Vol. 37 (2005): Violencia en la escuela
Aunque la postmoderna necesidad de llamar a las cosas por nombres pseudocientíficos nos haya provisto del concepto de «bullying», la violencia en el ámbito escolar es un hecho tan viejo como la propia institución educativa.
Y esto es así porque la violencia, para la escuela, es un producto de importación. Le llega desde la sociedad que la genera, y que hoy es incapaz de contenerla. Este es el dato históricamente novedoso.
Mientras que las instituciones sociales, entre ellas la escuela, supieron y pudieron encauzar las tensiones que se registraban y se registran en su interior, la violencia escolar no obtuvo categoría de problema social, sino que, por el contrario, fue considerada como un elemento funcional para lo que hoy conocemos como la formación integral de la persona (compárese esto con el papel que, en el imaginario social, juega/jugaba la formación militar obligatoria de los ciudadanos varones a la salida de la adolescencia).
La cuestión de la violencia entre los jóvenes –que cada vez son afectados por ella a edades más tempranas– no parece ser un fenómeno exclusivo de países con determinados niveles de desarrollo, como tampoco de sectores sociales con un perfil socioeconómico definido, ni de grupos étnicos, políticos o religiosos.
La cantidad de trabajos recibidos en nuestra redacción denota la necesidad sentida, especialmente por el estamento docente, de dar tratamiento a este tema; y la gran calidad de muchos de ellos nos obliga a modificar los planes editoriales para publicar dos números (el presente y el 38) que den cabida a la mayor parte de esas colaboraciones. Las restantes, si sus autores lo permiten, serán recogidas por la versión digital de la Revista.