración inteligente y  aceptable; es decir: copian porque han interiorizado unos falsos valores. Una  segunda causa está en entender el plagio como un desafío, una forma de  enfrentarse a la autoridad. La desmotivación, el creer que la demanda del  profesor es irrelevante o que no lo valora adecuadamente es la tercera causa  que Park señala en su análisis. La cuarta está en el convencimiento de algunos  alumnos de que lo que hacen no es malo. Finalmente, los resultados de Park  apuntan a la ausencia, total o parcial, de mecanismos de disuasión: se copia  porque el alumnado, al comparar los riesgos y los beneficios de plagiar, considera  los segundos muy por encima de los primeros.  Varios  trabajos realizados a mediados de la primera década de nuestro siglo  introdujeron una nueva perspectiva a la hora de analizar y describir las causas  asociadas a la comisión de plagio académico entre el alumnado universitario:  los factores culturales e idiomáticos ligados a la presencia de alumnado  extranjero, sobre todo en las universidades anglosajonas (Hayes e Introna,  2003; Sergiou y Bamford, 2005). Por otra parte, otras aproximaciones se han centrado  en la tipología y dificultad de la tarea a realizar como causa del plagio. Así,  un estudio australiano, basado en la aplicación de un cuestionario y el  desarrollo de grupos de discusión entre alumnado de la facultad de ingeniería  de la Universidad  de Canberra, aporta datos que hacen pensar que cuanto más teórico es el trabajo  a implementar más posibilidad existe de que este sea plagiado (Alam, 2004). La  variable causal de la dificultad en la tarea a realizar se cita en un estudio  cualitativo (basado en entrevistas en profundidad entre alumnado) desarrollado  en la universidad australiana de Perth (Dawson, 2004). En un trabajo más  reciente, llevado a cabo también en Australia, mediante la aplicación de  investigación cualitativa, Devlin y Gray (2007) establecen cinco como las  causas principales asociadas entre el alumnado universitario a la comisión de  plagio académico: su errónea concepción del mismo; sus escasas «habilidades  académicas» para elaborar trabajos; los factores asociados al proceso de enseñanza-aprendizaje;  los factores personales y, finalmente, las presiones externas.  De los  estudios realizados con metodologías no empíricas, destacamos la clasificación  que sobre las causas del plagio presenta el servicio de bibliotecas de la Universidad de Alberta  (University of Alberta, 2005) o el que, centrado en este caso en el alumnado de  secundaria, elaboró Velthuizen (2006) desde los Países Bajos.  No se dispone todavía, dado que se trata de  un campo de estudio novedoso, de datos sobre la evolución del plagio entre el  alumnado español; pero estudios recientes inducen a pensar que su  comportamiento es muy parecido al de otros países. Así, por ejemplo, el 61,1%  de los universitarios españoles afirma que ha copiado –al menos una vez–  fragmentos de textos de páginas web y, sin citarlos, los ha incorporado en  trabajos entregados como si fueran propios; el 3,3% manifiesta que ha comprado  trabajos y los ha entregado como si fueran de autoría propia (Sureda y Comas,  2008b). Estos datos están en consonancia con los obtenidos en trabajos de  investigación llevados a cabo en otros países (Underwood y Szabo, 2003; Champan  y Lupton, 2004; Bilic-Zulle y otros, 2005; Teixeira y Rocha, 2006; McCabe,  Butterfield y Trevino, 2006; Rey-Abella, Blanch y Folch-Soler, 2006; Agnes,  2008).  Con  este artículo se pretende mejorar el conocimiento sobre las causas asociadas al  plagio académico a partir de la visión del cuerpo docente universitario, contestando para ello a la  siguiente cuestión: ¿A qué causas atribuye el  profesorado universitario español el fenómeno del plagio entre el alumnado?   Para responder  esta pregunta hemos seguido dos vías. La primera ha consistido en aplicar a dos  muestras del profesorado universitario un cuestionario en el que se pedía  valorar la relevancia de aquellas causas explicativas del plagio que la  literatura existente sobre el tema señala como más importantes. La segunda vía,  desarrollada paralelamente a la primera mediante grupos de discusión formados  por docentes de la   Universidad de las Islas Baleares, sin ninguna información  previa que pudiera condicionar sus opiniones, se ha orientado a desentrañar  aquellas causas del plagio que el cuerpo docente universitario considera más  relevantes. Cabe remarcar que no existen trabajos de investigación previos realizados  en países iberoamericanos centrados en el análisis de las causas del plagio  académico entre el alumnado.  