Ser maestro de secundaria en México: condiciones de trabajo y reformas educativas

Autores/as

  • Etelvina Sandoval Flores Directora General de Educación Normal y Actualización del Magisterio en el Distrito Federal de México.

DOI:

https://doi.org/10.35362/rie250989

Palabras clave:

condiciones leborales, profesorado, educación secundaria, México

Resumen

En este escrito se analizan algunas de las condiciones laborales de los maestros de secundaria en México, que dificultan la concreción de la reforma educativa —iniciada en 1993— que aspira a conformar un ciclo básico de nueve años. Por parte de las autoridades existe un desconocimiento de las particularidades del trabajo docente de secundaria, lo que lleva a diseñar propuestas difíciles de realizar en las condiciones actuales.

Se inicia con una breve descripción de algunos puntos de la reforma que implican de manera directa a los docentes, para señalar posteriormente algunas de las características del trabajo docente en secundaria. De ellas se desprende que los maestros de secundaria enfrentan las condiciones de trabajo más difíciles de todo el ciclo básico: un alto número de alumnos, un precario apoyo institucional tanto en lo material como en lo pedagógico, una inestabilidad laboral que crece a medida que cambia el perfil profesional de los docentes, y un bajo salario producto del acelerado proceso de desvalorización social de su trabajo. A ello se agrega un aislamiento profesional más acentuado que en el resto de la educación básica y la ausencia de apoyos académicos.

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Citas

Bibliografía

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Notas:

1. Este artículo tiene como base una investigación etnográfica que efectué recientemente en escuelas secundarias del Distrito Federal, cuyos resultados están en el libro La trama de la escuela secundaria. Institución, relaciones y saberes (Plaza y Valdés-UPN, 2000), del que he retomado aquí algunas ideas.

2. A principios de los años sesenta el gobierno determinó que la educación media se integraba por media básica (secundaria) y media superior (bachillerato).

3. Fuentes, 1996: 55.

4. En ese mismo sentido, Fernández Enguita dice que en la reforma de la enseñanza en España «el proceso de cambio está mucho más centrado en el cómo que sobre el qué» (1990: 7).

5. Martín del Campo (1990) p. 20.

6. Por «normalistas de carrera» me refiero a los que cursaron la normal básica y posteriormente la normal superior, como una escala más de la profesión magisterial.

7. El número de alumnos que el maestro de secundaria atiende varía de acuerdo con el número de horas que tiene contratadas y con la materia que imparte. Una materia con más horas en el plan de estudios implica menos grupos y menos alumnos para el maestro que la imparte. Un docente de secundaria de tiempo completo atiende a un promedio de 350 alumnos. No obstante, hay casos extremos, como los de maestros de civismo o geografía, que, con tiempo completo, pueden llegar a trabajar hasta con 18 grupos (más de 700 alumnos).

8. Esta situación parece extraña. Un director lo explicaba de la siguiente manera: «Hay plazas de nueva creación que se hicieron con la categoría de interinatos. Estas son las que no tienen propietario». Aunque el mismo director reconoce que son pocas.

9. Retomo aquí parte de una frase de un director de secundaria que, al explicar que en su escuela había algunos normalistas y otros con formaciones distintas, dijo: «Hay maestros-maestros y maestros profesionistas».

10. Algunas implicaciones de la preponderancia del saber especializado son analizadas por Quiroz (1987).

Cómo citar

Sandoval Flores, E. (2001). Ser maestro de secundaria en México: condiciones de trabajo y reformas educativas. Revista Iberoamericana De Educación, 25, 83–102. https://doi.org/10.35362/rie250989

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Publicado

2001-01-01

Número

Sección

Artículos del monográfico