2.   Metodología Para  averiguar las causas a las que el profesorado atribuye el plagio de trabajos  entre el alumnado se ha combinado, como ha quedado expuesto en párrafos  anteriores, una perspectiva de investigación cuantitativa con otra cualitativa.  La cuantitativa se desarrolló mediante una encuesta aplicada al profesorado de la uib y al inscripto en el portal  Universia3.  El cuestionario fue administrado a la muestra  del profesorado de la uib para que lo complete de manera anónima.  La recogida de los datos del cuerpo docente adscripto en Universia se realizó  por medio del cuestionario en formato digital y se envió por correo electrónico  a todos los usuarios españoles (docentes universitarios) registrados en el  portal. El envío del cuestionario fue llevado a cabo por los gestores de dicho  portal. De forma paralela a la realización de las encuestas se organizaron cuatro  grupos de discusión, formados según las cuatro ramas de conocimiento utilizadas  para aplicar la encuesta, con profesores de la uib.   Cada grupo constaba de entre siete a diez profesores que se  reunieron en dos sesiones de entre dos y tres horas, celebradas en días  diferentes. El protocolo para el animador de los grupos contemplaba que se  tenían que plantear temas abiertos4 que permitieran a los participantes decidir la  orientación y los matices de sus respuestas, con lo que se facilitaba que se  pudieran introducir aspectos no previstos.  
 De  forma paralela a la realización de las encuestas se organizaron cuatro grupos  de discusión, formados según las cuatro ramas de conocimiento utilizadas para  aplicar la encuesta, con profesores de la uib. Cada grupo constaba de entre siete a diez profesores que se reunieron  en dos sesiones de entre dos y tres horas, celebradas en días diferentes. El  protocolo para el animador de los grupos contemplaba que se tenían que plantear  temas abiertos4 que  permitieran a los participantes decidir la orientación y los matices de sus  respuestas, con lo que se facilitaba que se pudieran introducir aspectos no  previstos.  3.   Resultados En  el cuestionario se pedía a los profesores que valorasen la importancia que  atribuyen a diecinueve posibles causas del plagio entre el alumnado. Las causas  contempladas en el cuestionario son aquellas que han sido reiteradamente  señaladas en la literatura sobre el tema (véase la tabla 2); seis de ellas  hacían referencia a determinadas características o comportamientos del  profesorado; nueve, a características o comportamientos del alumnado y,  finalmente, una, a las facilidades proporcionadas por los desarrollos de las tic (tabla 2). Por otra parte,  también se indagó la opinión del profesorado sobre las habilidades y conocimientos  del alumnado para realizar trabajos académicos.  El primer  resultado que cabe remarcar es que hay escasísimas diferencias entre las  respuestas dadas por las dos poblaciones estudiadas (profesorado de la uib y profesorado inscripto al portal Universia).  Solo en una de las causas presentadas («sensación de que el profesorado no lee  los trabajos en profundidad») hay diferencias estadísticamente significativas  entre las respuestas de los dos grupos (véase la tabla 3).  La facilidad  que ofrece Internet para encontrar información es, con diferencia, la causa a  la que un mayor porcentaje de profesores encuestados atribuye el que los  alumnos copien: el 70,7% de profesores de la uib (el 65,3% en el caso del profesorado  inscripto a Universia) lo considera como una causa importante o muy importante  y solo el 5,5% (el 11,2% los de Universia) como poco o muy poco importante. La  valoración media entre 0 y 5 atribuida a esta causa es de 4,16%.  La segunda  causa de plagio con un mayor porcentaje de atribuciones hace referencia a la  escasa valoración del esfuerzo: el 61,4% del profesorado encuestado afirma que  se copia «porque es más fácil, sencillo y cómodo que hacer el trabajo uno  mismo». La valoración media de esta atribución es de 4,11%.  En relación a las características, creencias  o comportamientos del alumnado, las más valoradas han sido la mala gestión del  tiempo (3,88%) y el no saber cómo realizar trabajos académicos (3,49%). La  sensación de impunidad («difícilmente el profesor podrá averiguar que se ha  copiado») es la tercera (3,46%) causa más valorada de este apartado.  * Estas causas son las reiteradamente señaladas en la literatura sobre el tema. Los números
 hacen referencia a la media otorgada (de 0 a 5) a cada causa por parte de las poblaciones
 estudiadas.
 
   
 
 Por  lo que respecta a características o comportamientos del profesorado, la más  señalada es la que hace referencia a no leer en profundidad los trabajos  (3,12%), o no hacer un adecuado seguimiento de los mismos (2,94%). El exceso de  trabajos solicitados a los alumnos es la tercera causa más valorada. La cuarta  posición la ocupa el «ser poco hábil en el manejo de las tecnologías de la  información» (2,62%), seguida a escasa distancia (2,61%) por el hecho de  conceder poco peso al trabajo en la nota  final. El tipo de trabajo solicitado tiene, según el  profesorado, una menor incidencia como causa de plagio entre el alumnado.  3.1 causas del plagio entre el alumnado a partir de  los datos obtenidos de los grupos de discusión  Del  análisis de contenido de las aportaciones de los veintiocho profesores  participantes en los cuatro grupos de discusión se infiere que, según su  opinión, el plagio académico entre el alumnado universitario es atribuible a  cinco grandes grupos de causas: 
               A determinadas  características y comportamientos del profesorado. A determinadas  características y comportamientos del alumnado. A determinadas  características de la universidad, básicamente la masificación. A los desarrollos de las tic. A determinados valores  sociales predominantes.  Los mayores números de atribuciones (en la  siguiente tabla nos referiremos a las mismas mediante los números utilizados en  la enumeración precedente) se concentran en las características y  comportamientos del profesorado (36) y en determinadas características del  alumnado (18). A la masificación de la universidad se le dieron 5  atribuciones; 6 a  los desarrollos propios de las tic y  también 6 a  determinados valores sociales.  
 3.1.1    Características y  comportamientos del profesorado
              como causa del plagio  Según  los participantes en los grupos de discusión, el plagio entre el alumnado es  atribuible a las siguientes cinco características o comportamientos del  profesorado: 
               La liviana o escasa  supervisión de los trabajos demandados al alumnado (señalado en 10 ocasiones y  en todos los grupos). La poca claridad de las  instrucciones dadas a la hora de solicitar trabajos (señalado en 9 ocasiones y  en dos grupos). La descoordinación con los  otros profesores del curso (señalada en 5 ocasiones en dos grupos). El tipo y número de  trabajos que se demanda al alumnado (con un total de 9 atribuciones realizadas  por todos los grupos de discusión salvo en el de humanidades). A su ingenuidad (señalada  en 3 ocasiones y en dos grupos).  3.1.2    El plagio tiene su  origen en determinadas características del alumnado  Ha  habido un total de 18 atribuciones del plagio a determinadas características  del alumnado, básicamente a estas cuatro: 
               La ignorancia o  inconsciencia del alumnado (referenciada un total de 9 veces por los cuatro  grupos de discusión).La creencia de que el  alumnado se rige por la ley del mínimo esfuerzo (señalada en 4 ocasiones por  tres de los grupos de discusión). La desmotivación y  desvinculación emocional del alumnado (apuntada en 3 ocasiones por un grupo de  discusión). El plagio como forma de  enfrentamiento al sistema o causa directa de este (señalada en 2 ocasiones por  un grupo de discusión).  3.1.3    El plagio tiene su  origen en la masificación de la Universidad  La  masificación de las aulas, que provoca que el profesorado no pueda hacer el  necesario seguimiento de los alumnos, ha sido señalada como causa del plagio en  5 ocasiones y en tres de los cuatro grupos.  3.1.4    Los desarrollos de  las tic como causa del plagio  académico  El  desarrollo de las tic ha  sido referenciado en 6 ocasiones como causa del plagio: 4 en el grupo de profesores  de ciencias experimentales y 2 en el de humanidades.  3.1.5    Los valores  sociales predominantes como causa del plagio  La  ausencia de normas, el menosprecio por el esfuerzo, la «modernidad líquida»,  tal como la caracterizó el pensador polaco Zygmunt Bauman (1999); un entorno en  el cual las estructuras sociales ya no perduran el tiempo necesario para  solidificarse; un medio en el cual el olvido y la renuncia a toda planificación  a largo plazo es condición imprescindible para el éxito, que constituye un  biotopo idóneo para el desarrollo del plagio académico entre el alumnado.  Atribuciones para esta característica fueron hechas en 6 ocasiones: 3 en el  grupo de profesores de humanidades y 3 en el de ciencias experimentales.  4.   Conclusiones y discusión Las explicaciones de causalidad acerca  del fenómeno del plagio académico entre el alumnado universitario obtenidas  mediante las encuestas aplicadas al profesorado de educación superior se  concentran, básicamente, en los desarrollos de las tic y en determinadas características o  comportamientos del alumnado. Por el contrario, los grupos dediscusión han enfatizado las características y  comportamientos del profesorado así como también determinados valores sociales  como causa del plagio; 36 de las 71 atribuciones realizadas por los  participantes en los distintos grupos de discusión se orientan en esta  dirección.  Los resultados  obtenidos muestran la conveniencia de poner más atención en la tipología de  trabajos académicos que el profesorado demanda, puesto que esta ha sido una de  las causas que ha recogido mayor número de atribuciones (un total de 9,  referenciadas en tres de los cuatro grupos de discusión). También conviene  prestar especial atención a aquellas causas que, pese a no haber sido  referenciadas en un gran número de ocasiones, sí han surgido en la mayoría de  los grupos de discusión. Dos de ellas están referidas a determinadas  características del profesorado: es el caso de la escasa supervisión de los  trabajos demandados y el tipo y número de trabajos; dos están referidas a  comportamientos del alumnado: la ignorancia o inconsciencia de los estudiantes,  la comodidad de estos, y la tercera al ámbito institucional: la masificación de  la universidad.  De hecho, pese a que estas últimas atribuciones no están ligadas  de forma directa a las características del profesorado, sí pueden vincularse  con acciones centradas en modificar los comportamientos del mismo: el  desconocimiento y las carencias que padece el alumnado a la hora de elaborar un  texto propio, la falta de esfuerzo, recompensada en múltiples ocasiones y que  tiene como consecuencia el «refuerzo» de comportamientos negativos, y la gran  cantidad de alumnos en el aula, que requiere de una reformulación en los  métodos de enseñanza y en un cambio de la relación que establece el profesorado  con el alumnado.  La imagen de  Internet como «fuente de fuentes» o «biblioteca de bibliotecas» ha devenido  mucho más que una simple forma retórica de definir su potencial. La idea se ha  convertido en una realidad que afecta a todos los campos en que están presentes  procesos basados en el intercambio de información, en la localización de  contenidos y en el acceso al conocimiento. Y, como no podía ser de otra manera,  esta realidad está bien asentada en las aulas de los distintos niveles del  sistema educativo. Internet se ha convertido en la principal fuente de  documentación académica entre el alumnado universitario (Sureda y Comas, 2006)  y, como lógica consecuencia, también se ha convertido en la principal fuente de  plagio. Las características positivas que se advierten en el uso de las tic para localizar información, y para  toda práctica enmarcada en cualquier proceso formativo, también parecen servir  para «explicar» perversiones como el aumento de los casos de plagio académico. La facilidad y comodidad de  acceso y tratamiento de la información y el anonimato que confieren las tic son elementos clave que pueden  explicar, en cierta medida, la situación descrita. Ahora bien, no se trata,  llegados a este punto, de demonizar unos recursos de por sí inocuos. Internet  no ha inventado el plagio en los entornos académicos; seguramente, eso sí, ha  facilitado tanto su comisión como su detección. La inculpación de las tic como fuente principal de los males  no sirve para entender, ni atender, de forma adecuada el fenómeno del plagio  entre los estudiantes.  El plagio  académico es un fenómeno poliédrico para cuya explicación se precisa de  aproximaciones desde diversas perspectivas. Desde la nuestra, fundamentalmente  educativa-formativa, adivinamos que existe un buen número de factores que debe  ser tenido en cuenta a la hora de planificar intervenciones orientadas a  solucionar el problema. Agrupamos estos factores en dos grandes ámbitos: los  que se encuentran en el propio sistema educativo y aquellos otros que le son  externos.  4.1 factores intrasistema 
               El empobrecimiento de la  relación profesorado-alumnado a causa, principalmente, de la masificación de  las aulas. Una mayor y mejor relación interpersonal entre el docente y el  alumnado reduce la incidencia del plagio académico (Underwood y Szabo, 2003;  McCabe, Butterfield y Trevino, 2006). Las escasas habilidades  documentales por parte del alumnado universitario, tanto de localización como  de gestión y citación de recursos. En la mayoría de los campus la alfabetización  informacional es todavía una especie de quimera (Jansen y Spink, 2005; Sureda y  Comas, 2006). Las demandas de trabajos que «incitan» a la  comisión de plagio. Por ejemplo:  trabajos que el profesorado prescribe de la misma manera durante muchos  cursos; no hacer un seguimiento de las tareas que se van desarrollando y solo  tener un punto de contacto en el momento en que el alumno entrega el trabajo;  pedir trabajos sin explicar el sentido de la tarea; no acotar el tema o temas  sobre los que se trabaja; no dar indicaciones claras  de las partes que han de componer la tarea a entregar, etcétera. La excesiva demanda de  trabajos. Los cambios en los procesos de evaluación en las universidades,  producidos en los últimos veinte años, han supuesto una acentuada disminución  de los exámenes de libro cerrado y un incremento de la evaluación basada en el  trabajo de curso. Este aumento en la demanda de trabajos también ha  incrementado las «tentaciones» de recurrir al atajo del plagio. La mala gestión del tiempo  y de los recursos disponibles por parte del alumnado. La evaluación de los  trabajos del alumnado de forma superficial y poco razonada. La inexistencia de una  normativa clara que dificulta que el profesorado pueda tomar decisiones ante  casos probados de plagio. El hecho de que los reglamentos académicos no  contemplen de forma explícita este tema puede contribuir a su proliferación. Un sistema universitario  que premia el resultado por encima del proceso; un modelo que convierte la  capacitación para un trabajo en el objetivo prioritario de la educación,  dejando poco espacio y reconocimiento para metaaprender,  crear y pensar. Resulta cuanto menos chocante que en la era de la economía del  conocimiento, en la sociedad de la información y la comunicación, el alumnado  se desenvuelva en la esfera del sistema educativo de manera menos creativa,  innovadora y dinámica que cuando actúa en otros entornos –incluso empleando las  mismas herramientas o recursos– (Conley, 2003; Rollnick y otros, 2008; Kempkes  y Pohl, 2008). El cambio de mentalidad en  la universidad5 en  torno al papel del alumnado como cliente-consumidor y el aprendizaje fast  food (Marcus, 1999; Harburg, 2006). Un exceso de competitividad  entre el alumnado que lo lleva a buscar la «mejor» manera para obtener los  «mejores» resultados y poder optar a mejores ayudas, becas, posicionamiento en  el mercado laboral, etcétera. El predominio del principio  de economía de esfuerzos por parte del alumnado. La comodidad, facilidad y  anonimato que confieren las tic a  la hora de plagiar. La falta de colaboración y  coordinación entre los equipos docentes.La falta de comprensión por  parte del alumnado, y en ciertos casos también del profesorado, de qué es el  plagio académico. Se da un gran porcentaje de plagio no intencional, provocado  por el desconocimiento de las normas y pautas académicas de elaboración de  trabajos.  4.2 factores externos al sistema educativo 
               La idea, muy enraizada  entre los más jóvenes, de que todo cuanto hay en la Red es de todo el mundo y se  puede utilizar, compartir, apropiar y difundir de la manera que se desee. Los modelos y esquemas  sociales basados en la cultura de la reproducción más que en la reproducción y  producción de la cultura. Aspectos relativos a la  «generación videoclip» (Funes, 2005; Garcés, 2006): ver y hacer diversas cosas  en muy poco tiempo, con lo que se amplían los límites de la acción pero se  reduce su profundidad. Ejemplos casi diarios de  fraude y falta de ética en numerosos ámbitos: corrupción política, movimientos  especuladores en las finanzas, falsificación de balances en grandes compañías,  producción masiva de productos imitando marcas conocidas, etcétera. Los resultados del presente trabajo sugieren que las acciones  orientadas a luchar contra el plagio académico deben prestar mayor atención  sobre el quehacer de los profesores. Conviene señalar que las principales  estrategias implementadas para hacer frente a este fenómeno, sobre todo en  contextos con amplia tradición en este campo como los ee.uu., Canadá, el Reino Unido y Australia, se han  fundamentado, de forma preeminente, en  acciones de detección mediante el uso de programas informáticos, en el  establecimiento e implementación de normativas y códigos de conducta académicos  y, finalmente, en intervenciones formativas dirigidas, casi de forma exclusiva,  al alumnado. A pesar de que en los países señalados este tipo de medidas se  están implementando desde hace ya más de una década, los resultados no parecen  del todo satisfactorios. Así, los índices de prevalencia de la práctica de  «copiar y pegar» en entornos universitarios no se han reducido notablemente  pese a los esfuerzos dedicados y no solo eso: parece que han provocado el  surgimiento de nuevas prácticas fraudulentas en las aulas, tales como la  compraventa de trabajos y las fábricas de trabajos académicos (Sureda, Comas y  Mut, 2007; Comas y Sureda, 2008a; Comas y Sureda, 2008b). Aun más, si los datos  de que disponemos referidos a entornos «avanzados» en el tratamiento del plagio  académico se comparan con los obtenidos en entornos en los que no se ha  desarrollado ninguna estrategia expresa para reducir el fenómeno –como es el  caso de España– podemos apreciar que las diferencias son escasas. ¿Cómo se  explica, pues, que los índices de prevalencia del plagio entre el alumnado en  países en los que desde hace años se han implementado procesos para combatir  este mal sean similares a los de otros entornos en los que el tema no ha sido  objeto de atención? Dejamos la pregunta sin respuesta pero si –como se concluye  de nuestro trabajo– la falta de supervisión de los trabajos demandados, así  como la descoordinación entre los profesores y la falta de indicaciones claras,  son causas importantes para que los alumnos plagien, parece conveniente centrar  las acciones de lucha contra este fenómeno más en el profesorado que en el  alumnado.  Apuntar, por  último, que no podemos intentar describir la situación relativa al plagio en  nuestras aulas, ni tampoco intentar descifrar sus causas sin relacionarlas con  aspectos y condicionantes sociales. Ni tampoco podremos ponerle remedio sin  atender a los efectos del entorno. No cabe duda que debemos recobrar ciertos  principios de ética, compromiso y esfuerzo que parecen haber quedado  desterrados del mundo académico. Pero de poco o nada servirá nuestra labor si  no va acompañada de cambios a nivel general. Tal y como ya aventuró el  sociólogo francés Lipovetsky (1994): «El siglo xxi  será ético o no será».  Bibliografía Agnes,  Frédéric (2008): Los usos de Internet en la educación superior: «De la documentación…  al plagio». Six Degrés. Disponible en:  <http://www.compilatio.net/files/080521_sixdegres-univ-barcelona_univ-zaragoza_encuesta-plagio.pdf>.  [Consulta: junio de  2008].Alam, Lubna S. (2004): «Is Plagiarism More Prevalent in Some Forms of Assessment  than Others?», en R. Atkinson y otros (eds.), Beyond the Comfort  Zone: Proceedings of the 21st ascilite Conference. Perth,  5 y 8 de diciembre. Disponible en:  <http://www.ascilite.org.au/conferences/perth04/procs/alam.html>.  [Consulta: diciembre de 2008].
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                     1 El presente trabajo se ha realizado en el marco  del proyecto i+d financiado por el  Ministerio de Ciencia e Innovación (mci),  «El ciberplagio entre los estudiantes universitarios», con la referencia sej2006-10413. Los autores agradecen al mci el apoyo recibido.  
                
                   2 El fenómeno del plagio académico ha sido  escasamente estudiado en los países iberoamericanos aunque, en los últimos  años, se han desarrollado algunas interesantes investigaciones y también  publicado trabajos relevantes, entre los que, en el caso de México, destacan el  de Cerezo (2006) y los que integran el número especial sobre el tema de la  revista Cultura Científica y Tecnología (2008) de la Universidad de Ciudad  Juárez. En Chile se publicó un breve artículo (Campos, 2006), mientras que en  Brasil, además de un documento de Ferraz Silva (2008), se desarrolló un trabajo  de investigación acerca de la percepción del plagio académico por parte de  estudiantes de primer y quinto curso de Ingeniería de la Universidad de Río de  Janeiro (Garcia Barbastefano y Gomes de Souza, 2007). En Argentina se publicó  el trabajo sobre sistemas de detección de plagio académico de Bordignon y otros  (2005). En el caso de España se cuenta con algunos artículos sin base empírica  como los de De Miguel (2002) o Urbina (2004) y también con algunos pocos  trabajos descriptivos, entre los que podemos mencionar el de Rey-Abella, Blanch  y Folch-Soler (2006) centrado, en este caso, en el análisis de la prevalencia  de prácticas académicamente deshonestas entre universitarios de Ciencias de la Salud de la Universidad Ramón  Llull de Barcelona. Trabajos más recientes son los elaborados por una empresa  de software anti-plagio basados en el análisis del plagio académico entre el  alumnado de las universidades de Barcelona y Zaragoza (Agnes, 2008) o el que  los autores de este artículo hemos realizado con una muestra representativa del  alumnado de la uib y otra, más limitada, del conjunto del  alumnado español (Comas, Sureda y Urbina, 2005; Sureda y Comas, 2008a; Sureda y  Comas, 2008b; Sureda, Comas y Morey, 2008). 
                 3 Universia cuenta con portales en diversos  países de Iberoamérica; el cuestionario solo fue cumplimentado por los docentes  registrados en el portal de España. 
                 4 Los ámbitos de análisis expuestos fueron:  conceptualización, prevalencia, causas, consecuencias, medidas y escenarios de  futuro del plagio académico. 
                 * Estas causas son las  reiteradamente señaladas en la literatura sobre el tema. Los números hacen  referencia a la media otorgada (de 0   a 5) a cada causa por parte de las poblaciones  estudiadas. 
                 5 Este factor es mucho más relevante en países  anglosajones que en contextos como el español. |